Este documento presenta un cuento sobre educación ambiental titulado "Tomasa y Cubanito". La historia trata sobre una hormiga trabajadora llamada Tomasa y su vecino descuidado Cubanito. A través de varios incidentes causados por la negligencia de Cubanito, como quemarse las patas tomando demasiado sol y causar un incendio, Tomasa le enseña la importancia de cuidar el medio ambiente. Eventualmente, Cubanito aprende la lección después de caer en un pozo lleno de basura y darse cuenta de la belleza
2. CON LA UNIÓN DE
TODAS LAS
PERSONAS
CONSEGUIREMOS
QUE NUESTRO
P L A N E TA E S T É
V E R D E . PA R A E L L O
H AY Q U E
ESTIMULAR
PRECOZMENTE A
LOS NIÑOS SOBRE
LOS BUENOS
HÁBITOS Y
CONCEPTOS DE
L A N AT U R A L E Z A . 2
3. Algunas estrategias metodológicas:
Hay muy diversos métodos de enseñanza y
cada uno de ellos puede ser muy bueno
dependiendo de las circunstancias.
Los alumnos mismos prefieren diferentes
métodos que faciliten su deseo de estudiar y por
consiguiente su aprendizaje.
Las estrategias educativas deben ajustarse al
nivel académico o educativo del alumno.
Algunos métodos pueden resultar improductivos
si no están en la etapa cognoscitiva adecuada.
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4. La capacidad de resolver problemas debe
desarrollarse en todos. Esta capacidad se desarrolla
con la práctica. Una buena forma de hacer aprender a
los estudiantes es hacerlos responder activamente,
recolectando datos, resolviendo preguntas y
organizando la información.
La resolución de problemas debe ser un enfoque de la
enseñanza en el cual pueden emplearse métodos
tales como la indagación, estudios de casos, juegos,
dramatización, investigación, discusión, trabajo de
comité, debate, cuestionario, reflexión, etc.
En la solución a una situación del Medio Ambiente hay
factores que tienden a ayudar para encontrar la
solución y factores que se oponen al cambio y
mantienen el problema. Deben detectarse ambos
tipos de factores. 4
5. Cuento sobre educación ambiental:
“Tomasa y Cubanito”
• Tomasa era una hormiguita muy trabajadora, alegre y
sobre todo muy responsable y cuidadosa.
Tenía su hogar, al que ella llamaba “su mundo chiquito”.
El mundo de Tomasa estaba formado por una hermosa
casita, plantas y flores, el aire que respiraba, los
pajaritos que la alegraban con su canto y el sol que la
iluminaba.
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6. La hormiguita cuidaba mucho su mundito, lo limpiaba, lo
protegía, regaba sus plantas y flores, arrojaba la basura
sólo en su pequeño cestito y vivía en armonía con todos
sus vecinos. También cuidaba especialmente el techo de
su casita, ella decía que el techo de dónde uno vive es
muy importante.
En el vecindario, no todos eran como Tomasa. Su vecino
de enfrente, llamado Cubanito era una hormiga macho que
no cuidaba sus cosas y nada le importaba demasiado, ni
su casita, tampoco el techo, ni nada de lo que lo rodeaba.
Se la pasaba tirado en el pasto tomando sol, según decía
él porque traía esa costumbre del país donde había
nacido. Según diría yo, porque era medio vagoneta.
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7. Cubanito observaba siempre todo lo que hacía Tomasa, como
regaba sus plantitas y juntaba sólo las ramitas que estaban
caídas por ejemplo. El, sin embargo, las arrancaba de los
árboles sin importarle cómo los dañaba. No terminaba de
entender por qué la hormiguita se tomaba tanto trabajo para
mantener su mundo sano, para él todo daba lo mismo.
Cierto día, mientras Tomasa sacaba del techo de su casa la
basura acumulada, Cubanito se le acercó y le pregunto:
- ¿Oye chica se puede saber por qué trabajas tanto? Digo, tu
podrías estar asoleándote y tomando un refresco.
- Si yo no cuido el techito de mi casa, se terminará arruinando
y no quiero. El techo es una parte muy importante de la casa de
uno.
- Creo que tu te haces demasiado problema ¿sabes? Mejor haz
como yo y ¡disfruta chica, disfruta!
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8. - Ud. es el que debería hacer como yo ¿acaso no vio lo
sucia que está su casa? el techo está empezando a
dañarse, todo lo que lo rodea es un basural ¿de verdad
no se da cuenta?
- Pues tu sabes chica, ya te lo he dicho, te haces mucho
problema, así no llegarás a vieja, mejor me voy a tomar
otro poquito de sol ¿vienes?
- No gracias, yo me quedo trabajando – dijo Tomasa.
Como había dicho, Cubanito se fue a tomar sol y siguió
haciéndolo casi todo el día. El sol nos da energía necesaria
y un calorcito muy lindo, pero también hay que tener
cuidado, hay que usar protección y no estar demasiado
tiempo.
Cubanito lo sabía, pero, como con la mayoría de las
cosas, no le daba importancia. Ese día empezó a aprender
la lección.
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9. Tanto estuvo al sol que se quedó dormido, de repente el olor a quemado
lo despertó:
- ¡Pues chico algo se está quemando aquí, qué vaina chico qué vaina!
Empezó a decir Cubanito y cuando se dio cuenta que lo que se
quemaban eran sus pequeñas patitas, se puso aún más nervioso.
- ¡Pues que vengan los bomberos chico! ¡Llamen a las autoridades soy
un mulato joven para morir!
Tomasa, quien estaba regando sus flores, escuchó los gritos de su
vecino y salió a socorrerlo. Con el agua de su regadera apagó el fuego
de las patas y Cubanito respiró aliviado.
- Le dije que no tomara tanto sol, el exceso de sol es malo tanto para
sus patitas, como para todos. Rezongó Tomasa.
- ¡Pues tu sabes que tienes razón chica! Gracias por salvarme, lo
tendré en cuenta por si te asoleas demasiado tu alguna vez.
- No hará falta gracias, mejor limpie un poco el techo de su casa que
buena falta le hace. Dijo la hormiguita y se fue.
Sin embargo, Cubanito no le hizo caso, pasaron los días y el techo de
su casita cada día estaba peor, la suciedad acumulada y el poco
cuidado había empezado a debilitarlo, tanto es así que un pequeño
agujero se había formado y cada día que pasaba ese agujero se hacía
más grande. 9
10. Una noche se desató una lluvia muy fuerte. Por el agujero -ya
de tamaño mediano- empezó a entrar agua, mucha agua.
- ¡Que me ahogo chico que me ahogo! Gritaba muy asustado
¡Que alguien detenga esto, es que no se nadar que vaina!
Tomasa se despertó sobresaltada y viendo que otra vez su
vecino estaba en problemas fue a ayudarlo. Se puso su
pequeño piloto, subió al techo de la casita, retiró la suciedad y
reparó los daños. Cuando bajó muy enojada le dijo al mulato.
- ¿Qué no le dije que cuidara de su techo? El techo de nuestro
mundo también nos protege y Ud. no cuidó el suyo ¿vio las
consecuencias de no cuidarlo?
- ¡Claro que las veo chica, mirá estoy empapado, si parezco un
alga marina de las que hay en las playas de mi país!
- ¡Qué alga ni alga! Contestó muy enojada Tomasa. Si yo no
llego a tiempo Ud. no cuenta el cuento ¿se entiende?
- Se entiende, chica, se entiende. Respondió Cubanito con la
cabeza baja y un poco de culpa. No la suficiente para terminar
de aprender la lección. 10
11. Al día siguiente y para secar todo lo que había quedado húmedo de
la tormenta del día anterior, la hormiga mulata decidió hacer una
fogata. Una vez más no hacía lo correcto, no sólo porque estaba
encendiendo fuego donde no debía, sino porque en vez de
recolectar las ramitas ya caídas de los árboles empezó a
arrancarlas.
Los árboles, muy dolidos y enojados le contaron a Tomasa acerca
de su vecino. La hormiguita quien no sólo protegía su mundito, sino
el de todos, una vez más fue a hablar con él.
- Pues relájate chica ¿qué hacen unas ramitas de menos?, ya les
crecerán, pues tu sabes.
Dicho esto, se fue con sus ramas a hacer fuego donde no debía.
Demás está decir que otra vez hizo lío, y prendió fuego a todo su
alrededor, poniendo en peligro a los árboles, las plantas, las flores y
a todos los bichitos del lugar.
Una vez más, y ya algo cansada, Tomasa fue en ayuda de su
vecino. Ya no sabía cómo hacer para que Cubanito entendiese que
había que cuidar el mundo de todos.
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12. - No ha pasado nada chica! Nos hemos salvado, Aleluya, aleluya!
Daré una fiesta en tu honor por haberme salvado una vez más ¡Ven a
gozar chica!
- No gracias, no quiero una fiesta, sólo le pido que entienda y haga las
cosas bien. Nos pone en peligro a todos.
Estaba visto que no era el momento de entender para Cubanito. Invitó
a todos sus amigotes, tan sucios y descuidados como él. Luego de la
fiesta, el vecindario quedó hecho un basural: latas, comida, envases,
cartones, todo tirado. Por supuesto, ninguno de ellos lo limpió.
Era tal la basura tirada, que se taparon cañerías, desagües y algún
que otro pozo que había en el pasto.
Como no es de extrañar, una vez más Cubanito se metió en
problemas. Cayó dentro de uno de los pozos que estaba tapado por la
gran cantidad de basura que él y sus amigos habían dejado tirada.
Empezó a gritar:
- ¡Qué vaina chico que ha pasado! ¡qué me he caído, que alguien
venga a socorrerme! ¡Qué esto huele horrible!
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13. Todos en el vecindario escucharon los gritos. Arboles, flores,
plantas, pajaritos, vecinos y por supuesto Tomasa.
Como lección y para que de una vez por todas Cubanito
aprendiera, decidieron entre todos no sacarlo enseguida del
pozo.
- Pues qué pasa chico que no viene nadie? Qué se han ido
todos? ¿Qué nadie me ayudará a salir de esta inmundicia?
Tomasa, asomada desde arriba le dijo:
- Como diría Ud., “pues ahí se quedará chico”, a pensar
cómo se ha comportado hasta ahora, justo ahí en medio de
la suciedad, de la cual parece disfrutar mucho.
Allí lo dejaron el tiempo suficiente como para que esta
hormiga descuidada pudiese empezar a pensar en cómo se
había comportado hasta ahora.
En medio de ese oscuro pozo lleno de basura y mal oliente
todo era muy triste. Cubanito no podía hacer nada más que
pensar y taparse la nariz de a ratos. 13
14. Cuando miraba hacia arriba y veía el cielo, la luz, el sol,
escuchaba el canto de los pajaritos y las voces de sus
vecinos, empezó a darse cuenta que afuera existía un
mundo. Un mundo lleno de cosas bellas que él había
arruinado, un mundo que merecía protección, cariño y
cuidado.
Pasó el tiempo, Cubanito salió muy distinto del pozo en el
cual había caído, ya no era la misma hormiga. Ahora era el
primero en cuidar el vecindario. Es más se ofreció recolectar
la basura de todos los vecinos. Hacía su trabajo con un
gorrito puesto, protección solar y mucha alegría, mientras se
lo escucha decir:
- ¡Qué vaina chico, qué vaina! ¡Cuánta basura tira la gente
pues tu sabes!
FIN
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15. Para saber más sobre el cuento y ver otros relacionados :
http://www.encuentos.com/educacion-ambiental-2/tomasa-
y-cubanito-educacion-ambiental-para-ninos-pagina-de-
cuentos-cuentos-infantiles-para-escuchar-lecturas-
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