1. Solución de problemas y conflictos.
La solución pacífica, dialogada e inteligente de los conflictos familiares, de
trabajo, comunitarios, entre amigos es una habilidad que le permite a un
individuo enfrentar en forma efectiva los problemas de la vida; para ello es
necesario aprender técnicas o estrategias para la mediación y solución
inteligente y constructiva de los conflictos.
El conflicto es propio del desarrollo humano, hace parte de su convivencia. La
madurez de una persona o comunidad se evidencia según la capacidad que
tenga de resolver sus problemas y conflictos". (Alcaldía Mayor de Santafé de
Bogotá, Convivencia Social y Solución de Conflictos, 1997)
El conflicto es algo natural y necesario para el crecimiento de las personas y de
la sociedad, se presenta por la diferencia de pensamientos, opiniones,
acciones e intereses. Deben resolverse con inteligencia, incluso, sacando
provecho de ellos. El tratamiento adecuado mejora nuestra calidad de vida.
En un conflicto se puede participar activa o pasivamente y cualquiera de las
dos formas constituye la manifestación de pensamientos, sentimientos y
emociones muchas veces confusas que no permiten discernir la situación en
forma objetiva. Es importante respetar las diferencias y dar la oportunidad de
expresarse a los involucrados en el conflicto en un clima de respeto y
cordialidad.
Teniendo en cuenta los tres componentes del conflicto: las personas
implicadas, el problema y el proceso que ha seguido el conflicto, La Alcaldía
Mayor de Santa fe de Bogotá en su manual de convivencia social y solución de
conflictos de 1997, presenta una serie de recomendaciones para servir como
mediador o árbitro en resolución de conflictos:
•Establecer con claridad, quién o quiénes están involucrados, y quién o quiénes
pueden influir positivamente y negativamente en la solución del conflicto.
•Concretar los asuntos más importantes para discutir el problema.
•Distinguir y separar los intereses y las necesidades de cada uno.
•Evitar que las partes hagan generalizaciones y estereotipos de las personas.
•Crear un ambiente de diálogo con el propósito de buscar soluciones
verdaderas y constructivas.
•Distinguir entre personas y problemas e impedir que se llegue a lo personal.
•Centrarse en las preocupaciones y necesidades de cada uno antes de buscar
las soluciones.
•Establecer un ambiente de negociación donde las partes en igualdad de
condiciones puedan llegar a una concertación.
2. Todas las personas reaccionan de diferente forma ante un conflicto, influye el
momento y sitio en que se encuentre. Existen cuatro formas o estilos de
participación en el conflicto: competir, evitar, convenir o negociar y
colaboración.
Estilo de competición: cuando hay mucha preocupación por los deseos
propios y no por los del otro, el resultado es una actitud competitiva. Obtener lo
que se quiere es el único criterio a seguir, y ya no se detiene a reflexionar
sobre lo que quieren los demás.
Estilo de Evitación: cuando se evita a toda costa el afrontar directamente los
problemas pudiendo ser por simple comodidad porque en el fondo no le
interesa ni lo que él quiere ni lo que quiere el otro.
Estilo de Convenir o negociar: este estilo supone que la persona no deja de
preocuparse por lo suyo, pero da margen a considerar lo que el otro quiere.
Normalmente la solución del problema se concibe como el esfuerzo de llegar al
punto medio entre las dos posturas, exige que cada uno ceda un poco, hasta
llegar lograrlo.
Estilo de Colaboración: es el intento de buscar una solución que permita que
ambos logren su propósito, lucha por encontrar una manera de ampliarlo e
incrementarlo para beneficio de ambas partes.
Como vemos el ser humano es una gama de posibilidades que deben
enfocarse a mejorar su calidad de vida de manera que contribuya al desarrollo
cultural, social, económico y político del país; en la medida en que pueda
enfrentar y afrontar su vida con mayor fortaleza tendrá mayores opciones de
crecimiento y desarrollo integral acorde con el contexto en que se desenvuelve
aunque las exigencias del mundo actual desafortunadamente marcan un ritmo
de vida que fácilmente puede desequilibrar. Si una persona no dedica tiempo a
desarrollar actividades que le generen descanso físico y emocional las
preocupaciones, la ansiedad, la angustia, el disgusto o la cólera se irán
acumulando hasta producir verdaderos estados de tensión o el tan conocido
estrés.
ESTRÉS
1. Es la capacidad de respuesta física y emocional provocada por una situación
de tensión que produce desequilibrio y altera la armonía del organismo
(Ministerio de Protección Social. Conferencia sobre manejo del estrés). Desde
este punto de vista el estrés es necesario para responder a las situaciones
apremiantes, ya que constituye el estimulo fisiológico y psicológico necesario
para que el organismo genere la respuesta correspondiente. El problema se
establece cuando las situaciones generadoras de estrés (estresores) se
incrementan y la persona no tiene la capacidad de respuesta oportuna.
2. QUE? Es la habilidad que permite reconocer las fuentes del estrés y sus
efectos así como la capacidad para responder a ellas reduciéndolas y
3. aprendiendo relajaciones con el fin de que dichas tensiones no generen
problemas para la salud.
Cuando no existe una respuesta adecuada se presentan diferentes problemas
en el organismo, así:
1. Cambios fisiológicos:
Calor y rubor en la cara
Sudoración excesiva
Sensación de adormecimiento de labios y manos principalmente.
Taquicardia: aumento del ritmo cardiaco con el fin de llevar suficiente
sangre a todo el organismo y oxigenarlo según las exigencias del
momento.
Activación de la coagulación para evitar la pérdida de sangre en caso de
heridas. (Aumento plaquetario)
Aumento de frecuencia respiratoria
Dilatación bronquial
Tensión y dolores musculares, especialmente de cuello y espalda
Dolor de cabeza
Aumento en la producción de adrenalina que acelera todos los procesos.
Trastornos digestivos: acidez y distensión abdominal, diarrea.
Trastornos visuales por dilatación de la pupila.
Relajación de esfínteres vesical y anal
2. Cambios psicológicos
Irritabilidad. Agresividad. Miedo. Sensación de impotencia. Alteraciones
cognoscitivas. Disminución de la atención, concentración y memoria, interfiere
capacidad de análisis y de juicio. Cansancio. Insomnio.
Actualmente la dificultad para enfrentar el estrés es considerada una
enfermedad y como tal debe diagnosticarse. A mayor oportunidad de
diagnóstico, menores consecuencias y mejores probabilidades de
recuperación, todos podemos aprender a manejar el estrés.
Entre las soluciones para enfrentar el estrés están:
Identificar los síntomas oportunamente.
Dormir bien.
Organización Personal.
Considerar que no todo es prioritario, no exigirse por encima de sus
posibilidades.
Considerar que el Súper Yo no existe (podemos desencadenar en una
frustración cuando nos damos cuenta de nuestras limitaciones, lo cual
es una fuente de estrés).
Ser realista.
4. Estamos inmersos en el mundo de la vida y tenemos que aprender a vivir en él,
fortalecer nuestras debilidades y mejorar nuestras fortalezas, es posible ser
felices con la historia que tenemos, visualizar horizontes más claros,
proyectarnos y superar las crisis, retomar cada día con entusiasmo y
optimismo.
SÍNDROME DE BURNOUT
Llamado también síndrome de AGOTAMIENTO. Se relaciona directamente con
la incapacidad de manejo de situaciones estresantes, especialmente en el
ambiente laboral.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
- Agotamiento emocional y físico o uno de los dos.
- Descenso de la productividad o de la capacidad de autorrealización.
- Notable despersonalización.
- Agresividad hacia los demás, hacia objetos y hacia sí mismo.
- Desinterés, apatía e irresponsabilidad.
- Ausentismo laboral.
- Errores o equivocaciones continuas.
- Necesidad excesiva de comer.
- Consumo excesivo de alcohol, tabaco y drogas en general.
Frente a esto aparece la TEORIA DE LA RESILIENCIA que se define como la
capacidad de un individuo de reaccionar y recuperarse ante adversidades, lo
que implica un conjunto de cualidades que fomentan un proceso de adaptación
exitosa y transformación, a pesar de los riesgos y la adversidad (Bernard B,
1996).
La teoría de la Resiliencia cobra significado a partir de las diferencias en la
reacción ante circunstancias adversas, generadoras de estrés: mientras
algunas personas "sucumben" a dichas circunstancias, evidenciando
desequilibrio y trastornos a diversos niveles, otras logran canalizarlas y por el
contrario sacan provecho de ellas o por lo menos con diferentes mecanismos
de respuesta pueden compensarlas.
REFLEXIONEMOS...
1. ¿Como es mi respuesta ante el estrés?
2. ¿Cuales son los factores estresantes en mi medio de
trabajo?
3. ¿Cómo puedo contribuir a la solución de conflictos en mi
entorno?
¡NUNCA HAY TAN POCAS PUERTAS QUE SE
CIERREN, COMO PARA TERMINAR ANTES EL
CAMINO, ANIMO!
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