Una niña llamada Elena se despierta y descubre que su cuerpo ha cambiado, con el pelo y ojos de distinto color. En la escuela, los demás estudiantes la tratan como una extraña nueva. Elena decide no revelar su identidad para observar cómo actúan. Más tarde le dice a su amiga Ana la verdad, y Ana anuncia a todos que la nueva es en realidad Elena. El maestro Segundo ayuda a Elena a resolver el problema y volver a la normalidad.
MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grande
Cuerpo Elena
1. Este cuerpo no es mi cuerpo
Elena Redondas
Un día por la mañana me levanté, me vestí, me lavé la cara y cuando me fui a peinar
al espejo…¡oh no!
Me asombré mucho cuando vi que yo había cambiado mucho de un día para otro,
que mi cuerpo no era ése, ¡no era ése!
Yo tenía el pelo largo pero ahora tenía el pelo corto y que yo haya recordado ayer
no me lo había cortado, tenía los ojos verdes y normalmente yo los tenía
marrones y no recordaba que me cambiaran de color.
Estaba bastante rara y me estremecí cuando pensé en que tenía que ir a la escuela.
Cuando llegué al colegio, todos me miraron como si fuera una rara y Érik me dijo:
- El plazo para apuntarse a la escuela ya pasó ¡ Ja ja ja! Y se marchó entre carcajadas
con Fran, que me miró con cara de risa.
A mí me daban ganas de hacerle no se qué, pero esperé para ver qué hacían.
Después vino Covadonga acompañada de Irene como de costumbre y me dijo:
- Je je, una nueva, ¿eh? ¿Cómo te llamas, Doña
noséllegaratiempoparaapuntarmealcolegio? Y se marchó entre grandes carcajadas.
Me daban unas ganas de matarla, pero tuve una idea: No diré nada a nadie para ver
cómo se comportarían si viniera una alumna nueva.
Después me presenté a Paula, pero me dijo:
-Yo con raritas no hablo, porque estoy en un club que ha montado mi amiga
Covadonga y quedamos en que si venía un a niña nueva no hablaríamos con ella.
Yo, para informarme más sobre ese club que Covadonga tenía y del que yo no me
había enterado, le pregunté:
- ¿Y quién está en ese club?
- Pues están Irene, Gloria, Pablo, Nico, Alba y algunos de la otra clase que tú no
conoces, porque eres nueva, así que hasta luego.
Después me acerqué Ana y disimuladamente le pregunté:
- ¿Cómo te llamas?
- Me llamo Ana. ¿Y tú?
¡Y tú! Esa pregunta suponía un gran problema para mí si no quería que me
descubriera, pero Ana no lo diría, porque es una gran amiga. Entonces contesté en
voz muy baja:
- Ana, soy yo, Elena, porque esta mañana cuando me miré al espejo era otra, no sé
qué me ha pasado.
Entonces Ana, sobresaltada, gritó en toda la fila:
- ¡ La nueva es Elena! ¡ Es Elena! ¡Atención! ¡La nueva es Elena!
A mí no me gustó eso, pero en un momento todos reaccionaron y vinieron hacia mí.
Al final, cuando entramos a clase, todos se lo dijeron a Segundo, le dijeron lo que me
había ocurrido y yo también le conté mi parte.
Segundo, con unos pequeños experimentos, me solucionó el problema y todo volvió
como siempre.