1. DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN MATERIA: Enfoques Filosóficos de la Educación. Instructor: Dra. Luz Stella Hurtado Rúa. UNIDAD 4: Filosofía de la Educación Actual. Actividad 1: Presentación sobre los subtemas: 4.1 “Fundamentos filosóficos del currículo: Valores y Currículo” y 4.2. “Dimensión educativa y deontología del profesor”. Alumno: José de Jesús Campos Torres. Fecha: 06/05/2011
3. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española nos proporciona las siguientes definiciones: Filosofía: Ciencia que trata de la esencia, propiedades, causas y efectos de las cosas naturales Fundamento: Principio. cimiento, fondo, origen o raíz de algo. Currículo: Conjunto de estudios y prácticas destinadas a que el alumno desarrolle plenamente sus posibilidades. Valor: Principios ideológicos o morales por los que se guía una sociedad.
4. Reflexión : Es evidente que desde siempre, el hombre ha perseguido el conocimiento de las cosas, pues en su naturaleza incompleta no ha encontrado hasta ahora una respuesta definitiva sobre lo que su “ser” mismo representa dentro del universo. Esto da pie a generar múltiples filosofías acerca de lo que entendemos por “educación”. El “ser” y la educación no pueden separarse. Sin embargo, al no existir una verdad absoluta en ninguna vertiente del conocimiento humano, la educación termina por ser la que se define en una cultura dentro de sus particularidades, es distinta en cada época y en cada región en determinado momento del tiempo, de igual forma se ve afectada por factores sociales, éticos, religiosos y por supuesto políticos.
5. Entonces, como “ser” ¿Qué buscamos”? … Con respecto a esta “búsqueda del ser” Altarejos M. et al (1989, p: 740), menciona lo siguiente, “El hombre busca, para más y mejor saber y vivir el fundamento del cosmos, de las cosas, de sí mismo y de sus acciones.”
6. Acerca de la educación ¿Qué es lo mejor? … Acerca de los valores en el hombre Altarejos M. (1989, p: 740), señala que, “Los hombres al buscar lo bueno, lo mejor, hemos creído encontrarlo en unos u otros valores, a veces antagónicos entre sí. Los actuales conflictos educacionales son buena prueba al respecto”.
9. El currículo se identifica con una carrera o con la educación, lo mismo que en su significado más restringido, como parte de ésta, es un permanente conflicto. Esto es así sencillamente porque el hombre, sujeto del currículo, «es inesquivablemente animal agónico» (Fullat, 1982 p: 27) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 741).
10. Normalmente los animales son felices. El hombre, sin embargo, anda hambriento de superación y felicidad ante la indeterminación de su conducta. (Altarejos M. et al, 1989, p: 741).¿Qué tiene que ver el currículo con el hombre? …
11. La naturaleza animal del hombre, dotada de razón (inteligencia), de pasión (afectividad) y de libertad, le ocasiona conflicto entre el «ser» y el «deber ser», la insatisfacción entre lo que es y desearía ser. Cuerpo-razón-pasión-libertad actúan de modo diverso y con distinto peso específico en los seres humanos, haciendo imposible la evidencia de un «deber ser» común y concreto, sin otra salida que la opción ante la pluralidad. (Altarejos M. et al, 1989, p: 741).
12. “Hay valores porque existe la subjetividad, porque no todo es racional” (Fullat, 1982 b: 47) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 741).. Sin lugar a dudas, al momento de elaborar cualquier currículo, existirán valores implicados que lo afecten de forma directa, e incidirán también por supuesto otros factores, predominantemente el factor político. ¿Qué relación tienen los valores con el currículo? …
13. Los valores deben de sostenerse por lo que son y no mediante la violencia …. “Unos sostienen hasta a puñetazos y a golpes que los valores son eternos. Hablan de sus valores, evidentemente. Si ponen tanto coraje en la contundencia física, se debe a que los valores no disfrutan de contundencia racional. Esta desnudez de razón objetiva ante el valor pone en juego la libertad humana, originando la conflictividad del currículo”. (Fullat, 1982 p: 47) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 741)..
15. La decisión … La decisión, en mayor o menor grado, comporta tres momentos importantes: deliberación, volición y acción o elección entre posibles alternativas. «decidido», origen del español «decisión», cuyo significado expresa la acción de «cortar» o «separar cortando», nos aporta una imagen plástica suficientemente significativa en el ámbito del currículo, pues elegir no es más que seleccionar o cortar algo para quedarnos con lo que preferimos (Merani, 1983: 48) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 742).
16. Con respecto a la elección Merani, (1983 p: 48) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 743) menciona que, “Siempre que elegimos o preferimos algo lo hacemos porque lo consideramos de más dignidad y valor que aquello que dejamos, al menos en el momento de la elección”. Adicionalmente Marín (1976: 23) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 742), señala, “No se trata de la elección del valor o antivalor, "elegir lo negativo es decidirse por la nada. Nadie duda que entre valores y los antivalores hay que elegir los primeros». ¿Qué elegimos? …
17. Las dos grandes interrogantes con respecto a las decisiones curriculares … ¿Qué hay que decidir? y ¿Quién debe decidir?.
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19. Junto a los padres, también los profesores, como técnicos de la educación, han de intervenir en la decisión del currículo. (Altarejos M. et al, 1989, p: 744).
20. El poder político de turno tampoco es, ni debe ser, en atención al bien de todos, ajeno a las decisiones del currículo. (Altarejos M. et al, 1989, p: 744).¿Quien debe decidir? …
21. En los países de régimen dictatorial el currículo es único, al pseudolegitimar ciertos valores como únicos verdaderos en detrimento de otros. Se impone arbitrariamente como única verdad lo que sólo es verdad de una minoría. (Altarejos M. et al, 1989, p: 744). Existen saberes no científicos, pero indispensables para la educación del hombre, es evidente que se otorgue un espacio curricular para que padres, alumnos, profesores y grupos ideológicos o religiosos determinen el sentido de la Bueno o lo mejor en aquellos campos en los que la ciencia calla o no existe acuerdo universal (Fullat, 1979: 161) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 744 y 745).
22. “Difícil Y conflictiva se presenta la tarea de coordinar las decisiones de padres, alumnos, profesores, grupos ideológicos y poder político. Quién se imponga sobre quién y en qué grado será siempre el resultado del binomio, inversamente proporcional, poder-libertad”. (Altarejos M. et al, 1989, p: 745).
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24. Los objetivos constituyen, sin duda alguna, la decisión de mayor trascendencia, ya que, en cuanto metas de la «carretera», condicionan el resto de . los elementos curriculares, al ser puntos obligados de referencia para la elección de contenidos, métodos, actividades y evaluación. (Castillejo, 1984: 37). citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 745).¿Qué es necesario decidir? …
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26. Es necesario, precisar que aunque todos los valores «valen» (de lo contrario no serían valores), ciertos valores lo son sólo de algunas personas o grupos, siendo esos mismos valores antivalores para otros colectivos.(Altarejos M. et al, 1989, p: 745).
27. Esta pluralidad axiológica fundamenta la pluralidad antropológica de ideales y fines, y en consecuencia, de modelos educativos. (Altarejos M. et al, 1989, p: 745).
28. Los medios para alcanzar los objetivos son múltiples, por lo que nuevamente nos encontramos con la valoración Y la decisión. (Altarejos M. et al, 1989, p: 745).
29. Ante la pluralidad de contenidos, métodos Y actividades, todos conducentes al mismo objetivo u objetivos, es necesario seleccionar unos en detrimento de otros, así como establecer un orden de prioridades. ¿Por qué unos y no otros? ¿En base a qué algo es primero o último?. (Altarejos M. et al, 1989, p: 745).
30. El valor, además de encontrarse en la selección y orden de los medios, se encuentra también presente en «cómo» éstos se realizan o se llevan a la práctica, así como en «quién» los ejecuta. (Altarejos M. et al, 1989, p: 745). Acerca de los valores …
31. De mayor importancia aún es el quién o profesor, del que, en buena parte, depende el «dónde» y «cómo». Su ideología, personalidad, preparación científica, edad, sexo, criterios de valoración, función orientadora, ilusión, habilidad, etc. (Castillejo: 1980: 47) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 747). Lo valores del currículo oculto, para bien de la educación, escapan al control de poder político en buena parte, abriendo el camino a los centros lo mismo para la libertad (pluralidad) que para la manipulación ante un mismo currículo oficial (Gervilla, 1989: 469-477) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 747).
32.
33. La calidad se constata en la evaluación, como parte inseparable del currículo ya que éste, en cuanto proceso, exige una permanente constatación de los logros alcanzados en la carrera, en el tramo recorrido yen lo pendiente por correr, así como de los medios utilizados (Altarejos M. et al, 1989, p: 748).
34. Los medios para llegar a la meta -en sí mismos indiferentes- quedan teñidos de valor, y por tanto buenos, al calificarlos de educativos. No vale llegar a la meta (objetivos) a cualquier precio (manipulación, adoctrinamiento, condicionamiento, etc.). (Capitán, 1979: 115) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 744-745).Sobre el currículo…
36. Es evidente que todo currículo conlleva un haz de decisiones, orientadas siempre hacia el valor. Pero, ¿valor para quién?,pues no todos los valores valen para todos los seres humanos. ¿Es el valor del individuo o de la sociedad? ¿ Sabemos cada uno lo que es bueno o nos tienen que decir qué es bueno? ¿ Crea el hombre el valor o lo descubre? La respuesta a estos interrogantes da lugar a distintos modelos curriculares, que si bien, como anteriormente se ha expuesto, todos coincidirán en el fundamento axiológico, no todos, sin embargo, estarán de acuerdo en qué sea este fundamento: si el valor radica en el hombre o fuera de él. (Altarejos M. et al, 1989, p: 748).
37. “El currículo subjetivista centrado den los intereses del niño” Los intereses del niño, son el centro del currículo, que se convierten en único factor determinante de lo que se haga en la escuela. Sobre la base de un subjetivismo axiológico no cabe más posibilidad que la del subjetivismo educativo. Las siguientes palabras de Wilson (1971: 66) son suficientemente significativas: La razón de denominar la educación "centrada en el niño" radica en el hecho de enfatizar el que, aun cuando la persona que está siendo educada sea un niño e incluso cuando sus intereses parezcan "pueriles" o tontos o no deseables desde el punto de vista de sus maestros adultos, su educación pueda proseguir sólo por medio de la persecución de sus intereses, ya que éstos y solo éstos son los que tienen para él un valor intrínseco Hay siempre, por tanto, valor en mi interés (Altarejos M. et al, 1989, p: 749).
38. “El currículo objetivista de valores universales” Con respecto a las doctrinas objetivistas (Frondizi, 1977: 107) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 750), señala que, “surgen como reacción contra el subjetivismo, reclamando principios universales y «la necesidad de hacer pie en un orden moral estable». Según la Escuela Fenomelógica, los valores son objetos ideales, que existen por sí mismo, independientemente de nuestras valoraciones o estimaciones; el sujeto se encuentra con ellos al reconocerlos, impulsándole hacia aun más allá de perfección (Scheler, Hartman, Ortega y Gasset, etc.) citados en (Altarejos M. et al, 1989, p: 744).
39. Desde los supuestos anteriores, si los valores son fijos, universales, objetivos y absolutos, la educación, sustancialmente, no sufrirá cambio en su decurso cronológico, siendo posible la elaboración de un único currículo escolar común a todos los seres humanos (Altarejos M. et al, 1989, p: 750). En lo particular considero que esta corriente ideológica se encuentra fuera de la realidad de la humanidad, esto haciendo una reflexión de las siguientes interrogantes que plantea Altarejos, M. et al (1989 p:751), “¿no son abstracciones de experiencias subjetivas? ¿En qué queda la libertad humana, si ésta es inseguridad ante lo no científico? ¿No es el hombre un ser en permanente cambio? ¿No cambia el saber, la cultura y la sociedad y, a veces, en elementos sustanciales? El valor de algo, una moneda, por ejemplo, admite múltiples valoraciones, ¿cómo saber cuál es la verdadera?”
40. “El currículo integral” Subjetivismo y objetivismo muestran una visión parcial del valor y de la educación al reducirlos a uno de sus aspectos. Estas contraposiciones históricas pueden tener una solución integradora «si en lugar de oponerlas, las copulamos y dijéramos que una cosa es objetiva y subjetiva, absoluta y relativa, a la vez, ya que puede ser objetiva bajo un aspecto y subjetiva bajo otro»(Ferrnoso, 1976: 40) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 747). En consecuencia, se pudiese concebir como solución adecuada, no obstante imperfecta y no carente de problemas, un currículo integral que se constituya con los valores subjetivos y objetivos.
44. Entonces ¿somos maestros o educadores? … No es raro encontrar maestros eminentes en un rama, que no son educadores; maestros que instruyan bien en la Enseñanza Primaria y que, sin embargo, apenas educan; al contrario, se encuentran buenos educadores, que son medianos en materia de enseñanza. Tendrá vocación el que desea ejercer la labor educativa, no principalmente por encontrar un medio de vida, sino por la excelencia de este ministerio, por poder elaborar en las almas infantiles o en las de los jóvenes, para conducirlos a la perfección. Y que además de esta recta intención, posea un conjunto de aptitudes para poder desempeñar su misión fructuosamente. (Sánchez B. , 1964: pp 129 y 164 ) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 560 -561).
45. Acerca la vocación … Hoy, entre nosotros, en la concepción del profesor, el término «vocación» ha quedado fuertemente relegado o suprimido; su lugar lo ha ocupado el vocablo «profesión». Los diccionarios son coincidentes al decir que la profesión es un empleo, facultad u oficio, que se ejerce públicamente como ocupación habitual y continuada de alguien en el ámbito laboral. Tal ocupación puede realizarse -bien enseñando a alguien, o haciendo algo. En uno u otro caso, la actividad a realizar queda definida por las siguientes características: formación específica, seguimiento de determinadas reglas, aceptación y cumplimiento de un determinado código ético, objetivo beneficioso, sustento o base económica del individuo (Sánchez Cerezo, 1983: 1153) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 561).
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47. Las connotaciones religiosas y los valores espirituales, que muchas veces conlleva el término vocación, son rechazados de raíz en toda sociedad secularizada y utilitarista.
48. La fuerte valoración del sustento o base económica de la profesión, ente al altruismo y entrega desinteresada de la vocación.
49. La defensa de unos intereses laborales ante la Administración demandando justos derechos, a veces mediante manifestaciones, huelgas, medidas de presión, etc.Razones por las que actualmente se define al profesor más como profesional que como vocacional. (Altarejos M. et al, 1989, p: 561).
50.
51. Tampoco es posible separar totalmente la docencia o instrucción de la educación.
52. La estrecha vinculación e integración de las dimensiones fundamentales humanas (física, intelectual, afectiva, artística, social y religiosa) hace que la persona sea una y única, y, por lo mismo, sea imposible aislar o desarrollar un aspecto de ella sin que, de algún o, queden «tocados» las demás.
53. Cada profesor, pues, con su peculiar modo de ser y de hacer, al enseñar transmite conjuntamente una serie de valores que también son aprendidos en no pocos casos, condicionantes, positiva o negativamente, del aprendizaje: libertad o autoritarismo, actividad o pasividad, optimismo o pesimismo, etc.
54. En síntesis, pues, toda profesión docente posee una dimensión educadora por la estrecha vinculación profesión-vocación, instrucción-educación, unidad de la persona que aprende, y personalidad del enseñante. Hechos que definen al profesor vocacional. .. (Altarejos M. et al, 1989, p: 561).
55.
56. Las estrategias al respecto son múltiples, determinadas siempre por el estilo personal e innovador del educador(Altarejos M. et al, 1989, p: 561).
57. Toda actuación educativa, sólo merece este calificativo si, y sólo sí, es acorde con los principios morales. En este sentido es importante clarificar, por su generalización y actualidad, el discutido tema de los premios y los castigos, de los cuales existen distintos puntos de vista. Por una parte hay quienes ven en ellos una forma de adiestramiento que desliga el acto de su valor en cuanto tal, o bien se argumenta que, en pro de la justicia, el bien ha de ser recompensado y el mal castigado (Reboul, 1972: 121) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 564).
58. El premio y sus ventajas … El premio (del latín «praernium» = recompensa, galardón) en el ámbito educativo, es una remuneración o recompensa material o social, que se concede a los educandos por su conducta correcta o trabajo bien realizado. Bajo el punto de vista psicológico es un estímulo y reforzador positivo, que coadyuva la realización de una buena obra, y, por lo mismo, a evitar su contraria (Altarejos M. et al, 1989, p: 564-565). ¡Excelente! ¡Muy bien!
59. Posibles desventajas de los premios… El premio puede fomentar el orgullo, el egoísmo, el desprecio a los demás ... , por lo que obra buena puede ser viciada al no apetecer y valorar el bien por sí mismo. Este sería el ideal: realizar el bien por sí mismo sin necesidad de promesa alguna de premio. «Pero si sólo de este modo se consigue que alguien pueda obrar el bien, lo malo no es hacerle la promesa, sino tener que hacérsela, o sea, en definitiva y causalmente, la situación de su destinatario» (Millán Puelles, 1973: 205) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 565).
60. Quien actúa para alcanzar el premio no quiere el bien moral en cuanto tal, o al menos no lo suficientemente; realiza un acto materialmente virtuoso ya que no se opone al bien, aunque tampoco se lo propone exclusivamente, En cualquier caso, mejor es realizarlo en estas condiciones que dejar de hacerlo. Aquí es en donde se debe poner en práctica la humildad tanto por parte del docente como del dicente. El incentivo de la recompensa, debidamente administrado, es un eficaz auxilio para vencer la dificultad de hacer el bien, una forma realista de adaptarse y de empezar a mover a quien no tiene fuerzas por sí solo» (Millán Puelles, 1973: 207) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 565).
61. Desde el punto de vista moral y educativo, el castigo es un medio destinado a modificar el comportamiento de un sujeto, en un sentido deseable, según las normas de moralidad. Recurrir al castigo no es el ideal de la educación; es más, una educación basada exclusivamente o predominantemente sobre el castigo no merece el nombre de tal (Altarejos M. et al, 1989, p: 565). No obstante, el castigo, aplicado correcta y humanamente, es frecuentemente un medio de reflexión y de estimulación, y, por tanto, eficaz en el proceso educativo. La dificultad frecuentemente radica, dada la variedad y complejidad del ser humano, en determinar adecuadamente qué castigo, cuándo y cómo, coadyuva a un sujeto en orden a su mejor-ser y hacer; pues la «vuelta» no es indemne, pudiendo «marcarle» lo mismo positiva que negativamente (Altarejos M. et al, 1989, p: 566).
62. “La deontología de la profesión educadora” La deontología (del griego «deón» = deber, lo que es menester, y «10- gas» = doctrina, tratado) es el «conjunto de obligaciones morales vinculadas a una profesión» (Mialaret, 1984: 131). (AltarejosM. et al, 1989, p: 568). Con respecto a la deontología de la profesión educadora Rosmini (1797-1855) citado en (Altarejos M. et al, 1989, p: 568) puntualizo que. “ La deontología al otorgarle el sentido de ciencia normativa que indaga cómo debe ser el ente para que sea perfecto ,tiene un carácter ético complementario de la ontología, pues al estudio del ser se une la reflexión sobre cómo debe ser.
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64. Con referencia a los alumnos ha de respetarles como personas, orientarles, estimular su aprendizaje, ofrecerle lo mejor que conoce de su disciplina, evaluarles honestamente según méritos justos, prevenirles de toda explotación en beneficio propio o ajeno (huelga, movilizaciones, trabajos, etc., de estudiantes en beneficio de profesores), guardar secreto profesional como garantía y respeto a la intimidad del alumno, etc.
65. Finalmente con la sociedad, ha de considerarse como ciudadano sometido a todos sus derechos y obligaciones (seguridad, vacaciones, salario, justo, etc.), atenerse a las responsabilidades contraídas con la institución, distinguir su actuación personal de la de miembro del centro, defender la libertad académica en el contexto de la libertad social, etc. Cosas que debe hacer el profesional docente … (Altarejos M. et al, 1989, p: 569-70)
66. Actualmente la deontología, aplicada a las profesiones, es un saber o disciplina que se ocupa de determinar y regular el conjunto de deberes, obligaciones prácticas y responsabilidades que surgen en el ejercicio de una profesión. Su contenido, en consecuencia, se fundamenta y justifica en los principios a cada profesión. Sin embargo, la profesión docente, quizá más que otras, demanda, por su dimensión humanizadora y repercusión social, un urgente código deontológico, que sirva de base y orientación común a los educadores ante la ambigüedad y confusión frecuentemente reinante. (Altarejos M. et al, 1989, p: 569)
67. BIBLIOGRAFÍA Altarejos, M. et al (1989). Filosofía de la educación hoy. Madrid:Dikynson(P: 559-570 y p: 739-753).