En los últimos meses la economía boliviana ha vivido un particular momento de auge de inversiones peruanas que se manifiesta en la compra de empresas y paquetes accionarios.
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En los últimos meses la economía boliviana ha vivido un particular
momento de auge de inversiones peruanas que se manifiesta en la
compra de empresas y paquetes accionarios, la presencia de nuevas
corporaciones y la instalación de nuevas factorías. Son alentadoras
las perspectivas respecto a futuras operaciones similares.
Entre esas operaciones destaca la compra del 100% de negocios por
parte de Inversiones Piuranas, sociedad que forma parte Alicorp del
Grupo Romero, de las Industrias del Aceite S.A. (FINO) y ADM SAO
(SAO), dos firmas de gran trayectoria en el sector de la industria
oleaginosa, por la que se estima un pago de entre 390 millones y 420
millones de dólares por ambas compañías.
La razón de ese interés, radica sobre todo en la estabilidad económi-
ca y política de Bolivia y su sostenido crecimiento. Es también reflejo
de la dinámica de la economía peruana, cuya expansión en los
últimos años está permitiendo la incursión de sus empresas en eco-
nomías de países vecinos.
Pedro Guevara, Director de la oficina comercial del Perú, señaló que
un gran número de empresas unipersonales y de sociedades de
responsabilidad limitada con capitales peruanos engrosa las inver-
siones en Bolivia junto a pequeñas empresas.
Si bien no dispone de datos actualizados, la información del Banco Central de Bolivia y de la consultora
Muñiz para subrayar que, en la última década, la inversión extranjera de empresarios peruanos sobre-
pasa los 3.000 millones de dólares en Bolivia.
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fuente: Nueva Economía
Tres grupos
Pedro Guevara explicó que la presencia de las inversiones peruanas se registró en tres grupos. El
primero de ellos llega al país a mediados de la década de los noventa. Los protagonistas fueron el
banco BCP, la empresa Gloria y el Grupo Romero (Industrias de Aceite FINO) que tomaron una
decisión arriesgada para ese momento: invertir fuera de sus fronteras, en un mercado pequeño
dentro la región, con una población de bajo poder adquisitivo y con una economía que por enton-
ces experimentaba grandes cambios para revertir una compleja coyuntura.
La presencia de un segundo grupo significativo de inversiones peruanas, según precisó Guevara,
incluye a Ransa Bolivia, un operador logístico que tiene presencia en Santa Cruz, La Paz, Cocha-
bamba y Tarija. Desde el inicio de sus operaciones en Bolivia (2003), Ransa tuvo un crecimiento de
entre 10% y 15%, alcanzando un nivel de facturación que supera los 5 millones de dólares. Aquí
aparecen también las empresas de cosméticos Belcorp y Unique.
En el tercer grupo, a partir de 2017, aparecen la peruana AJE Group, que decidió invertir 5 millones
de dólares para instalar en Santa Cruz una planta industrial de bebidas gaseosas, dietéticas y
energizantes, lo que le permitirá suspender la importación de sus productos.
Otro reciente anuncio corresponde a la empresa peruana Alicorp, que adquirirá el 100% de nego-
cios que integran Industrias del Aceite (Fino) y ADM SAO, ambas de gran trayectoria en el sector de
la industria oleaginosa en Bolivia. Para esa potencial transacción, Alicorp estimó un valor de entre
390 millones y 420 millones de dólares por ambas compañías, según información pública publica-
da en Perú.
Otra reciente inversión peruana corresponde a Mifarma, una cadena farmacéutica que ingresó
al país desde noviembre de 2017 con 23 sucursales en la ciudad de La Paz. La cadena es parte del
conglomerado Quicorp, que tiene presencia en Perú, Ecuador, Venezuela, Colombia, República
Dominicana y ahora en Bolivia con productos y servicios de consumo y salud.