1. NOVELA: MUERTE EN EL MANGO
En un recinto no muy lejos de la ciudad, de Pasaje hubo una historia que se ha ido
transmitiendo de generación en generación por los años 60 y que ha servido de espejo para
muchos jóvenes, todo empezó en una hacienda de propiedad de don KLEBER JIMENES
hombre emprendedor que empezó desde abajo y luego supo superarse y luego vio su
esfuerzo caerse como un castillo de arena es lo que ahora conocemos como la hacienda la
“Virginia” ubicada en las faldas de el cerro “el gallo” y bañada por el rio jubones, una
hacienda muy modera, es aquí donde se realizó la mejor historia de amor que conmovió a
toda la hacienda.
Era una parejita que recién habían llegado de Saraguro, Ricardo y Raquel golpe de 15h00,
hablaban con el portero; pues querían trabajar en la hacienda, -señor queremos hablar con
el patrón- decía el joven Ricardo –un momento, ya voy hablar si los puede atender- decía el
portero, luego de una larga espera llego el portero –pasen a la oficina- replico el portero.
Con los nervios Ricardo se acercó, a la oficina hablar con don KLEBER JIMENES, -
buenas tardes señor, vengo de la sierra en busca de trabajo- con voz humilde le hablo
Ricardo –como te llamas- le pregunto don KleberJimenes –me llamo Ricardo- le contesto
Ricardo- hubo un poco de silencio y con voz un poco dubitativo le dice a Ricardo –estas
contratado, ponte al servicio de mi capataz don Celso, y le dices que te de un cuarto para
que te instale en la hacienda y te prepares a trabajar porque mañana tenemos embarque de
banano ándate a preguntar por don Celso-
Efectivamente se encontraron con don Celso Altamirano y fue ahí donde se inicia el trágico
desenlace en donde ocurre la historia que marcaria para siempre en la hacienda “la
Virginia”
-Buenas tardes don Celso, el patrón me mando por aquí para que me instale en un cuarto- le
dijo Ricardo a don Celso – venga por aquí- los fue llevando don Celso en un cuarto a lado
de un árbol de mango en donde pasaba por ahí una zanjita d la que regaban las plantaciones
alguno agricultores la zanjita tenia nombre se llamaba el mango”, -vamos a lavar la ropa al
mango- -vamos a bañarnos en el mango- eran las frases que se oía a la llegada de la
humilde parejita recién llegada de Saraguro.
Ya en la noche Ricardo y Raquel acostados en la cama miraban las estrellas desde la
ventana y disfrutaban también la luz de la luna irradiando su dulce miel a esta parejita ya
extasiados de tanta seducción natural sus cuerpos fueron buscándose llenándose de placer
en esa tibia noche de septiembre guiados por el signo del amor, sirviendo de testigo la luna
y sus confidentes las estrellas y oculta detrás de las hojas y con una mirada tétrica
observaba la sombra negra de la frialdad.
Al otro día al canto eufórico del gallo, y del trinar melodioso de los pájaros despertaban
todos los hombres y mujeres y niños- por las ventana de algunos cuartos salía el humo el
despavorido por la preparación de la comida, se escuchaba el refrito, el crujir del sartén, el
pop pop del maso al fabricar el buen molido de verde, se apercibía el aroma fragante del
2. café y sobre todo el rasgueo de la lima y el machete, listo para la jornada de hoy, con
sombrero en la mano y con un beso apasionado se decía adiós….
En el campo a Ricardo lo pusieron hacer la limpieza de las matas de banano, el deshije y la
apertura del el hijo para que pueda abrirse con facilidad, y que bien lo hacia Ricardo.
En la hacienda estaba Raquel preparando la ropa para lavar en el mango, de pronto se le
aparece Celso – hola- -como te llamas- -de donde eres- le preguntaba Celso a Raquel, y esta
le contesto con sencillez todas sus preguntas, él maravillado por su sensatez de sus
respuestas quedó impactado por su naturalidad y sobre todo por su belleza pues no cabe
duda que Raquel era una mujer bellísima una serrana de pelo trenzados y su carita de
manzana sus labios de panal de abeja y su voz romántica como se caracterizan las de las
sierra asi era Raquel una mujer completa que cautivaron a los ojos de Celso pues aquí es
donde nace esta trágica historia.
Celso era capataz de la hacienda don KleberJiménez le tenia confianza era la mano derecha
de don Kleber, ya llevaba 10 años a cargo de la hacienda, este se había enamorado
perdidamente de Raquel pues se encontraba obseccionado por ella hasta tal punto que en
una noche de tragos confeso –esta mujer serámía, solo mía-
Fue una mañana en la que Raquel salió como siempre a lavar en el mango el agua estaba
cristalina apta para lavar y el sol estaba radiante canicular como para que se seque la ropa
inmediatamente, se puso a remojar la ropa blanca en una lavacara y en otra la de color
mientras refregaba unos pantalones se acerca Celso – hola Raquel quiero confesarle una
cosa estoy enamorado de usted- asesto Celso, -esto no puede ser yo amo a Ricardo el es mi
esposo y por favor no moleste- le respondió con voz enérgica Raquel y mientras el rostro de
Celso se puso mas ofuscado queriendo agarrarla de la mano –suélteme señor por favor,
suélteme- le decía Raquel cuando de un golpe en la cabeza Celso la soñó y cayo en el agua
y Celso en vez de sacarla la dejo que se valla en el agua ahogándose Celso huyó del lugar
asustado mientras Raquel se iba en el canal de agua.
Al otro dia unos trabajadores de la hacienda encontraron el cadáver de una mujer en la
represa de la hacienda la Virginia era Raquel inmediatamente llamaron la policía avisaron a
Ricardo esta noticia conmociono a toda la hacienda las miradas de asombro era elocuentes
pues nunca había sucedido una desgracia en la hacienda todos rumoraban que la mujer fue
asesinada al llegar la policía hizo el levantamiento del cadáver.
Luego que el perito confirmara de que en verdad Raquel fue asesinada se sospecho de
Celso pero nadie dijo nada nadie dijo nada ni el mismo Kleber Jiménez; mientras que
Ricardo sin recursos económicos tuvo que sepultar a su difunta mujer con el corazón
destrozado, con lagrimas que nadie pudo consolar pasaba la noche en vela en ese cuartito
que vivían, que soñaron, que imaginaban una larga vida de amor, todos los cuartos de la
hacienda cerraban sus ventanas menos el cuarto de Ricardo, parecía que esperaba
consolarse mirando por la ventana el rostro de Raquel, asi pasaron varios días, varios años,
en ese cuartito que donde una pareja soñaba demasiado.
Después de varios años esta hacienda paso a manos de otro dueño, y se supo que Celso
murió ahorcado en una mata de cacao, mientras que Ricardo seguía de trabajador. Seguía
3. en ese cuartito, donde hace años atrás llegaron con su recordada Raquel, aquella mujer que
lavaba la ropa en el canal del mango, que aun persiste el árbol de mango el fiel testigo de la
muerte de Raquel, si este árbol hablara esta historia seria completa se cuenta que Ricardo
nunca se caso y que ya viejito lo encontraron en su cuarto muerto con un retrato de Raquel,
y una carta que decía “Mi amor, mi único amor, mi única esperanza esta carta te escribo
solo para ti Ricardo, espero que no te apenes pero quiero decirte que don Celso me esta
molestando si algo me llegara a pasar tu solo tu sabes te cuanto que estoy embarazada y
estoy contenta porque vamos a tener un bebe, que alegría cuando supe la noticia que me
dieron en el sub-centro Ricardo te amo, te amo mucho, pero presiento que algo malo me va
a pasar por eso el motivo de esta carta, cuídate mi amor, si es que pasa algo malo por
favor de que tu te quedaras solo y yo me fuera de este mundo te ruego que te cases, que no
estés triste por mi partida, cásate, se feliz no sufras porque yo te conozco, te amo, si existe
en el mas alla el amor, te esperare para seguir amándonos, atte. Raquel
FIN