El documento atribuye el éxito del equipo japonés a su habilidad para distribuir el trabajo desde el principio y su disciplina, mientras que el fracaso del equipo colombiano se debió a su incapacidad de identificar el problema en tres ocasiones, lo que les impidió tener éxito. Además, enfatiza que para lograr el objetivo planeado en equipo, cada miembro debe cumplir con su trabajo para no afectar negativamente el desempeño del grupo.