2. Introducción
La vejez en las mascotas no tiene por qué ser
sinónimo de incapacidades. Implica acudir
periódicamente al veterinario para conocer los
cuidados pertinentes en sus últimos años de
vida… en la tercera edad. Al igual que los seres
humanos, las mascotas requieren de muchos
cuidados a lo largo de su vida. Sus últimos años
son cruciales, pues dependiendo de la atención
que se les preste, tendrán una vejez menos
dolorosa e incómoda tanto para ellos como para
los dueños.
3. Alimentación y ejercicio
en la vejez
El alimento más adecuado no puede ser asumido por el
dueño; para ello está el veterinario, Con el paso de los años,
las mascotas requieren mayor cantidad de minerales en
su dieta. Al igual que con los cachorros, existen fórmulas
diseñadas para los requerimientos nutricionales de esta
etapa de vida. El ejercicio físico es indispensable para
mantener la forma muscular y ósea. Aunque la mascota se
muestre apática y poco activa, hay que mantenerla en
movimiento. Lo ideal es diseñar una rutina diaria de
caminatas para que el animal se acostumbre y esté más
dispuesto a realizarla. El sedentarismo podría atrofiar
sus extremidades y predisponerlo a males peores, pero
debe tener cuidado de no sobreejercitar a la mascota.
4. También se recomienda prestar atención a la higiene
bucal y corporal de la mascota, casi siempre
descuidada en esta edad. Durante este proceso debe
revisarse la piel y las encías en busca de irritaciones o
heridas, ya que las mascotas ancianas son más
propensas a desarrollar infecciones por esta vía.
5. Los cambios de comportamiento propios de la edad
incluyen un descenso de la actividad general y una
reducción de las conductas exploratoria y de juego.
Nuestra reacción ante estos cambios es en muchas
ocasiones reducir el grado de interacción que tenemos
que con el perro. Muy al contrario, los especialistas en
geriatría recomiendan estimular e interaccionar con
frecuencia con él, si bien de una forma suave,
adaptada a esta última etapa de vida.
Durante el período de vejez, es recomendable acudir
al veterinario con mayor frecuencia, aunque el estado
de salud de nuestro perro parezca correcto. Las
posibilidades de éxito en el tratamiento de la mayoría
de enfermedades aumentan si son identificadas de
forma precoz.
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