2. Dos amigos compartían piso en
Tahiti.
Uno se llamaba Rallo y el otro
Cleveland.
Un día el sabio del pueblo dijo
que estaba a punto de llegar
una tormenta muy fuerte, que
podría destruir el pueblo en el
quel vivían.
3. Los dos jóvenes empezaron a discutir:
Cleveland dijo: “Rallo, ¿has eschuchado lo que ha dicho el
sabio?”
Y Rallo: “Sí, pero no me lo creo”.
Entonces Cleveland contestó: “Para mí, en cambio, es
verdad”.
La misma noche los chicos no pudieron dormir por las
dudas y el miedo.
4. El día siguiente medio pueblo se
destruyó por la tormenta, entonces
Cleveland dijo:
“Rallo, ¿has visto lo que ha
sucedido en el pueblo? ¿Ahora me
crees?”
Rallo respondió: “Ahora te creo,
¿qué podemos hacer?”
Cleveland contestó: “Tenemos que
irnos”
Pero Rallo dijo: “Yo no quiero
irme, me quedo en mi casa, tú vete
si quieres”.
5. Cuando Cleveland salió de su casa, vio a una chica que
parecía desorientada y le preguntó:
“¿Cómo te llamas?”
La chica contestó: “Me llamo Emma” y Cleveland le dijo:
“¿Quieres venir conmigo? Estoy escapando hacia un sótano
para refugiarme de la tormenta”.
Pero Emma dijo: “¡No! Yo no voy contigo, no te conozco
siquiera”.
Después de este diálogo, Cleveland, muy asustado, corrió al
sótano de su casa.
6. La misma noche la tormenta
llegó y destruyó todo el
pueblo: mató a Rallo, quien
murió aplastado por los
derribos y mató a Emma,
quien murió ahogada.
Cleveland, en cambio,
sobrevivió gracias a su
sabiduría.
La moraleja es que el más
sabio gana siempre.
7. La misma noche la tormenta
llegó y destruyó todo el
pueblo: mató a Rallo, quien
murió aplastado por los
derribos y mató a Emma,
quien murió ahogada.
Cleveland, en cambio,
sobrevivió gracias a su
sabiduría.
La moraleja es que el más
sabio gana siempre.