La Comuna de París, un hito revolucionario olvidado
1. LA COMUNA DE PARÍS
La Comuna de París de 1871 ha sido sin duda uno de los mayores acontecimientos
revolucionarios de la Historia. Por primera vez el proletariado fue capaz de derrocar el
poder establecido, formar sus propios órganos de gobierno y reemplazar al estado
monárquico-burgués capitalista. Esto nunca lo perdonaron los asustados burgueses-
capitalistas, que vieron en la Comuna la posibilidad de perder todos sus privilegios
económicos y sociales. También explica la fuerte represión sufrida por los comuneros
(“communards”), y que gran parte del mundo lo viera como una simple revuelta de “vagos”
proletarios. La represión fue tan grande que incluso este acontecimiento tan importante
fue olvidado por los libros de Historia, nombrándose casi como una anécdota de la Guerra
Franco-Prusiana que derrocó a Luis Napoleón III, que trajo la III República a Francia y la
unión de Alemania. Espero que estos renglones ayuden a recuperar la memoria histórica
de un movimiento valiente y digno de ser recordado.
PRECEDENTES HISTÓRICOS, POLÍTICOS Y SOCIALES
La Revolución de 1789
Ningún acontecimiento histórico se produce
espontáneamente. Así, los orígenes de la Comuna se podrían
buscar casi un siglo antes, en la Revolución Francesa de 1789. En
estos años se produjo el principio del fin del estado absolutista con
privilegios feudales, el llamado Antiguo Régimen. Sin embargo los
beneficiados por esta revolución no fueron los más
desfavorecidos, sino los burgueses que buscaban sobre todo la libertad económica, es
decir el desmantelamiento de los privilegios hereditarios de la nobleza que impedían el
crecimiento de sus intereses económicos. Al principio burgueses y clase trabajadora
fueron de la mano, los “sans culotte” (literalmente los “sin calzón” por ser pobres) fueron
decisivos en el apoyo a los Jacobinos frente a la presión de las potencias monárquicas
europeas y de los contra-revolucionarios. Sin embargo en cuanto el Liberalismo aseguró
el poder no tardó en reprimir duramente a esta nueva mano de obra, nacida de la
incipiente revolución industrial. Por primera vez las clases populares aparecen como un
nuevo elemento en las disputas políticas. Al final Napoleón Bonaparte apareció como
salvador de la Revolución, y aunque al final se proclamó Emperador, expandió la
revolución liberal por toda Europa.
Las Revoluciones de 1830 y 1848
La derrota de Napoleón en 1815 devolvió a Europa un nuevo periodo de represión
reaccionaria. Se creó una “Santa Alianza” entre las potencias monárquicas, sobre todo
Austria, Rusia y la nueva Francia de los restaurados Borbones, todos ellos bajo la atenta
mirada de Inglaterra.
En principio fue una reacción anti-liberal, pues se fueron suprimiendo
constituciones y reformas económicas, y a la Iglesia le fue devuelto gran parte de su
anterior poder. Sin embargo el motor económico seguía siendo la burguesía, que no
2. soportaba cómo se la excluía de la vida política. Como consecuencia de este proceso, en
1830 hubo en Europa una nueva “fiebre revolucionaria”, esta vez fueron los republicanos,
unidos a obreros y estudiantes los que llevaron en Francia el peso de la Revolución de
1830. En las luchas entre el Parlamento (elegido por Sufragio Censitario) y el Rey por
mantener el privilegio de los aristócratas, se inclinó rápidamente por los primeros, grandes
propietarios burgueses. Carlos X huyó y se instauró una Monarquía Constitucional con
Luis Felipe de Orleáns, aunque se aumentó el censo de votantes (según los bienes de
propiedad) pronto las clases populares y pequeños propietarios quedaron decepcionados
ante su exclusión de la vida política.
Los veinte años siguientes fueron una edad de oro de la gran burguesía, se
aumentó espectacularmente la acumulación de capital a la par que el tejido industrial
crecía imparable. Así aunque la renta nacional de los países liberales subía
constantemente, la clase trabajadora recibía una pequeñísima parte de este pastel.
Pronto se vio que los problemas sociales no sólo no se resolvían en Occidente,
sino que aumentaban, a esto se unió el emergente nacionalismo de Europa Central y
Oriental lo que se tradujo en una nueva oleada revolucionaria en toda Europa en 1848.
Nunca antes el Viejo Continente había vivido una revolución tan universal como en
1848, sólo Inglaterra y el Imperio Ruso se salvaron de la vorágine revolucionaria. Sin
embargo los movimientos en cada región o país fueron independientes unos de otros,
aunque coincidían en ideales no se unieron y pronto fueron derrotados bajo una fortísima
represión militar, fortaleciendo además las tendencias más conservadoras de los
burgueses-capitalistas.
En Francia se produjo la llamada
Revolución de “Febrero” de 1848. Otra vez las
disputas por el aumento del Censo entre
Monarquía y reformadores provocaron la huída
de Luis Felipe y la proclamación de la
República. Esto fue posible por el poder
adquirido por los “Radicales” (republicanos
sociales), republicanos-burgueses e incipientes socialistas. Destacó en esta etapa
revolucionaria la creación por Louis Blanc de los Talleres Nacionales, una forma de
fábricas públicas para dar trabajo a la gran masa de parados de la crisis capitalista de
1847. Además se introdujo el Sufragio Universal masculino para la formación de la
Asamblea Constituyente. Sin embargo este avance fue contradictorio pues se demostró
uno de los grandes problemas de Francia desde 1792, la diferencia entre los asalariados
y radicales de París y el resto del país, burguesía provinciana y campesinos
conservadores, todos ellos no tenían ningún elemento en común y las provincias
consiguieron mayoría.
En Junio era evidente el alejamiento de la Asamblea de la República Social, los
obreros de los Talleres Nacionales se sublevaron. Durante tres días las calles de París
fueron un campo de batalla en la que al final se impuso la Asamblea burguesa y su fiel
ejército. El resultado 10.000 muertos y 11.000 deportados a las colonias.
3. Estos hechos son de gran importancia pues se puede considerar como la primera
gran lucha de clases. Los obreros a partir de entonces confirmaron su odio a la burguesía
y su reconocimiento de que deberían luchar solos por sus derechos. Los burgueses y
clases acomodadas fueron presa del pánico, dominados por un sentimiento de terror
provocado por lo cerca que estuvo el levantamiento popular de triunfar.
Napoleón III
Después de la represión se mantuvo la República ante las irreconciliables posturas
de las diferentes facciones monárquicas. Aún así se optó por crear una Presidencia
fuerte, que hiciera frente a posibles nuevas revoluciones. En las siguientes elecciones,
con Sufragio Universal masculino, salió elegido un tal Luis Napoleón Bonaparte, sobrino
del antiguo Emperador y visto como un personaje independiente y con cierto cariz social.
La II República Francesa estaba gobernada realmente por antirrepublicanos, los
reaccionarios vieron en Luis Napoleón un freno a los socialistas, mientras que
republicanos y el pueblo llano le veían como un freno a los reaccionarios monárquicos y
grandes terratenientes. Esta confianza se tradujo en que en 1851 se auto proclamara
Emperador, Napoleón III, creando un gobierno en el que afirmaba que él estaba por
encima de las clases sociales.
Los primeros años de su reinado fueron de gran expansión económica, también a
nivel mundial, esto provocó la aparición de grandes corporaciones, sobre todo de
ferrocarriles, en donde se enriquecieron muchas personas. Como compensación el
Emperador-dictador estableció leyes de carácter social, como la legalización de los
sindicatos e incluso el derecho de huelga. Estas contradicciones hicieron que al final se
creara una gran oposición desde todos los bandos, pero que nunca fueron lo
suficientemente fuertes para derrocarle.
Al final lo que destruyó a Napoleón III fue la Guerra contra Prusia. Desde 1851
hasta 1870 Francia entró en guerra varias veces (Rusia, Austria, Italia, Méjico....) por su
afán de demostrar el nuevo poderío de Francia. Sin embargo en 1870 declaró la guerra a
la Prusia de Guillermo I y Bismarck, ante las intenciones de crear un Imperio Alemán y por
la posible subida al trono de España de un Rey germano, lo que dejaría a Francia
rodeada de enemigos.
La guerra fue un desastre para los franceses. En la Batalla de Sedán,
prácticamente todo el ejército francés cayó prisionero de los Prusianos, incluido el
Emperador. Francia estaba ocupada en parte por los Prusianos que se quedaron a las
puertas de París, declarando la creación del Imperio Alemán en el propio Versalles.
Francia se quedó sin gobierno, lo que provocó los acontecimientos de la Comuna de
París.
LA COMUNA DE PARÍS 1871
En Octubre de 1870 se empezaron a producir en París manifestaciones para seguir
la guerra contra los prusianos. Ante el temor de nuevas revueltas proletarias, las clases
dirigentes (tanto monárquicas como republicanos burgueses) formaron un gobierno que
pactó un armisticio con los prusianos, trasladándose además a Versalles para evitar al
4. pueblo parisino. Así mismo se debían organizar unas elecciones para la creación de una
nueva Asamblea Nacional.
En el París sitiado esta rendición se vio como una traición por parte del
proletariado, que empieza a pedir la Comuna, se hace con las armas de los arsenales y
organiza la resistencia. En el resto de Francia, sin embargo, estos acontecimientos
provocados por los proletarios y la pequeña burguesía parisina se vieron como otro
intento de revolución, como en 1848. Esto provocó que en las elecciones de febrero de
1871 los monárquicos y conservadores fueran mayoría, frente a unos pocos diputados de
izquierda (republicanos radicales y socialistas). La nueva asamblea no reconoce la nueva
República proclamada en Septiembre y elige a Thiers, político conservador, como jefe de
Gobierno para desencadenar la contrarrevolución ante el apoyo creciente a la Comuna.
Su primera acción fue intentar desarmar a la población de París, para lo cual pacta
con Bismark la devolución de prisioneros de guerra para realizar la represión. Ante este
intento el pueblo de París, junto a la Guardia Nacional sublevada del gobierno, les hace
frente hasta incluso tener la posibilidad de tomar Versalles.
Sin embargo optaron por la moderación, fuertemente criticada posteriormente, e
incluso se permitió en la ciudad la movilidad libre de grupos conservadores, prensa
monárquica y toda la libertad que se podía pensar, París era una ciudad abierta. La
Francia dominada por Thiers, sin embargo, se caracterizaba por la represión de cualquier
simpatizante de la Comuna y, por supuesto, por un control policial absoluto.
El 26 de Marzo de 1871 se realizan elecciones libres en la ciudad y se proclama
oficialmente la Comuna de París, invitando al resto de ciudades a hacer lo mismo y luchar
contra Thiers, su llamamiento no tuvo respuesta ante la falta de comunicaciones con el
exterior. En estas elecciones fueron elegidos toda clase de ideas y personas, anarquistas,
blanquistas, proudonistas, socialistas de la I Internacional, e incluso hubo representantes
de los barrios burgueses que más tarde se retirarían y huirían.
El hecho de ser la “Iª Revolución Socialista” no es por el predominio de ciertos
miembros socialistas, sino por la iniciativa de creación de una organización político-
administrativa, establecida casi de forma espontánea, con la unión de todas las ideologías
representadas.
La Organización de la Comuna.
Pronto se vio que era imposible aprovechar el antiguo entramado administrativo
heredado del Imperio de Napoleón III, a lo que se unió la presión del sitio a la ciudad y la
destrucción de gran parte de la industria en la guerra contra los prusianos.
El principal organismo fue el “Consejo de la Comuna”, coordinado por una
“Comisión Ejecutiva”, con poderes legislativos y ejecutivos. Así mismo se crearon las
“Comisiones” (Ejército, Salud Pública, Trabajo, Justicia.....) que aplicaban la política
correspondiente a su actividad, aunque siempre respondía ante el Consejo. También se
reorganiza la Justicia, la cual pasa a ser gratuita, y los magistrados se elegirían por
votación.
5. Una de las primeras medidas de la Comuna fue disolver al Ejército regular
(resquicio del orden aristocrático), sustituyéndolo por la Guardia Nacional democrática, es
decir por todo el pueblo. Otra decisión, muy sorprendente, fue el respeto de la propiedad
privada de los que se quedaron, expropiándose sólo a los que huyeron, los grandes
propietarios. Y más todavía sorprendió que nunca llegaran a utilizar los depósitos del
Banco de Francia, no sólo su dinero sino también el posible uso político de éste, con el
cual la burguesía hubiera obligado a Thiers a pactar con los comuneros.
A pesar del cerco militar, la Comuna invierte rápidamente en la ejecución de
trabajos públicos, con la creación de correos y de un sistema sanitario, que garantizara la
salud del pueblo y de las tropas de la Guardia Nacional en lucha.
Los pequeños industriales fueron respetados aunque en un nuevo marco de
relaciones laborales, en la que el trabajador tenía sus derechos. Se prohibió el trabajo
nocturno y adoptaron políticas de higiene. Los alquileres empezaron a estar controlados
por la municipalidad, fijándose un tope máximo. Como ejemplo, los miembros del gobierno
se pusieron un sueldo igual al sueldo medio de los trabajadores, teniendo prohibido la
acumulación y aprovechamiento propio de sus cargos.
La educación pasó a ser laica, gratuita y obligatoria. Los programas de estudios
pasaban a ser realizados por los propios profesores, los cuales garantizaban el carácter
científico de las disciplinas. También se creó una Formación Profesional en donde los
obreros daban gratis las prácticas a los alumnos. Se crearon guarderías para cuidar a los
hijos de las trabajadoras. También en el plano educativo destacó la Asociación
Republicana de Escuelas con el propósito de crear en las universidades un estímulo
basado en el conocimiento científico.
En el mundo del arte y cultural aparecen gran cantidad de asociaciones para la
promoción del teatro y las bibliotecas.
La Libertad
Una de las principales característica de la Comuna fue la Libertad. De ésta se
podían beneficiar todos, incluso los partidarios del gobierno de Versalles. Había libertad
de prensa, de reunión y asociación.
Se decretó que las detenciones deberían ser por orden judicial, y los prisioneros
tenían todos sus derechos garantizados, incluso el castigo era fuerte para los casos de
detenciones injustas. La libertad de asociación hizo aparecer a muchos grupos y “clubs”
de todas las ideologías, las cuales se podían expresar libremente.
Esta libertad hizo que los reaccionarios se movieran libremente por la ciudad,
provocando muchas veces actos de sabotaje. Solamente al final, cuando la situación se
hizo difícil, se empezó a detener a los saboteadores y todo aquel que se resistiera por la
fuerza, aún así durante toda la comuna no murieron más de cien personas a manos de la
Comuna (saboteadores, espías y un Obispo), datos totalmente insignificantes
comparados con la represión posterior.
La Contrarrevolución y represión.
6. Ante el temor del propio Bismark a que el fenómeno de la Comuna se contagiara al
resto de Europa, le devuelve a Thiers todas las tropas que todavía mantenía retenidas,
para la eliminación de los comuneros. Así el 21 de Mayo de 1871 un ejército de 180.000
hombres se lanzan a la conquista de París calle por calle. La defensa se organizó en
barricadas, en las que luchaban tanto hombres como mujeres. La lucha fue desigual ante
el poderío militar del ejército regular, sin embargo los comuneros lucharon hasta muerte.
La batalla duró una semana, hasta el 28 de Mayo, cuando cae la última barricada
defendida por un solo comunero por la muerte de sus compañeros.
Como era de esperar la represión fue brutal. Desde los primeros días los
fusilamientos eran cotidianos (incluidos mujeres y niños), una simple denuncia infundada
valía para ser mandado al paredón. No sólo lo sufrieron los communards, sino que
muchos burgueses huidos aprovecharon para denunciar a sus rivales y acreedores.
Se estima que unos 30.000 obreros y simpatizantes de la Comuna fueron fusilados,
a los que habría que sumar unas 40.000 personas enviadas a las colonias, con trabajos
forzosos, en donde gran parte murió de enfermedades. Esta represión casi consiguió
eliminar el movimiento obrero en Francia, hasta el mismo Thiers, disfrutando de su victoria
llegó a afirmar que: “ El socialismo ha sido eliminado por un largo tiempo”.
Luchas en las barricadas de París
Conclusiones y visiones críticas.
Aunque los socialistas de la I Internacional no tuvieron un papel destacado, los
gobiernos burgueses y autoritarios europeos no tardaron en responsabilizarlos de todo lo
ocurrido. Con esta excusa el movimiento obrero estuvo perseguido fuertemente durante
bastante tiempo.
Sin embargo, la Comuna no sólo fue criticada por los conservadores-burgueses, lo
cual en cierto modo es normal, sino que recibió muchas críticas desde las diferentes
visiones revolucionarias de la época.
Marx y Enguels, aunque siempre admiraron la valentía de los comuneros,
pensaban que no se daban todavía las condiciones históricas y económicas para
desarrollar una revolución socialista. También criticaron la debilidad organizativa, debido
muchas veces a la diversidad ideológica, que hizo que en los momentos decisivos no se
tomaran las decisiones más rápida y correctamente.
El Anarquismo por su parte vio en principio con buenos ojos la Comuna, pues en
cierto modo es como consideraba Bakunin que llegaría la Revolución, además había
representados varios anarquistas en el movimiento. Sin embargo pronto vieron que no se
ajustaba a su forma de organizarse. La Comuna, según ellos, se quedó corta pues no se
abolió el estado, y se organizó de “forma jacobina” al mantener un gobierno
representativo. El pensador anarquista más crítico fue Piotr Kropotkin: “no rompieron con
la tradición del estado, de gobierno representativo, y no trataron de lograr dentro de la
Comuna esa organización de lo sencillo a lo complejo que había inaugurado al proclamar
la independencia y la libre federación de comunas”.
7. Ambas ideologías criticaron el exceso de “Liberalidad” que aprovechó Thiers para
derrocar el movimiento, sin embardo, en mi opinión, esto fue debido al “humanismo” y
respeto del ser humano, el cual querían ser modelo de futuras generaciones, quizás un
pensamiento demasiado pacifista para su época, pero que no deja de ser encomiable.
Desde mi punto de vista el error más grave fue el no controlar el Banco de Francia y todas
sus reservas, las cuales no sólo no utilizaron sino que Thiers consiguió financiar su
ejército a través de los funcionarios que sacaban el dinero a escondidas del Banco.
No todo fue un desastre, aunque Thiers y los gobernantes de la época pensaron
que con la derrota de la Comuna tenían controlado el proletariado para siempre. Bismarck
supo ver las grandes deficiencias sociales por las que la mayor parte de la población
obrera se sublevó. Así para evitar casos parecidos en el nuevo Imperio Alemán (II Reich),
se crearon unos niveles básicos de asistencia social, con horas máximas de trabajo y
seguros sociales en caso de accidente y jubilación. Este fue el principio de lo que más
tarde sería “el estado del bienestar”.
En Francia, la unión de intereses entre conservadores-aristocráticos y burgueses
volcó la balanza definitivamente hacia la República (La III República). Pensaban que este
era el mejor sistema para controlar el estado, nunca más habrá Reyes ni Emperadores en
Francia.
En general este movimiento revolucionario fue un ejemplo para la clase obrera,
demostrando que se podía tomar el poder para crear una sociedad más justa, igualitaria y
fraternal, que hoy llamamos solidaridad. Incluso el “exceso” de libertad, que tanto se
criticó, no deja de ser un ejemplo de que intentaron hacer un nuevo mundo que no
estuviera basado en la represión que ellos habían sufrido en sus vidas.
Como anécdota comentar que fue un communard quien simbolizó la bandera roja
del socialismo y la famosa canción de la Internacional.
Por Heródoto el Rojo