El documento describe el arte gótico en Europa durante la Edad Media, caracterizado por catedrales de piedra de gran altura posibles gracias a innovaciones como arcos apuntados y bóvedas de crucería. La escultura gótica se volvió más realista y expresiva, y la pintura gótica incluyó temas religiosos y retratos seculares con colores brillantes. El arte gótico floreció en catedrales emblemáticas como Notre Dame y edificios de ciudades como Burgos y León.