3. Si pudiésemos tener consciencia de lo efímera de nuestra vida, tal vez pensaríamos dos veces antes de ignorar las oportunidades que tenemos de ser y de hacer a los otros felices.
4. M uchas flores son cortadas muy pronto; algunas apenas pimpollo. Hay semillas que nunca brotan y hay aquellas flores que viven la vida entera hasta que, pétalo por pétalo, tranquilas, vividas, se entregan al viento.
5. P ero no tenemos como adivinar. No sabemos por cuanto tiempo estaremos disfrutando este Edén, tampoco las flores que fueron plantadas a nuestro alrededor. Y nos descuidamos a nosotros mismos y a los otros.
7. P erdemos días, a veces años. Nos callamos cuando deberíamos hablar, y hablamos demasiado cuando deberíamos quedar en silencio.
8. N o damos el abrazo que tanto nos pide nuestro corazón porque algo en nosotros impide esa aproximación.
9. N o damos un beso cariñoso "porque no estamos acostumbrados a eso" y no decimos lo que nos gusta porque pensamos que el otro sabe automáticamente lo que sentimos.
10. Y pasa la noche y llega el día; el Sol nace y adormece, y continuamos siendo los mismos. Reclamamos lo que no tenemos, o que no tenemos lo suficiente.
11. C obramos. A los otros. A la vida. A nosotros mismos.
12. Y nos consumimos, comparando nuestra vida con la de aquellos que poseen más.
13. Y si probáramos compararnos con aquellos que poseen menos? Eso haría una gran diferencia!
14. Y el tiempo pasa. Pasamos por la vida y no vivimos. Sobrevivimos, porque no sabemos hacer otra cosa.
15. H asta que, inesperadamente, nos acordamos y miramos para atrás. Y entonces nos preguntamos: Y ahora?
16. A hora, hoy, todavía es tiempo de reconstruir alguna cosa; de dar un abrazo amigo; de decir una palabra cariñosa; de agradecer por lo que tenemos.
17. N unca se es demasiado viejo, o demasiado joven, para amar, para decir una palabra gentil, para hacer un cariño.
18. N o mires para atrás. Lo que pasó, pasó. Lo que perdimos, perdimos. Mira hacia adelante!
19. T odavía hay tiempo de apreciar las flores que están enteras a nuestro alrededor.
20. T odavía hay tiempo de agradecer a Dios por la vida, que aunque efímera, aún está en nosotros.