La crisis económica de 1929 tuvo su origen en la especulación e inversión excesiva en la bolsa de valores de Wall Street en Estados Unidos. El jueves negro de octubre de 1929 marcó el crash bursátil que arruinó a miles de inversores y bancos. Esto condujo a una crisis financiera global a medida que Estados Unidos redujo drásticamente las compras en el extranjero y repatrió sus inversiones, lo que provocó el cierre de empresas, aumento del desempleo y quiebras bancarias