1. La fiesta cívica y diversiones públicas, moldes de la identidad
michoacana
El modelo social de entonces pretendía reflejar congruencia con la capital del país
ERICK ALBA
La investigadora Juana Martínez busca redescubrir la identidad de la población moreliana a través
de sus lazos con el pasado y de las fechas cívicas que le fabricaron la identidad comunitaria en los
albores del siglo XX, las que responden al momento y régimen político digerido entonces por la
simbología nacionalista adecuada a las expresiones locales de un modelo social que en Michoacán
trataba de reflejar su congruencia con la capital del país.
Eso es lo que se desprende de la entrevista con este medio informativo, cuando la becaria del
Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico de Michoacán, en la categoría
Investigación y Preservación del Patrimonio Cultural Tangible e Intangible, habló sobre la
publicación que espera realizar en los primeros meses de 2008 bajo el título Fiestas cívicas y
diversiones públicas en Morelia 1891-1910.
Ahí, Martínez explicó su intención de “hacer un análisis desde el punto de vista de la historia
política de las ceremonias cívicas, y voy a delimitar mi tiempo a las dos décadas del gobierno de
Aristeo Mercado, el gobernador porfirista por excelencia en Michoacán”.
Agregó que el estudio también contempla un recuento de la conmemoración civil desde la etapa
colonial en la tierra michoacana, retomando, entre otras cosas, “la figura del monarca que se
transforma, a partir de la independencia, en la figura del héroe”.
Como sustento de lo anterior, la historiadora se refirió al concepto que habla sobre la construcción
simbólica de las ciudades, desde el punto de vista sociológico, construcción que además hace
referencia a los regímenes políticos.
“Creo que la fiesta es una manifestación muy clara de cómo la ciudad se construye, cómo se va
dotando a cada uno de los espacios de una significación. Por ejemplo, el desfile cívico; cuando se
trata de la fiesta septembrina, el lugar donde se realiza el Grito, que es muy simbólico en el
porfiriato porque hay una transformación mental del uso de un espacio público, como era el
Teatro Ocampo, al Palacio de Gobierno”, y añade como ejemplo la colocación actual del Bando
Solemne, anterior a las festividades por el aniversario de fundación de la ciudad, en que las
2. autoridades municipales siguen un recorrido igual al que se utilizó durante la etapa virreinal en
Valladolid para hacer anuncios de corte real.
A eso se une, en la investigación que actualmente realiza la entrevistada, la carga emotiva que
contiene el discurso cívico en las celebraciones patrióticas del porfiriato moreliano, pues Juana
Martínez señaló que “el discurso cívico es una expresión del discurso político vigente, y en el
porfiriato se muestra claramente el proyecto de industrialización del país”.
Aunque abordar la fiesta porfirista en una localidad como Morelia no limita la perspectiva
nacional, “e incluso internacional, porque el porfiriato es un reflejo de lo que ocurría en el
mundo”, la especialista destaca la creación de tradiciones y fiestas con el cambio de etapas
políticas dentro de una sociedad determinada, e incluso se refiere a la “estatuomanía cívica: el
erigir monumentos cívicos en espacios públicos como plazas y jardines”.
Además del apego de Aristeo Mercado por la política porfirista en cuestiones como al educación,
que al sumarse a las intenciones del arzobispo Atenógenes Silva, influido por el papa León XIII
sobre la renovación del catolicismo, da como resultado la apertura del Instituto Científico del
Sagrado Corazón de Jesús, o las escuelas salesianas, “proyectos sumamente interesantes por su
fondo social”.
Por lo que respecta a la invención de nuevas fiestas públicas en esa etapa histórica, la historiadora
marcó, como ejemplo, la bien conocida institucionalización del 15 de septiembre como extensión
del Grito de Independencia, para festejar el cumpleaños de Porfirio Díaz, así como el 2 de abril
como victoria militar del mismo personaje en Puebla, y otro cumpleaños, a inicios de septiembre,
de Aristeo Mercado, festejado en Michoacán como fiesta civil.