1. Chicho Bemba y Araceli Bello
Una anécdota del Puerto Padre antiguo
Hace muchísimos añosexistió en Puerto Padre un distinguido caballero de la raza
de color llamado Elpidio Larrosa (por cierto “sordo como una tapia”), quien tenía
dos hijos, el menor de los cuales era conocidoporlos habitantes de La Villa
Azulcomo “Chicho Bemba”.
Según se rumoraba, Chicho estaba “muy bien dotado”, casi a la medida del
famoso Isidro Guillen.
Chicho profesaba una gran aversión al trabajo, al extremo de que decidió auto-
lisiarse para no tener quelaborar, como el resto de sus coterráneos, en un oficio o
empleo que lo obligara a efectuar labores físicas.
Doblando una de sus manos hasta hacerla tocar su antebrazo, y manteniendo esa
posición constantemente, logró quedar minusválido.
Chicho utilizaba el pretexto de estar impedido físicamenteparaobtener dádivas de
cuanto conocido o extraño estuviera a su alcance, convirtiéndose en el más
prolífero “picador” dela Villa de los Molinos.
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2. También natural de “La Villa Azul” era otro señor, igualmente de la raza de color,
de apellido Bello, cuyo nombre de pilano recuerdo,debido al traicionero
transcurso de tan largos años.
Bello tenía una hija llamada Araceli, una de la mulatas máshermosas nacidas en
nuestro pueblo, quien no solamente era agraciada físicamente, sino que también
contaba con un natural talento histriónico.
Araceli, junto a Pepito Yuch, otro coterráneo, que compensaba su corta estatura
con una grata y bien modulada voz, transmitían programas poéticos por la
estación de radio local, CMKY.
Aracelitambién participaba en veladas benéficas, formando parte del elenco de
una compañía de talentosos actores y actrices aficionados de la época, creada y
dirigida por Panchito Machado.
Araceli Bello, además de ser una hermosísima mujer, actuaba y recitaba como
toda una profesional.
Chicho, enamorado de Araceli hasta la obsesión, haciendo caso omiso a su auto-
producida limitación física y su precaria situación económica, decidió pedirla en
matrimonio.
Osadamente se presentó ante Bello, y le expuso vehementemente que deseaba
casarse con su hija, porque la amaba hasta el delirio, y por lo tanto solicitaba que
le concediera su mano.
Bello decidióque era pertinente denegar la petición, debido a los impedimentos
físicos y monetarios deChicho;pero lo que lo aterraba era que el pretendiente de
su hija tenía “la capacidad” de causarle a Araceli “un enorme daño físico”.
Rascándose nerviosamente la cabeza, se paseórepetidas veces por la sala de su
casa en busca de una respuesta.
Después de analizar las circunstancias, encontró una contestación que estimó
adecuada. Enfrentándose a Chicho, le respondió con firmeza, utilizandouna frase
que se hizo memorable en el pueblopor el gracejo que contenía:
Que va, Vate……..…Araceli…….…Esa Nooooooo!!!!!!
Richard F. De La Rosa se adjudica y reserva todos los derechos de autor.
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