La Revolución Francesa se enmarca en un periodo de transformaciones políticas y económicas entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. Factores como el descontento de las clases populares, las ideas de la Ilustración, y la crisis económica llevaron al estallido de la revolución en 1789. Este proceso condujo al fin de la monarquía absoluta y al establecimiento de una república burguesa basada en los ideales de libertad, igualdad y fraternidad.
La Revolución Francesa y el surgimiento de la era moderna
1. UNIDAD 2: “ ESBOZO DE LAS
REVOLUCIONES BURGUESAS”
2. La Revolución Francesa (1789—1799) es uno de los más grandes y decisivos acontecimientos de la
Historia e inicio de la época Contemporánea. Tiene una importancia fundamental, ya que al sustituir el
antiguo orden —Antiguo Régimen— por un orden nuevo liberal abrió paso al mundo moderno.
La Revolución Francesa ha sido considerada tradicionalmente como el modelo de revolución
burguesa, en la que la burguesía desplazaba a la aristocracia del poder.
3. Las causas son complejas y variadas, ya que intervinieron factores políticos, económicos, sociales e ideológicos.
Francia, en la que desde 1774 gobernaba de forma absoluta y por derecho divino Luis XVI, se hallaba sumida en una
profunda crisis en la década de 1780.
La sociedad francesa prerrevolucionaria era estamental. La nobleza y el clero eran los estamentos privilegiados;
apenas suponían el 1% de la población, pero detentaban el poder político y social y estaban apegados a sus derechos
señoriales y exentos del pago de impuestos. El Tercer Estado aglutinaba a la mayoría de la población (el 99%).
Dentro de él, había grandes diferencias de estatus y riqueza. La burguesía, enriquecida por el desarrollo del
capitalismo en la industria y en el comercio, trataba de comprar cargos y títulos nobiliarios pues les aportaban
riqueza. Aunque no tuviera aún conciencia de clase, la burguesía rechazaba la sociedad tradicional, los privilegios y
el absolutismo y aspiraba a intervenir en el gobierno de la nación, alentada por las ideas ilustradas y el ejemplo de la
Guerra de la Independencia americana.
Las crisis económicas eran constantes desde 1763, motivadas por las continuas y largas guerras y la mala
administración, pero la crisis de 1788 agravó la situación: las malas cosechas trajeron escasez de alimentos y
hambre, así como el descenso generalizado de los precios agrícolas que la nobleza terrateniente intentó compensar
aumentando los tributos, lo que generó disturbios y protestas de los campesinos. Los artesanos y obreros de las
ciudades se habían empobrecido también a causa de la crisis económica, que trajo consigo hambre, paro y
frecuentes motines de subsistencia.
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5. En términos generales fueron varios los factores que influyeron en la Revolución: un régimen
monárquico que sucumbiría ante su propia rigidez en el contexto de un mundo cambiante; el
surgimiento de una clase burguesa que nació siglos atrás y que había alcanzado un gran poder en el
terreno económico y que ahora empezaba a propugnar el político; el descontento de las clases
populares; la expansión de las nuevas ideas ilustradas; la crisis económica que imperó en Francia
tras las malas cosechas agrícolas y los graves problemas hacendísticos causados por el apoyo militar
a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos.
6. Desde el punto de vista político, fueron fundamentales ideas tales como las
expuestas por Voltaire, Rousseau o Montesquieu (como por ejemplo, los
conceptos de libertad política, de fraternidad y de igualdad, o de rechazo a
una sociedad dividida, o las nuevas teorías políticas sobre la separación de
poderes del Estado). Todo ello fue rompiendo el prestigio de las instituciones
del Antiguo Régimen, ayudando a su desplome.
7. Desde el punto de vista económico, la inmanejable deuda del Estado fue exacerbada por un sistema de
extrema desigualdad social y de altos impuestos que los estamentos privilegiados, nobleza y clero no
tenían obligación de pagar, pero que sí oprimía al resto de la sociedad. Hubo un aumento de los gastos del
Estado simultáneo a un descenso de la producción agraria de terratenientes y campesinos, lo que produjo
una grave escasez de alimentos en los meses precedentes a la Revolución. Las tensiones, tanto sociales
como políticas, mucho tiempo contenidas, se desataron en una gran crisis económica a consecuencia de los
dos hechos puntuales señalados: la colaboración interesada de Francia con la causa de la independencia
estadounidense (que ocasionó un gigantesco déficit fiscal) y el aumento de los precios agrícolas.
9. El final del siglo XVIII fue una época de trastornos en muchas partes de hemisferio occidental, trastornos
que se pueden atribuir, directa o indirectamente, al fermento de las ideas conocidas como la Ilustración.
Estas ideas, reflejo de las necesidades y tensiones de una sociedad cambiante se basan en el nuevo
conocimiento científico del siglo XVII, que engendró una nueva fe en la razón y en el progreso. por un lado,
esto llevó a un rechazo de la autoridad y a una afirmación de los Derechos del Hombre, expresados en la
famosa declaración de Rousseau de que el hombre nace libre, pero en todas partes está encadenado. Por otro
lado, las nuevas ideas fueron una inspiración para los monarcas, que , al ternar el siglo XVII, empezaron a
concentrar el poder en sus propias manos y a gobernar mediante agentes burocráticos nombrados por ellos.
Sin embargo, estas actividades centralizadoras encontraron resistencia en todos aquellos que tenían
intereses creados en el Antiguo régimen, Iglesias, gremios y corporaciones y, sobre todo, la aristocracia. Sus
líderes recurrieron a las teorías de Montesquieu y Burke para demostrar que la sociedad era una forma
orgánica y que sus agrupaciones tradicionales no sólo conferían derechos inalienables a sus miembros sino
que producían un equilibrio de poder que resguarda los individuos de la tiranía. Esto junto al deseo de
autonomía de la provincias dio origen al descontento. Quedó muy claro entonces que el fermento no se
detendría ahí.
Era más probable que ocurriera una rebelión en las regiones en que la aristocracia podía contar con el apoyo
de los campesinos; pero en Europa Oriental estos últimos aún eran ciervos, y era poco probable que se
revelaran para apoyar a los terratenientes que eran sus opresores directos. Sin embargo, a los campesinos
también les desagradaban las innovaciones y a veces luchaban tenazmente por conservar su forma de vida
tradicional.
Las revoluciones aparecieron por primera vez en gran escala en las colonias inglesas de América. Recurriendo
a la filosofía de Locke sobre el derecho natural, los colonizadores se negaron a pagar un impuesto establecido
por el parlamento en Londres, en el que no estaban representados. Para 1775 la disputa había llegado a una
guerra declarada. Los hombres moderados que habrían mantenido la antigua estructura de la sociedad
fueron sustituidos por otros con objetivos más democráticos y la guerra por la independencia nacional ganó
apoyo en todos los estratos sociales. El ejemplo norteamericano fue una inspiración para los rebeldes de los
países bajos, así como en Francia, cuyas tropas habían peleado en el lado norteamericano en la guerra.
10. La Revolución Francesa se encuadra dentro del de transformaciones
políticas y económicas que marcaron el fin de la Edad Moderna y el
comienzo de la Edad Contemporánea. La independencia de EEUU y el
desarrollo de la Revolución Industrial, iniciada en la Gran Bretaña, son los
otros dos grandes procesos que señalan esta transición histórica.
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12. El 14 de julio de 1789 se produce en París uno de los momentos que ha quedado inmortalizado en la
historia de París y en la historia de Francia, la toma de la bastilla, un momento de la historia de este
país que ha quedado inscrito en las páginas de la historia universal.
14. Por Revolución Francesa se entiende el proceso vivido en Francia tanto social como político que
convulsionó la ciudad y el país a fines del Siglo XVIII. Tras este proceso se abolió la monarquía y se
instauró la República en Francia, la I República que perduró hasta el golpe de Estado de Napoleón.
Las causas de esta revolución fueron el auge de la diferencias sociales, un auge que propiciaba la
separación cada vez más importante entre las clases aristocráticas, las más cercanas a la monarquía, y
las clases más desfavorecidas. Ese descontento se fue haciendo cada vez más insostenible, y se le unía
la fobia que le pueblo estaba tomando hacia el absolutismo de los monarcas. En este periodo además
toman relevancia nombres como el de Voltaire, Jean Jaques Rousseau o el Barón de Montesquieu, que
promulgaron los valores de la Libertad, la igualdad y la fraternidad, hoy en día lemas de Francia.
Esa situación se fue agravando poco a poco, y todo ello unido a la crisis de Francia propició el inicio
de levantamientos de los trabajadores del campo. Los Monarcas Luís XV y después Luís XVI trataron
de cambiar las leyes para hacer un sistema de más justicia, pero no pudieron, no supieron como
convencer a las clases más nobles de París, y la revuelta se hizo realidad.
El 17 de junio, en contra de un sector acomodado de la burguesía, se vota a favor de la Declaración de
los Derechos del hombre y del Ciudadano, esto se hizo sin el beneplácito de las fuerzas pudientes, y
finalmente estalló la revolución.
Luís XVI tomó medidas en contra del pueblo, intentando revertir el proceso iniciado, pero sólo
consiguió alimentar la revolución, y el 14 de julio de 1789 el pueblo asaltó la Bastilla, el símbolo del
absolutismo de la Monarquía Francesa y de la represión de Luís XVI. A partir de ahí, la revolución se
extendió a otros lugares de Francia, Lafayette y Sylvain Baillo tomaron el poder momentáneamente y
el Rey abdicó.
Las consecuencias de este momento histórico fueron la instauración de la república como forma de
gobierno, la pérdida de poder de la iglesia, la huída de los nobles y la instauración de la Declaración
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
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17. La Revuelta de los Privilegiados
(1787—1789)
La Revolución Francesa se inició con una Revuelta de los privilegiados. Calonne había tratado de
convencer a una Asamblea de Notables reunidos en Versalles en febrero de 1787, de que
aceptasen un impuesto territorial universal, la reducción de la talla y la gabela y la abolición de las
aduanas interiores, pero rechazaron estas medidas. Su sucesor, Brienne, lo intentó de nuevo pero
los notables respondieron que solamente una asamblea de representantes de los tres órdenes
podría aprobar tal reforma y reclamaron una reunión de los Estados Generales, un cuerpo
consultivo que reunía a los representantes de los tres estamentos y se había reunido por última
vez en 1614. Brienne se dirigió al Parlamento de París, el más importante y controlado por la
nobleza, que rechazó también el subsidio territorial y pidió la reunión de los Estados Generales. El
gobierno quiso suprimir los Parlamentos, pero se resistieron. En julio de 1788 Luis XVI decidió
convocar los Estados Generales para mayo de 1789. Brienne fue reemplazado por Necker.
19. Los electores de los diversos estamentos se apresuraron a designar a sus diputados. Los del
Tercer Estado prefirieron elegir como representantes a los burgueses. Se comenzaron a
redactar unos Cuadernos de Quejas (cahiers de doléances) en los que los franceses expresaban
sus reivindicaciones. Todos coincidían en manifestar su lealtad al rey. Los del clero y la
nobleza se mostraban defensores de los privilegios. Los del Tercer Estado expresaban, más que
la opinión de los campesinos y artesanos, la opinión de la burguesía que solicitaba un cambio
político. Los campesinos se quejaban de las cargas materiales y los tributos señoriales que
soportaban. Son una fuente incomparable para los historiadores.
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21. Gracias a la suspensión de la censura en la prensa, se distribuyeron numerosos panfletos, el más difundido
fue el del abate Sieyès titulado ¿Qué es el Tercer Estado? que afirmaba que el estado llano era la nación.
También hubo debates y discusiones sobre si los tres órdenes debían reunirse por separado, como deseaban
los estamentos privilegiados, o en una cámara común, como quería el Tercer Estado.
Luis XVI vacilaba. Al final aceptó duplicar el número de representantes del tercer estado, pero no se
pronunció sobre la forma de efectuar las votaciones.
Luis XVI Rey de Francia
22. Etapa moderada y de monarquía
constitucional (1789—1792)
La reunión de los Estados Generales
El 5 de mayo de 1789 se reunieron en Versalles los Estados Generales, compuestos por 270 diputados de la nobleza, 291 del clero y 578 del
Tercer Estado. Los diputados del Tercer Estado reclamaron el voto por cabeza e invitaron a los otros estamentos a que se les unieran. Sólo
lo hicieron algunos miembros del bajo clero.
23. El 17 de junio, a propuesta de Sieyès, los diputados decidieron constituirse en Asamblea Nacional. La mayor parte del
clero y 80 nobles se unieron al Tercer Estado. Luis XVI ordena cerrar la sala de reuniones y los diputados indignados
se reunirán entonces en la Sala del Juego de Pelota. Dirigidos por Mirabeau juraron no separarse hasta que hubiesen
elaborado una Constitución a Francia. Era una auténtica revolución jurídica, que significaba el triunfo del principio
de soberanía nacional y el fin de la monarquía absoluta.
El juramento del juego de la
pelota
24. La Asamblea Nacional Constituyente (1789— 1791
El 9 de julio, la nueva Asamblea se transformó en constituyente al decidir preparar
una Constitución. Luis XVI, mal aconsejado por la reina María Antonieta y otros
miembros de su Corte, no quiso aceptar esta revolución pacífica. Destituyó a Necker
y concentró tropas cerca de París, que se sublevó, iniciando la revolución violenta.
Los parisinos, en busca de armas, asaltaron el 14 de julio la Bastilla, una fortaleza y
prisión, que era símbolo del absolutismo. Se formó un Ayuntamiento revolucionario
y una Guardia Nacional, dirigida por La Fayette. Surgió la escarapela tricolor
(azul, blanca y roja) que pasó a ser la bandera nacional. El rey cedió a retirar las
tropas y volvió a llamar a Necker. Acudió a París en medio del entusiasmo popular
aceptando el nuevo poder municipal. Otras ciudades siguieron el ejemplo de París.
Mientras tanto tuvo lugar la revolución campesina. El miedo se extendió ante los
rumores de una conspiración de aristócratas y se desencadenó la Grande Peur —el
Gran Miedo—, que provocó desórdenes y disturbios por todo el país con el asalto de
los campesinos a los castillos, la quema de archivos y la muerte de nobles.
La Asamblea Nacional, inquieta ante estos hechos, decidió la noche del 4 de agosto
decretar la abolición del régimen feudal, aunque se otorgaban compensaciones a la
nobleza propietaria, y se suprimió el diezmo. En otras leyes se prohibía la venta de
cargos públicos y la exención tributaria de los estamentos privilegiados.
27. Posteriormente, el 26 de agosto de 1789, la Asamblea aprobó la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano. Es un documento fundamental cuyos principales inspiradores fueron
Mirabeau y Sieyés. Este breve texto constaba de un preámbulo y diecisiete artículos— proclamaba
que los hombres son libres e iguales y que tienen todos los mismos derechos «naturales e
imprescriptibles»: la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión; afirmaba la idea
de que el poder está en la Nación — Soberanía Nacional— y que la ley es la expresión de la voluntad
popular; defendía la separación de poderes; proclamaba las libertades de opinión y expresión;
establecía la igualdad judicial y la igualdad fiscal. Este texto constituye el primer documento del
liberalismo político. La Asamblea formuló también los tres principios de la Revolución:
«Liberté, Égalité, Fraternité»(«Libertad, Igualdad, Fraternidad»).
Declaración de
Derechos
28. Luis XVI se negó a sancionar la Declaración y los decretos aprobados el 4 de agosto. Estalló una nueva revuelta
popular atizada por la escasez de alimentos y la carestía. El 5 de octubre, una manifestación de mujeres fue a
Versalles y obligó al rey a sancionar estos decretos y a trasladarse a París con su familia.
La Asamblea Nacional había heredado el problema financiero de la monarquía y para solucionarlo procedió a
nacionalizar los bienes de la Iglesia; a cambio el Estado se comprometía a sostener el culto y el clero. Estos
bienes sirvieron para respaldar la emisión de papel moneda, los asignados, que pronto empezaron a
depreciarse. Las tierras nacionalizadas fueron subastadas en grandes lotes. La Asamblea quería facilitar a los
campesinos el acceso a la propiedad de estas tierras, pero como no tenían dinero, fueron los campesinos
adinerados, la burguesía y la nobleza los que se beneficiaron de la venta de los bienes nacionales.
La Asamblea también emprendió la reforma de la Iglesia. En febrero de 1790 suprimió las órdenes religiosas
excepto las dedicadas a enseñanza y hospitales. El 12 de julio aprobó la Constitución civil del clero, que
permitía la separación de Iglesia y Estado. Los obispos y los curas serían elegidos como los demás
funcionarios. Se exigió al clero el juramento de fidelidad al rey, a la nación y a la Constitución. Esto provocó la
división de los clérigos, entre juramentados y refractarios, y una profunda fractura en la sociedad.
Constitución civil del clero
29. En junio de 1791 la familia real huyó de París para reunirse con el ejército absolutista en Austria pero fueron
arrestados en Varennes y devueltos a París. Su doblez y traición desprestigió a la monarquía.
La Asamblea aprobó la Constitución de 1791 que definía una Monarquía Constitucional como sistema
político y consagraba el principio de la soberanía nacional. Establecía la división de poderes: el rey tenía el
poder ejecutivo, nombraba y destituía a sus ministros, se le reconocía derecho al veto suspensivo durante
cuatro años para la aplicación de un decreto votado por la Asamblea, El poder legislativo residía en una
cámara única —la Asamblea Legislativa— elegida cada dos años por ciudadanos mayores de 25 años que
pagasen un impuesto directo equivalente como mínimo a tres días de jornal (ciudadanos activos). Era el
llamado sufragio censitario. Los ciudadanos pasivos y las mujeres fueron excluidos. El poder judicial
residía en los jueces, siendo el Tribunal Supremo la institución más alta.
Escudo de la Asamblea Nacional usado desde 1789
30.
31. La obra legislativa de la Asamblea Constituyente se completó con una
reforma administrativa que uniformizó los gobiernos locales en todo el
país, y con una legislación económica basada en el liberalismo económico:
libertad de propiedad, de comercio, de producción y de trabajo. Los gremios
fueron abolidos y la ley Le Chapelier (1791) impuso un libre mercado del
trabajo pero prohibía las asociaciones de trabajadores. La liberalización de
la economía provocó la hostilidad de las clases populares, tanto en el campo
como en la ciudad.
A la vez se iban perfilando los distintos grupos políticos de los diputados en
la Asamblea. Por una parte estaban los aristócratas conservadores o
negros, defensores de las prerrogativas reales y del antiguo orden, que eran
pocos y se sentaban a la derecha en la cámara. Por otra estaban los
patriotas, que defendían la limitación del poder real, aunque existían
diferencias entre ellos: la gran mayoría eran los monárquicos moderados o
constitucionales, como La Fayette o Talleyrand, que eran nobles
liberales, si bien la mayoría eran burgueses. Los patriotas más
radicales, como Barnave y Robespierre, se sentaban a la izquierda. Eran
miembros del famoso Club de los Jacobinos que se reunía en el convento de
la calle Saint Honoré de París. Otro destacado fue el Club de los
Cordeleros, dirigido por Danton. Al margen de estos grupos de la Asamblea
se hallaban, el petit peuple o la canalla y los contrarrevolucionarios en el
exilio
32. La Asamblea Legislativa (1791—1792
La Asamblea, elegida por sufragio censitario, comenzó sus sesiones en octubre de 1791. Estaba compuesta
por 745 diputados jóvenes, divididos en monárquicos constitucionales (264), a la derecha, y una izquierda de
tendencia republicana (136), compuesta mayoritariamente por moderados girondinos, como Brissot, frente a
los extremistas jacobinos. El centro era «La Llanura» (345 diputados), grupo sin una orientación política
definida y que oscilaban a uno u otro lado según les convenía.
33.
34. Luis XVI ejerció su derecho a veto sobre dos decretos de la Asamblea contra los curas
refractarios y los emigrados, provocando así una crisis parlamentaria que llevó al
poder a los girondinos. Éstos querían declarar la guerra a Austria y Prusia, que
ayudaban a los emigrados contrarrevolucionarios por temor a un contagio
revolucionario, y exportar los principios de la revolución. Por el contrario, los
jacobinos se oponían a la guerra porque creían que antes de propagar la revolución
había que liquidar la contrarrevolución en el interior de Francia. Luis XVI anhelaba
la guerra porque pensaba que la ayuda de los soberanos de otros países le permitiría
restablecer su poder.
En abril de 1792 la Asamblea Legislativa declaró la guerra a Austria y Prusia. La
guerra cambio el sentido de la Revolución. Para el historiador Godechot significó
«una segunda revolución». Miles de entusiastas ciudadanos voluntarios se
apuntaron a combatir para defender a la patria. Las derrotas iniciales sufridas por el
ejército francés, desorganizado y sin disciplina, se interpretaron como debidas a un
complot de la Corte y los sacerdotes refractarios para acabar con la Revolución con la
ayuda de las potencias extranjeras.
El miedo se extendió entre las clases populares que hicieron manifestaciones y
protestas. Los más activos eran los sans-culottes —una amalgama de artesanos,
tenderos, pequeños industriales y peones—, que fueron agitados por los jacobinos.
El duque de Brunswick, jefe del ejército prusiano, hizo público un manifiesto en el
que amenazaba a los parisinos con una venganza ejemplar si se hacía daño al rey. El
manifiesto incendió los ánimos, convenció al pueblo de que el rey era cómplice de
las derrotas militares y fue el detonante para una nueva insurrección popular
35.
36. Los sans-culottes destituyeron al Ayuntamiento de París, formaron una Comuna
y asaltaron el palacio de las Tullerías el 10 de agosto de 1792. Luis XVI, que se
había refugiado en la Asamblea con su familia, fue destituido y encarcelado. Bajo
la presión popular, la Asamblea será sustituida por una Convención Nacional. La
jornada del 10 de agosto de 1792 fue un momento decisivo en el desarrollo de la
Revolución Francesa y marcó el inicio de una nueva fase más democrática y
popular.
37. La situación militar era desesperada. La fortaleza de Verdun cayó en manos del ejército prusiano el 2 de septiembre lo que dio
lugar a una oleada de temor y pánico popular y el gobierno provisional pidió voluntarios para ir al frente. Corrió el rumor de
un complot de los contrarrevolucionarios encerrados en las prisiones y más de 1200 sospechosos fueron asesinados por las
turbas en Paris. Las Masacres de Septiembre ensangrentaron también Reims, Lyon y otras ciudades. La Revolución se
radicalizaba.
El 20 de septiembre, el general Dumouriez, al frente del ejército francés, consigue la primera victoria sobre los prusianos en
Valmy. En ese momento se estaba instalando en París la Convención Nacional.
General
Dumouriez
39. La Convención (1792—1795)
La Convención significó la llegada al poder de la burguesía
democrática. La Convención Nacional estaba formada por 749
diputados elegidos por sufragio universal masculino. La inmensa
mayoría eran burgueses —sólo había dos obreros—y defendían el
liberalismo económico y la propiedad privada. Estaban divididos en tres
grupos: a la derecha, los girondinos (160) representaban a la alta
burguesía comercial e industrial de Burdeos, capital de la Gironda, y
otros puertos; eran partidarios de la descentralización y del federalismo
y deseaban detener la Revolución. A la izquierda, los diputados
jacobinos de «La Montaña» (140), procedentes de la burguesía media y
baja, más radicales, cuyos principales dirigentes eran
Robespierre, Danton y Marat, buscaban aliarse con los sans-culottes
para resistir la invasión extranjera y hacer triunfar los principios de la
Revolución. «La Llanura» era el grupo de centro, integrado por
burgueses y republicanos moderados no comprometidos.
La Convención pasó por tres etapas que corresponden al predominio
de cada uno de los grupos citados.
40. Fue en la salle du
Manège de las
Tullerías donde se
reunió la Convención
Nacional hasta el 9
de mayo de 1793.
Después se trasladó a
la antigua salle des
Machines del palacio
de las Tullerías, gran
sala en la la planta
baja utilizada para
espectáculos
diversos. En esta
última sala, las
galerías estaban
previstas para 800–
900 personas; esta
cifra se podía
duplicar en
determinadas
ocasiones
42. La Convención girondina (1792— junio de 1793)
La primera medida de la Convención será la abolición de la Monarquía y
la proclamación de la República el 22 de septiembre. La gran cuestión fue
el juicio al rey. Los girondinos querían sólo encarcelarlo, pero se
impusieron los jacobinos que deseaban su muerte por traidor. Finalmente,
por un voto de diferencia, Luis XVI fue condenado a muerte y ejecutado en
el cadalso el 21 de enero de 1793. Este acto supuso la ruptura definitiva
entre la Francia revolucionaria y la Europa monárquica.
43. El peligro que suponía la política expansionista de los girondinos que, gracias
a nuevos éxitos militares, habían ocupado Bélgica, Holanda, Renania y Saboya y
declaraban su deseo de llevar a Francia a sus «fronteras naturales», alarmó a las
potencias europeas y extendió la guerra. Se formó una Primera Coalición
(Inglaterra, Austria, Prusia, Piamonte— Cerdeña y España). Una serie de
derrotas sufridas por el ejército francés, compuesto por batallones de
entusiastas pero poco preparados voluntarios, provocaron la penetración en
Francia de tropas extranjeras. Para hacer frente a la apurada situación militar, la
Convención realizó una leva de 300.000 hombres que fue muy impopular
surgiendo disturbios.
En marzo de 1793 se produjo una insurrección armada en la región de La
Vendée, en Bretaña, donde los campesinos estaban decepcionados con la
Revolución que no les había aportado ningún beneficio. Derivó hacia una
guerra civil de carácter contrarrevolucionario al ser respaldados por la nobleza
y el clero refractario. Hubo muchos muertos por ambos bandos.
En París los sans-culottes, agobiados por la carestía y alza de
precios, reclamaban tasas de alimentos y medidas contra los especuladores. Los
graves problemas interiores y exteriores inclinaron a la Llanura hacia los
jacobinos. Los girondinos fueron desplazados del poder en junio de 1793 y sus
líderes detenidos y ejecutados.
47. La Convención jacobina (junio 1793—1794)
Los jacobinos dirigieron la etapa más radical de la Revolución Francesa.
Se apoyaron en el movimiento popular de los sans-culottes tratando de
poner en práctica sus reivindicaciones económicas y sociales. La
Convención jacobina aprobó una nueva Constitución (junio de 1793) muy
democrática avanzada socialmente. Establecía la soberanía popular. El
poder se confiaba a una Asamblea elegida por sufragio universal masculino
directo y a un Consejo elegido. Reconocía derechos sociales como la
atención a los indigentes y contemplaba el derecho al trabajo y a la
instrucción. Nunca llegó a entrar en vigor, ya que su aplicación quedó
pospuesta hasta el fin de la guerra exterior.
48. Los jacobinos adoptaron medidas excepcionales para salvar al país de los enemigos de la
Revolución y de la amenaza militar del exterior. Se estableció un gobierno revolucionario muy
centralizado y confiado a dos comités:
Comité de Salud Pública, presidido por Robespierre, cuyos seis miembros siguen sus
decisiones.
Comité de Seguridad General, encargado de aplicar las medidas contra los sospechosos y de
la policía política.
Estos dos Comités dirigieron Francia de forma dictatorial. En los departamentos actuaban los
«representantes en misión», delegados por el Comité de Salud Pública
50. Proclamaron el Terror, un sistema represivo institucionalizado. La Ley de Sospechosos ordenaba el arresto
inmediato de los enemigos de la revolución. En todos los ayuntamientos se crearon comités de vigilancia
elegidos. Los sospechosos acusados eran juzgados por un Tribunal Revolucionario que aplicaba una
justicia expeditiva. Muchos fueron arrestados y juzgados sólo por ser nobles, clérigos o burgueses, aunque
también hubo muchos obreros. Hubo miles de víctimas del Terror y muchas muertes fueron innecesarias. La
guillotina se convirtió en símbolo de la violencia revolucionaria.
Los jacobinos aplastaron toda oposición, tanto de realistas como de girondinos. Acabaron con las
insurrecciones federalistas en diferentes ciudades de Francia y aplastaron el movimiento de la Vendée, donde
se llevó a cabo una terrible represión.
Para contentar y aplacar a los sans-culottes, radicalizados tras el asesinato de Marat por una girondina y en la
cima de su poder en las calles, impulsaron reformas sociales y económicas (precio máximo de los artículos
de primera necesidad y de los salarios, persecución de los especuladores, redención total de la
tierra, educación primaria gratuita).
En religión, tomaron medidas de descristianización, cerrando iglesias y suprimiendo el culto católico, lo
que disgustó a muchos franceses. Para reemplazar al cristianismo se organizó el culto a la libertad y a la
diosa Razón y Robespierre decretó el «culto al Ser Supremo», una religión de carácter deísta que no gustó a
nadie. Incluso se instauró un nuevo calendario de doce meses que sustituía las festividades religiosas por
nombres inspirados en la naturaleza, estaciones del año o actividades agrícolas.
Para enfrentar el desafío de la guerra se llevó a cabo una extraordinaria movilización de los recursos de la
nación con una leva en masa de miles de hombres y se modificó la organización del ejército. Los veteranos
fueron amalgamados en unidades con los novatos; se estableció una dura disciplina y sacrificio entre los
soldados dirigidos por nuevos oficiales con tácticas nuevas. Con este ejército los jacobinos consiguieron una
serie de victorias.
A finales de 1793 se detuvo la invasión extranjera, lo que para muchos significaba que el Terror era ya
innecesario
52. Luis XVI:El rey fue guillotinado durante la época del terror ( revolución francesa).
53. Surgieron disensiones entre los jacobinos. Moderados como
Danton querían acabar con el Terror. Hébert, líder de los sans-
culottes, quería medidas más radicales. En el
centro, Robespierre consiguió deshacerse de sus enemigos con
habilidad y establecer una dictadura personal. Hébert y otros
radicales fueron guillotinados, lo mismo que Danton y otros
moderados en abril de 1794.
En junio de 1794, el ejército francés derrotó a los austriacos en
Fleurus, con lo que desapareció definitivamente el temor a una
invasión. La escalada del Terror era ya inexplicable y se hizo
insoportable para muchos. El miedo hizo aumentar la oposición
interna a Robespierre. El 9 de Termidor (27 de julio) jacobinos
moderados y miembros de la Llanura se unieron en un golpe
contra Robespierre, que fue detenido y ejecutado en la
guillotina el 10 de Termidor con 22 partidarios. Al día
siguiente, 83 robespierristas siguieron la misma suerte.
54. Periodo que se produjo durante la Convención Jacobina.Lo inició Robespierre y fue una etapa de ejecuciones adoptada ante las derrotas militares y la
existencia de muchos contrarrevolucionarios en Francia.Se puso fin a ella con la ejecución de Robespierre el 27 de Julio de 1794
55. La Convención termidoriana (1794—1795)
La reacción termidoriana significó un giro a la derecha y el fin de la experiencia
democrática de la Revolución. La burguesia moderada, representada por los
diputados de La Llanura, se hizo con el poder, cansada del Terror y los excesos y
llevó a cabo una politica conservadora.
La Convención adoptó una serie de medidas para acabar con el Terror: liberación de
los sospechosos, cambios en los comités y tribunales, supresión de la Comuna. En
economía se regresó al liberalismo económico, derogando la ley del máximo y se
restableció la libre circulación de mercancías. El asignado se depreció a causa de
una inflación galopante y el hambre y la miseria llevaron a una insurrección popular
que fue sometida por el ejército. Comenzarán persecuciones y matanzas de
jacobinos y sans-culottes: es el Terror, que alcanzó gran violencia en provincias.
Aprobaron una nueva Constitución en 1795 —conocida como Constitución del año
III—. Se suprimía el sufragio universal masculino y se volvía al voto censitario. El
poder legislativo se dividió en dos asambleas: el Consejo de los Quinientos y el
Consejo de Ancianos. El poder ejecutivo se confiaba a un Directorio de cinco
miembros.
57. El Directorio (1795— 1799)
El nuevo régimen era una República conservadora, que restringía la
participación política a la burguesía adinerada que buscaba el orden y la
contención del radicalismo popular a la vez que la garantía de los logros
revolucionarios. El régimen excluía a la gran masa popular, por lo que fue
muy impopular e inestable. Ante el peligro de un retorno de la reacción o de
un rebrote del terror, el Directorio se vio obligado a recurrir a una dura
represión de la oposición y al uso de la fuerza militar. El apoyo del ejército
se convirtió en algo decisivo para defenderse a la vez de los ataques tanto de
la izquierda jacobina y la Conjura de los Iguales de Babeuf, quien intentó
establecer una sociedad comunista, como de la derecha monárquica que
empezaba a resurgir (levantamientos realistas y nueva insurrección de la
Vendée).
58. En 1795, la Convención Nacional promulgó una nueva Constitución por la que un Directorio
sería el nuevo gobierno de la República. Tras sucesivas crisis, el Directorio fue derrocado por el
golpe de Estado del 18 y 19 de brumario del año VIII (no te extrañe esta fecha, que corresponde
a los días 9 y 10 de noviembre de 1799: se debe a que la Revolución Francesa tuvo su propio
calendario).
61. La guerra en Europa seguía con éxito para Francia. En las campañas de
Italia contra los austríacos empezó a destacar un joven general, Napoleón
Bonaparte, que ya se había distinguido en el cerco de Tolón, firmó el
Tratado de Campoformio (1797) con Austria. Francia se rodeó de repúblicas
hermanas (Helvética, Bátava, Ligur, Cisalpina, Romana). Napoleón dirigió
una campaña en Egipto para cortar la ruta inglesa hacia la India, que resultó
desastrosa pero le dio enorme popularidad. La creación de una Segunda
Coalición (1798) entre Inglaterra, Austria y Rusia, hizo peligrar la
estabilidad del Directorio.
El descontento popular por la caída del asignado y la subida de precios así
como por la recluta forzosa para proseguir la guerra en el exterior
aumentaba la inestabilidad del gobierno, amenazado tambien por los
realistas. El destino de la República estaba en manos del ejército. Sieyès,
junto a Fouché y Talleyrand, preparó un golpe de Estado a favor de
Napoleón Bonaparte. Fue el golpe del 18 de Brumario — 9 de
noviembre— de 1799, que daría paso a la Era Napoleónica. Con él se cierra
el ciclo revolucionario iniciado en 1789.
62.
63.
64.
65. El Consulado y el Imperio
Napoleónico (1799— 1815)
El Consulado (1799—1804)
Respondía a las aspiraciones de la alta burguesía que buscaba estabilidad con el
apoyo del ejército. Los franceses, hartos de terror y revolución, querían un hombre
fuerte y competente que trajera orden en el interior y paz en el exterior. Napoleón
tranquilizó a los notables prometiéndoles restablecer el orden en Francia, respetar la
propiedad, institucionalizar los logros revolucionarios y traer la paz en el exterior.
La Constitución del año VIII (1799) establecía un poder legislativo débil, dividido
en cuatro asambleas, y dejaba el poder ejecutivo en manos de tres Cónsules (Sieyés,
Ducros y Napoleón Bonaparte), nombrados por un periodo de diez años, pero
renovables indefinidamente. Este último, nombrado Primer Cónsul, concentró
todos los poderes: nombraba ministros y funcionarios, tenía el derecho de iniciativa
en las leyes y no era responsable ante las asambleas. Se mantuvo el sufragio
universal, pero en la práctica sólo tenían derecho al voto los ciudadanos incluidos en
unas listas previas.
67. Napoleón llevó a cabo la pacificación interior de Francia. Concedió una amnistía a
los realistas emigrados y deportó a los líderes jacobinos. Otra de las cuestiones
fundamentales que había que regular era la cuestión religiosa. En 1801 firmó un
Concordato con el papa Pío VII, por el que la religión católica fue declarada
mayoritaria, aunque no era la religión del Estado, que se comprometía a sostener el
culto y a los sacerdotes; a cambio el Papa aceptó las nacionalizaciones de los bienes
del clero
Llevó a cabo también una nueva organización de Francia. Realizó una fuerte
centralización administrativa, con departamentos asistidos por un prefecto.
Reorganizó el sistema financiero, creó el franco y el Banco de Francia, Emprendió
también la reforma educativa con la creación de los liceos de enseñanza secundaria.
La reforma judicial unificó las leyes mediante el Código Napoleónico (1804) que
consagró lo fundamental del espíritu revolucionario en función de los intereses de la
burguesía (libertad económica y personal, igualdad ante la ley, carácter sagrado de la
propiedad) a la vez que restauró el concepto romano de la familia.
Todas estas reformas emprendidas por Napoleón durante el Consulado
contribuyeron a restablecer el orden y modernizar a Francia. Dotado de
extraordinaria memoria y enorme capacidad de trabajo, Napoleón se mostró un hábil
gobernante.
69. En política exterior Napoleón venció a la Segunda Coalición; primero derrotó a Austria en
Italia (Marengo, 1800) y firmó el Tratado de Luneville (1801) por el que toda Italia, excepto
Venecia, quedó en manos de Francia; después con Inglaterra selló la Paz de Amiens (1802).
Aprovechando el entusiasmo popular por la paz tras tantos años de guerra se hizo nombrar
cónsul vitalicio mediante un plebiscito.
La paz de Amiens duró muy poco, ya que en 1803 se reanudó la guerra con Gran Bretaña, su
principal enemiga. El comercio y las manufacturas inglesas sufrían por la negativa francesa a
abrir sus mercados y por la política de expansión colonial de Napoleón y sus conquistas
continentales que rompían el sistema de equilibrio en Europa.
La guerra justificó el reforzamiento del poder de Napoleón. Tras el descubrimiento de una
conspiración urdida para asesinarlo, se nombró Emperador por decreto en 1804 con el respaldo
de un plebiscito, iniciándose el Imperio
70. El Imperio Napoleónico (1804—1815)
La coronación tuvo lugar en París, ante el Papa Pío VII, en una solemne ceremonia en Notre-Dame, el 2 de
diciembre de 1804, que el pintor David inmortalizó en un lienzo. Se rodeó de una corte de familiares y una
nueva nobleza imperial.
Una nueva Constitución del año XII confirmaba las atribuciones de Napoleón que concentraba los tres
poderes, controlando la situación interior gracias a una fuerte censura interna y una policía todopoderosa en
manos de Fouché.
Francia vivió durante el Imperio una etapa de expansión económica, iniciándose la industrialización, si bien
las continuas guerras frenaban el comercio marítimo y colonial.
Napoleón configuró un nuevo mapa europeo y construyó un Gran Imperio que se extendía por casi toda
Europa. Su organización era muy compleja. Francia estaba rodeada por un cinturón de «Estados
vasallos», como el reino de Italia, del que Napoleón era rey, el Gran Ducado de Varsovia, la Confederación
Helvética y la Iliria, y de Estados gobernados por familiares del emperador (los reinos de
Holanda, Nápoles, Westfalia y España) que hacían de tapón frente a las potencias continentales hostiles.
También había «Estados aliados» como Dinamarca, Suecia, Prusia y Austria, vencidos en las guerras, Solo
Rusia, por su lejanía y la amistad del zar Alejandro I con Napoleón, conservaba cierta libertad. El
Imperio, sostenido por la presencia militar francesa, sirvió para extender por Europa las ideas nacidas de la
Revolución Francesa.
Napoleón había conseguido este Imperio en sucesivas campañas militares, en que su gran talento militar
logró grandes victorias en las guerras de coalición gracias a un ejército disciplinado y muy ligero al
avituallarse sobre el terreno, en el que el servicio militar era obligatorio y realizando tácticas nuevas con
maniobras envolventes y ataques frontales.
La posición hegemónica de Francia será contestada por algunas naciones que formaran diversas coaliciones
contra Francia. En 1805 la Tercera Coalición, liderada por Gran Bretaña junto a Austria y Suecia, consiguió
que el almirante Nelson derrotara en Trafalgar a la armada franco-española, poniendo de manifiesto la
superioridad inglesa en los mares pero en el continente los ejércitos franceses dirigidos por el mariscal Soult
vencieron a los austriacos en Ulm y Austerlitz. Napoleón en 1806 colocó a sus hermanos Luis y José como
71.
72. Una Cuarta Coalición, integrada por Inglaterra, Rusia y Prusia, se formó en 1806 contra Francia. Napoleón derrotó a Prusia en
Jena, dando a su hermano Jerónimo el trono de Westfalia. Rusia fue vencida en Eylau. El zar Alejandro, al verse aislado, firmó
la Paz de Tilsit (1807) en la que se llevó a cabo un reparto de las zonas de influencia en Europa de los dos emperadores y
proporcionó a Napoleón el dominio de la Europa central y occidental.
Esto llevó directamente al enfrentamiento con Inglaterra, a la que Napoleón trató de someter mediante un Bloqueo
Continental económico, dada la imposibilidad de conseguir su derrota por las armas debido a su dominio en el mar. Se
prohibían en el continente todas las mercancías de procedencia inglesa. Sin duda, el bloqueo continental, que era en realidad
una guerra comercial mutua entre Francia y Gran Bretaña, iba a perjudicar más a aquella nación y a su imperio terrestre que a
ésta, ya que Inglaterra tenía una mayor capacidad de movimientos, no sólo para controlar lo que entraba y lo que salía de
Europa, sino para abrir nuevos mercados. Además el contrabando restaba eficacia a la medida.
Portugal fue el único país europeo que rechazó unirse al bloqueo, lo que llevó a Napoleón a ocupar España (1808) y
Portugal.Se desencadenó una guerra por la independencia en la Península Ibérica, en la que intervino Inglaterra y que duraría
seis años.
La Quinta Coalición entre Austria e Inglaterra nació en 1809. Austria fue vencida en Wagran y Napoleón se casó con Maria
Luisa de Austria para consolidar su Imperio y entroncar con la casa Habsburgo. Estaba en la cima de su gloria.
Pero los problemas económicos derivados del bloqueo (escasez, inflación) junto a la oposición de muchos pueblos europeos
que luchaban por su libertad contra la dictadura militar francesa (españoles, italianos alemanes) dieron al traste con él, que fue
hundiéndose lentamente desde 1812, tras la desastrosa campaña de Rusia, en que el impresionante ejército
francés, desabastecido y castigado por el duro invierno ruso, se vio obligado a retirarse. El hambre, el cansancio y el frío
diezmaron al ejército.
El desastre de Rusia animó a la formación de una Sexta (1812) y Séptima Coalición (1813) integrada por
Inglaterra, Austria, Prusia, Rusia y Suecia. Todas las grandes potencias europeas acudían por primera vez unidas y
consiguieron derrotar a los franceses en la Batalla de Leipzig. Francia fue invadida. Napoleón abdicó en 1814, marchando al
destierro en la isla de Elba. En el Tratado de París de 1814, Francia quedó reducida a sus fronteras de 1792 y los Borbones
fueron restaurados. Luis XVIII, hermano de Luis XVI, ocupó el trono.
Cuatro meses más tarde Napoleón, creyendo que los franceses no deseaban la restauración monárquica de los Borbones, escapó
de su exilio y regresó al poder en el llamado Imperio de los Cien Días. El ejército, de una coalición de potencias europeas —
Rusia, Austria, Prusia y Gran Bretaña— y bajo el mando del general Wellington, derrotó definitivamente a Napoleón en
Waterloo (1815). Fue enviado a la isla de Santa Elena, donde murió en 1821.