1. La acidificación de los océanos se suma a una serie de graves amenazas contra el
equilibrio natural que ha permitido la vida en la tierra, todas derivadas de un
modelo de desarrollo económico implementado de manera intensiva hace 150
años a partir de la Revolución Industrial, que no tomó en cuenta el impacto que
pueden provocar las actividades productivas en la naturaleza y con ello en la vida
de cada ser humano, concepto que si no cambiamos a tiempo puede ser el inicio de
un crónica de una muerte anunciada.
La utilización indiscriminada de combustibles fósiles ha provocado un aumento del
dioxido de carbono en la atmósfera , generando peligrosos desequilibrios que
alteran todos los ecosistemas de la tierra, detonando el calentamiento global que
ya estamos comenzando a sufrir y otra serie de reacciones en cadena como es la
acidificación de los océanos.
500 mil millones de toneladas del CO2, que se han generado en las actividades
productivas desde la revolución industrial han sido absorbidos por los océanos del
mundo, lo cual ha cambiado el PH del agua desde un 8,2 a un 8,1, lo que se traduce
en que el promedio de acidez ha aumentado en un 26%.
Los pocos estudios que recién están comenzando a implementarse en el mundo, ya
dan cuenta que el daño ha comenzado a evidenciarse. Algas que acaban con la vida
de mejillones en las costas de Estados Unidos, un descenso en la cantidad de ostras
en el pacífico sur, especies de coral de la Gran Barrera de Australia cuyo poder
calcificación ha descendido en un 14%, el peso corporal del plancton en la
Antártida que ha bajado en un 35 % son algunos de los efectos que las
investigaciones atribuyen a la acidificación de los océanos.
Una mirada cortoplacista, la misma que nos ha generado todos los problemas
ambientales, nos puede llevar a pensar que estamos frente a cambios tan leves en
la vida en el mar que va a pasar mucho tiempo para el que ser humano perciba
algún tipo de efecto en su rutina diaria, pero el planeta ya nos ha enseñado, una y
otra vez, que por más pequeño que sea el cambio puede ser el comienzo de una
reacción en cadena que tarde o temprano afectará la vida en la tierra de manera
insospechada.
Los primeros efectos esperados en la economía mundial apuntan a las actividades
productivas relacionadas directamente con la extracción de mariscos, pero el
hecho que entre los primeros afectados esté un alimento base de la cadena
alimenticia marina como es el placton tiene que ser una advertencia que podemos
estar amenazados por problemas mayores.
La saturación de la cantidad de CO2 del mar, provocará en el corto plazo, que
mayores cantidades de dioxido de carbono permanezcan en la atmósfera sin que
sean absorbidos por el agua, lo cual aumentará los niveles de contaminación en la
biósfera y ello repercutirá en la calidad de vida de los humanos.
Comos sociedad y como generación protagonista de estos tiempos, lo positivo es
que hemos dado el paso más importante para enfrentar una amenaza como la
acidificación de los océanos: detectarla. Debemos aprender de cómo estos procesos
silenciosos e invisibles al ojo del ciudadano común, lo mismo que un cáncer,
mientras antes sean detectados, más posibilidades de cura tienen. A diferencia de
lo que ocurría, apenas un par de décadas atrás, donde quemar bosques para
sembrar, arrojar desechos industriales al agua, botar basura en un lago eran
prácticas normales y que no eran consideradas una amenaza para nadie, hoy
tenemos a nuestro favor que el tema de la preservación del medio ambiente está
instalado en nuestra sociedad y las nuevas generaciones especialmente están
2. dispuesta a luchar para evitar que sigamos estresando nuestro planeta.
Otro punto a favor es que si bien la industria ha demostrado ser despiadada a la
hora de sacrificar las generaciones futuras a la hora de producir dinero,
lentamente el mercado ha comenzado a entender que hay cuidar la gallinitas de los
huevos de oro que es el planeta que habitamos o, por lo menos, ha incorporado el
cuidado del medio ambiente, por último, para mantener la imagen de la empresa.
Si bien, las cifras de la acidificación de los océanos son alarmante y arrojan que
como nunca antes en la historia el planeta está amenazado por una serie de
desequilibrios que atenta contra la vida en la tierra, también, como nunca antes, el
ser humano común y corriente, hoy tiene un poder gracias a las redes sociales para
presionar al poder político y al poder económico.
Por esta razón, al margen de procesos de orden político que ya se inició con la
Cumbre de las Naciones Unidad Río+20, donde ya se lo clasificó oficialmente como
una amenaza contra las actividades económicas, las primeras investigaciones
financiadas por gobiernos como el Proyecto Anillo pagado por el Conicyt en Chile y
anuncios como el Centro de Coordinación de Estudios Sobre la Acidificación de los
Océanos, como ciudadanos empoderados tenemos la gran misión de difundir el
peligro de esta nueva amenaza, para que todo el mundo entienda que la raíz y la
solución del problema está en la actividad industrial humana. Con el poder de las
redes sociales y la conciencia cada vez más fuerte que traen las nuevas
generaciones podemos empezar a luchar contra este cáncer que nos amenaza, pero
que hemos comenzado a detectar, al menos, con algo de tiempo.