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Danilo
De los Santos




M                   E MO RI A DE
                    LA P I N T U RA
                           NT
                    DOMINICANA
                    Raíces e Impulso Nacional

                                            1
                              2000 a. C. 1924




       ´
COLECCION
CENTENARIO




G   R   U   P   O
  ´
LEON JIMENES
1
VO L U M E N
2000 a. C. 1924
Danilo
De los Santos




M                   E M O RI A DE
                    LA P I NT U RA
                    DOMINICANA
                    Raíces e Impulso Nacional

                                            1
                              2000 a. C. 1924




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COLECCION
CENTENARIO




G   R   U   P   O
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LEON JIMENES
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COLECCION
CENTENARIO




                                                                       Contenido
G   R   U   P   O
  ´
LEON JIMENES




De los Santos, Danilo, 1944-
  Memoria de la pintura dominicana / Danilo De los Santos.–
Santo Domingo : Grupo León Jimenes, 2003.
  8v. : il.– (Colección Centenario Grupo León Jimenes)
                                                                            Presentación
                                                                            Prólogo
                                                                                                         7
                                                                                                         9
                                                                                                              3   POSTULADO NACIONAL.
                                                                                                                  MANIFESTACIÓN DE LAS
                                                                                                                  ARTES EN EL DIECINUEVE



                                                                   1   LO DOMINICANO COMO
  Contenido: v.1 Raíces e impulso nacional 2000 a.C.-1924.– v. 2                                                  3|1 El asomo artístico
    1. Pintura dominicana – Historia 2. Pintores dominicanos           IDENTIDAD Y ACENTUACIÓN                        en el contradictorio
CEP / CC-GLJ                                                           DEL ARTE NACIONAL                              proceso de 1795-1865          133
759.97293
S237m                                                                  1|1 Dominicano, dominicana y               3|2 El florecimiento
                                                                           dominicanidad                13            general en la República
©2003 Grupo León Jimenes
ISBN 99934-913-0-6                                                     1|2 Expresión pictórica y pintura              Restaurada                    150
Todos los Derechos Reservados.                                             dominicana: apreciaciones     30       3|3 La modernización
Registro de Propiedad Intelectual.                                                                                    positivista y la generación
Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida        1|3 El pintor dominicano:
                                                                           protagonista sociocultural   37            artística precursora          160
en ninguna forma o medio sin el permiso escrito del autor,
excepto para la inclusión de citas en una reseña o revista.                                                       3|4 El arte precursor
                                                                       1|4 La pintura dominicana: rasgos
                                                                           particulares de una historia               y romántico                   190
COORDINACIÓN EDITORIAL
Félix Fernández                                                            nacional                      51       3|5 Cinco precursores significativos:
LOGÍSTICA
                                                                       1|5 Una división cronológica     71            Bonilla, Desangles,
Myrna Guerrero                                                                                                        Navarro, Grullón
DIGITACIÓN                                                                                                            y Rodríguez Urdaneta          201
Josefina Soriano Tallaj




                                                                   2                                          4
CORRECCIÓN DE PRUEBAS                                                  LAS RAÍCES ANTECESORAS:                    EL INICIO DEL SIGLO VEINTE:
Miguel Ángel Heredia Bonetti
                                                                       ABORIGEN, HISPANA Y AFRICANA               CAOS POLÍTICO Y ESCALADA
Luis Córdova
Jeannette Canals                                                                                                  YANQUI
                                                                       2|1 El aborigen
ÍNDICE BIBLIOGRÁFICO                                                       y la pintura rupestre        75        4|1 Continuación artística
Luis Córdova                                                                                                          en una etapa de contienda
                                                                       2|2 El rastro del patrimonio
ÍNDICE ONOMÁSTICO                                                                                                     e injerencia                  263
Ida Hernández Caamaño
                                                                           pictórico aborigen           84
                                                                                                                  4|2 Otros cinco precursores
FOTOGRAFÍA                                                             2|3 Encuentros, desarraigos
                                                                                                                      inevitables: García Obregón,
Mariano Hernández                                                          y supervivencia durante
Natalio Puras Penzo (Apeco)                                                                                           Ramírez Guerra, Billini,
                                                                           la colonización              87
Asistente fotografía / Luis Rolando Martínez                                                                          Frade y Pou                  284
                                                                       2|4 La pintura colonial
DISEÑO Y PRODUCCIÓN                                                                                               4|3 El impulso de la caricatura y
Lourdes Saleme y Asociados                                                 en La Española                98
                                                                                                                      la ilustración: Pérez, Frade,
Directora de arte / Lourdes Saleme
Diseñadora asociada / Kirsis Santana                                   2|5 Dos pintores coloniales                    Mella, Mendoza, Ferrúa,... 308
                                                                           sobrevivientes:
IMPRESIÓN                                                                                                         4|4 La Intervención yanqui:
Vistacolor®
                                                                           Hilaris y Velásquez          121
                                                                                                                      censura, rebeldía y arte      328
Santo Domingo,
República Dominicana
                                                                                                                  4|5 Abelardianos, desolvidados
2003                                                                                                                  y el pionero Palau         342

                                                                                                                       Bibliografía                 378
CUBIERTA
Alejandro Bonilla. Puerto de Santo Domingo.                                                                            Índice onomástico            385
Luis Desangles. Juramentación Presidente Woss y Gil (detalle).
                                                                                                                       Índice de ilustraciones      397
|7|




Presentación




La creación artística constituye una de las más completas expresiones del ser humano, a la
que la riqueza de su infinita diversidad formal y de sus ilimitadas posibilidades comuni-
cativas le confiere el derecho a ocupar un espacio distinguido en la memoria de un país.
Recoger en una obra la memoria de una manifestación artística de un país es una la-
bor ingente que requiere de entusiasmo, ideas precisas, investigación acuciosa, apego a
la verdad, rigor, voluntad, constancia y, sobre todo, mucho trabajo.
Para el Grupo León Jimenes constituye un gran orgullo constatar cómo lo que nació
como una utopía se concretiza, después de un largo esfuerzo, en este recuento de la pin-
tura que, entre otras cosas, ha de contribuir con la búsqueda y conformación de la pro-
pia identidad de la plástica en la República Dominicana.
Los artistas son hacedores: crean formas y significaciones inéditas, traducen sus vivencias
en líneas, espacios y colores. Sus obras se convierten en importantes documentos refe-
renciales de la época, el lugar y la sociedad con que comparten su existencia.
En el Grupo León Jimenes ha sido una tradición acompañar a los artistas, apoyando sus pro-
yectos y reconociendo sus aportes a la sociedad. En esta línea se inscribe nuestra decisión
de auspiciar una investigación que congregara su evolución y una publicación que mostra-
ra los resultados de ese proceso con la dignidad que amerita un esfuerzo de tal envergadu-
ra. Presentamos con orgullo y gratitud el resultado del esfuerzo de tantas voluntades con-
jugadas en esta impresionante colección de ocho volúmenes, profusamente ilustrados y do-
cumentados, que constituye tanto un deleite visual y emocional como una oportunidad
para acercarse y conocer los avatares del fascinante mundo de la experiencia pictórica.
Hoy renovamos nuestro compromiso con el arte dominicano, uno de los pilares que
sostienen una mejor nación, y, con la satisfacción de un deber cumplido, entregamos es-
ta Memoria de la Pintura Dominicana, historia artística que legamos con alegría a las
generaciones del futuro.



José A. León
Presidente Grupo León Jimenes
|8|                                                                                                  |9|




      Prólogo




      Toda publicación tiene su historia y la de esta Memoria de la Pintura Dominicana se
      remonta al 1998, cuando Porfirio Herrera Franco, director de la Fundación de Arte
      Contemporáneo Nouveau, sostuvo una entrevista con don José León Asensio a quien
      solicitó auspicio para la reedición del libro La Pintura en la Sociedad Dominicana
      (1977), escrito por Danilo De los Santos. La defensa entusiasta de la propuesta anidó en
      la sensibilidad de un mecenas capaz de entender la importancia y la necesidad de ma-
      terializar este proyecto, quien sin titubeos la incorporó a los programas de auspicio del
      Grupo León Jimenes, estableciendo un nuevo eslabón en su compromiso con las artes
      visuales nacionales. En esa ocasión celebramos con gran alegría, junto a Danilo y Por-
      firio, el primer paso de la cristalización de un sueño compartido desde hacía mucho
      tiempo y lo que hasta ese momento parecía inalcanzable empezó a hacerse realidad.
      Un año después de emprendida la revisión del antiguo texto sobre la pintura domini-
      cana se iniciaron los trabajos del proyecto del Centro Cultural Eduardo León Jimenes,
      bajo la dirección de Rafael Emilio Yunén, rápidamente contagiado con la ilusión de es-
      te libro que se convirtió en eje de discusiones, angustias, alegrías e intercambios entre
      los integrantes del equipo diseñador del proyecto del Centro Cultural. Como ocurre
      generalmente, la revisión de la obra escrita veinte años antes desveló insatisfacciones en
      su autor, reafirmándole la necesidad de reformular la historia de la pintura dominicana
      con una visión abierta y basada en la aproximación a la totalidad de la necesaria me-
      moria que requiere nuestro país para fortalecer la identidad colectiva. Se inició enton-
      ces una investigación que cada día aportaba elementos desconocidos para un tramado
      más completo de la historia de la pintura dominicana, en un desarrollo paralelo a otras
      expresiones y movimientos artísticos. Consultas, entrevistas, lectura de textos, análisis de
      diversas fuentes, descubrimiento de artistas desconocidos… la experiencia se fue enri-
      queciendo y el planteamiento original de la revisión de un texto fue dando paso a una
      obra sin precedentes, de dimensiones enciclopédicas, donde el autor se propone una vi-
      sión histórica de la manifestación de la pintura en el territorio nacional, en un proce-
      so relacionado a las raíces formativas de la dominicanidad, a los cambios socio-econó-
Prólogo|Memoria de la Pintura Dominicana. Raíces e Impulso Nacional 2000 a.C. | 1924 |10|                                                                                            |11|   Memoria de la Pintura Dominicana. Raíces e Impulso Nacional 2000 a.C. | 1924|Prólogo




                                   micos y socio-políticos del país y a la transformación de la vida espiritual de sus habi-       Gracias a la profunda investigación que sustenta el estudio, el libro presenta hallazgos,
                                   tantes influida por los fenómenos generales del acontecer occidental.                           publica datos desconocidos, revaloriza y hasta corrige nociones comúnmente aceptadas,
                                   En el desarrollo de la obra, el autor traza la trayectoria evolutiva de la pintura nacional,    así como rescata valores olvidados.
                                   establece interrelaciones entre la pintura y otras manifestaciones de las artes: escultura,     La presentación se enriquece con la ubicación del quehacer artístico en relación con la
                                   gráfica, fotografía, arquitectura, literatura y música, mediante cuadros generales y cro-       evolución de las instituciones públicas y privadas encargadas de la educación artística,
                                   nologías asociativas; recupera la casi totalidad de los nombres artísticos que, en mayor o      el análisis de los concursos, bienales, exposiciones y del mecenazgo privado.Tenemos en
                                   menor grado, conforman la memoria pictórica del país; enfoca movimientos, genera-               nuestras manos, realmente, una historia de la evolución del arte dominicano y su con-
                                   ciones, lenguajes y escuelas regionales del hacer pictórico; resalta las figuras señeras del    texto, sin duda una obra sin precedente en nuestro país. Con el decidido auspicio a su
                                   arte dominicano, y aborda las contribuciones públicas y privadas de la animación artís-         investigación y publicación, en la conmemoración de su centenario, el Grupo León Ji-
                                   tica. La amplia cobertura del estudio y su carácter integral permiten conocer y valorar,        menes realiza un aporte invaluable al fortalecimiento y valorización de la memoria na-
                                   no solamente a los maestros y figuras reconocidas, sino también artistas de menor fama          cional a través de la pintura, en tanto que expresión artística, reafirmando el compro-
                                   pero que, en su momento, han jugado un papel en el desarrollo colectivo, ya que no es           miso del grupo empresarial con las artes visuales dominicanas iniciado en 1964, con la
                                   una historia de individualidades sino también de escuelas o corrientes artísticas, así co-      celebración del primer Concurso de Arte Eduardo León Jimenes, piedra angular de ese
                                   mo de la evolución de las concepciones estéticas reflejadas en una atención prioritaria         ejemplar proyecto que es el Centro Cultural Eduardo León Jimenes.
                                   a la crítica de arte en cada período, a la vez que en la identificación de las influencias
                                   literarias o filosóficas sobre el quehacer de los creadores de arte.
                                                                                                                                   Myrna Guerrero
                                   Fiel a su formación de historiador, Danilo De los Santos se ciñe con fidelidad a la crí-
                                   tica histórica, constituyendo este libro un reporte de investigación rigurosa, en que ca-
                                   da narración descansa en fuentes sometidas a verificación o contrastación (documentos,
                                   testimonios, entrevistas, examen de las piezas de arte, periódicos de la época, etc.). El
                                   autor establece una periodización vinculada al transcurrir de la sociedad dominicana en
                                   su conjunto (sociedad política, económica y cultural), de suerte que el proceso de crea-
                                   ción artística es situado en un contexto nacional e internacional que ayuda a discernir
                                   el sentido de los aportes de personalidades claves, escuelas estéticas, estilos, polémicas,
                                   etc., logrando así destacar el valor específico de cada artista o corriente artística en tér-
                                   minos de su contribución al desarrollo cultural del país.
                                   Se enfoca la historia del arte en su sentido doble de búsqueda de antecedentes y cons-
                                   tatación de secuelas y consecuencias. Así, por ejemplo, el estudio de los artistas y críti-
                                   cos de arte que actuaron como precursores de un arte nacional, es objeto de seguimien-
                                   to en las diversas etapas de nuestro desarrollo, para mostrar la germinación y el fruto de
                                   esas ideas primigenias. Así comprendemos lo que hay de continuidad e innovación en
                                   los creadores actuales, con relación, por ejemplo, a Celeste Woss y Gil,Yoryi Morel, Jai-
                                   me Colson, Darío Suro, Antonio Prats-Ventós, Paul Giudicelli y otros.Todo esto en una
                                   estrategia narrativa que produce un relato ameno y didáctico, al combinar datos técni-
                                   cos con detalles biográficos y análisis del contexto social.
|13|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1




                                  1|1 Dominicano, dominicana, dominicanidad




1
LO DOMINICANO COMO IDENTIDAD
y acentuación del arte nacional




                                  Sin discutir el carácter genérico, dominicana o dominicano tienen la dimensión de un con-
                                  cepto trascendente que se relaciona simultáneamente a cuatro condiciones: a un espe-
                                  cífico territorio antillano; a una sociedad de etnias y nacionalidades que se amalgaman;
                                  a una cultura afrohispánica o mulata; y a una memoria histórica que, aun marcada por
                                  los grandes procesos de la colonización, del capitalismo y de las dependencias imperia-
                                  listas, ofrece matices originales que se manifiestan en la identidad criolla, en los latidos
                                  persistentes de la autodeterminación nacional y en manifestaciones antropológicas, es-
                                  pirituales o artísticas que representan la dominicanidad.
                                  El específico territorio, la sociedad de colores raciales, la cultura mulata y una memoria
                                  histórica particular expresan la condición dominicana/dominicano. Enfocando la terri-



                                  M.B.|Carta de la isla de Santo Domingo|Grabado en cobre/papel pintado a mano|25.2 x 35.3 cms.|Sin fecha|
                                  Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes.
Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|14|                                                                                                                                        |15|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1




          |1|                      torialidad, el poeta Pedro Mir ofrece una convincente visión, con imágenes que plantean                           Pedro Henríquez Ureña ofrece la siguiente descripción: «Geográficamente, el país no                          |2|
          Mir, Pedro.                                                                                                                                                                                                                                             Henríquez Ureña,
          Hay un País              al mismo tiempo ideas de la ubicación y de la naturaleza sociogeográfica: «Hay un país                            pudiera estar mejor situado: hállase en la orla exterior de la región tropical de las Amé-                   Pedro.
          en el Mundo.                                                                                                                                                                                                                                            Obra Dominicana.
          Página 41.               en el mundo colocado en el mismo trayecto del sol / oriundo de la noche / colocado                                ricas, en la cadena de islas que circundan el Mar Caribe, en la ruta hacia otro océano,                      Páginas 406-7.
          Confert.                                                                                                                                                                                                                                                Confert. Sic.
                                   en un inverosímil archipiélago de azúcar y de alcohol / sencillamente liviano / como un                           hacia el Golfo de México, hacia los paraísos de la América Central, hacia Venezuela y Co-
                                   ala de murciélago apoyado en la brisa / sencillamente frutal / fluvial y material / y sin                         lombia. Otro paraíso es él también. Cálido, a veces en exceso, en las costas; más templa-                    |3|
                                                                                                                                                                                                                                                                  Mieses Burgos,
                                   embargo sencillamente tórrido y pateado como una adolescente en las caderas…»|1|                                  do en porciones del interior, es inagotable en fertilidad, en variedad de plantas florales                   Franklin.
                                                                                                                                                                                                                                                                  Trópico Intímo.
                                   Localizado en el Archipiélago Antillano, en medio de Cuba y Puerto Rico, el país do-                              y frutales, y a la vez inofensivo y manso en su fauna: no hay allí, como dijo el poeta                       Fragmento.
                                                                                                                                                                                                                                                                  Confert.
                                   minicano ocupa las dos terceras partes de la isla de Santo Domingo. La tercera porción                            Gastón Deligne, Ni ofidiano ponzoñoso, ni felino feroz: tampoco hay buitres. Colón describe
                                   la ocupa Haití, la vecina república con la que comparte distintos aspectos comunes y                              la isla: La Española es maravilla: las sierras y montañas y las vegas y las campiñas y las                   |4|
                                                                                                                                                                                                                                                                  Cabrera,
                                   determina una de las fronteras, ya que el otro límite es definido por las aguas marinas                           tierras tan hermosas y gruesas para plantar y sembrar, para criar ganado de toda suerte,                     Fernando.
                                                                                                                                                                                                                                                                  Angel de
                                   que circundan el país, casi a totalidad. Enfocando este espacio geográfico dominicano,                            para edificios de villas y lugares».|2|                                                                      Seducción.
                                                                                                                                                                                                                                                                  Fragmento.
                                                                                                                                                     Espacio insular: el hecho de serlo, es una condición que marca la naturaleza del habi-                       Confert.

                                                                                                                                                     tante nativo más común o colectivo. El ser isleño se lleva en la conciencia y los poetas,
                                                                                                                                                     como constatación, representan voces manifestantes de la insularidad que es cualidad
                                                                                                                                                     troqueladora, ineludible e idiosincrásica. Este concepto de proyectar la insularidad se
                                                                                                                                                     mantiene vigente en las generaciones de los poetas dominicanos; así lo demuestran las
                                                                                                                                                     siguientes citas: la primera de Franklin Mieses Burgos, uno de los poetas representati-
                                                                                                                                                     vos de la generación de la Poesía Sorprendida (década 1940), y la segunda de Fernan-
                                                                                                                                                     do Cabrera, un poeta joven de la generación 80: «Ahora, como siempre, en medio de
                                                                                                                                                     mi isla / profético, soltando / sobre un cielo sonámbulo mis pájaros mejores, / mis pro-
                                                                                                                                                     pias mariposas nacidas de las lámparas /despiertas del silencio: / mensajeras que llevan
                                                                                                                                                     en sus alas grabadas / las oscuras palabras que vienen de la noche, / de este mundo dis-
                                                                                                                                                     tante…»|3|
                                                                                                                                                     «Yo, el de la isla –y todo continente es isla–, / Después de fundar sobre duras piedras mi
                                                                                                                                                     casa / En esta frívola ciudad de nadie, / Hoy huyo de mi imagen como del abismo. (…)
                                                                                                                                                     Yo, el de la isla –y toda tristeza es isla–, / Tal vez deba morir para nacer de nuevo…»|4|
                                                                                                                                                     Si lo dominicano/dominicana es un concepto que identifica a un espacio geográfico,
                                                                                                                                                     territorio o país, tal concepto adquiere fuerza de tradición cuando es asimilado como
                                                                                                                                                     postulación denominativa y se convierte en idea perdurable al desarrollarse la comuni-
                                                                                                                                                     dad que adquiere el rumbo de nación. Aparte de desarrollarse en un territorio especí-
                                                                                                                                                     fico, la nación es definida, además, por un conglomerado de personas de diferentes orí-
                                                                                                                                                     genes étnicos, que generalmente habla un mismo idioma y que posee caracteres tradi-
                                                                                                                                                     cionales comunes.
                                                                                                                                                     La nación dominicana se impulsó a partir del encuentro desproporcionado de tres etnias:
                                   P. Coronelli|Archipiélago de México donde están las islas (…) bajo el nombre de Antillas|Grabado en cobre/papel   la amerindia insular, la europea y la africana. De esta mezcla trisanguínea, surge una po-
                                   pintado a mano|55 x 76 cms.|1688|Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes.
Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|16|                                                                                                                                      |17|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1




          |5|                      blación multicolor que sobrevive y adquiere el carácter de sociedad criolla. La misma es         cados como criollos españoles y españoles de Santo Domingo, los mismos eran reconoci-                                       |7|
          De Saint-Méry,                                                                                                                                                                                                                                        Sánchez Valverde.
          Moreau.                  integrada básicamente por la descendencia de los colonizadores españoles y de los escla-         dos además con el término asociativo dominicano. El cronista Antonio Sánchez Valverde,                                      Ensayos.
          Descripción                                                                                                                                                                                                                                           Página 214.
          de la Parte              vos negros nacidos en la isla, y socializados por el medio ambiente, por la mulatería, por       refiriéndose a la actividad del corso, usa esa identificación en el siguiente párrafo: «La                                  Confert.
          Española (…).
          Página 83.               los hábitos laborales y las costumbres domésticas que se arraigan como nativas.                  guerra que llamamos de ‘Italia’ por los años de 40, cogió a los dominicanos instruidos y
          Confert.                                                                                                                                                                                                                                              |8|
                                   Varios cronistas ofrecen apreciaciones sobre la sociedad criolla que se perfila claramen-        cebado en este exercisio que les era tan lucroso»… (sic) |7|                                                                Peguero,
                                                                                                                                                                                                                                                                Luis Joseph.
          |6|                      te hacia mediados del siglo XVIII; período en el cual predominan los hatos y los conu-           Un segundo cronista isleño, Luis Joseph Peguero, reitera esta autoidentificación social                                     Historia de la
          Sánchez Valverde.                                                                                                                                                                                                                                     Conquista de la
          Ensayos.                 cos, modos socioeconómicos que moldean una población nativa de pocos blancos y de                en un manuscrito|8| redactado en 1776: «…y abrió camino a nuestros granaderos que                                           Isla Española (…).
          Páginas 222 y 242.                                                                                                                                                                                                                                    Tomo 2º.
          Confert.                 negros muy mezclados, a los que se añaden grupos de nuevos esclavos y unos pocos ca-             saltaron a su barco, y en menos de quinze minutos mataron 73, ingleses, y hisieron pri-                                     Páginas 244, 247,
                                                                                                                                                                                                                                                                248 y 283.
                                   talanes que se dedican a los negocios. «Los nativos o criollos españoles son bastante se-        sionero el barco: Con que quedó enteramente conocido, y acreditado el valor de los                                          Confert.

                                   dentarios. Es raro que salgan de su isla, lo que además, el gobierno hace tan difícil co-        Dominicanos». (sic) «…Desimpresionar queremos el vulgo Dominicano de la acumu-
                                   mo puede y hasta podría creerse que ellos temen al mar, si no se supiera que en tiem-            lada falsa calumnia…» (sic) …leyólo así el muestreo Dominicano, y así corrió y se di-
                                   po de guerra se dedican al corso, que ofrece siempre un incentivo a hombres pobres
                                   que persiguen buques ricamente cargados».|5|
                                   En el aislamiento insular, y en la zona española de la isla de Santo Domingo, la pobla-
                                   ción nativa desarrolla un estilo de vida criolla asociada al hato (la gran hacienda gana-
                                   dera) y al conuco (la parcela ordinaria para sembrar víveres). A pesar de que estos mo-
                                   dos de la propiedad socioeconómica distancian a hateros y conuqueros, varios hechos
                                   provocan espontáneamente la igualdad convivencial. Estos hechos son la mulatería ra-
                                   cial; la flexible o cristiana promoción de libertos; la casi inexistencia del prejuicio racial
                                   y los hábitos que se hacen comunes en tierra adentro, donde la gente vive de los recur-
                                   sos naturales; de la crianza animal, de la siembra, de la montería; aferrada a los santos ca-
                                   tólicos y a la superstición; alojada en chozas o bohíos en donde asumen los mismos ali-
                                   mentos culinarios, la siesta del mediodía o danzan cuando celebran fiestas o ritos de
                                   acentos vernaculares. Es gente constituida «por familias de Morenos, Pardos y Blancos
                                   (…), los criollos a proporción que se alejan de su origen Europeo, se hacen más sanos,
                                   más fuertes y viven más largo tiempo», señala el cronista Sánchez Valverde.|6|
                                   En el seno de la sociedad criolla del siglo XVIII, también toma impulso el calificativo
                                   DOMINICANO, la            autoidentificación que se asocia a la persona de Santo Domingo de      bulgó en toda la ciudad… (sic). …Tomando la verdad por firme baza /con que he de
                                   Guzmán, fundador de la Orden de los Predicadores. Estos frailes, llamados también do-            hablar de paso a los ancianos /campestres y también Dominicanos, /y a quienes Carne,
                                   minicos, son quienes, en la documentación colonial del siglo XVI, se autodenominan do-           Mundo, y demonio engaza …» (sic).
                                   minicanos. Con el nombre del santo castellano fue bautizada la ciudad y puerto a orillas         Andando el tiempo, el calificativo dominicano tiene mayor alcance colectivo, ya que de
                                   del Río Ozama, a donde llegan los primeros dominicos en misión evangelizadora, en                la simple identificación para el habitante, este concepto se generaliza para toda la po-
                                   el 1509. El nombre Domingo es una traducción castellana del concepto latino domini-              blación. En la Declaratoria de Independencia del 1821, sus líderes proclaman que «el
                                   cus, al que se asocian por extensión las calificaciones dominico y dominicano.
                                   Aunque durante el siglo XVIII los habitantes de la zona oriental de la isla, son identifi-       Gilberto Fernández Diez|Guarionex Rey de Maguá|Óleo/tela|102 x 82 cms.|C.1970|Col. Museo Sacro Catedral
                                                                                                                                    Inmaculada Concepción de La Vega.
                                                                                                                                    Jorge Severino|Afiche para un boxeador retirado|Mixta/cartón|92 x 77 cms.|1975|Col. Centro Cultural Eduardo León
                                                                                                                                    Jimenes.
Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|18|                                                                                                                                |19|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1




           |9|                     pueblo dominicano ni ahora, ni en adelante, ni nunca se someterá a las leyes y gobier-
           Declaratoria
           de 1821,                no de España».|9|
           en Peguero/
           De los Santos.          Esta proclamación fue anulada por la invasión y el dominio de los haitianos (1822-
           Visión General
           de la Historia          1844), hecho que no impidió que la dominicanidad continuara arraigándose como de-
           Dominicana.
           Página 404.             finición que significaba lo mismo que nacionalidad para muchas conciencias. Entre
                                   ellas, la de Juan Pablo Duarte, quien desde muy joven manifiesta inequívocamente la
           |10|
           Duarte,                 identidad dominicana, no sólo cuando es cuestionado sobre su ciudadanía, sino cuando
           Juan Pablo.
           «El Criollo»,           habla de la patria y cuando funda la Sociedad Secreta La Trinitaria y promete la inde-
           fragmento.
           Apuntes                 pendencia del país al que llama República Dominicana. Forjador de la nacionalidad, en
           de Rosa Duarte.
           Página 291.             sencillos versos él reitera esa conciencia: «Al arma, valientes, / Criollos constantes, /
           Confert. Sic.
                                   Marchad diligentes, / Marchad arrogantes: / Librémonos todos / Del vil e inhumano
           |11|                    / Padrastro y no padre /del Dominicano».|10|
           Duarte,
           Juan Pablo.             Es con Duarte con quien alcanza la dominicanidad su dimensión trascendente al justi-
           «Proyecto de
           Ley Fundamental»        ficarla como conceptualidad liberadora, como identificación definitiva de la ciudadanía
           en Apuntes
           de Rosa Duarte.         criolla y como denominación del Estado Nacional de orientación republicana. Maes-
           Páginas 223-24.
           Confert.                tro forjador en la decisiva etapa 1838-1844 en su Proyecto de Ley Fundamental|11| él
                                   postula tres definiciones esenciales:
           |12|
           Rodríguez               a|La Ley Suprema Dominicana, en la que establece que: «Siendo la Independen-
           Demorizi, Emilio.
           La Constitución         cia Nacional la fuente y garantía de las libertades patrias, la Ley Suprema del Pueblo
           de San Cristóbal.
           1844-1855.              Dominicano es y será siempre su existencia política como nación libre e independien-
           Páginas 161-65.
           Confert.                te de toda dominación, protectorado, intervención e influencia extranjera, cual la con-
                                   cibieron los fundadores de nuestra asociación política al decir DIOS, PATRIA Y LIBER-
                                   TAD, REPÚBLICA DOMINICANA»,                el 16 de julio de 1838.
                                   b|El concepto de Nación Dominicana, que «es la reunión de todos los domini-
                                   canos».
                                   c|La definición del ciudadano nacional: «Son dominicanos los que obtienen esa
                                   cualidad o por nacimiento o por haber obtenido del Gobierno cédula de nacionalidad
                                   con arreglo a la ley».
                                   Conforme al separatismo radical que promueve Duarte, la independencia nacional se
                                   proclama el 27 de febrero de 1844. Al reafirmarla con un manifiesto, en el cual se em-
                                   plean los términos Pueblo Dominicano, españoles dominicanos, y DOMINICANOS.|12|
                                   Amparada en su nacionalidad, en su independencia política y en la gestación de un Es-
                                   tado soberano, la sociedad dominicana se caracteriza por ser a mediados del siglo XIX,
                                   un pueblo de maneras y costumbres «muy sencillas y no pretenciosas», afirma Porter, un
                                   agente secreto que visitó el país en 1846, observando la casi inexistencia de la vieja aris-   Yoryi Morel|Negrita|Guache/papel|49 x 34 cms.|C.1965|Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes.
Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|20|                                                                                                                                                     |21|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1




           |13|                    tocracia blanca en un pueblo, en el cual, «no hay distinción como pudiera suponerse en-                       En cuanto a la hispanización cultural, los elementos impuestos son arrolladores y múl-
           Porter,
           David Dixon.            tre gente de tan distintos colores. En este particular es realmente una república y el ne-                    tiples, sobresaliendo los que se imprimen en la conciencia, en la espiritualidad y en el
           Diario de una
           Misión Secreta          gro prieto, la muchacha parda oscura y el gracioso mulato ligero se ven paseando juntos                       hacer de la vida común. El idioma castellano, el catolicismo, el modelo servil a la auto-
           (…).
           Páginas 29-31.          con frecuencia, o entreteniéndose con una caña de azúcar o con los dulces del país».|13|                      ridad impuesto por las leyes y los modos productivos, así como los programas construc-
           Confert.
                                   Este carácter de pueblo con una tipología racial multicolor, se amplía con la presencia                       tivos y los hábitos de la vida cotidiana que resultan una extensión del estilo peninsular,
                                   de otros grupos nacionales: árabes, judíos, chinos, negros metodistas, haitianos y coco-                      explican el predominio de la filiación española. Pedro Henríquez Ureña se refiere a la
                                   los.También cubanos y puertorriqueños, así como europeos diversos; sobre todo, espa-                          impronta de España como cultura madre: «Santo Domingo es un fragmento de una
                                   ñoles e italianos. Estos grupos introducen respectivos aportes socioculturales, y termi-                      gran familia hispánica que ha vivido vida precaria, pero propia, durante más de cuatro
                                   nan asimilados o integrados en el ser colectivo dominicano. Un ser nacional impulsado                         siglos; que luchará por persistir mientras habite en la tierra nativa el último descendien-
                                   con el trauma insular y la naturaleza trisanguínea, de filiación hispánica y de condición                     te de los colonizadores. (…). En las costumbres privadas, Santo Domingo conserva las
                                   afroantillana, manifestante de una cultura mulata y de una nacionalidad vulnerable que                        tradiciones españolas. A los ojos de los hombres educados en la tradición anglosajona,




           |14|                    se vuelve vehemente cuando «se enfrentan sus valores y principios contra los principios                       esas costumbres aparecerán como exóticas, y aun extrañas, sobre todo en lo que atañe                                         |15|
           Rosario, Amable.                                                                                                                                                                                                                                                   Henríquez Ureña,
           Eme-Eme.                y valores de los haitianos».|14|                                                                              al amor y a la valentía personal. Pero, en muchos órdenes, esas costumbres son patriar-                                      Pedro.
           Estudios                                                                                                                                                                                                                                                           Op. Cit.
           Dominicanos.            La razón de esta oposición radica en el hecho de que la dominicanidad se hizo concien-                        cales y excelentes».|15|                                                                                                     Página 410.
           No. 1.                                                                                                                                                                                                                                                             Confert.
           Junio-Julio 1972.       cia política cuando el país dominicano se convirtió en zona incorporada a Haití, cuyo                         «Santo Domingo (…) se distingue por el sabor fuertemente castellano de su vocabula-
           Página 71.
           Confert.                gobierno promovió la integración en todos los niveles, la cual era imposible que se pro-                      rio, y de su sintaxis, en combinación con una fonética que se asemeja más a la andalu-
                                   dujera a nivel de la identidad cultural, como bien observara Núñez de Cáceres.                                za que a la castellana (…). Hay en Santo Domingo muchos rasgos arcaicos (…), fue el


                                   José Gausachs|Morena|Carboncillo y tinta/papel|51.8 x 42.9 cms.|Sin fecha|Col. Privada.                       Nidia Serra|Mujer|Óleo/tela|61 x 45.5 cms.|1958|Col. Familia De los Santos.
                                   Federico Izquierdo|Retrato de Josefa Sánchez de González|Óleo/tela|70.5 x 64 cms.|1930|Col. Centro Cultural   Clara Ledesma|Escena taína (detalle)|Acrílica/cartón-tabla |566 x 386 cms.|1958|Col. Museo de Historia y Geografía.
                                   Eduardo León Jimenes.
Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|22|                                                                                                                             |23|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1




           |16|                    primer centro de americanización del español, tanto en la adaptación de palabras euro-       De la misma manera que los dominicanismos son una expresión de la cultura nacional
           Idem. Páginas
           31-32. Confert.         peas a cosas o hechos del Nuevo Mundo, como en la adopción de palabras indias, ac-           que se relaciona a la ruralidad, también en ese ámbito comienzan a definirse los ritmos
                                   tividad importante en los siglos XV y XVI, pero detenida luego al desaparecer las len-       que se relacionan a la música y las danzas vernaculares. Un testigo, llamado William Wal-
           |17|
           Idem. Página 30.        guas aborígenes de las Grandes Antillas: hoy, por eso, hasta los indigenismos tienen en      ton, escribe en 1810, «que presenciar las danzas (…) de los mulatos nativos de la His-
           Confert.
                                   Santo Domingo carácter arcaico».|16|                                                         paniola equivale a transportarse a un círculo de lascivos bacantes» (sic), debido a los vo-
           |18|                    Los arcaísmos lingüísticos castellanos e indígenas, son preservados en el habla rural, por   luptuosos movimientos que con ímpetu marca el compás. Él ofrece la siguiente estam-
           Idem.
           Página 128. Confert.    los campesinos del centro territorial o Cibao;|17| campesinos a quienes se puede atri-       pa descriptiva: «El pueblo negro español de clase baja acompaña sus vulgares danzas con
                                   buir también tradición negra en el lenguaje, como «los hábitos que van con ella».|18|        alaridos y con música producida con palos y maderas altisonantes, o por un higüero con
           |19|
           Diccionario de la       Las formas culturales que inciden en el habla española, originan los dominicanismos: pa-     surcos, el cual rasgan con agilidad utilizando un hueso fino. El baujo, especie de mara-
           Lengua Española.
           Edición 1970.           labras y frases del vocabulario vernacular, «modo de hablar propio y peculiar de los do-     cas hechas llenando un higüero de piedrecitas y los dientes fijos a la quijada de un ca-
           Página 493.
           Confert.                minicanos».|19|                                                                              ballo, rasgada con movimiento raudo y acompañado de tambor. Los pasos son extraños




                                   Jaime Colson|Merengue|Óleo/cartón|52 x 68 cms.|1938|Col. Museo Bellapart.                    Yoryi Morel|Fiesta Campesina|Óleo/madera|106 x 160 cms.|1959|Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes.
Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|24|                                                                                                                    |25|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1




                                                                                                                y obscenos.Todo el acompañamiento y estilo parecen derivarse de una mezcla del con-                                          |20|
                                                                                                                                                                                                                                             Walton, William.
                                                                                                                go africano y del din indígena, y es el ritual de la ceremonia a la muerte de un parien-                                     Estado Actual
                                                                                                                                                                                                                                             de las Colonias
                                                                                                                te, la cual convierten en ocasión solemne con danzas y música; como los gitanos en Es-                                       Españolas.
                                                                                                                                                                                                                                             Tomo I.
                                                                                                                paña. El mayor cumplido que el enamorado hace a su preferida por haberle concedido                                           Páginas 135-36.
                                                                                                                                                                                                                                             Confert.
                                                                                                                el privilegio de bailar con él durante la fiesta, es quitarse el sombrero y ponérselo a ella
                                                                                                                durante el resto de la velada; ésta lo devuelve, casi siempre junto con un cigarro encen-
                                                                                                                dido, que ella misma ha liado».|20|
                                                                                                                De los ritmos y de la danza que adquieren rango criollo, se desprende la variedad de la
                                                                                                                música folklórica dominicana, de la cual el Merengue y la Salve adquieren difusión co-
                                                                                                                lectiva, asociándose la última modalidad al canto de tradición oral que tiene que ver con
                                                                                                                el convite de las labores del campo y con la cofradía, manifestación que permitió a la po-




                                                                                                                blación negra continuar prácticas religiosas de origen africano encubiertas en la catoli-
                                                                                                                cidad. Además, a otros ritos que se asocian sobre todo al culto a la Virgen, a los Santos, a
                                                                                                                la Cruz y a los misterios vuduistas. Tales expresiones, como otras tantas, son manifesta-
                                                                                                                ciones populares o típicas que sobreviven como actividad y memoria de la cultura do-
                                                                                                                minicana, cuya otra ladera la definen las expresiones formales de las artes, de la literatu-
                                                                                                                ra y de la historia nacional.


                                   Darío Suro|Bañistas|Óleo/tela|162 x 112cms.|1946|Col. Familia Suro Franco.   Miguel De Moya|Gallero|Óleo/tela|76 x 51 cms.|1984|Col. Rafael del Monte.
                                                                                                                Vela Zanetti|Miguel Díaz y la Cacica Catalina|Mural (detalle)|1944|Col. Antiguo Palacio Ayuntamiento Santo Domingo.
Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|26|                                                                                                                               |27|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1




           |21|                    De acuerdo a Jimenes Grullón: «La dominicanidad es un concepto abstracto que en-               El antropólogo Marcio Veloz Maggiolo afirma que ella «es un recipiente que lo tiene                                   |24|
           Jimenes Grullón,                                                                                                                                                                                                                             Veloz Maggiolo,
           Juan Isidro.            cuentra su confirmación en lo concreto. No es, pues una falsa conciencia. Ofrece un con-       todo (…) y la memoria se reproduce (…), rescata una época, rescata la temperatura de                                  Marcio, citado
           La Noticia. 20 de                                                                                                                                                                                                                            por Ruth Herrera,
           febrero de 1977.        junto de representaciones, sentimientos e ideas que pertenecen al área de la culturolo-        un momento histórico y de un momento político. Rescata el temperamento de la gen-                                     Listín Diario,
           Confert.                                                                                                                                                                                                                                     11 de febrero
                                   gía, y por tanto, del quehacer global del hombre»|21| y de la mujer –agregamos–, que           te, rescata cómo era la gente, cómo eran los valores de esa época».|24| La conclusión                                 de 1996.
                                                                                                                                                                                                                                                        Confert.
           |22|                    están asociados a una realidad identificada como nación dominicana, la cual de acuer-          del intelectual citado es que la memoria nos convierte en usuarios del pasado.
           Opinión de Hostos
           citada por Pedro        do a Hostos, debió llamarse «República Quisqueyana»,|22| aludiendo a la palabra indí-          La memoria es la capacidad que tiene el sujeto humano para almacenar, conservar y
           Henríquez Ureña,
           Op. Cit. Página 414.    gena Quisqueya, que quiere decir tierra grande a la que se refiere el himno patrio cuan-       reactualizar conocimientos y experiencias. La naturaleza comunitaria del ser humano,
           Cita No. 1. Confert.
                                   do llama quisqueyanos a los nativos del país.|23|                                              determina que toda colectividad manifieste la función de la memoria, que no es otra
           |23|                    Si la dominicanidad concreta, a la que se refiere Jimenes Grullón, es resultado de las defi-   cosa que la historia nacional. En este sentido, la memoria histórica de la Nación Do-
           Prud’Homme,
           Emilio.                 niciones que entraña la nación dominicana como territorio, sociedad y cultura, esa condi-      minicana es la que expresa la conciencia específica de la dominicanidad en términos de
           Himno Nacional.
           1883. Confert.          ción nacional es una conciencia procesada, creada y concebida al amparo de la memoria.         origen, evolución, autoconocimiento y reserva patrimonial. La sumatoria de estos as-




                                   Celeste Woss y Gil|Mujer en reposo|Óleo/tela|65.5 x 84 cms.|1941|Col. Museo de Arte Moderno.   León Bosch|La (Santa) última cena|Óleo/cartón|128 x 158 cms.|1972 |Col. Banco Popular Dominicano.
Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|28|                                                                                                                           |29|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1




           |25|                    pectos, ineludiblemente define un perfil general, pero inacabado, de la identidad, la cual,
           Valldeperes,
           Manuel.                 a la vez puede apreciarse en el desglosamiento de sus partes, ya que la memoria colec-
           El Caribe.
           18 de mayo              tiva nacional es múltiple en la unidad. La sociedad dominicana es UNA en su geografía
           de 1962.
           Confert.                e historia, pero la memoria nacional es múltiple en las manifestaciones del acontecer
                                   económico, político y artístico, entre otros.
           |26|
           Idem.                   Abordando la manifestación del arte dominicano, que es la materia a la que finalmen-
           Confert.
                                   te se llega, debe apreciarse bien claramente que lo que atañe al campo visual es un com-
                                   puesto de muchas expresiones: arquitectura, artesanía, cerámica, escultura, fotografía,
                                   gráfica en general y pintura. Aunque el desarrollo nacional de tales expresiones es de-
                                   sigual en términos de la estética, la utilidad y la demanda social, no carecen ellas de na-
                                   turales interrelaciones. Pero aun esos vínculos que comienzan a partir del momento en
                                   el cual se localizan los primeros recreadores nacionales, cada una de esas expresiones tra-
                                   za un derrotero que es la manera particular que se conoce cuando se aísla un desarro-
                                   llo expresivo respecto de los restantes. La historia de la pintura nacional es un ejemplo
                                   de esa particularidad en el Arte Dominicano, sobre el que reflexiona Manuel Valldepe-
                                   res,|25| al sostener que «el arte es la manifestación más exacta de la cultura realizada.
                                   Es por consiguiente, espíritu trascendido cuando está imbuido de los rasgos caracterís-
                                   ticos de una sociedad. Estos rasgos son la aportación cultural a través de la cual lo local
                                   se incorpora de manera inalienable a lo universal.Y en la República Dominicana son
                                   precisos ya los rasgos de la dominicanidad».
                                   Esta cualidad sociocultural y de la identidad la explica el citado autor cuando al pre-
                                   guntar: ¿qué es lo dominicano?, responde: «Lo dominicano es lo que está en la mente
                                   y en el corazón de los dominicanos, lo que vibra a través de nuestro espíritu, que es la
                                   manifestación máxima de nuestro ser. Por consiguiente, lo dominicano, es lo que nos es
                                   esencial y que, por serlo, nos trasciende. Son dominicanos, en un sentido amplio, la tie-
                                   rra en que vivimos y el cielo que nos cubre, son dominicanas nuestras danzas y nues-
                                   tras canciones.Y son dominicanos nuestro sistema de vida y nuestras esperanzas, e in-
                                   cluso la manera de contemplar la muerte, porque nada de esto es común a los demás
                                   hombres.
                                   Limitándonos a las artes plásticas, podemos afirmar que todo lo realizado por nuestros
                                   artistas es dominicano, porque, en mayor o menor grado, refleja nuestro espíritu y, con
                                   él, nuestra esencia y nuestra trascendencia.Y es así porque le es imposible a un artista
                                   arrancar de sí lo que en su interior ha puesto la raza, la sangre, el ambiente y las singu-
                                   laridades, porque hasta en lo más simple –el ademán, la manera de andar– hay matices
                                   que diferencian al hombre dominicano de los demás hombres».|26|                               Radhamés Mejía|Desnudo|Acuarela|61 x 38 cms.|C.1950|Col. Rafael Del Monte.
Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|30|                                                                                                                                   |31|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1




                                   1|2 Expresión pictórica y pintura dominicana: apreciaciones                                              sentido del tacto. Una cuarta característica atañe a los géneros pictóricos, más bien mo-                       |28|
                                                                                                                                                                                                                                                            Diccionario
                                                                                                                                            dos y temarios de las realizaciones.                                                                            Monográfico
                                                                                                                                                                                                                                                            de Bellas Artes.
                                                                                                                                            La pintura es una expresión que se asocia a las Artes Plásticas: «especialidades artísticas                     Páginas 34-35.
                                                                                                                                                                                                                                                            Confert.
                                                                                                                                            que manejan materiales, volúmenes y cuerpos tangibles», las cuales se diferencian de las
                                                                                                                                            artes del sonido, de la palabra, de la representación, etc.|28| La pintura es considerada,                      |29|
                                                                                                                                                                                                                                                            Bayón, Damián.
                                                                                                                                            tradicionalmente, un bello arte (expresión de belleza), llamándosele también arte visual,                       Op. Cit.
                                                                                                                                                                                                                                                            Página 165.
                                                                                                                                            bien porque es una expresión que se dirige sobre todo a la mirada o porque ofrece vi-                           Confert.

                                                                                                                                            siones particulares de todo sujeto considerado un artista. Comparándola con «la con-
                                                                                                                                                                                                                                                            |30|
                                                                                                                                            creción que supone la arquitectura: volumen aislado, la pintura no deja de parecer más                          Sanz Díaz, José.
                                                                                                                                                                                                                                                            Pintores
                                                                                                                                            intangible, más fantástica, como una proyección de lo real, sino de lo imaginario.Ya que                        Hispanoamericanos
                                                                                                                                                                                                                                                            Contemporáneos.
                                                                                                                                            puede evocar la materialidad o hacerse vaga o vaporosa», opina Damián Bayón, quien                              Páginas 26-27.
                                                                                                                                                                                                                                                            Confert.
                                                                                                                                            agrega: «Además, si por una parte juega con la noción de materia –lo que constituye el
                                                                                                                                            cuerpo del mismo cuadro–, por otro lado utiliza la abstracción que supone la línea y la
                                                                                                                                            sensibilidad inherente al color».|29|
                                                                                                                                            La pintura es considerada la especialidad artística más colectivamente estimada, contando
                                                                                                                                            con una historia amplia, prolongada y variada. La amplitud permite caer en la cuenta de su
                                                                                                                                            mundialidad como expresión cultural y la prolongación histórica ofrece un incesante re-
                                                                                                                                            gistro expandido desde la remota pintura rupestre, hasta el milenio contemporáneo. En re-
                                                                                                                                            lación a la variedad, la producción pictórica tanto se refiere a las etapas generales del desa-
                                                                                                                                            rrollo de la historia (Antigua, Medieval, Moderna…), como a las localizaciones nacionales
                                                                                                                                            en las que se manifiesta su desarrollo también histórico. De la misma manera que existen
                                                                                                                                            registros de pintura china, francesa, mexicana, rusa, entre otras innumerables historias par-
                                                                                                                                            ticulares, se incluye también la del desarrollo de la PINTURA DOMINICANA. Más de una
          |27|                     La pintura es una expresión artística que se basa en el manejo de medios cromáticos
          Bayón, Damián.                                                                                                                    mirada a esta manifestación artística, arroja interesantes apreciaciones, de las cuales se trans-
          Construcción             (guache, óleo…) sobre un soporte o superficie dada (tabla, tela, cartón, vidrio…); ex-
          de lo Visual.                                                                                                                     cribe la que ofrece José Sanz y Díaz, en una obra sobre pintores hispanoamericanos: «Pese
          Páginas165-202.          presión que tiene su origen en los muros de las cavernas en los cuales el hombre pri-
          Confert.                                                                                                                          a ser la antigua Santo Domingo (…), la primera población que levantaron los españoles en
                                   mitivo transcribió sus percepciones de la realidad.
                                                                                                                                            América, la Perla del Mar Caribe carece por completo de antecedentes históricos en Pintu-
                                   Definida como una manifestación en la que se armonizan forma, color, composición y
                                                                                                                                            ra.A pesar de todo, es arma del arte hispanoamericano, ya que sus monumentos religiosos,
                                   materia, la pintura ofrece caracteres específicos.|27| En primer lugar es un arte bidi-
                                                                                                                                            civiles y militares empezaron a construirse en 1503. Puede decirse que la Pintura Domi-
                                   mensional, ya que tiene dos dimensiones (largo y ancho), perdiendo la profundidad que
                                                                                                                                            nicana propiamente dicha no hace su aparición hasta el comienzo del presente siglo».|30|
                                   es sugerida en cuadros tradicionales por la perspectiva o rejuego de planos. Lo segun-
                                                                                                                                            El período inicial al que alude Sanz Díaz, es el siglo XX; apreciación errada que desco-
                                   do es su definición de arte plano, ya que se adopta al muro como realización directa o
                                                                                                                                            noce el antecedente histórico de la pintura prehispánica e igualmente ignora los nom-
                                   como cuadro de caballete. En tercer lugar es un arte que se dirige a la vista más que al
                                                                                                                                            bres de los pintores que se desenvuelven en el siglo XIX. Posiblemente ese desconoci-
                                                                                                                                            miento se basa en las fuentes bibliográficas dominicanas que, en lo relativo a la materia
                                   Gilberto Hernández Ortega|Autorretrato (detalle)|Lápiz/papel|30.5 x 20 cms.|1969|Col. Museo Bellapart.   del arte, ofrecen informaciones breves y en algunos casos observando carencia de con-
Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|32|                                                                                                                                        |33|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1




                                   ciencia artística para los pintores que anteceden la modernidad nacional. Reconociendo              «no había una conciencia nacional (del) artista». Esta rotunda afirmación, sostenida en la                                |32|
                                                                                                                                                                                                                                                                 La República
                                   que más que las artes, son otras las tradiciones culturales de la sociedad dominicana, Pe-          década 1950, añade el siguiente argumento explicativo: «Aparentemente el hacer pictóri-                                   Dominicana.
                                                                                                                                                                                                                                                                 Página 220.
                                   dro Henríquez Ureña ofrece en 1917, una brevísima referencia del arte y de los artistas.            co era una simple recreación.Abundaban los paisajes, las naturalezas muertas, los bodego-                                 Confert.

                                   El señala: «Seguramente los mayores títulos que puede ostentar Santo Domingo son sus                nes. En muchos casos la enseñanza era la copia de la estampa, sin modelos tomados de la
                                                                                                                                                                                                                                                                 |33|
                                   esfuerzos en pro de la cultura. No encontraremos allí grandes florecimientos de las artes           naturaleza (…) Este seguimiento escolástico no podía producir verdaderos artistas. Sólo de                                Idem.
                                                                                                                                                                                                                                                                 Página 222.
                                   plásticas o de la música; los dos campos en que se han concentrado los esfuerzos de cul-            tarde en tarde, y por fuerza del vigoroso temperamento, uno que otro descollaba».|32|                                     Confert.

                                   tura son la educación y las letras. Las mejores obras de arquitectura, que posee la Repú-           La citada apreciación se vincula al interés de la propaganda bienhechora que promovió
                                   blica son las de la época colonial, especialmente las iglesias y las casas señoriales de la ciu-    la dictadura de Trujillo, y fue argumento para establecer que la verdadera conciencia ar-
                                   dad de Santo Domingo.Allí pueden encontrarse las mejores muestras de escultura (la es-              tística nacional era un producto de la programática trujillista. Por consiguiente, el desa-
                                   tatuaria coloreada de iglesia) y de pintura, especialmente los apóstoles de Mateo Veláz-            rrollo del arte dominicano debía su existencia «a la formación de núcleos bajo la sabia
                                   quez (siglo XVIII) (…) En tiempos modernos, sólo la pintura ha florecido un tanto (De-              inspiración del Gobierno»,|33| es decir, la auténtica pintura dominicana y los auténticos




          |31|                     sangles, Grullón, García Obregón, Adriana Billini, a la que se suma hoy el dibujante                creadores de la misma, habían surgido con la protección de Trujillo a las Bellas Artes, has-
          Henríquez Ureña,
          Pedro.                   Mendoza), y junto a ella la música ha ensayado sus tanteos, que suelen ascender hasta la            ta entonces poco desarrolladas y con una tradición pobre y escasísima: «Se ha afirmado
          Op. Cit.
          Página 411.              ópera (con Pablo Claudio) y la obra eclesiástica de aliento, (con José Reyes y otros)».|31|         repetidas veces que la tradición artística de la República Dominicana es más bien esca-
          Confert.
                                   Regularmente nuestro gran humanista se refirió a una cultura de élite social, a la que se           sa. Ello constituye una verdad a medias. Recordaremos a continuación algunos prece-
                                   asocia, en cierta manera el quehacer pictórico dominicano de unos protagonistas que ori-            dentes que tienden a probar lo contrario. El lector debe tomar en cuenta que ninguna
                                   ginan movimientos y esfuerzos que se dispersan –se opina posteriormente– debido a que               otra nación de menos de 50,000 kilómetros cuadrados (exactamente 48,426) y de tan


                                   Danicel|Autorretrato|Plumilla/papel impreso|21 x 15 cms.|1971|Col. Familia De Los Santos.           Gina Rodríguez|Con los ojos abiertos (autorretrato)|Mixta/tela|158 x 51 cms.|1998|Col. de la autora.
                                   Pery Jiménez|Santo Tropical (autorretrato)|Acrílica/tela|61 x 46 cms.|1952|Col. Rafael Del Monte.   Tony Delosantos|Yo auto montaña|Mixta/tela|61 x 51 cms.|1995|Col. Familia De los Santos.
Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|34|                                                                                                                                                        |35|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1




          |34|                     solo cinco millones de habitantes en 1976, y que hubiese padecido, por añadidura, las te-
          Areán, Carlos.
          El Caribe.               rribles vicisitudes que asolaron, expoliaron y martirizaron en multitud de ocasiones a sus
          13 de enero
          de 1979.                 sufridos pobladores, hubiera podido enorgullecerse de haber sido la cuna de un lote de
          Confert.
                                   medio centenar de artistas de calidad digna (…). La República Dominicana constituye
                                   un ejemplo admirable de heroísmo, dignidad y fidelidad a su propio ser y merece, por
                                   tanto, toda nuestra admiración y nuestro respeto. Debemos asimismo situar dentro de es-
                                   te contexto las evoluciones de su pintura y no asombrarnos de que no sea más rica o
                                   brillante, sino que sus artistas hayan conseguido con su tesón y patriotismo llevarla, en
                                   una nación tantas veces esquilmada, hasta su encomiable situación actual».|34|
                                   El párrafo anterior, es parte del enfoque que ofrece el crítico español Carlos Areán en
                                   su historia La Pintura en las Naciones Iberoamericanas. Al rechazar la opinión de quienes




                                   Enrique Morel (Quico)|Autorretrato fumando|Óleo/tela|61.5 x 50 cms.|1950|Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes.   Daniel Henríquez|Yo de frente (fragmento)|Mixta/tela|243 x 203 cms.|1971|Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes.
Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|36|                                                                                                                                     |37|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1




          |35|
          Idem.
                                   afirman la carencia de tradición en el desarrollo pictórico dominicano, él también se           1|3 El pintor dominicano: protagonista sociocultural
          El Caribe.               pregunta: «¿Qué otro país con menos de 50,000 kilómetros de extensión y víctima de
          29 de enero
          de 1979,                 tanta ocupación extranjera y de tanta guerra sin cuartel, puede enorgullecerse de haber
          Confert.
                                   creado un arte y una cultura de la calidad de las que, sean las que sean las limitaciones,
          |36|                     logró mantener incólume Santo Domingo sin que pudiesen destruirlas ni la cautividad
          Squirru, Rafael,
          citado por María         ni la expoliación?»… Refiriendo a un buen número de los artistas que protagonizan el
          Ugarte. El Caribe.
          7 de octubre             quehacer de la pintura, Areán señala que la actualidad más reciente prueba que el país
          de 1968.
          Confert.                 tiene abierto su futuro pictórico, lo cual resulta «doblemente importante si tenemos en
                                   cuenta que es poco habitual en la evolución de la historia, que una mejoría se produz-
          |37|
          Squirru, Rafael.         ca en un solo orden».|35|
          ¡Ahora!
          Revista No. 331.         Un segundo autor, Rafael Squirru, gran conocedor del arte latinoamericano, opina que
          16 de marzo
          de 1970.                 «existe una verdadera pintura dominicana con una constante que se registra en los ar-
          Página 16.
          Confert.                 tistas de talento. En la misma se ven ciertas vacilaciones y desvíos, pero que es fácil de
                                   reconocer por encima de éstos, la presencia de un arte con raíz de su pueblo. En esa
          |38|
          Squirru, Rafael.         pintura hay formas, colores, atmósfera que están siempre presentes»,|36| incluso en pin-
          Entrevista
          Listín Diario.           tores abstractos. Squirru escribió el texto: Arte Dominicano, Árbol que Crece, en el cual,
          27 de diciembre
          de 1992.                 reconoce las raíces que conforman socialmente a los dominicanos.Tomando en cuen-
          Confert.
                                   ta las mismas, señala que la «simbiosis de estas culturas con marcado acento de España
          |39|                     y de África es lo que se está gestando en la República Dominicana, con fuerza de ori-
          Manuel,
          Valldeperes.             ginalidad que literalmente quiere decir con fuerza de origen (…). Esta tónica, deduz-
          El Caribe.
          16 de julio              co, intransferible para los dominicanos en la medida de su autenticidad, es transferible
          de 1966.
          Confert.                 en sus resultados a medida que lo folklórico alcanza validez universal cuando se lo ta-
                                   miza a través del espíritu de los artistas. Porque en esto y no en otra cosa reside el se-
          |40|                                                                                                                     Es una sustentación generalizada la que señala que el sujeto humano dibujó antes de es-
          Idem.                    creto de todo arte: la sensibilidad y la inteligencia necesarias para transmutar la savia es-
          Confert.                                                                                                                 cribir, aunque esa primera expresión dibujística realmente es un síntoma de su innata ca-
                                   piritual del alma de los pueblos en fruto maduro».|37| En adición a tales apreciaciones
                                                                                                                                   pacidad comunicativa. Es el habla o lenguaje visual lo que además inaugura el arte co-
                                   pondera el crítico argentino que «el Arte Dominicano es mucho más fuerte que lo que
                                                                                                                                   mo memoria viva de la humanidad; como tesoro intangible que determina a su vez a un
                                   la gente que no ha visitado este país se imagina».|38|
                                                                                                                                   protagonista aparentemente indistinto como dibujante, escultor, pintor… Este protago-
                                   En términos comparativos, la pintura dominicana es la expresión visual de mayor pre-
                                                                                                                                   nista es el artista, identificación que resulta más cabal, categórica, precisa y relevante.
                                   ferencia frente a otras manifestaciones bidimensionales y frente a la escultura. En un
                                                                                                                                   El arte es un aspecto de la cultura, pero, a pesar de que se encuentra en todas partes y
                                   sentido general se le reconoce alcance de «estilo y metamorfosis».|39| Es estilo porque
                                                                                                                                   se aplica al dominio de toda ejecución humana, no todo lo que produce el hombre y
                                   transfiere valores y matices espirituales del SER dominicano trascendido mediante las
                                                                                                                                   la mujer se debe a una condición artística, sino más bien a la práctica común aprendi-
                                   recreaciones, las reinterpretaciones y la síntesis. La metamorfosis la definen «las formas
                                                                                                                                   da en sociedad. No significa que el arte carezca del entronque social, sino que al con-
                                   naturales de las que se sirve como punto de partida, como elemento de comunica-
                                   ción»|40| y como experiencia trazando su linealidad sociocultural mediante los actos
                                   de asimilación y desasimilación que realizan los testimoniales pintores.                        Paul Giudicelli|Autorretrato (detalle)|Óleo/tela|86 x 56 cms.|Sin fecha|Col. Museo Bellapart.
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  • 1. Danilo De los Santos M E MO RI A DE LA P I N T U RA NT DOMINICANA Raíces e Impulso Nacional 1 2000 a. C. 1924 ´ COLECCION CENTENARIO G R U P O ´ LEON JIMENES
  • 2. 1 VO L U M E N 2000 a. C. 1924
  • 3. Danilo De los Santos M E M O RI A DE LA P I NT U RA DOMINICANA Raíces e Impulso Nacional 1 2000 a. C. 1924 ´ COLECCION CENTENARIO G R U P O ´ LEON JIMENES
  • 4. ´ COLECCION CENTENARIO Contenido G R U P O ´ LEON JIMENES De los Santos, Danilo, 1944- Memoria de la pintura dominicana / Danilo De los Santos.– Santo Domingo : Grupo León Jimenes, 2003. 8v. : il.– (Colección Centenario Grupo León Jimenes) Presentación Prólogo 7 9 3 POSTULADO NACIONAL. MANIFESTACIÓN DE LAS ARTES EN EL DIECINUEVE 1 LO DOMINICANO COMO Contenido: v.1 Raíces e impulso nacional 2000 a.C.-1924.– v. 2 3|1 El asomo artístico 1. Pintura dominicana – Historia 2. Pintores dominicanos IDENTIDAD Y ACENTUACIÓN en el contradictorio CEP / CC-GLJ DEL ARTE NACIONAL proceso de 1795-1865 133 759.97293 S237m 1|1 Dominicano, dominicana y 3|2 El florecimiento dominicanidad 13 general en la República ©2003 Grupo León Jimenes ISBN 99934-913-0-6 1|2 Expresión pictórica y pintura Restaurada 150 Todos los Derechos Reservados. dominicana: apreciaciones 30 3|3 La modernización Registro de Propiedad Intelectual. positivista y la generación Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida 1|3 El pintor dominicano: protagonista sociocultural 37 artística precursora 160 en ninguna forma o medio sin el permiso escrito del autor, excepto para la inclusión de citas en una reseña o revista. 3|4 El arte precursor 1|4 La pintura dominicana: rasgos particulares de una historia y romántico 190 COORDINACIÓN EDITORIAL Félix Fernández nacional 51 3|5 Cinco precursores significativos: LOGÍSTICA 1|5 Una división cronológica 71 Bonilla, Desangles, Myrna Guerrero Navarro, Grullón DIGITACIÓN y Rodríguez Urdaneta 201 Josefina Soriano Tallaj 2 4 CORRECCIÓN DE PRUEBAS LAS RAÍCES ANTECESORAS: EL INICIO DEL SIGLO VEINTE: Miguel Ángel Heredia Bonetti ABORIGEN, HISPANA Y AFRICANA CAOS POLÍTICO Y ESCALADA Luis Córdova Jeannette Canals YANQUI 2|1 El aborigen ÍNDICE BIBLIOGRÁFICO y la pintura rupestre 75 4|1 Continuación artística Luis Córdova en una etapa de contienda 2|2 El rastro del patrimonio ÍNDICE ONOMÁSTICO e injerencia 263 Ida Hernández Caamaño pictórico aborigen 84 4|2 Otros cinco precursores FOTOGRAFÍA 2|3 Encuentros, desarraigos inevitables: García Obregón, Mariano Hernández y supervivencia durante Natalio Puras Penzo (Apeco) Ramírez Guerra, Billini, la colonización 87 Asistente fotografía / Luis Rolando Martínez Frade y Pou 284 2|4 La pintura colonial DISEÑO Y PRODUCCIÓN 4|3 El impulso de la caricatura y Lourdes Saleme y Asociados en La Española 98 la ilustración: Pérez, Frade, Directora de arte / Lourdes Saleme Diseñadora asociada / Kirsis Santana 2|5 Dos pintores coloniales Mella, Mendoza, Ferrúa,... 308 sobrevivientes: IMPRESIÓN 4|4 La Intervención yanqui: Vistacolor® Hilaris y Velásquez 121 censura, rebeldía y arte 328 Santo Domingo, República Dominicana 4|5 Abelardianos, desolvidados 2003 y el pionero Palau 342 Bibliografía 378 CUBIERTA Alejandro Bonilla. Puerto de Santo Domingo. Índice onomástico 385 Luis Desangles. Juramentación Presidente Woss y Gil (detalle). Índice de ilustraciones 397
  • 5. |7| Presentación La creación artística constituye una de las más completas expresiones del ser humano, a la que la riqueza de su infinita diversidad formal y de sus ilimitadas posibilidades comuni- cativas le confiere el derecho a ocupar un espacio distinguido en la memoria de un país. Recoger en una obra la memoria de una manifestación artística de un país es una la- bor ingente que requiere de entusiasmo, ideas precisas, investigación acuciosa, apego a la verdad, rigor, voluntad, constancia y, sobre todo, mucho trabajo. Para el Grupo León Jimenes constituye un gran orgullo constatar cómo lo que nació como una utopía se concretiza, después de un largo esfuerzo, en este recuento de la pin- tura que, entre otras cosas, ha de contribuir con la búsqueda y conformación de la pro- pia identidad de la plástica en la República Dominicana. Los artistas son hacedores: crean formas y significaciones inéditas, traducen sus vivencias en líneas, espacios y colores. Sus obras se convierten en importantes documentos refe- renciales de la época, el lugar y la sociedad con que comparten su existencia. En el Grupo León Jimenes ha sido una tradición acompañar a los artistas, apoyando sus pro- yectos y reconociendo sus aportes a la sociedad. En esta línea se inscribe nuestra decisión de auspiciar una investigación que congregara su evolución y una publicación que mostra- ra los resultados de ese proceso con la dignidad que amerita un esfuerzo de tal envergadu- ra. Presentamos con orgullo y gratitud el resultado del esfuerzo de tantas voluntades con- jugadas en esta impresionante colección de ocho volúmenes, profusamente ilustrados y do- cumentados, que constituye tanto un deleite visual y emocional como una oportunidad para acercarse y conocer los avatares del fascinante mundo de la experiencia pictórica. Hoy renovamos nuestro compromiso con el arte dominicano, uno de los pilares que sostienen una mejor nación, y, con la satisfacción de un deber cumplido, entregamos es- ta Memoria de la Pintura Dominicana, historia artística que legamos con alegría a las generaciones del futuro. José A. León Presidente Grupo León Jimenes
  • 6. |8| |9| Prólogo Toda publicación tiene su historia y la de esta Memoria de la Pintura Dominicana se remonta al 1998, cuando Porfirio Herrera Franco, director de la Fundación de Arte Contemporáneo Nouveau, sostuvo una entrevista con don José León Asensio a quien solicitó auspicio para la reedición del libro La Pintura en la Sociedad Dominicana (1977), escrito por Danilo De los Santos. La defensa entusiasta de la propuesta anidó en la sensibilidad de un mecenas capaz de entender la importancia y la necesidad de ma- terializar este proyecto, quien sin titubeos la incorporó a los programas de auspicio del Grupo León Jimenes, estableciendo un nuevo eslabón en su compromiso con las artes visuales nacionales. En esa ocasión celebramos con gran alegría, junto a Danilo y Por- firio, el primer paso de la cristalización de un sueño compartido desde hacía mucho tiempo y lo que hasta ese momento parecía inalcanzable empezó a hacerse realidad. Un año después de emprendida la revisión del antiguo texto sobre la pintura domini- cana se iniciaron los trabajos del proyecto del Centro Cultural Eduardo León Jimenes, bajo la dirección de Rafael Emilio Yunén, rápidamente contagiado con la ilusión de es- te libro que se convirtió en eje de discusiones, angustias, alegrías e intercambios entre los integrantes del equipo diseñador del proyecto del Centro Cultural. Como ocurre generalmente, la revisión de la obra escrita veinte años antes desveló insatisfacciones en su autor, reafirmándole la necesidad de reformular la historia de la pintura dominicana con una visión abierta y basada en la aproximación a la totalidad de la necesaria me- moria que requiere nuestro país para fortalecer la identidad colectiva. Se inició enton- ces una investigación que cada día aportaba elementos desconocidos para un tramado más completo de la historia de la pintura dominicana, en un desarrollo paralelo a otras expresiones y movimientos artísticos. Consultas, entrevistas, lectura de textos, análisis de diversas fuentes, descubrimiento de artistas desconocidos… la experiencia se fue enri- queciendo y el planteamiento original de la revisión de un texto fue dando paso a una obra sin precedentes, de dimensiones enciclopédicas, donde el autor se propone una vi- sión histórica de la manifestación de la pintura en el territorio nacional, en un proce- so relacionado a las raíces formativas de la dominicanidad, a los cambios socio-econó-
  • 7. Prólogo|Memoria de la Pintura Dominicana. Raíces e Impulso Nacional 2000 a.C. | 1924 |10| |11| Memoria de la Pintura Dominicana. Raíces e Impulso Nacional 2000 a.C. | 1924|Prólogo micos y socio-políticos del país y a la transformación de la vida espiritual de sus habi- Gracias a la profunda investigación que sustenta el estudio, el libro presenta hallazgos, tantes influida por los fenómenos generales del acontecer occidental. publica datos desconocidos, revaloriza y hasta corrige nociones comúnmente aceptadas, En el desarrollo de la obra, el autor traza la trayectoria evolutiva de la pintura nacional, así como rescata valores olvidados. establece interrelaciones entre la pintura y otras manifestaciones de las artes: escultura, La presentación se enriquece con la ubicación del quehacer artístico en relación con la gráfica, fotografía, arquitectura, literatura y música, mediante cuadros generales y cro- evolución de las instituciones públicas y privadas encargadas de la educación artística, nologías asociativas; recupera la casi totalidad de los nombres artísticos que, en mayor o el análisis de los concursos, bienales, exposiciones y del mecenazgo privado.Tenemos en menor grado, conforman la memoria pictórica del país; enfoca movimientos, genera- nuestras manos, realmente, una historia de la evolución del arte dominicano y su con- ciones, lenguajes y escuelas regionales del hacer pictórico; resalta las figuras señeras del texto, sin duda una obra sin precedente en nuestro país. Con el decidido auspicio a su arte dominicano, y aborda las contribuciones públicas y privadas de la animación artís- investigación y publicación, en la conmemoración de su centenario, el Grupo León Ji- tica. La amplia cobertura del estudio y su carácter integral permiten conocer y valorar, menes realiza un aporte invaluable al fortalecimiento y valorización de la memoria na- no solamente a los maestros y figuras reconocidas, sino también artistas de menor fama cional a través de la pintura, en tanto que expresión artística, reafirmando el compro- pero que, en su momento, han jugado un papel en el desarrollo colectivo, ya que no es miso del grupo empresarial con las artes visuales dominicanas iniciado en 1964, con la una historia de individualidades sino también de escuelas o corrientes artísticas, así co- celebración del primer Concurso de Arte Eduardo León Jimenes, piedra angular de ese mo de la evolución de las concepciones estéticas reflejadas en una atención prioritaria ejemplar proyecto que es el Centro Cultural Eduardo León Jimenes. a la crítica de arte en cada período, a la vez que en la identificación de las influencias literarias o filosóficas sobre el quehacer de los creadores de arte. Myrna Guerrero Fiel a su formación de historiador, Danilo De los Santos se ciñe con fidelidad a la crí- tica histórica, constituyendo este libro un reporte de investigación rigurosa, en que ca- da narración descansa en fuentes sometidas a verificación o contrastación (documentos, testimonios, entrevistas, examen de las piezas de arte, periódicos de la época, etc.). El autor establece una periodización vinculada al transcurrir de la sociedad dominicana en su conjunto (sociedad política, económica y cultural), de suerte que el proceso de crea- ción artística es situado en un contexto nacional e internacional que ayuda a discernir el sentido de los aportes de personalidades claves, escuelas estéticas, estilos, polémicas, etc., logrando así destacar el valor específico de cada artista o corriente artística en tér- minos de su contribución al desarrollo cultural del país. Se enfoca la historia del arte en su sentido doble de búsqueda de antecedentes y cons- tatación de secuelas y consecuencias. Así, por ejemplo, el estudio de los artistas y críti- cos de arte que actuaron como precursores de un arte nacional, es objeto de seguimien- to en las diversas etapas de nuestro desarrollo, para mostrar la germinación y el fruto de esas ideas primigenias. Así comprendemos lo que hay de continuidad e innovación en los creadores actuales, con relación, por ejemplo, a Celeste Woss y Gil,Yoryi Morel, Jai- me Colson, Darío Suro, Antonio Prats-Ventós, Paul Giudicelli y otros.Todo esto en una estrategia narrativa que produce un relato ameno y didáctico, al combinar datos técni- cos con detalles biográficos y análisis del contexto social.
  • 8. |13|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1 1|1 Dominicano, dominicana, dominicanidad 1 LO DOMINICANO COMO IDENTIDAD y acentuación del arte nacional Sin discutir el carácter genérico, dominicana o dominicano tienen la dimensión de un con- cepto trascendente que se relaciona simultáneamente a cuatro condiciones: a un espe- cífico territorio antillano; a una sociedad de etnias y nacionalidades que se amalgaman; a una cultura afrohispánica o mulata; y a una memoria histórica que, aun marcada por los grandes procesos de la colonización, del capitalismo y de las dependencias imperia- listas, ofrece matices originales que se manifiestan en la identidad criolla, en los latidos persistentes de la autodeterminación nacional y en manifestaciones antropológicas, es- pirituales o artísticas que representan la dominicanidad. El específico territorio, la sociedad de colores raciales, la cultura mulata y una memoria histórica particular expresan la condición dominicana/dominicano. Enfocando la terri- M.B.|Carta de la isla de Santo Domingo|Grabado en cobre/papel pintado a mano|25.2 x 35.3 cms.|Sin fecha| Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes.
  • 9. Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|14| |15|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1 |1| torialidad, el poeta Pedro Mir ofrece una convincente visión, con imágenes que plantean Pedro Henríquez Ureña ofrece la siguiente descripción: «Geográficamente, el país no |2| Mir, Pedro. Henríquez Ureña, Hay un País al mismo tiempo ideas de la ubicación y de la naturaleza sociogeográfica: «Hay un país pudiera estar mejor situado: hállase en la orla exterior de la región tropical de las Amé- Pedro. en el Mundo. Obra Dominicana. Página 41. en el mundo colocado en el mismo trayecto del sol / oriundo de la noche / colocado ricas, en la cadena de islas que circundan el Mar Caribe, en la ruta hacia otro océano, Páginas 406-7. Confert. Confert. Sic. en un inverosímil archipiélago de azúcar y de alcohol / sencillamente liviano / como un hacia el Golfo de México, hacia los paraísos de la América Central, hacia Venezuela y Co- ala de murciélago apoyado en la brisa / sencillamente frutal / fluvial y material / y sin lombia. Otro paraíso es él también. Cálido, a veces en exceso, en las costas; más templa- |3| Mieses Burgos, embargo sencillamente tórrido y pateado como una adolescente en las caderas…»|1| do en porciones del interior, es inagotable en fertilidad, en variedad de plantas florales Franklin. Trópico Intímo. Localizado en el Archipiélago Antillano, en medio de Cuba y Puerto Rico, el país do- y frutales, y a la vez inofensivo y manso en su fauna: no hay allí, como dijo el poeta Fragmento. Confert. minicano ocupa las dos terceras partes de la isla de Santo Domingo. La tercera porción Gastón Deligne, Ni ofidiano ponzoñoso, ni felino feroz: tampoco hay buitres. Colón describe la ocupa Haití, la vecina república con la que comparte distintos aspectos comunes y la isla: La Española es maravilla: las sierras y montañas y las vegas y las campiñas y las |4| Cabrera, determina una de las fronteras, ya que el otro límite es definido por las aguas marinas tierras tan hermosas y gruesas para plantar y sembrar, para criar ganado de toda suerte, Fernando. Angel de que circundan el país, casi a totalidad. Enfocando este espacio geográfico dominicano, para edificios de villas y lugares».|2| Seducción. Fragmento. Espacio insular: el hecho de serlo, es una condición que marca la naturaleza del habi- Confert. tante nativo más común o colectivo. El ser isleño se lleva en la conciencia y los poetas, como constatación, representan voces manifestantes de la insularidad que es cualidad troqueladora, ineludible e idiosincrásica. Este concepto de proyectar la insularidad se mantiene vigente en las generaciones de los poetas dominicanos; así lo demuestran las siguientes citas: la primera de Franklin Mieses Burgos, uno de los poetas representati- vos de la generación de la Poesía Sorprendida (década 1940), y la segunda de Fernan- do Cabrera, un poeta joven de la generación 80: «Ahora, como siempre, en medio de mi isla / profético, soltando / sobre un cielo sonámbulo mis pájaros mejores, / mis pro- pias mariposas nacidas de las lámparas /despiertas del silencio: / mensajeras que llevan en sus alas grabadas / las oscuras palabras que vienen de la noche, / de este mundo dis- tante…»|3| «Yo, el de la isla –y todo continente es isla–, / Después de fundar sobre duras piedras mi casa / En esta frívola ciudad de nadie, / Hoy huyo de mi imagen como del abismo. (…) Yo, el de la isla –y toda tristeza es isla–, / Tal vez deba morir para nacer de nuevo…»|4| Si lo dominicano/dominicana es un concepto que identifica a un espacio geográfico, territorio o país, tal concepto adquiere fuerza de tradición cuando es asimilado como postulación denominativa y se convierte en idea perdurable al desarrollarse la comuni- dad que adquiere el rumbo de nación. Aparte de desarrollarse en un territorio especí- fico, la nación es definida, además, por un conglomerado de personas de diferentes orí- genes étnicos, que generalmente habla un mismo idioma y que posee caracteres tradi- cionales comunes. La nación dominicana se impulsó a partir del encuentro desproporcionado de tres etnias: P. Coronelli|Archipiélago de México donde están las islas (…) bajo el nombre de Antillas|Grabado en cobre/papel la amerindia insular, la europea y la africana. De esta mezcla trisanguínea, surge una po- pintado a mano|55 x 76 cms.|1688|Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes.
  • 10. Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|16| |17|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1 |5| blación multicolor que sobrevive y adquiere el carácter de sociedad criolla. La misma es cados como criollos españoles y españoles de Santo Domingo, los mismos eran reconoci- |7| De Saint-Méry, Sánchez Valverde. Moreau. integrada básicamente por la descendencia de los colonizadores españoles y de los escla- dos además con el término asociativo dominicano. El cronista Antonio Sánchez Valverde, Ensayos. Descripción Página 214. de la Parte vos negros nacidos en la isla, y socializados por el medio ambiente, por la mulatería, por refiriéndose a la actividad del corso, usa esa identificación en el siguiente párrafo: «La Confert. Española (…). Página 83. los hábitos laborales y las costumbres domésticas que se arraigan como nativas. guerra que llamamos de ‘Italia’ por los años de 40, cogió a los dominicanos instruidos y Confert. |8| Varios cronistas ofrecen apreciaciones sobre la sociedad criolla que se perfila claramen- cebado en este exercisio que les era tan lucroso»… (sic) |7| Peguero, Luis Joseph. |6| te hacia mediados del siglo XVIII; período en el cual predominan los hatos y los conu- Un segundo cronista isleño, Luis Joseph Peguero, reitera esta autoidentificación social Historia de la Sánchez Valverde. Conquista de la Ensayos. cos, modos socioeconómicos que moldean una población nativa de pocos blancos y de en un manuscrito|8| redactado en 1776: «…y abrió camino a nuestros granaderos que Isla Española (…). Páginas 222 y 242. Tomo 2º. Confert. negros muy mezclados, a los que se añaden grupos de nuevos esclavos y unos pocos ca- saltaron a su barco, y en menos de quinze minutos mataron 73, ingleses, y hisieron pri- Páginas 244, 247, 248 y 283. talanes que se dedican a los negocios. «Los nativos o criollos españoles son bastante se- sionero el barco: Con que quedó enteramente conocido, y acreditado el valor de los Confert. dentarios. Es raro que salgan de su isla, lo que además, el gobierno hace tan difícil co- Dominicanos». (sic) «…Desimpresionar queremos el vulgo Dominicano de la acumu- mo puede y hasta podría creerse que ellos temen al mar, si no se supiera que en tiem- lada falsa calumnia…» (sic) …leyólo así el muestreo Dominicano, y así corrió y se di- po de guerra se dedican al corso, que ofrece siempre un incentivo a hombres pobres que persiguen buques ricamente cargados».|5| En el aislamiento insular, y en la zona española de la isla de Santo Domingo, la pobla- ción nativa desarrolla un estilo de vida criolla asociada al hato (la gran hacienda gana- dera) y al conuco (la parcela ordinaria para sembrar víveres). A pesar de que estos mo- dos de la propiedad socioeconómica distancian a hateros y conuqueros, varios hechos provocan espontáneamente la igualdad convivencial. Estos hechos son la mulatería ra- cial; la flexible o cristiana promoción de libertos; la casi inexistencia del prejuicio racial y los hábitos que se hacen comunes en tierra adentro, donde la gente vive de los recur- sos naturales; de la crianza animal, de la siembra, de la montería; aferrada a los santos ca- tólicos y a la superstición; alojada en chozas o bohíos en donde asumen los mismos ali- mentos culinarios, la siesta del mediodía o danzan cuando celebran fiestas o ritos de acentos vernaculares. Es gente constituida «por familias de Morenos, Pardos y Blancos (…), los criollos a proporción que se alejan de su origen Europeo, se hacen más sanos, más fuertes y viven más largo tiempo», señala el cronista Sánchez Valverde.|6| En el seno de la sociedad criolla del siglo XVIII, también toma impulso el calificativo DOMINICANO, la autoidentificación que se asocia a la persona de Santo Domingo de bulgó en toda la ciudad… (sic). …Tomando la verdad por firme baza /con que he de Guzmán, fundador de la Orden de los Predicadores. Estos frailes, llamados también do- hablar de paso a los ancianos /campestres y también Dominicanos, /y a quienes Carne, minicos, son quienes, en la documentación colonial del siglo XVI, se autodenominan do- Mundo, y demonio engaza …» (sic). minicanos. Con el nombre del santo castellano fue bautizada la ciudad y puerto a orillas Andando el tiempo, el calificativo dominicano tiene mayor alcance colectivo, ya que de del Río Ozama, a donde llegan los primeros dominicos en misión evangelizadora, en la simple identificación para el habitante, este concepto se generaliza para toda la po- el 1509. El nombre Domingo es una traducción castellana del concepto latino domini- blación. En la Declaratoria de Independencia del 1821, sus líderes proclaman que «el cus, al que se asocian por extensión las calificaciones dominico y dominicano. Aunque durante el siglo XVIII los habitantes de la zona oriental de la isla, son identifi- Gilberto Fernández Diez|Guarionex Rey de Maguá|Óleo/tela|102 x 82 cms.|C.1970|Col. Museo Sacro Catedral Inmaculada Concepción de La Vega. Jorge Severino|Afiche para un boxeador retirado|Mixta/cartón|92 x 77 cms.|1975|Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes.
  • 11. Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|18| |19|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1 |9| pueblo dominicano ni ahora, ni en adelante, ni nunca se someterá a las leyes y gobier- Declaratoria de 1821, no de España».|9| en Peguero/ De los Santos. Esta proclamación fue anulada por la invasión y el dominio de los haitianos (1822- Visión General de la Historia 1844), hecho que no impidió que la dominicanidad continuara arraigándose como de- Dominicana. Página 404. finición que significaba lo mismo que nacionalidad para muchas conciencias. Entre ellas, la de Juan Pablo Duarte, quien desde muy joven manifiesta inequívocamente la |10| Duarte, identidad dominicana, no sólo cuando es cuestionado sobre su ciudadanía, sino cuando Juan Pablo. «El Criollo», habla de la patria y cuando funda la Sociedad Secreta La Trinitaria y promete la inde- fragmento. Apuntes pendencia del país al que llama República Dominicana. Forjador de la nacionalidad, en de Rosa Duarte. Página 291. sencillos versos él reitera esa conciencia: «Al arma, valientes, / Criollos constantes, / Confert. Sic. Marchad diligentes, / Marchad arrogantes: / Librémonos todos / Del vil e inhumano |11| / Padrastro y no padre /del Dominicano».|10| Duarte, Juan Pablo. Es con Duarte con quien alcanza la dominicanidad su dimensión trascendente al justi- «Proyecto de Ley Fundamental» ficarla como conceptualidad liberadora, como identificación definitiva de la ciudadanía en Apuntes de Rosa Duarte. criolla y como denominación del Estado Nacional de orientación republicana. Maes- Páginas 223-24. Confert. tro forjador en la decisiva etapa 1838-1844 en su Proyecto de Ley Fundamental|11| él postula tres definiciones esenciales: |12| Rodríguez a|La Ley Suprema Dominicana, en la que establece que: «Siendo la Independen- Demorizi, Emilio. La Constitución cia Nacional la fuente y garantía de las libertades patrias, la Ley Suprema del Pueblo de San Cristóbal. 1844-1855. Dominicano es y será siempre su existencia política como nación libre e independien- Páginas 161-65. Confert. te de toda dominación, protectorado, intervención e influencia extranjera, cual la con- cibieron los fundadores de nuestra asociación política al decir DIOS, PATRIA Y LIBER- TAD, REPÚBLICA DOMINICANA», el 16 de julio de 1838. b|El concepto de Nación Dominicana, que «es la reunión de todos los domini- canos». c|La definición del ciudadano nacional: «Son dominicanos los que obtienen esa cualidad o por nacimiento o por haber obtenido del Gobierno cédula de nacionalidad con arreglo a la ley». Conforme al separatismo radical que promueve Duarte, la independencia nacional se proclama el 27 de febrero de 1844. Al reafirmarla con un manifiesto, en el cual se em- plean los términos Pueblo Dominicano, españoles dominicanos, y DOMINICANOS.|12| Amparada en su nacionalidad, en su independencia política y en la gestación de un Es- tado soberano, la sociedad dominicana se caracteriza por ser a mediados del siglo XIX, un pueblo de maneras y costumbres «muy sencillas y no pretenciosas», afirma Porter, un agente secreto que visitó el país en 1846, observando la casi inexistencia de la vieja aris- Yoryi Morel|Negrita|Guache/papel|49 x 34 cms.|C.1965|Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes.
  • 12. Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|20| |21|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1 |13| tocracia blanca en un pueblo, en el cual, «no hay distinción como pudiera suponerse en- En cuanto a la hispanización cultural, los elementos impuestos son arrolladores y múl- Porter, David Dixon. tre gente de tan distintos colores. En este particular es realmente una república y el ne- tiples, sobresaliendo los que se imprimen en la conciencia, en la espiritualidad y en el Diario de una Misión Secreta gro prieto, la muchacha parda oscura y el gracioso mulato ligero se ven paseando juntos hacer de la vida común. El idioma castellano, el catolicismo, el modelo servil a la auto- (…). Páginas 29-31. con frecuencia, o entreteniéndose con una caña de azúcar o con los dulces del país».|13| ridad impuesto por las leyes y los modos productivos, así como los programas construc- Confert. Este carácter de pueblo con una tipología racial multicolor, se amplía con la presencia tivos y los hábitos de la vida cotidiana que resultan una extensión del estilo peninsular, de otros grupos nacionales: árabes, judíos, chinos, negros metodistas, haitianos y coco- explican el predominio de la filiación española. Pedro Henríquez Ureña se refiere a la los.También cubanos y puertorriqueños, así como europeos diversos; sobre todo, espa- impronta de España como cultura madre: «Santo Domingo es un fragmento de una ñoles e italianos. Estos grupos introducen respectivos aportes socioculturales, y termi- gran familia hispánica que ha vivido vida precaria, pero propia, durante más de cuatro nan asimilados o integrados en el ser colectivo dominicano. Un ser nacional impulsado siglos; que luchará por persistir mientras habite en la tierra nativa el último descendien- con el trauma insular y la naturaleza trisanguínea, de filiación hispánica y de condición te de los colonizadores. (…). En las costumbres privadas, Santo Domingo conserva las afroantillana, manifestante de una cultura mulata y de una nacionalidad vulnerable que tradiciones españolas. A los ojos de los hombres educados en la tradición anglosajona, |14| se vuelve vehemente cuando «se enfrentan sus valores y principios contra los principios esas costumbres aparecerán como exóticas, y aun extrañas, sobre todo en lo que atañe |15| Rosario, Amable. Henríquez Ureña, Eme-Eme. y valores de los haitianos».|14| al amor y a la valentía personal. Pero, en muchos órdenes, esas costumbres son patriar- Pedro. Estudios Op. Cit. Dominicanos. La razón de esta oposición radica en el hecho de que la dominicanidad se hizo concien- cales y excelentes».|15| Página 410. No. 1. Confert. Junio-Julio 1972. cia política cuando el país dominicano se convirtió en zona incorporada a Haití, cuyo «Santo Domingo (…) se distingue por el sabor fuertemente castellano de su vocabula- Página 71. Confert. gobierno promovió la integración en todos los niveles, la cual era imposible que se pro- rio, y de su sintaxis, en combinación con una fonética que se asemeja más a la andalu- dujera a nivel de la identidad cultural, como bien observara Núñez de Cáceres. za que a la castellana (…). Hay en Santo Domingo muchos rasgos arcaicos (…), fue el José Gausachs|Morena|Carboncillo y tinta/papel|51.8 x 42.9 cms.|Sin fecha|Col. Privada. Nidia Serra|Mujer|Óleo/tela|61 x 45.5 cms.|1958|Col. Familia De los Santos. Federico Izquierdo|Retrato de Josefa Sánchez de González|Óleo/tela|70.5 x 64 cms.|1930|Col. Centro Cultural Clara Ledesma|Escena taína (detalle)|Acrílica/cartón-tabla |566 x 386 cms.|1958|Col. Museo de Historia y Geografía. Eduardo León Jimenes.
  • 13. Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|22| |23|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1 |16| primer centro de americanización del español, tanto en la adaptación de palabras euro- De la misma manera que los dominicanismos son una expresión de la cultura nacional Idem. Páginas 31-32. Confert. peas a cosas o hechos del Nuevo Mundo, como en la adopción de palabras indias, ac- que se relaciona a la ruralidad, también en ese ámbito comienzan a definirse los ritmos tividad importante en los siglos XV y XVI, pero detenida luego al desaparecer las len- que se relacionan a la música y las danzas vernaculares. Un testigo, llamado William Wal- |17| Idem. Página 30. guas aborígenes de las Grandes Antillas: hoy, por eso, hasta los indigenismos tienen en ton, escribe en 1810, «que presenciar las danzas (…) de los mulatos nativos de la His- Confert. Santo Domingo carácter arcaico».|16| paniola equivale a transportarse a un círculo de lascivos bacantes» (sic), debido a los vo- |18| Los arcaísmos lingüísticos castellanos e indígenas, son preservados en el habla rural, por luptuosos movimientos que con ímpetu marca el compás. Él ofrece la siguiente estam- Idem. Página 128. Confert. los campesinos del centro territorial o Cibao;|17| campesinos a quienes se puede atri- pa descriptiva: «El pueblo negro español de clase baja acompaña sus vulgares danzas con buir también tradición negra en el lenguaje, como «los hábitos que van con ella».|18| alaridos y con música producida con palos y maderas altisonantes, o por un higüero con |19| Diccionario de la Las formas culturales que inciden en el habla española, originan los dominicanismos: pa- surcos, el cual rasgan con agilidad utilizando un hueso fino. El baujo, especie de mara- Lengua Española. Edición 1970. labras y frases del vocabulario vernacular, «modo de hablar propio y peculiar de los do- cas hechas llenando un higüero de piedrecitas y los dientes fijos a la quijada de un ca- Página 493. Confert. minicanos».|19| ballo, rasgada con movimiento raudo y acompañado de tambor. Los pasos son extraños Jaime Colson|Merengue|Óleo/cartón|52 x 68 cms.|1938|Col. Museo Bellapart. Yoryi Morel|Fiesta Campesina|Óleo/madera|106 x 160 cms.|1959|Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes.
  • 14. Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|24| |25|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1 y obscenos.Todo el acompañamiento y estilo parecen derivarse de una mezcla del con- |20| Walton, William. go africano y del din indígena, y es el ritual de la ceremonia a la muerte de un parien- Estado Actual de las Colonias te, la cual convierten en ocasión solemne con danzas y música; como los gitanos en Es- Españolas. Tomo I. paña. El mayor cumplido que el enamorado hace a su preferida por haberle concedido Páginas 135-36. Confert. el privilegio de bailar con él durante la fiesta, es quitarse el sombrero y ponérselo a ella durante el resto de la velada; ésta lo devuelve, casi siempre junto con un cigarro encen- dido, que ella misma ha liado».|20| De los ritmos y de la danza que adquieren rango criollo, se desprende la variedad de la música folklórica dominicana, de la cual el Merengue y la Salve adquieren difusión co- lectiva, asociándose la última modalidad al canto de tradición oral que tiene que ver con el convite de las labores del campo y con la cofradía, manifestación que permitió a la po- blación negra continuar prácticas religiosas de origen africano encubiertas en la catoli- cidad. Además, a otros ritos que se asocian sobre todo al culto a la Virgen, a los Santos, a la Cruz y a los misterios vuduistas. Tales expresiones, como otras tantas, son manifesta- ciones populares o típicas que sobreviven como actividad y memoria de la cultura do- minicana, cuya otra ladera la definen las expresiones formales de las artes, de la literatu- ra y de la historia nacional. Darío Suro|Bañistas|Óleo/tela|162 x 112cms.|1946|Col. Familia Suro Franco. Miguel De Moya|Gallero|Óleo/tela|76 x 51 cms.|1984|Col. Rafael del Monte. Vela Zanetti|Miguel Díaz y la Cacica Catalina|Mural (detalle)|1944|Col. Antiguo Palacio Ayuntamiento Santo Domingo.
  • 15. Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|26| |27|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1 |21| De acuerdo a Jimenes Grullón: «La dominicanidad es un concepto abstracto que en- El antropólogo Marcio Veloz Maggiolo afirma que ella «es un recipiente que lo tiene |24| Jimenes Grullón, Veloz Maggiolo, Juan Isidro. cuentra su confirmación en lo concreto. No es, pues una falsa conciencia. Ofrece un con- todo (…) y la memoria se reproduce (…), rescata una época, rescata la temperatura de Marcio, citado La Noticia. 20 de por Ruth Herrera, febrero de 1977. junto de representaciones, sentimientos e ideas que pertenecen al área de la culturolo- un momento histórico y de un momento político. Rescata el temperamento de la gen- Listín Diario, Confert. 11 de febrero gía, y por tanto, del quehacer global del hombre»|21| y de la mujer –agregamos–, que te, rescata cómo era la gente, cómo eran los valores de esa época».|24| La conclusión de 1996. Confert. |22| están asociados a una realidad identificada como nación dominicana, la cual de acuer- del intelectual citado es que la memoria nos convierte en usuarios del pasado. Opinión de Hostos citada por Pedro do a Hostos, debió llamarse «República Quisqueyana»,|22| aludiendo a la palabra indí- La memoria es la capacidad que tiene el sujeto humano para almacenar, conservar y Henríquez Ureña, Op. Cit. Página 414. gena Quisqueya, que quiere decir tierra grande a la que se refiere el himno patrio cuan- reactualizar conocimientos y experiencias. La naturaleza comunitaria del ser humano, Cita No. 1. Confert. do llama quisqueyanos a los nativos del país.|23| determina que toda colectividad manifieste la función de la memoria, que no es otra |23| Si la dominicanidad concreta, a la que se refiere Jimenes Grullón, es resultado de las defi- cosa que la historia nacional. En este sentido, la memoria histórica de la Nación Do- Prud’Homme, Emilio. niciones que entraña la nación dominicana como territorio, sociedad y cultura, esa condi- minicana es la que expresa la conciencia específica de la dominicanidad en términos de Himno Nacional. 1883. Confert. ción nacional es una conciencia procesada, creada y concebida al amparo de la memoria. origen, evolución, autoconocimiento y reserva patrimonial. La sumatoria de estos as- Celeste Woss y Gil|Mujer en reposo|Óleo/tela|65.5 x 84 cms.|1941|Col. Museo de Arte Moderno. León Bosch|La (Santa) última cena|Óleo/cartón|128 x 158 cms.|1972 |Col. Banco Popular Dominicano.
  • 16. Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|28| |29|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1 |25| pectos, ineludiblemente define un perfil general, pero inacabado, de la identidad, la cual, Valldeperes, Manuel. a la vez puede apreciarse en el desglosamiento de sus partes, ya que la memoria colec- El Caribe. 18 de mayo tiva nacional es múltiple en la unidad. La sociedad dominicana es UNA en su geografía de 1962. Confert. e historia, pero la memoria nacional es múltiple en las manifestaciones del acontecer económico, político y artístico, entre otros. |26| Idem. Abordando la manifestación del arte dominicano, que es la materia a la que finalmen- Confert. te se llega, debe apreciarse bien claramente que lo que atañe al campo visual es un com- puesto de muchas expresiones: arquitectura, artesanía, cerámica, escultura, fotografía, gráfica en general y pintura. Aunque el desarrollo nacional de tales expresiones es de- sigual en términos de la estética, la utilidad y la demanda social, no carecen ellas de na- turales interrelaciones. Pero aun esos vínculos que comienzan a partir del momento en el cual se localizan los primeros recreadores nacionales, cada una de esas expresiones tra- za un derrotero que es la manera particular que se conoce cuando se aísla un desarro- llo expresivo respecto de los restantes. La historia de la pintura nacional es un ejemplo de esa particularidad en el Arte Dominicano, sobre el que reflexiona Manuel Valldepe- res,|25| al sostener que «el arte es la manifestación más exacta de la cultura realizada. Es por consiguiente, espíritu trascendido cuando está imbuido de los rasgos caracterís- ticos de una sociedad. Estos rasgos son la aportación cultural a través de la cual lo local se incorpora de manera inalienable a lo universal.Y en la República Dominicana son precisos ya los rasgos de la dominicanidad». Esta cualidad sociocultural y de la identidad la explica el citado autor cuando al pre- guntar: ¿qué es lo dominicano?, responde: «Lo dominicano es lo que está en la mente y en el corazón de los dominicanos, lo que vibra a través de nuestro espíritu, que es la manifestación máxima de nuestro ser. Por consiguiente, lo dominicano, es lo que nos es esencial y que, por serlo, nos trasciende. Son dominicanos, en un sentido amplio, la tie- rra en que vivimos y el cielo que nos cubre, son dominicanas nuestras danzas y nues- tras canciones.Y son dominicanos nuestro sistema de vida y nuestras esperanzas, e in- cluso la manera de contemplar la muerte, porque nada de esto es común a los demás hombres. Limitándonos a las artes plásticas, podemos afirmar que todo lo realizado por nuestros artistas es dominicano, porque, en mayor o menor grado, refleja nuestro espíritu y, con él, nuestra esencia y nuestra trascendencia.Y es así porque le es imposible a un artista arrancar de sí lo que en su interior ha puesto la raza, la sangre, el ambiente y las singu- laridades, porque hasta en lo más simple –el ademán, la manera de andar– hay matices que diferencian al hombre dominicano de los demás hombres».|26| Radhamés Mejía|Desnudo|Acuarela|61 x 38 cms.|C.1950|Col. Rafael Del Monte.
  • 17. Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|30| |31|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1 1|2 Expresión pictórica y pintura dominicana: apreciaciones sentido del tacto. Una cuarta característica atañe a los géneros pictóricos, más bien mo- |28| Diccionario dos y temarios de las realizaciones. Monográfico de Bellas Artes. La pintura es una expresión que se asocia a las Artes Plásticas: «especialidades artísticas Páginas 34-35. Confert. que manejan materiales, volúmenes y cuerpos tangibles», las cuales se diferencian de las artes del sonido, de la palabra, de la representación, etc.|28| La pintura es considerada, |29| Bayón, Damián. tradicionalmente, un bello arte (expresión de belleza), llamándosele también arte visual, Op. Cit. Página 165. bien porque es una expresión que se dirige sobre todo a la mirada o porque ofrece vi- Confert. siones particulares de todo sujeto considerado un artista. Comparándola con «la con- |30| creción que supone la arquitectura: volumen aislado, la pintura no deja de parecer más Sanz Díaz, José. Pintores intangible, más fantástica, como una proyección de lo real, sino de lo imaginario.Ya que Hispanoamericanos Contemporáneos. puede evocar la materialidad o hacerse vaga o vaporosa», opina Damián Bayón, quien Páginas 26-27. Confert. agrega: «Además, si por una parte juega con la noción de materia –lo que constituye el cuerpo del mismo cuadro–, por otro lado utiliza la abstracción que supone la línea y la sensibilidad inherente al color».|29| La pintura es considerada la especialidad artística más colectivamente estimada, contando con una historia amplia, prolongada y variada. La amplitud permite caer en la cuenta de su mundialidad como expresión cultural y la prolongación histórica ofrece un incesante re- gistro expandido desde la remota pintura rupestre, hasta el milenio contemporáneo. En re- lación a la variedad, la producción pictórica tanto se refiere a las etapas generales del desa- rrollo de la historia (Antigua, Medieval, Moderna…), como a las localizaciones nacionales en las que se manifiesta su desarrollo también histórico. De la misma manera que existen registros de pintura china, francesa, mexicana, rusa, entre otras innumerables historias par- ticulares, se incluye también la del desarrollo de la PINTURA DOMINICANA. Más de una |27| La pintura es una expresión artística que se basa en el manejo de medios cromáticos Bayón, Damián. mirada a esta manifestación artística, arroja interesantes apreciaciones, de las cuales se trans- Construcción (guache, óleo…) sobre un soporte o superficie dada (tabla, tela, cartón, vidrio…); ex- de lo Visual. cribe la que ofrece José Sanz y Díaz, en una obra sobre pintores hispanoamericanos: «Pese Páginas165-202. presión que tiene su origen en los muros de las cavernas en los cuales el hombre pri- Confert. a ser la antigua Santo Domingo (…), la primera población que levantaron los españoles en mitivo transcribió sus percepciones de la realidad. América, la Perla del Mar Caribe carece por completo de antecedentes históricos en Pintu- Definida como una manifestación en la que se armonizan forma, color, composición y ra.A pesar de todo, es arma del arte hispanoamericano, ya que sus monumentos religiosos, materia, la pintura ofrece caracteres específicos.|27| En primer lugar es un arte bidi- civiles y militares empezaron a construirse en 1503. Puede decirse que la Pintura Domi- mensional, ya que tiene dos dimensiones (largo y ancho), perdiendo la profundidad que nicana propiamente dicha no hace su aparición hasta el comienzo del presente siglo».|30| es sugerida en cuadros tradicionales por la perspectiva o rejuego de planos. Lo segun- El período inicial al que alude Sanz Díaz, es el siglo XX; apreciación errada que desco- do es su definición de arte plano, ya que se adopta al muro como realización directa o noce el antecedente histórico de la pintura prehispánica e igualmente ignora los nom- como cuadro de caballete. En tercer lugar es un arte que se dirige a la vista más que al bres de los pintores que se desenvuelven en el siglo XIX. Posiblemente ese desconoci- miento se basa en las fuentes bibliográficas dominicanas que, en lo relativo a la materia Gilberto Hernández Ortega|Autorretrato (detalle)|Lápiz/papel|30.5 x 20 cms.|1969|Col. Museo Bellapart. del arte, ofrecen informaciones breves y en algunos casos observando carencia de con-
  • 18. Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|32| |33|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1 ciencia artística para los pintores que anteceden la modernidad nacional. Reconociendo «no había una conciencia nacional (del) artista». Esta rotunda afirmación, sostenida en la |32| La República que más que las artes, son otras las tradiciones culturales de la sociedad dominicana, Pe- década 1950, añade el siguiente argumento explicativo: «Aparentemente el hacer pictóri- Dominicana. Página 220. dro Henríquez Ureña ofrece en 1917, una brevísima referencia del arte y de los artistas. co era una simple recreación.Abundaban los paisajes, las naturalezas muertas, los bodego- Confert. El señala: «Seguramente los mayores títulos que puede ostentar Santo Domingo son sus nes. En muchos casos la enseñanza era la copia de la estampa, sin modelos tomados de la |33| esfuerzos en pro de la cultura. No encontraremos allí grandes florecimientos de las artes naturaleza (…) Este seguimiento escolástico no podía producir verdaderos artistas. Sólo de Idem. Página 222. plásticas o de la música; los dos campos en que se han concentrado los esfuerzos de cul- tarde en tarde, y por fuerza del vigoroso temperamento, uno que otro descollaba».|32| Confert. tura son la educación y las letras. Las mejores obras de arquitectura, que posee la Repú- La citada apreciación se vincula al interés de la propaganda bienhechora que promovió blica son las de la época colonial, especialmente las iglesias y las casas señoriales de la ciu- la dictadura de Trujillo, y fue argumento para establecer que la verdadera conciencia ar- dad de Santo Domingo.Allí pueden encontrarse las mejores muestras de escultura (la es- tística nacional era un producto de la programática trujillista. Por consiguiente, el desa- tatuaria coloreada de iglesia) y de pintura, especialmente los apóstoles de Mateo Veláz- rrollo del arte dominicano debía su existencia «a la formación de núcleos bajo la sabia quez (siglo XVIII) (…) En tiempos modernos, sólo la pintura ha florecido un tanto (De- inspiración del Gobierno»,|33| es decir, la auténtica pintura dominicana y los auténticos |31| sangles, Grullón, García Obregón, Adriana Billini, a la que se suma hoy el dibujante creadores de la misma, habían surgido con la protección de Trujillo a las Bellas Artes, has- Henríquez Ureña, Pedro. Mendoza), y junto a ella la música ha ensayado sus tanteos, que suelen ascender hasta la ta entonces poco desarrolladas y con una tradición pobre y escasísima: «Se ha afirmado Op. Cit. Página 411. ópera (con Pablo Claudio) y la obra eclesiástica de aliento, (con José Reyes y otros)».|31| repetidas veces que la tradición artística de la República Dominicana es más bien esca- Confert. Regularmente nuestro gran humanista se refirió a una cultura de élite social, a la que se sa. Ello constituye una verdad a medias. Recordaremos a continuación algunos prece- asocia, en cierta manera el quehacer pictórico dominicano de unos protagonistas que ori- dentes que tienden a probar lo contrario. El lector debe tomar en cuenta que ninguna ginan movimientos y esfuerzos que se dispersan –se opina posteriormente– debido a que otra nación de menos de 50,000 kilómetros cuadrados (exactamente 48,426) y de tan Danicel|Autorretrato|Plumilla/papel impreso|21 x 15 cms.|1971|Col. Familia De Los Santos. Gina Rodríguez|Con los ojos abiertos (autorretrato)|Mixta/tela|158 x 51 cms.|1998|Col. de la autora. Pery Jiménez|Santo Tropical (autorretrato)|Acrílica/tela|61 x 46 cms.|1952|Col. Rafael Del Monte. Tony Delosantos|Yo auto montaña|Mixta/tela|61 x 51 cms.|1995|Col. Familia De los Santos.
  • 19. Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|34| |35|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1 |34| solo cinco millones de habitantes en 1976, y que hubiese padecido, por añadidura, las te- Areán, Carlos. El Caribe. rribles vicisitudes que asolaron, expoliaron y martirizaron en multitud de ocasiones a sus 13 de enero de 1979. sufridos pobladores, hubiera podido enorgullecerse de haber sido la cuna de un lote de Confert. medio centenar de artistas de calidad digna (…). La República Dominicana constituye un ejemplo admirable de heroísmo, dignidad y fidelidad a su propio ser y merece, por tanto, toda nuestra admiración y nuestro respeto. Debemos asimismo situar dentro de es- te contexto las evoluciones de su pintura y no asombrarnos de que no sea más rica o brillante, sino que sus artistas hayan conseguido con su tesón y patriotismo llevarla, en una nación tantas veces esquilmada, hasta su encomiable situación actual».|34| El párrafo anterior, es parte del enfoque que ofrece el crítico español Carlos Areán en su historia La Pintura en las Naciones Iberoamericanas. Al rechazar la opinión de quienes Enrique Morel (Quico)|Autorretrato fumando|Óleo/tela|61.5 x 50 cms.|1950|Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes. Daniel Henríquez|Yo de frente (fragmento)|Mixta/tela|243 x 203 cms.|1971|Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes.
  • 20. Capítulo 1|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|36| |37|Lo dominicano como identidad y acentuación del arte nacional|Capítulo 1 |35| Idem. afirman la carencia de tradición en el desarrollo pictórico dominicano, él también se 1|3 El pintor dominicano: protagonista sociocultural El Caribe. pregunta: «¿Qué otro país con menos de 50,000 kilómetros de extensión y víctima de 29 de enero de 1979, tanta ocupación extranjera y de tanta guerra sin cuartel, puede enorgullecerse de haber Confert. creado un arte y una cultura de la calidad de las que, sean las que sean las limitaciones, |36| logró mantener incólume Santo Domingo sin que pudiesen destruirlas ni la cautividad Squirru, Rafael, citado por María ni la expoliación?»… Refiriendo a un buen número de los artistas que protagonizan el Ugarte. El Caribe. 7 de octubre quehacer de la pintura, Areán señala que la actualidad más reciente prueba que el país de 1968. Confert. tiene abierto su futuro pictórico, lo cual resulta «doblemente importante si tenemos en cuenta que es poco habitual en la evolución de la historia, que una mejoría se produz- |37| Squirru, Rafael. ca en un solo orden».|35| ¡Ahora! Revista No. 331. Un segundo autor, Rafael Squirru, gran conocedor del arte latinoamericano, opina que 16 de marzo de 1970. «existe una verdadera pintura dominicana con una constante que se registra en los ar- Página 16. Confert. tistas de talento. En la misma se ven ciertas vacilaciones y desvíos, pero que es fácil de reconocer por encima de éstos, la presencia de un arte con raíz de su pueblo. En esa |38| Squirru, Rafael. pintura hay formas, colores, atmósfera que están siempre presentes»,|36| incluso en pin- Entrevista Listín Diario. tores abstractos. Squirru escribió el texto: Arte Dominicano, Árbol que Crece, en el cual, 27 de diciembre de 1992. reconoce las raíces que conforman socialmente a los dominicanos.Tomando en cuen- Confert. ta las mismas, señala que la «simbiosis de estas culturas con marcado acento de España |39| y de África es lo que se está gestando en la República Dominicana, con fuerza de ori- Manuel, Valldeperes. ginalidad que literalmente quiere decir con fuerza de origen (…). Esta tónica, deduz- El Caribe. 16 de julio co, intransferible para los dominicanos en la medida de su autenticidad, es transferible de 1966. Confert. en sus resultados a medida que lo folklórico alcanza validez universal cuando se lo ta- miza a través del espíritu de los artistas. Porque en esto y no en otra cosa reside el se- |40| Es una sustentación generalizada la que señala que el sujeto humano dibujó antes de es- Idem. creto de todo arte: la sensibilidad y la inteligencia necesarias para transmutar la savia es- Confert. cribir, aunque esa primera expresión dibujística realmente es un síntoma de su innata ca- piritual del alma de los pueblos en fruto maduro».|37| En adición a tales apreciaciones pacidad comunicativa. Es el habla o lenguaje visual lo que además inaugura el arte co- pondera el crítico argentino que «el Arte Dominicano es mucho más fuerte que lo que mo memoria viva de la humanidad; como tesoro intangible que determina a su vez a un la gente que no ha visitado este país se imagina».|38| protagonista aparentemente indistinto como dibujante, escultor, pintor… Este protago- En términos comparativos, la pintura dominicana es la expresión visual de mayor pre- nista es el artista, identificación que resulta más cabal, categórica, precisa y relevante. ferencia frente a otras manifestaciones bidimensionales y frente a la escultura. En un El arte es un aspecto de la cultura, pero, a pesar de que se encuentra en todas partes y sentido general se le reconoce alcance de «estilo y metamorfosis».|39| Es estilo porque se aplica al dominio de toda ejecución humana, no todo lo que produce el hombre y transfiere valores y matices espirituales del SER dominicano trascendido mediante las la mujer se debe a una condición artística, sino más bien a la práctica común aprendi- recreaciones, las reinterpretaciones y la síntesis. La metamorfosis la definen «las formas da en sociedad. No significa que el arte carezca del entronque social, sino que al con- naturales de las que se sirve como punto de partida, como elemento de comunica- ción»|40| y como experiencia trazando su linealidad sociocultural mediante los actos de asimilación y desasimilación que realizan los testimoniales pintores. Paul Giudicelli|Autorretrato (detalle)|Óleo/tela|86 x 56 cms.|Sin fecha|Col. Museo Bellapart.