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El simbolismo del agua en la Biblia: caos, liberación y victoria final
1.
2. Para el autor del libro, la historia se presentaba
como caótica. Por causas naturales (terremotos,
sequías, epidemias, etc.) o por causas humanas
(guerras, esclavitud etc.), no había nada digno de
Dios.
Acepta entonces la manera de pensar de los mitos
semitas del II siglo aC., que hablaban de una
guerra de los dioses en contra de monstruos
míticos el Levitán, el Behemot, la Tiamat (cf Sal 74,
13-19) para poder crear a la humanidad.
3. » Dios en los primeros tres días crea la Luz
contra las tinieblas; en contra del abismo y
del viento crea el firmamento que, unido a la
plataforma de la tierra, sostenida por tres
columnas, pone un límite a los dos.
» En el espacio liberado de los tres, crea la vida:
el sol y las estrellas, las plantas, los animales
y el ser humano.
5. » Las aguas de arriba del firmamento y las de
debajo de la tierra vuelven a invadir el
espacio de vida y la matan. Las tinieblas
dominan sobre la superficie de las aguas del
abismo: es el diluvio universal. La
desobediencia del ser humano ha producido
la victoria del caos sobre la vida. Esto será
para siempre sí.
» Pero Dios interviene y salva la vida con el
arca de Noé.
7. » El autor del libro del Éxodo retoma este esquema
para describir la liberación del pueblo de Egipto.
Los tres enemigos míticos de Dios ahora se
historicizan en el imperio de Egipto. Todos los
imperios son caóticos y destruyen la vida.
Entonces vuelve el tema de las aguas del abismo
que, esta vez, se dividen no por la palabra de
Dios, sino por la de un hombre: Moisés. El mar de
la Cañas se abre y deja pasar el pueblo hacia la
libertad.
9. » Cruzado el desierto, el pueblo de Israel debe
ahora entrar en la tierra que Dios le ha
prometido para formar una sociedad fraternal,
organizada por la Ley del Señor. A ellos se le
oponen los Cananeos, organizados por el
dominio absoluto del rey sobre sus súbditos.
» El símbolo de estos reyes cananeos son las aguas
tumultuosas del río Jordan que se oponen al
pueblo que quiere pasar. Pero se tendrán que
abrir y dividirse frente al arca del Señor llevada
por los sacerdotes (Josué 2, 14-17).
10.
11. » El profeta Isaías narra que el imperio asirio, con
su rey Senaquerib invadió la Tierra Prometida.
Lo representa como las aguas de un rio
embravecido que crece y crece hasta desbordar y
anegar todo a su alrededor. Nada le resiste a este
nuevo diluvio portador de muerte (Is 8, 5-10).
» El profeta anuncia entonces un libertador
enviado por Dios, el Emanuel, Dios con nosotros.
De nuevo es posible la vida.
12.
13. » En Juan 6, 16-21, vuelve el tema del caos
inicial, pero vencido esta vez no por la
palabra creadora de Dios, sino por la palabra
creadora de Jesús. Él camina sobre las aguas
embravecidas del lago en una noche de viento
huracanado. Su caminar es sinónimo de
dominar, como nos dice el profeta Habacuc en
un texto que hace memoria del cruce del mar
de las Cañas (Habacuc 3, 8.10.15).
14.
15.
16. » El libro del Apocalipsis proyecta sus visiones más
allá de los tiempos. Con una expresión bellísima
y llena de esperanza ve al final de los tiempos la
victoria definitiva de Dios sobre sus tres
obstinados enemigos. De los tres nombra unos
sólo, el abismo: …Vi un cielo nuevo y una tierra
nueva – porque el primer cielo y la primera tierra
desaparecieron y el mar no existe ya . (21, 1). Los
monstruos míticos dejaron el lugar ahora a una
bellísima novia ataviada para su esposo, una
nueva humanidad… donde no hay más ni muerte
ni gritos ni fatiga, porque el mundo viejo ha
pasado (21, 2.4).
19. » La comunidad
reunida al pie de la
cruz es ahora el
Discípulo Amado
engendrado por
María que, junto con
ella y Jesús salva a
toda la humanidad
del pecado y de la
muerte.