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La relación tutora y
la construcción de ambientes
para el desarrollo y el aprendizaje
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Delfina Gómez Álvarez
Secretaria de Educación Pública
Gabriel Cámara y Cervera
Director General del Consejo Nacional de Fomento Educativo
Juan Martín Martínez Becerra
Director de Operación Territorial
María del Pilar Farrés González Saravia
Directora de Educación Comunitaria e Inclusión Social
Manuel Ricardo Bravo Valladolid
Coordinador de Educación Inicial
Yazmín Lizbeth Vargas González
Directora de Asuntos Jurídicos
Héctor Virgilio Robles Vásquez
Director de Planeación y Evaluación
Pedro Antonio López Salas
Director de Cultura y Difusión
Luis Carvajal Pérez
Titular de la Unidad de Administración y Finanzas
Albina Francisca Morales Rojas
Titular del Órgano Interno de Control
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La relación tutora y
la construcción de ambientes
para el desarrollo y el aprendizaje
Edición
Consejo Nacional deFomento Educativo
Texto
Corrección de estilo
Oliver Claudio de la Vega Lozano
Hilda Isela Medrano Castañeda
Diseño de portada e interiores
Rosa María Díaz Álvarez
Ilustración de Portada
José Alberto Morales Fernández
Diagramación
Joyce Darisabel Contreras Ríos
Primera edición: 2022
D.R. © Consejo Nacional de Fomento Educativo
Av. Universidad 1200, col. Xoco,
alc. Benito Juárez, C. P. 03330.
Ciudad de México
www.gob.mx/conafe
Impreso en México
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Elementos básicos para la práctica
educativa en el modelo de Educación
Comunitaria para el Bienestar
Después de medio siglo de existencia, el Consejo Nacional de Fomento
Educativo (Conafe), congruente con el momento histórico de
transformación que vive nuestro país, incorpora las perspectivas actuales
de atención educativa.
La Educación Comunitaria para el Bienestar es una perspectiva amplia
que trasciende la modalidad escolarizada a una más incluyente, flexible y
popular, en la que toda la comunidad tiene la posibilidad de aprender y
enseñar. Es producto de la evolución del Conafe mediante la relación
tutora en los últimos años. Comprende los niveles de educación inicial,
preescolar, primaria y secundaria que el organismo otorga, considerando
las necesidades y características de la población en condiciones de
vulnerabilidad sin acceso a la escuela convencional.
A través de su historia, se han diversificado las situaciones educativas que
atiende el Conafe, por lo que ha desarrollado propuestas, estrategias y
materiales educativos innovadores que constituyen un gran acervo de
recursos para la atención de los contextos rurales, indígenas y migrantes,
cuya riqueza y diversidad es vasta.
Disminuir las barreras para el aprendizaje entre la población del Consejo
implica reconocer y atender su diversidad interculturalmente,
promoviendo la equidad de género y la inclusión de niñas, niños y
adolescentes (NNA) con o sin discapacidad, a través de propuestas
educativas pertinentes, de calidad y relevancia. En este sentido, el Modelo
Aprendizaje Basado en la Colaboración y el Diálogo (ABCD) tiene como
fin último, brindar una educación comunitaria que ayude a todos a
apropiarse de las herramientas necesarias para aprender a aprender
durante toda la vida.
La presente colección tiene el objetivo de ofrecerte una serie de
recomendaciones y pautas no prescriptivas según los elementos vitales
del modelo ABCD, para acompañar tu labor en relación tutora como
educadora o educador comunitario.
Tienes en tus manos parte de una colección viva que se transforma y crece
paulatinamente como el ABCD mismo. Incorpora las experiencias y
hallazgos de todos los que colaboramos en el Conafe, ya que éste es por
excelencia, un modelo en el que aprendemos de su práctica. Pretendemos
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que hagas uso de este material con la flexibilidad y las adaptaciones que
demanden tus necesidades, las de tus estudiantes y de tu comunidad.
Seguramente, durante tu servicio, a estas orientaciones sumarás muchas
otras experiencias y prácticas que nacerán de la relación entrañable y
singular que establezcas con los integrantes de la comunidad. Ese cúmulo
de vivencias enriquecerán el esfuerzo colectivo en pro de una educación
comunitaria basada en la colaboración y el diálogo.
Gracias a tu valiosa participación, iniciamos en el Conafe una nueva etapa
en la educación comunitaria para el bienestar de los pueblos de México.
Consideraciones iniciales
El presente tomo responde a uno de los aspectos centrales para la
implementación del Modelo ABCD. El corazón de la práctica educativa es
la relación tutora que se favorece y enriquece con la construcción de
ambientes propicios para el desarrollo y el aprendizaje desde la crianza
misma en el seno del hogar, así como en los espacios educativos. La
práctica del modelo de Educación Comunitaria para el Bienestar
demanda, además, una participación activa y su articulación comunal
para conformar una comunidad de aprendizaje que trascienda las aulas y,
entrando a los hogares, esté presente en la vida de cada persona y espacio
local.
Dado lo anterior, consideramos fundamental que, en este momento, en el
cual estás a punto de conocer a la comunidad donde prestarás tu servicio
educativo
–aunque ya te encuentres en la localidad–, te integres armoniosamente a
ella. Con estas páginas, deseamos acompañarte tanto en este proceso,
como durante toda tu práctica educativa comunitaria, para que la lleves a
cabo de una manera plena y fructífera.
En esta aventura nos acompañará Colibrí, a quien seguramente conoces;
él siempre ha estado presente a través de los libros del Conafe. Su vuelo
incansable lo ha llevado, durante décadas, por todo el país entregando a
miles de niñas y niños los tesoros de la palabra escrita: poemas, canciones
y cuentos. En sus andares, Colibrí ha recogido un sinfín de experiencias
que, gracias al esfuerzo de educadoras y educadores como tú, enriquecen
el trabajo de la institución.
Prestemos oído atento a nuestro amigo, el aliado que nos trae las voces de
muchos educadores comunitarios que están inmersos en el ABCD. Él
estará sobrevolando este libro aportando valiosos ejemplos que ilustran
los pormenores de la práctica educativa, ofreciendo de este modo, una
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serie de orientaciones y experiencias. Asimismo, sumaremos testimonios
de figuras educativas e integrantes del Consejo que revolucionan la
práctica del ABCD día con día por medio de sus propias habilidades y
forma de acometer los retos que conlleva la misión educativa de esta gran
institución.
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Índice
Introducción
I. La importancia de la organización comunitaria para
el bienestar
• ¿Por qué existe relación entre la comunidad, la
educación y el bienestar?
• ¿Quién es y qué hace la Asociación Promotora de
Educación Comunitaria (APEC)?
• La importancia de las asambleas
II. Las niñas, los niños y los adolescentes del Conafe
• ¿Cómo vemos a las niñas, los niños y los adolescentes
en el Conafe?
• ¿Cómo entendemos el desarrollo?
III. Construir ambientes para favorecer el desarrollo y
el aprendizaje
• Características deseables de un ambiente propicio para
el desarrollo y el aprendizaje
IV. Jugar es cosa de todos
V. La relación tutora, su ciclo y la creación de redes
• ¿Cómo te hubiera gustado que fuera tu paso por la
escuela?
• ¿Qué necesitas para propiciar la relación tutora en tu
grupo?
• ¿Cómo puedes tejer una Red de Tutoría?
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VI. La tutoría con los más pequeños y la creación de
rincones o áreas de interés
• El respeto al interés de las niñas y los niños
• El respeto a su ritmo de aprendizaje
• El respeto a cómo construyen su conocimiento
• La práctica de diversos lenguajes para manifestar su
pensamiento y compartir lo que saben con otros
• El diálogo para lograr la comprensión
• Estrategias para organizar el acompañamiento
personalizado o tutoría con los más pequeños
• Los rincones o áreas de interés para los más pequeños
VII. Nuestro ambiente para favorecer el desarrollo y el
aprendizaje requiere tiempo pedagógico
• Bienvenida
• Desayuno / Refrigerio / Almuerzo y hábitos de higiene
• Registro de asistencia
• Tiempo de trabajo
• Aseo del espacio escolar
• Reflexión sobre lo aprendido
• Despedida
Bibliografía
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I. La importancia de la organización
comunitaria para el bienestar
La importancia de la organización comunitaria
A diferencia de otros contextos, el Modelo de Educación Comunitaria para
el Bienestar se caracteriza porque su práctica no es tradicional. Con
tradicional nos referimos a la que acontece exclusivamente dentro de un
espacio destinado para albergar una escuela, donde las madres, padres y
cuidadores llevan a sus hijos para que el Estado se haga cargo de ellos
durante su formación y así, brindarles una educación que les permita
progresar individualmente. En ese esquema, la comunidad juega un papel
de participación limitada, a veces únicamente vigilante.
En cambio, en la educación comunitaria se espera que no solo las madres
y padres de familia se involucren, sino toda la comunidad –que ya lo hace
desde el momento mismo en que solicita un servicio al Conafe–. La
organización comunitaria se practica desde que se acoge a las y los
educadores para brindarles alojamiento y alimentación, trascendiendo así
los muros de las aulas para extenderse a los hogares de los integrantes de
cada localidad.
La educación comunitaria del Conafe es posible porque la comunidad
sostiene su permanencia no solo con recursos, sino con su participación
activa. La misma con la que administran los bienes comunales para la
organización de las fiestas y celebraciones, para departir en beneficio del
bienestar colectivo y determinar la cooperación y trabajo que demanda
un camino u otra obra pública. La organización comunitaria existe para
mediar toda relación entre sus habitantes, siempre pensando en el
beneficio mutuo. Es por ello que también la responsabilidad es
compartida: se reparte como un bien y se asume como una encomienda,
generalmente no remunerada, que aporta prestigio social y relevancia
moral. Es un liderazgo basado en el trabajo y la honestidad para el
beneficio de todos.
Lo comunitario, según se ha descrito, se contrapone en muchos sentidos
al interés meramente individual. Esto no quiere decir que este no exista,
sino que se subordina al bienestar de los demás y no puede ser el fin
último de una acción emprendida por algún miembro. Es por ello que no
puede existir comunidad sin pensamiento colectivo, dado que su fin
último es compartir. De la misma manera, no puede haber educación
comunitaria sin práctica en común.
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Ahora bien, existen diferentes espacios en los que se practica la
colectividad. Uno es la tierra, principal valor comunitario. El habitar un
suelo común genera sentido de compartencia1
y de identidad, un
reconocimiento individual y colectivo desde el que se entiende que todos
pertenecen a esa tierra y no a la inversa.
¿Por qué existe relación entre la comunidad, la
educación y el bienestar?
Es por lo anterior que, cuando llegas a un servicio del Conafe, ya existe en
la comunidad una organización comunitaria que regula muchos aspectos
de la vida en colectivo, incluida la escuela. Conoces muchas de esas
prácticas de control porque también eres originario de una comunidad –
tal vez de la misma donde prestas tu servicio educativo–. Es por ello que la
educación comunitaria en el ABCD no es independiente ni ajena a esa
organización de la comunidad, participa de lleno en esa vida colectiva para
su realización. Por lo tanto, la existencia de la educación comunitaria
responde a una necesidad, a una solicitud, no a una imposición del
gobierno. Se debe a la realización de un anhelo de que los hijos de la
comunidad consigan adquirir una serie de habilidades y conocimientos
que les permitan un crecimiento humano y material en beneficio propio,
de sus familias y del pueblo en su conjunto, para alcanzar un mayor
bienestar colectivo.
Para conseguir lo anterior, Conafe pone a su disposición los recursos
humanos y materiales, como parte de su tarea con los ciudadanos, por
mandato constitucional. Sin embargo, no pretende imponer, suplantar o
conducir la vida en la comunidad, sino acompañarla y proveer de lo mejor
que nuestra nación puede brindar: una identidad y el ejercicio pleno de
una ciudadanía libre, un conocimiento amplio y universal, técnico y
humanístico; en definitiva, ofrece un puente al mundo que permite
compartir lo mejor de cada cultura para alcanzar un bienestar colectivo,
donde se privilegie el respeto a la diversidad, a los derechos humanos
fundamentales de las personas, a su lengua y cultura y al cuidado por el
medio ambiente.
Es así que la organización comunitaria es pieza clave para tu labor, es el
motor de tu tarea y, sin ella, la misión educativa, en el contexto en el que
te desempeñas, sería harto complicada; se volvería una labor en solitario
1
Jaime Martínez Luna acuña este término en su libro titulado Eso que llaman Comunalidad, en relación a su
antónimo: “Somos Comunalidad, lo opuesto a la individualidad, somos territorio comunal, no propiedad
privada; somos compartencia, no competencia [...]” (2010, p. 17).
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que no conseguiría sus fines, pues esta empresa educativa existe por y
para la comunidad.
Finalmente, vale la pena decir que es cierto que probablemente te
enfrentarás dentro del aula con retos, lo mismo que fuera de ella, pero
requieres de la suma de voluntades para transformarlos en inercias a tu
favor. Uno de ellos tiene que ver con las concepciones que existen de lo
que es una escuela, un servicio educativo. Son concepciones que todos
tenemos, pues ha sido el sistema imperante desde hace muchas décadas.
Durante casi un siglo, el gobierno de nuestro país impulsó una gran
campaña para llevar escuelas y maestros a los rincones más alejados del
país para abatir, principalmente, el analfabetismo y la “ignorancia”,
entendida como la falta de conocimiento de los saberes básicos, de las
disciplinas del conocimiento occidental. Esa supuesta ignorancia se
entendía como la causa primordial de los problemas económicos, sociales,
de salud y de falta de desarrollo de los pueblos y de la nación en su
conjunto. Es por ello que, durante décadas, se emprendió una cruzada
para “civilizar” a la población del campo, principalmente. El Estado
determinó, sin consultar a las comunidades, qué era lo que debían
aprender y cuál era el camino del progreso para sus hijos, cuál era su
destino y expectativa para salir del atraso en el que vivían sus antepasados.
La consecuencia fue una migración imparable y un desarraigo
permanente de la tierra, de su lengua y cultura para perseguir el progreso
individual, centrado en el anhelo de adquirir riqueza material, lo que se
traduce como “ser alguien en la vida”. Es por ello que la escuela se
constituyó en un espacio cerrado, en una isla ajena a la comunidad, donde
mandaba el maestro, emisario del Estado: especie de sabio y censor, de
autoridad representante del poder. De esa autoridad deviene su no
cuestionabilidad y la pretensión de poseer una sabiduría civilizadora. Es
por ello que su autoridad es total dentro del espacio cedido a la escuela
por la comunidad. Ahora bien, en mayor o menor medida este
pensamiento existe todavía, tanto en las figuras educativas, como en las
personas que así fuimos educadas. No había otra manera de concebir esa
relación porque no se había practicado de otra forma. Es por ello que es
posible que te enfrentes a la poca o nula participación, a la exigencia de
que el Estado, o sea la escuela, se haga cargo de los hijos, a que tú
determines la manera de hacer las cosas.
Es así que la dicotomía casa-escuela será un elemento difícil de derribar,
de unificar en un solo espacio. Lograr que la escuela sea un espacio público
y comunitario será una de las grandes tareas para ti y lo será, también, para
la comunidad, pero es enteramente posible que la escuela sea tan
comunitaria como la cancha, la iglesia o la plaza.
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Sin lugar a dudas, es necesario que este proceso de participación
comunitaria sea paulatino y el ABCD lo posibilita y lo requiere, para
conseguir una comunidad de aprendizaje en el sentido más amplio. Pero
es importante reiterarte que, sin participación de todos, no es posible una
educación comunitaria.
¿Quién es y qué hace la Asociación Promotora de
Educación Comunitaria (APEC)?
El Conafe considera que la educación comunitaria efectiva es aquella que
toma en cuenta las particularidades culturales, saberes y experiencias, así
como desafíos e intereses de la comunidad. Es por ello que promovemos
la organización y la participación social en la educación a través de una
organización colegiada que apoya la toma decisiones. En algunos casos
esta instancia está muy desarrollada y funciona de manera autónoma. En
ella se involucra la comunidad de padres, madres y tutores, y se denomina
Asociación Promotora de Educación Comunitaria (APEC). La APEC tiene
como fin el atender las necesidades del servicio educativo y proponer
aspirantes a educadores comunitarios ante los miembros de la
comunidad.
Por otra parte, tanto los integrantes de la APEC como los habitantes de la
comunidad en general, participan de manera directa en la práctica
educativa al integrar la comunidad de aprendizaje. Así, participan en los
momentos en los que se realizan las demostraciones públicas de los
estudiantes y colaboran en las actividades que involucran el aprendizaje
de sus hijos desde el hogar y en los proyectos de desarrollo comunitario y
cultural.
En definitiva, la tarea de la APEC es fundamental para el sostenimiento y
funcionamiento de los servicios del Conafe. Existen para ello dos
documentos que se formalizan por cada comunidad (su acta constitutiva
y su convenio con el Conafe). En ellos se asientan las obligaciones,
responsabilidades y atribuciones de tal organización comunitaria.
Lo fundamental para ti, es que, al llegar a tu comunidad, identifiques a la
APEC y te acerques a ella para integrarte, colaborar e impulsarla hacia los
fines de su quehacer educativo. No es recomendable pretender generar o
modificar una organización sin conocer previamente cómo funcionan los
lazos comunitarios ya establecidos. Recuerda que cada comunidad es un
mundo, un territorio desarrollado que se autorregula para su
sostenimiento. Concretamente, tu papel con la APEC reside en dialogar de
manera permanente con sus miembros sobre los asuntos y proyectos de
la comunidad de aprendizaje.
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La importancia de las asambleas
Una de tus primeras actividades al incorporarte como nuevo integrante
del servicio en tu comunidad, es llevar a cabo la asamblea con sus
integrantes, ya sea para conformar la APEC o bien para retomar en ella la
labor de quien te precedió. Generalmente, en esa primera reunión se
mencionan las responsabilidades de los padres de familia con el servicio
educativo comunitario. Ese es el momento justo que podrás aprovechar
para sensibilizar a las familias sobre los beneficios que tienen las NNA, la
familia y la comunidad, cuando las madres, padres o cuidadores
participan, junto contigo, en las actividades educativas de sus hijos. Es,
también, donde surge la organización colectiva y puedes definir las
estrategias que propones para involucrar a los distintos actores de la
comunidad.
Considera que para que las madres, padres o cuidadores se sientan
motivados por participar, las propuestas o proyectos que se planteen
tienen que partir de sus propios intereses y necesidades, realidad y
entorno. En este sentido, los temas que se sometan a la asamblea serán
todos aquellos que involucren las preocupaciones e intereses de la
comunidad relacionados con la educación para el bienestar de la propia
comunidad, como la gestión de recursos, el mantenimiento y cuidado del
mobiliario y materiales del aula e, incluso, la organización del tiempo
pedagógico y el ambiente de aprendizaje.
Para poder conocer y asomarnos a uno de esos momentos donde se lleva
a cabo una asamblea con la APEC, leamos la siguiente narración en donde
Colibrí, quieto y atento desde el lomo de su libro en un rincón de lectura
en la Sierra Gorda de Querétaro, tuvo la oportunidad de observar una,
donde una decena de madres de familia escuchaban con atención a
Daniela, académica de acompañamiento (AA):
—Hace como dos semanas estuve con las mamás de secundaria y en
esa visita se hicieron notar algunas inconformidades. Por eso
decidimos convocar a esta asamblea, para que esos puntos queden
claros al cien por ciento y se lleven a cabo. Le voy a pedir a doña Celia,
nuestra presidenta, que esté conmigo.
En ese momento, Doña Celia se paró junto a Daniela y esta continuó:
—Con doña Celia podemos tomar algunos acuerdos, platicarlos con
todas las madres de la APEC y ver si están de acuerdo o no. En eso
consiste la asamblea.
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Para Daniela, uno de los propósitos de la asamblea era que las madres
recordaran que ellas eligieron una presidenta de la APEC, por lo que
necesitaban darle su lugar. Así que invitó a doña Celia a tomar la
palabra. Con voz tímida, la señora se dirigió a las demás madres de
familia:
—Bueno, este… De lo de la alimentación… queremos ponernos de
acuerdo en qué día nos va a tocar apoyar a los educadores con
alimentos y qué días nos va a tocar el aseo en las tres aulas. No sé
ustedes cómo vean, ¿si nos quedamos como estábamos o hacemos
cambio?…
Daniela agregó que el rol de alimentación es una responsabilidad que
ellas, madres de familia, tienen hacia los educadores; a lo que dos
reaccionaron diciendo que, cuando a ellas les tocaba la alimentación,
mandaban para los tres educadores (de preescolar, primaria y
secundaria).
—La maestra de secundaria se ha de dar bien cuenta de quién sí le
manda y quién no, —sentenció otra madre de familia—. Porque no
tiene caso que algunos sí cumplamos y otros no…
En ese momento, Daniela percibió que la tensión iba en aumento y
respondió con voz conciliadora:
—No sé si se haya dado el caso de que alguna vez los educadores se
quedaran sin comida… es por eso que con doña Celia vamos a realizar
bien el rol, para que ustedes sepan bien qué día les toca dar de comer
a los tres.
Colibrí sabía que en la comunidad ya existía un rol de alimentación
para los educadores, de acuerdo con el cual dos madres de familia
apoyaban cada día: una con el desayuno y la otra con la comida.
Daniela escribió este rol en el pintarrón y propuso actualizarlo juntas,
de manera que todas las madres quedaran satisfechas. En él se podía
observar que Doña Domitila, por ejemplo, brindaba dos comidas a la
semana, mientras que otras ni siquiera una. Por otra parte, un padre
de familia proveniente de una comunidad aledaña, acababa de recibir
permiso de traer a sus hijos a la secundaria de la comunidad y aún no
figuraba en el rol. Daniela, atinadamente, puso estos puntos sobre la
mesa y las madres propusieron diversas soluciones. Todas se
involucraron en un diálogo para consensuar las mejores propuestas.
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Poco a poco, con la dirección de Daniela y de doña Celia, se conformó
el nuevo rol de alimentación. Al final, Daniela lo transcribió en una hoja
de papel. Una por una, las madres de familia pasaron a firmarlo.
Como podrás notar en este fragmento, la asamblea permitió que las
madres de familia recordaran la importancia de apoyar en la
alimentación de los educadores. También les dio claridad sobre
cuándo le toca a cada una brindar el desayuno o la comida. Los
acuerdos fueron flexibles: cuando alguna madre no pueda cumplir con
una responsabilidad de alimentación o limpieza, basta que le pida a
otra que la realice en su lugar.
Daniela les recordó a las madres su derecho a reunirse
autónomamente, aunque ella no se encuentre:
–Por ejemplo, si doña Celia tiene una idea que sea buena para la
escuela, pueden reunirse para que se las cuente y someterla a votación
para ver si se hace o no. Así podemos ir mejorando poco a poco la
escuela.
Finalmente, nos cuenta Colibrí que Doña Celia, quien permaneció junto a
Daniela toda la reunión, aprovechó ese momento para proponer una de
sus ideas: dar cinco pesos cada ocho días para mejorar los baños. El punto
no se resolvió en ese momento, pero algunas madres expresaron su apoyo.
Como podrás advertir, la asamblea presenciada por Colibrí sirvió para
otorgarle más seguridad a doña Celia como presidenta de la APEC.
Ahora bien, tal como lo refirió Daniela, en la asamblea se puede deliberar
y resolver cualquier asunto de interés colectivo que tenga relación con la
educación comunitaria y puede convocarse en cualquier momento que
consideren propicio. El caso relativo a la manutención de los educadores
comunitarios es uno de tantos que podemos ejemplificar. Si ya estás
prestando tu servicio educativo, seguramente tienes un sinnúmero de
experiencias acerca del trabajo con tu APEC.
Debemos advertir que la APEC, junto con los educadores comunitarios,
son los dos pilares que sostienen la operación de los servicios del Conafe.
Sin olvidar el destacado papel que en este ejemplo jugó Daniela, en su
carácter de académica de acompañamiento. Ella no solo brindó formación
a los educadores, sino que facilitó la organización de la APEC y la
colaboración con los educadores.
Por Colibrí sabemos además que Daniela es la formadora directa de los
educadores de su microrregión y la representante del Conafe ante las
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madres de familia de cada comunidad. A Daniela se dirigen para plantear
las inquietudes, quejas y problemas que surgen o se acrecientan en los
salones de clases. En ella recae la responsabilidad de facilitar la
colaboración entre educadores y madres de familia.
Por otra parte, para realizar su labor, Daniela necesita navegar la compleja
red social comunitaria y traducir a acciones concretas un elevado
imperativo: que la comunidad se una en pos del mejoramiento de la
escuela.
Finalmente, Colibrí pudo escuchar a Daniela valorar su visita a la
comunidad; dijo que había intentado mejorar la unión de la comunidad
para el progreso de la escuela de dos formas: promoviendo acuerdos
democráticos sobre la alimentación de los educadores y la limpieza de las
aulas, e integrando activamente a una presidenta de la APEC que se sentía
“pintada”. Esto último se tradujo en que la presidenta se dirigiera a las
demás madres de una forma que no lo había hecho hasta ese día.
Con base en este ejemplo de asamblea, enunciaremos a continuación
algunas recomendaciones que te serán de utilidad para conformar,
mejorar o recuperar la unidad en tu APEC y promover su participación
activa e integrada.
● Identifica las formas de organización comunitarias. Estas pueden ser
permanentes, electivas, tradicionales, intermitentes o para ciertos
asuntos. Analiza por qué se organizan y de qué manera, cuáles son
las necesidades que conducen a la comunidad a reunirse, sus
intereses y preocupaciones.
● Identifica liderazgos legítimos y que trabajan en beneficio de la
colectividad. Recuerda que en la organización comunitaria, el
trabajo no remunerado por los demás es altamente estimado.
Piensa que en general, el liderazgo es motivado por mérito y
prestigio en la comunidad y se manifiesta de muchas maneras. Si
eres capaz de identificarlo, podrás aprovecharlo para fomentar la
participación de la comunidad en tu quehacer educativo.
● Identifica los temas de interés o preocupación de la comunidad y
suma el tuyo y tu trabajo como educador comunitario. Involucra a la
escuela en esos temas y hazlos materia de tu práctica.
● No determines el camino a seguir para tomar decisiones con
respecto a los temas del servicio educativo o de la comunidad, sino
ofrece acompañamiento, planeación, espacio y un punto de
encuentro comunitario.
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● Permite que la comunidad encuentre y practique sus formas de
plantear y resolver retos y problemáticas. No asumas un papel
directivo o de autoridad aunque exista la costumbre de delegarlo en
ti, cual figura magisterial.
● Practica el diálogo y la conciliación en todo momento. Recuerda
permitir que las formas de resolución, mediación, sanción y
reconocimiento emerjan de la propia comunidad.
● Procura que la APEC sea una organización donde participen no solo
las madres y padres de familia, sino cualquier miembro de la
comunidad que desee hacerlo; siempre de común acuerdo con el
resto del grupo. Que no sea un organismo desvinculado de la
organización comunitaria, sino que derive de ella y sea parte de la
misma. Es importante evitar que sea únicamente un mismo grupo
de mamás participativas y preocupadas, donde los hombres no
figuran. Procura, asimismo, que no se sesione únicamente para
atender problemas, sino también para aprender, ver el resultado del
trabajo, integrarse al esfuerzo de sus hijos o para conocer y vivir los
beneficios de la relación tutora que puede practicarse en la misma
asamblea.
● Que los padres y miembros de la APEC sientan que la escuela les
pertenece; que no es un espacio aparte, que es tan suya como la
plaza, la iglesia o el campo, por tanto, es una responsabilidad que
requiere la misma atención y participación.
● Pide apoyo a tus figuras de acompañamiento académico. Este
aspecto es muy importante, pues tu labor no es ni debe ser en
solitario. El acompañamiento en el Conafe, como en el ejemplo que
nos trajo Colibrí, es una muestra de la capacidad de mediación,
conciliación y de trabajo en equipo que caracteriza a los AA y demás
figuras educativas.
II. Las niñas, los niños y los adolescentes
del Conafe
Un día, durante su recorrido por varias comunidades tlaxcaltecas, Colibrí
hizo un alto en un durazno en flor. Bajo ese árbol, Manuel, un AA y Silvia,
una educadora comunitaria, conversaban mientras las NNA jugaban en el
patio. Manuel aprovechó su visita y dialogó con Silvia para compartirle su
experiencia como educador. Pensó que le sería muy útil, pues
recientemente ella había llegado a la comunidad para hacerse cargo del
grupo, además le había expresado su preocupación porque no sabía cómo
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hacerle para que los niños se portaran “bien” y estuvieran atentos a lo que
ella debía enseñarles. Estas fueron las palabras de Manuel:
Antes de ser educador comunitario yo era un joven con una visión muy
corta de las cosas. Pensaba que a los niños, desde muy pequeñitos, había
que enseñarles a pensar como lo hacemos los adultos para adaptarse
mejor al mundo “real”. Recuerdo que, en mi propio recorrido por la escuela
aprendí a callar y a escuchar lo que el maestro tenía que enseñarme; creía
que como era un niño, no podía pensar por mí mismo y era necesario que
alguien más tomara las decisiones por mí. Con esta idea llegué a la
comunidad. Mi objetivo era llenar con información “útil” las mentes de mis
estudiantes para que pudieran terminar su educación básica y ser adultos
competentes para el trabajo.
Cuando pisé la escuela comunitaria por primera vez, lo primero que vi fue
la energía de las NNA. Eran muy curiosos, me hacían preguntas a las
cuales ellos mismos daban respuestas creativas la mayoría de las veces.
Ellos me enseñaron mucho; por ejemplo, la capacidad de asombro por
aquellas cosas que parecen ser insignificantes o cotidianas. Al convivir
con ellos, al observarlos y escucharlos con interés, se modificó la forma en
cómo veía a las NNA. Ahora tengo la firme convicción de que son grandes
maestros. Tienen una inteligencia extraordinaria e increíbles capacidades
para contribuir al grupo donde se encuentran.
¿Te identificas con el testimonio de Manuel?, ¿qué imagen tienes tú
acerca de las NNA?
Antes de compartirte sobre cómo los vemos en el Conafe, queremos
hablarte un poco acerca del órgano más impresionante que tiene el ser
humano: el cerebro. Sabías que…
● Desde la gestación hasta la vejez, el cerebro humano tiene la
capacidad extraordinaria de aprender.
● El cerebro se desarrolla más de un 80% antes de los tres años
(Unicef).
● En los primeros años se forman más de un millón de conexiones
neuronales cada segundo, un ritmo que nunca más se repite
(Unicef)
● Es falso que utilizamos únicamente el 10% de nuestro cerebro.
Usamos todas las neuronas que contiene, no solo una pequeña
fracción (Terrazas, 2019).
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● Mujeres y hombres tenemos el mismo número de neuronas y la
misma estructura cerebral, todos poseemos inteligencia (Terrazas,
2019).
● La corteza prefrontal, es decir, la parte del cerebro que nos hace
sociales, empáticos y gentiles a los seres humanos, no se desarrolla
automáticamente, sino gracias a la interacción sana y positiva que
establecen los adultos con los niños desde que son bebés
(Gerhardt, 2009, p.3).
Existen muchos más datos interesantes sobre el cerebro gracias a la
investigación realizada por los científicos en las últimas décadas. Lo que
queremos destacar, es que el cerebro es nuestro puente con el mundo
porque gracias a él podemos pensar, sentir, aprender, emocionarnos,
movernos y reaccionar frente a las diferentes situaciones que nos
presenta la vida.
Lo que te acabamos de compartir tiene la intención de recordarte que la
práctica educativa no se realiza con objetos que reciben lo que enseñas.
Tú trabajas con personas pequeñas, jóvenes o adultas quienes, sin
importar su edad, género o condición, piensan por sí mismas y están en
permanente proceso de crecimiento, cambio y búsqueda para explicarse
el mundo en el que participan. Todas ellas son capaces de aprender y de
enseñar. Con tu guía y atención enriquecerán lo que hoy son y serán
mañana.
¿Cómo vemos a las niñas, niños y adolescentes en el
Conafe?
En especial, los bebés tienen mecanismos poderosos para aprender a una
gran velocidad. De hecho, algunos científicos se han referido a ellos
diciendo que “eso que vemos en la cuna es la mente más grande que
jamás haya existido, la más poderosa máquina de aprendizaje en el
universo” (Ostroff, 2018, p. 15).
Aprenden, por ejemplo, a comunicar sus necesidades e intereses con
sonidos, movimientos, gestos, posturas y palabras. Es necesario
observarlos y escucharlos con atención para entenderlos. También
aprenden que son capaces de decidir por sí mismos, ¿lo has notado?
Imagina la siguiente escena: un bebé hace “trompetillas” con la boca
cada vez más fuertes llevando sus manos a la cara una y otra vez. Su
madre podría pensar que tiene hambre porque ya han pasado algunas
horas desde que comió la última vez, por lo que necesita darle leche de
su pecho. Sin embargo, el bebé lo rechaza y empieza a gritar y a frotarse
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la cara. Entonces, ¿qué quiere el bebé? Probablemente esté hambriento,
pero tiene más sueño y desea dormir. Decidió no comer y tomar la siesta.
Ante estas señales, la madre lo arropa y lo sostiene entre sus brazos para
arrullarlo… En un par de minutos el bebé recupera la calma y se deja llevar
hacia el sueño reparador. Asimismo, vemos a bebés, niñas y niños
pequeñitos decidir sus cosas, como con qué jugar, cuánto tiempo, si
quieren hacerlo solos o en compañía de otros.
Además vemos que, con asombrosa autonomía, las niñas y los niños
pequeños construyen preguntas profundas y elaboran tentativas de
explicación para comprender el funcionamiento de las cosas. Colibrí, nos
comparte una anécdota que ilustra muy bien lo que te decimos:
Cuando visité una escuelita de una comunidad yucateca, vi a Vale, una
pequeña de tres años que jugaba a la casita. De pronto, dijo que su casa
no tenía techo porque le gustaba ver el azul del cielo. Enseguida volteó a
ver a Martha, la educadora comunitaria que la miraba y le preguntó:
—¿Por qué el cielo es azul?
Martha le respondió con otra pregunta:
—¿Por qué crees tú?
—Mmmmmm…. ¡porque el cielo es un espejo en el que se mira el mar… el
mar es azul! —Y luego continuó expresando otra suposición—: Porque al
cielo le gusta más el color azul del arcoíris y por eso se viste de azul.
Martha, después de validar y pedir más argumentos sobre sus
suposiciones tan creativas, le propuso hacer un experimento para
descubrirlo.
Con admirable creatividad, las NNA construyen metáforas apoyadas por
la imaginación para darle significado a las experiencias de su vida y
comprenderla. Adoptando el planteamiento de Boullosa (2017), podemos
afirmar que sin imaginación y fantasía no hay metáforas. Sin ellas, nuestra
actividad mental sería pobre, mecánica, carente de emoción. El arte de
las metáforas consiste en otorgar un nombre a una cosa que pertenece a
otra. Colibrí nos regala un ejemplo de cuando escuchó a Juan, un
educador comunitario, expresar con emoción una anécdota igual de
valiosa que las de sus compañeros de reunión:
Recuerdo que mis pequeños construían una entrevista para recabar
información sobre cómo era la comunidad años atrás. Cuando les
pregunté sobre a quiénes podían entrevistar, Gaby, una de las más
pequeñas de mi grupo, dijo con singular alegría:
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—¡Pues a mi abuelo!
Entonces le pregunté:
—¿Por qué a tu abuelo, Gaby?
—Porque mi abuelo es un pozo, como el pozo que hay cerca de mi casa.
Y volví a preguntar:
—¿Y por qué es un pozo, Gaby?
—Porque a los pozos les cabe mucho, me asomo y no veo el piso. Mi
abuelo es así, un pozo, un pozo que sabe mucho.
También el siguiente es un ejemplo que recogió Colibrí en una sede de
formación zacatecana. Este refleja el ingenio con el que las NNA utilizan
además de las metáforas, las analogías para comprender fenómenos de
la naturaleza. Así dijo Fátima, una educadora comunitaria:
Uno de los pequeños de mi grupo de primaria se interesó por saber de
dónde viene la lluvia. Tras varios momentos de diálogo y
experimentación, Saúl utilizó palabras familiares con una dosis de
imaginación, para explicarlo. En su lenguaje pude notar que comprendió
el ciclo del agua: “El agua es muy inquieta, no se está. Anda siempre
viajando. Al agua le da mucho calor cuando el sol quema, entonces se
hace chiquitita para volar al cielo donde está más fresco. Es como cuando
mi mamá calienta el agua en la olla para bañarme, el agua siente mucho
calor del fogón y decide irse pa´arriba. Después, a los chiquititos de agua
les da mucho frío en el cielo, se abrazan para sentirse mejor y se tapan
con una cobija de algodón. ¡Esas son las nubes!, chiquititos de agua
durmiendo. Y cuando escuchan los truenos en el cielo se espantan y
empiezan a llorar, entonces se agarran de las manos para echarse un
brinco. La lluvia son esos chiquititos de agua que regresan al río”.
Como estos, hay muchos más ejemplos que ilustran la gran inteligencia
que tienen las NNA, pero sobre todo reflejan que tienen mentes abiertas
y dispuestas a la creatividad, a la innovación, a la imaginación y al
aprendizaje.
Todas las NNA son personas autónomas, con derecho a participar en los
contextos donde se mueven: en los espacios educativos, en la casa, en el
campo, en la ciudad y muchos otros. ¿Cómo participan? Al explorar, al
observar con atención, interés y detenimiento las cosas, para después
darles un nuevo significado de acuerdo con su cultura, al compartir sus
pensamientos y sentimientos, y contribuir con sus opiniones y formas de
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solución; al contagiar su alegría y sentido del humor, y cuando expresan
su afecto con palabras, gestos y con el contacto físico.
Como adultos, cuando observamos a conciencia las experiencias de las
NNA, ya sea solos o acompañados, es inevitable no sentirnos cautivados;
incluso deseamos recuperar la misma alegría, asombro y creatividad.
Debemos comprometernos en no aplastar estas cualidades. ¿Has
observado algún momento o forma en que a las niñas y a los niños se les
obligue a comportarse como pequeños adultos?, ¿qué consecuencias
imaginas que esto pueda tener? En esos casos los volvemos tan serios y
sombríos, que sus cualidades se encogen en vez de expandirse.
Las NNA necesitan que los adultos tengamos con ellos encuentros
cargados de amabilidad, ternura, respeto y admiración. Imagínate la
siguiente escena: Sara juega con bloques de colores. De pronto, su
maestra se acerca a ella y sin detenerse a observar qué hace y cómo lo
hace, le empieza a decir que los bloques están mal acomodados y solo le
da la instrucción de agruparlos por colores y con el mismo número de
piezas. Si la maestra se hubiera dado la oportunidad de contemplar las
acciones de Sara, se habría dado cuenta lo inteligente y creativa que es,
porque aprovechando la gama de colores que tenía creó un barco
utilizando patrones y, además, inventó una linda historia sobre su
vehículo. ¿Qué hubiera pasado en cambio, si la maestra le hubiera
reconocido su descubrimiento y en consecuencia, hubiera decidido
iniciar un diálogo cálido y respetuoso para entender sus habilidades y
seguir explorando sus talentos? Solo si somos capaces de ver la
inteligencia de las niñas y los niños, sabremos darles el gran valor que
merecen sus preguntas, sus dudas, inquietudes, peticiones y necesidades
de exploración.
Si los adultos tenemos la convicción de que la inteligencia de los niños
necesita un “cielo abierto” para crecer, expandirse y fluir, estaremos
alegremente dispuestos a crear entornos en los que se les permita ser
ellos mismos, donde puedan entregar y compartir la energía y creatividad
particular con la que cuentan.
El cerebro tiene la asombrosa capacidad para adaptarse y crecer bajo
cualquier condición, ya sea favorable o desfavorable. Sin embargo, aquí
nos importa contribuir al desarrollo de NNA sanos y felices. Por ello,
pensamos en crear experiencias en los ámbitos escolar, familiar y
comunitario que favorezcan la autonomía del estudiante para explorar,
descubrir, interrogarse, comunicarse para pedir y expresarse desde la
propia forma de ser, porque se sabe único e incomparable. En los grupos
de la Educación Comunitaria para el Bienestar se reúnen NNA con
diferentes colores y matices.
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Más importante es aún, que a estas NNA los acompañen adultos
dispuestos a enterrar su ego, esa espesa capa de oscuridad que los vuelve
impenetrables y creídos de tener la razón y la solución de todo, que les
hace verlos como seres indefensos, vulnerables, pasivos y poco
inteligentes.
Necesitamos adultos sensibles y abiertos a la comunicación, que
protegen y respetan las diversas formas ellos se expresan. Adultos que
miran a los ojos de los pequeños ávidos de aprender de ellos, que se
entregan por completo a observar y escuchar la genialidad y originalidad
de sus formas de ser sin poses, sin tratar de quedar “bien” con alguien; sin
pretender ser como otro. Adultos que, en la convivencia con los NNA,
reconocen que habían arrumbado en el cuarto de tiliches, su capacidad
de enamorarse de los pequeños detalles de la vida.
Como podrás darte cuenta, en los párrafos anteriores hay muchos
elementos que describen cómo vemos a las NNA. Queremos terminar
esta primera parte diciéndote que para el Conafe, ellos son como nuestro
amigo Colibrí: pequeños seres que llevan tatuada en la piel y en el alma
el arcoíris, de vuelo incansable, que suben y bajan como relámpagos. Esto
nada tiene que ver con la prisa, sino con la curiosidad, con el ferviente
deseo de explorar cada flor del jardín. Son maravillas vivas de gran vigor
en su aletear y canto. Entran y salen con valiosos mensajes de bondad,
ternura, autonomía y paz. Son quienes nos cuentan sobre las nubes, el sol,
el mar, la luna y más.
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¿Cómo entendemos el desarrollo?
Nuestro amigo Colibrí salió una tarde a recorrer el paisaje del valle de
Tulancingo buscando el néctar que generosamente le ofrecen las flores de
los árboles de tejocote, pera, membrillo y manzano.
En su vuelo, cruzó las casas de varias familias echando de vez en cuando
un vistazo al interior de ellas a través de ventanas y puertas. Primero
observó a un bebé de pocos meses en su cuna, contemplando atento y
curioso sus manos. Parecía incrédulo de que estas herramientas fueran
suyas, que fueran una extensión de sí mismo. Casas más adelante, vio a
unos pequeños gemelos que en el patio trasero se divertían jugando a
lanzar piedras y correr tras de ellas. En su paso por la última casa, le llamó
la atención una joven quien, con gran efusividad, hablaba con una amiga
sobre su interés por Pedro; probablemente, buscando en ella
comprensión sobre los cambios emocionales que experimentaba.
Todas estas acciones nos parecen tan naturales, simples y cotidianas que
se nos olvida o nos es difícil reconocer el gran esfuerzo que día a día realiza
el ser humano para crearse y construirse, independientemente de la
situación que viva. Siempre estamos interactuando con el mundo que nos
rodea. En este sentido queremos señalarte con énfasis, que cada persona,
sea bebé, niña, niño, joven o adulto, participa de forma activa en su propio
desarrollo. ¿Esto qué significa?, ¿qué entendemos por desarrollo?
Esbozaremos el siguiente escenario para explicarlo: Trae a tu mente la
imagen de un papalote. ¿Cómo es? Recapitulemos su proceso de diseño
y construcción: Formar una cruz con varillas de madera, atar con firmeza
la unión de las varillas utilizando hilo y después cada extremo de ellas
formando un rombo. “Vestir” el esqueleto del papalote con papel china
haciendo un pegado cauteloso. Añadir una cola larga y firme. Finalmente,
atar una cuerda al centro del papalote, de tal forma que al sostenerlo en el
aire, se mantenga horizontal.
Ahora, imagínate que el papalote cobra vida. Este “ser” posee
características y dispositivos de origen para volar, pues su forma plana,
firme y ligera favorece que el viento lo eleve si es que hay viento. La
influencia de este, como una condición ambiental, lo llevará por
determinado camino. Con suerte, desplegará ciertas capacidades para
planear y andar por diferentes rutas, distintas a la dirección del propio
viento.
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Aunque esté expuesto a muchas influencias del ambiente, este papalote
tiene la capacidad de elegir y dirigir su propio rumbo; no sin ciertas
limitaciones si solo vive experiencias en solitario, sin la compañía de otros
y un medio social y cultural que lo cobije. En este sentido, la intervención
de un tutor experimentado en volar papalotes e interesado en este ser
peculiar, será determinante para apoyarlo a desarrollar otras capacidades.
Si el tutor crea condiciones favorables, seguramente el papalote
desarrollará todo su potencial; incluso, puede ser una influencia
determinante en lo que este llegue a ser. Así, con paciencia y atenta
observación, el tutor reconocerá lo que es capaz de hacer en el punto de
partida y podrá ofrecerle los apoyos que necesita para aprender
habilidades más complejas. A este tipo de ayuda se les conoce como
“andamiaje”2
. El apoyo y acompañamiento del tutor posibilitará que el
papalote aprenda o descubra por sí mismo, por ejemplo, cómo ganar más
estabilidad con la fuerza y dirección del viento, cómo realizar una elevación
inicial sin tantos vuelcos, de qué forma variar la inclinación para
suspenderse en el aire e incluso, las formas más audaces y creativas para
seguir volando a pesar de las inclemencias del tiempo.
El papalote experimentará evoluciones en su vuelo conforme transcurra el
tiempo. Habrá momentos donde se enfrente solo a situaciones que le
causen desequilibrio. Entonces recurrirá a lo aprendido, a los medios de
que dispone y que ya ha utilizado antes para superarlos. Si la situación que
se le presenta es diferente, lo impulsará a buscar nuevas soluciones por sí
mismo o bien, nuevamente, bajo el cobijo de un tutor que le procure un
ambiente de confianza, el desarrollo de otras capacidades; reconociendo
los esfuerzos que realiza por transformarse y crecer, lo cual en sí mismo
constituye un progreso significativo.
Los esfuerzos y procesos que hagamos para aprender, madurar y crecer
no se relacionan con edades o grados escolares. Más bien, existe
interrelación entre la disposición biológica que tenemos y el contexto
cultural, social e histórico (resultados de la convivencia con otros), la cual
nutrirá y activará nuestro cuerpo, cerebro en particular, para aprender y
desarrollarse.
Comprender lo anterior ofrece oportunidades para el encuentro entre ti
mismo, las familias y las NNA. Míralos como personas que tienen derechos
2
El concepto de andamiaje fue acuñado por Jerome Bruner a partir del concepto de “zona de desarrollo
próximo” de Lev Vygotsky. Así como una obra en construcción necesita un conjunto de estructuras constituidas
por tablas y tubos que se levantan provisionalmente para ir escalando a lugares más altos y de este modo poder
trabajar (llamadas andamios); en la educación también se necesita crear andamiajes para apoyar a que los
estudiantes alcancen niveles de comprensión cada vez más complejos, ajustando esta ayuda a sus condiciones
y necesidades particulares.
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y una forma particular de ser y estar en el mundo, la cual es producto de
las relaciones que han establecido con las personas que los rodean, todas
ellas, cargadas de cultura y de historia, con valores que han acompañado
su crianza y sus propias vivencias, únicas e irrepetibles. Respeta a cada uno
de ellos y sus procesos, intereses, características y potencialidades. Cada
uno de estos elementos, le da un sentido amplio y flexible a lo que
entendemos por desarrollo.
III. Construir ambientes para favorecer el
desarrollo y el aprendizaje
A inicios de octubre, Colibrí decidió dejar las tierras de la Sierra Madre
Occidental, en las que suele hacer muchísimo frío, para buscar un hogar
más cálido. En su viaje por las alturas, atravesó un valle de tonos marrones
que lo hicieron sentir melancólico, razón por la cual tuvo la necesidad de
encontrar pronto un lugar agradable donde descansar. De pronto, divisó a
lo lejos, en medio de la espesura de pastos y arbustos secos, un inmenso
árbol de hojas verdes, de ramas frondosas y de tronco robusto y fuerte. Lo
primero que se preguntó fue: ¿por qué es tan diferente este árbol
comparado con los restantes?, ¿por qué es tan especial?
A este Colibrí tan curioso y preguntón, podemos contestarle lo siguiente:
De la pequeña semilla que terminó convirtiéndose en tan imponente
árbol, germinó primero una raíz que creció lo suficientemente sólida para
aferrarse al suelo, transformándose en una base de gran fuerza que
sostiene al árbol a pesar de las condiciones extremas del tiempo. La
importancia de la raíz no solo reside en el soporte que le brinda, sino que
ella absorbe del suelo los nutrientes que le dan vigor y luminosidad.
Con esta analogía, queremos decirte que la práctica que realizas como
educador comunitario más la disponibilidad e interés de mamás, papás y
cuidadores en seguir las iniciativas y acciones de las NNA, son muy
parecidas a las condiciones que determinan el crecimiento de un bello y
sano árbol. La disposición a encontrarse con ellos en colaboración y
diálogo echará raíces firmes que alimentarán su aprendizaje con sentido.
Las palabras, atenciones y cuidados que tú y el resto de los adultos ofrecen
a las NNA; la manera en la que se dirigen a ellos, cómo los miran, qué les
dicen, cómo los consuelan, cómo conviven; así como las características del
entorno físico que comparten, como el lugar y los objetos, forman parte
del ambiente educativo y del hogar.
Durante los primeros años de vida, el principal entorno de las niñas y los
niños es el hogar, donde están en contacto con su familia. Ahí, desde muy
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pequeños, comienzan a conformar una idea sobre cómo relacionarse con
quien los cuida y con las demás personas. Esto sucede en la interacción
cotidiana, en el día a día, en las diferentes actividades que realizan los
adultos con ellos e, incluso, en aquellas actividades en las que no
participan directamente.
Existe una gran diversidad de familias determinada no sólo por el número
de personas que las conforman, sino por la manera en que conviven;
también por sus costumbres y tradiciones, por lo que desean para las NNA,
por la forma en la que se organizan para asegurar su supervivencia o por
lo que hacen para resolver los conflictos, pues todos esos elementos
constituyen a las familias. Además, del contacto con otras personas, de los
medios de comunicación y de los espacios escolares y/o laborales surge
información que influye en la dinámica familiar, reformulando la crianza
de las niñas y niños. Esto significa que las acciones que se realizan con y
para ellos, ya sea en el hogar, la comunidad o la casa de salud, componen
el ambiente en el que crecen y se desarrollan, donde la familia se
constituye y recrea.
Lo que hacen las familias para cuidar, educar y socializar a las niñas y los
niños desde bebés; es decir, para criarlos, influye significativamente en sus
vidas. Se trata de bases o recursos que ellos aprenderán y utilizarán en
diversos lugares, como la comunidad, el espacio educativo y, más tarde,
en el trabajo; por mencionar algunos.
Como educadora o educador comunitario, tu provienes de una familia con
características específicas dado que fuiste criado con ciertas intenciones e
ideología; quizá compartes algunas costumbres y tradiciones con las
familias de la comunidad donde realizas tu labor educativa; pero
probablemente, también haya opiniones, formas de hacer y solucionar las
cosas que difieren de las tuyas. Incluso, habrá situaciones que te resulten
ajenas porque cada familia es diferente, singular. En ese sentido, es
fundamental mantener una comunicación cercana y sensible con las
madres, padres, cuidadores y demás miembros de la comunidad. Todo ello
con la intención de conocerlos y sumar esfuerzos para enriquecer el
ambiente en el que se desarrollan las niñas y los niños: familia, comunidad
y espacios educativos.
Te preguntarás, ¿cómo puedo conocer a las familias? y ¿qué hago para
enriquecer el ambiente familiar, el comunitario y el de los espacios
educativos? En realidad, no todo depende de ti, se logra en conjunto.
Comienza contigo, desde la labor educativa donde propicias condiciones
que enriquecen ese ambiente; por ejemplo, con la manera en la que te
comunicas con niñas y niños, con sus madres, padres, cuidadores y demás
miembros de la comunidad; y con el interés que pones por conocer sus
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opiniones e inquietudes: cuando los escuchas, los ayudas a desarrollar sus
ideas, los animas a participar, les haces saber que colaborando se
encuentran más respuestas y soluciones, o les muestras una manera de
comunicarse guiada por el trato amable y respetuoso tanto entre ellos
como con los adultos.
Asimismo, muestras que la diferencia es una oportunidad para aprender
cuando sin emitir juicios y reconociendo la realidad que cada familia
afronta, te interesas por conocer lo que hacen para criar a las niñas y los
niños, quiénes participan en ello y qué dificultades enfrentan.
Por otro lado, cuando observas con interés y detenimiento los juegos de
las niñas y niños, escuchas con atención sus conversaciones y puntos de
vista, y compartes su asombro sobre lo que descubren y conocen, les
haces saber que te importan. Además, si compartes con sus familias
algunas de tus observaciones, les ayudas a reconocer en ellos su
capacidad para aprender y resolver diversas situaciones, agregas otro
matiz a tu labor de disponibilidad y apoyo.
Con cada experiencia de aprendizaje en la que se practique la
colaboración y el diálogo, las NNA fortalecen su autoestima, adquieren
mayor confianza en sí mismos y se motivan para aprender con alegría.
Todo esto lo reflejan al socializar y construir relaciones sanas con otros.
La forma de entender y practicar la colaboración y el diálogo en el Conafe
está abierta a múltiples posibilidades para aprender: en parejas, en grupos
pequeños, con todo el grupo o de forma autónoma. En este sentido,
queremos decirte que, si bien el valor de la tutoría personalizada reside en
que el interesado en acompañar a otro a aprender muestre empatía para
apoyarlo con diversas estrategias en el tema que le interese aprender, se
suman otras prácticas educativas que también favorecen el aprendizaje.
Las NNA necesitan experimentar diferentes actividades para aprender a
ser y convivir en sociedad; por ejemplo: jugar, cuidar de un huerto, realizar
visitas a sitios o personas de la comunidad, participar en algún comité o
asamblea, formar parte del montaje de una obra teatral o incluirse en la
lectura colectiva de un cuento, etcétera.
Para dar oportunidad a la práctica de la colaboración y el diálogo de
diferentes maneras, es indispensable construir ambientes que respeten la
diversidad de personas que integran al grupo, donde todos tengan las
mismas oportunidades de desarrollarse de forma integral y de expresar
libremente lo que piensan y sienten. Con ello se muestra mayor respeto
por su potencial para participar activamente y tomar decisiones
relacionadas con su propia vida.
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Te invitamos a identificar las características que definen un ambiente
propicio para el desarrollo y el aprendizaje con atención y respeto a la
diversidad. Dichas características no son estáticas; más bien son flexibles,
puesto que los ambientes cambian de acuerdo al espacio, los recursos
tangibles y principalmente, los intereses y necesidades de las personas
que participan en ellos.
Características deseables de un ambiente propicio
para el desarrollo y el aprendizaje
¡Echemos a volar nuevamente la imaginación para adentrarnos en la
comprensión de lo que son los ambientes para el desarrollo y el
aprendizaje!
Imagina que ya han pasado algunos años desde que dejaste de ser
educador comunitario. Tu tránsito por el Conafe te llenó de satisfacción y
experiencias enriquecedoras al convivir, tanto con tus estudiantes, como
con tus compañeros educadores. Un buen día recibes un correo
electrónico de quien en algún momento fue tu Académico de
Acompañamiento. En dicho correo te invita a reunirte con otras exfiguras
del Conafe para pasar un fin de semana inolvidable en algún lugar
cercano.
Al llegar al sitio donde se lleva a cabo la reunión, este te parece
sumamente atractivo, puesto que es un terreno con espacios interiores
bien iluminados y con lugares al aire libre forrados de pasto verde y con
mucha vegetación alrededor; incluso, notas que en la parte trasera del
terreno hay una alberca y una cancha deportiva. El salón, ubicado al
interior, cuenta con sillones confortables, sillas y mesas bien distribuidas,
de modo que existe suficiente espacio para que no choquen entre sí.
Observas que, sobre un tablón, hay suficiente comida para todos y de la
más variada. Hay juegos de mesa de todo tipo en un estante.
En una de las paredes del salón está pegada una cartulina con el plan de
actividades; entre ellas se encuentran: un mini torneo en pequeños
equipos, el cual consiste en superar un conjunto de retos de juegos y
deportes; una velada con todo el grupo a la luz de la fogata para compartir
experiencias, contar historias y comer bombones asados; caminatas al aire
libre para explorar el entorno natural; tiempo libre para disfrutar, por
ejemplo, la alberca; tardes de juegos de mesa, entre otras cosas. Puedes
tener acceso en cualquier momento a los materiales dispuestos para ti y
tus compañeros.
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Los organizadores del evento son amigables, responden a tus preguntas y
te invitan a hacer sugerencias sobre otras actividades o a mejorar las
propuestas. Tus compañeros y amigos se muestran motivados para
participar en las actividades y ofrecer su apoyo para que todos se sientan
confortables.
¿Te gustaría pasar tu fin de semana en este lugar?, ¿por qué?
Seguramente, sin pensarlo, tu respuesta sería ¡sí!, puesto que te llena de
emoción y sabes que disfrutarás la experiencia, ya que el ambiente te
resulta agradable, cómodo, interesante y bien organizado. Además, las
actividades propuestas te parecen sumamente divertidas y variadas.
Podrías asegurar que los organizadores crearon ese ambiente pensando
en ti y en tus compañeros: en sus gustos e intereses, y en promover su
participación activa. Tomaron en cuenta lo que sienten, piensan y opinan,
notándose la disposición en favorecer una interacción social positiva entre
ustedes como integrantes de un grupo.
El ejercicio imaginativo que acabamos de realizar nos tiende un puente
hacia lo que entendemos por ambientes para favorecer el desarrollo y el
aprendizaje, y cómo dotarlos de sentido y fuerza para encender la alegría
de los corazones de los integrantes de un grupo; con el fin de lograr su
disposición para aprender a aprender y a convivir.
Sin la participación de los integrantes del grupo, los ambientes para el
desarrollo y el aprendizaje no existirían, puesto que se construyen para
satisfacer las necesidades e intereses de todos. En ellos pueden poner en
práctica las capacidades y habilidades aprendidas, al tiempo que al
interactuar con los objetos, las situaciones y otras personas, existen
oportunidades para aprender otras nuevas.
Asimismo, en los ambientes para el desarrollo y el aprendizaje se
establecen acuerdos para garantizar espacios con una estética atractiva,
segura, organizada y cómoda, puesto que el arreglo del espacio influye en
lo que hacemos y en cómo nos sentimos. ¿Cómo te afectaría un ambiente
sucio, oscuro, encerrado, desordenado y aburrido?, ¿un lugar donde nada
de lo que está puesto llama tu interés? Es muy probable que, de manera
inevitable, te sientas estresado, ansioso, cansado y malhumorado.
Los ambientes para el desarrollo y el aprendizaje deben estar al servicio
del bienestar de las personas que integran un grupo. Cuando las NNA se
encuentran en un estado de bienestar, tienen pensamientos y
sentimientos positivos. Pueden pensar y expresar frases como: “Siento que
soy una parte importante de mi grupo”, “me siento valorado y respetado”,
“mis compañeros me escuchan atentamente cuando tengo algo que
decir”, “con amabilidad, las personas me ayudan a aprender”, “me gusta
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mi aula y mi escuela porque está limpia y ordenada”, “nunca me aburro
porque hacemos diferentes actividades que son muy interesantes” o “me
encanta ir a la escuela porque puedo jugar con mi maestro a lo que a mí
me gusta”.
En concreto, definimos los ambientes para el desarrollo y el aprendizaje
como aquellos lugares dentro y fuera del espacio educativo, incluso el
hogar, que tienen la intención de motivar a todos a aprender. En ellos hay
oportunidades para explorar el entorno, reflexionar sobre lo que se hace y
crear por cuenta propia o colectivamente. Son ambientes que abrazan la
diversidad de ideas y formas de entender el mundo como una ventaja para
seguir aprendiendo. Existe en ellos una riqueza de temas de estudio,
rincones o áreas de interés, materiales y objetos.
Todos, NNA y adultos, participan en la construcción de los ambientes para
el desarrollo y el aprendizaje aportando con sus ideas, decorando el
espacio, manteniéndolo organizado y limpio, y creando y respetando las
normas de seguridad. En general, sumándose de forma activa en diversas
acciones que estén a favor del aprendizaje. Las niñas y niños más
pequeños de la educación comunitaria para el bienestar, tienen una gran
capacidad para proponer ambientes vivos y auténticos. El papel
protagónico en el diseño de los espacios, dentro y fuera del espacio
educativo, incluyendo al hogar, lo deben tener las niñas y los niños para
que expresen sus ideas sobre la forma en que podrían contribuir y
participar.
Ahora bien, hablaremos sobre algunos elementos que caracterizan a los
ambientes para el desarrollo y el aprendizaje3
que atienden la diversidad;
te daremos algunas sugerencias que te pueden orientar en su
construcción.
Es importante que recuerdes que los espacios físicos interiores y exteriores
deben promover el aprendizaje, el bienestar y el sano desarrollo de todos
los integrantes del grupo. Todo esto, consecuencia de construir lugares
agradables, cómodos, seguros, interesantes, bien organizados y que, sobre
todo, toman en cuenta la importancia de establecer relaciones
horizontales basadas en la confianza, la autonomía, el diálogo y la
colaboración.
3
Se toma como base los apuntes sobre Ambientes de aprendizaje, coordinado por el Mtro. Manuel Bravo (2020) con su
grupo de estudiantes de pedagogía en 2020 a lo largo de la clase de “Ambientes Innovadores de Aprendizaje” y se realizan
algunas adaptaciones de acuerdo al modelo ABCD.
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Acomodo del espacio
En los espacios educativos convencionales o tradicionales, se acomodan
las mesas y sillas en línea, una tras otra. Se procura dejar espacio entre los
estudiantes con la intención de minimizar la interacción entre ellos para
favorecer su atención continua sobre lo que el maestro dice y pide. Con
ello se espera que las NNA respondan las expectativas permaneciendo
callados, escuchando y obedeciendo todo el tiempo. Es evidente que se
ejerce un mecanismo de control por parte del maestro sobre los
estudiantes: él representa el único foco de atención, es siempre el
protagonista.
Esta forma de estructurar el espacio impide que haya relaciones
recíprocas entre los integrantes del grupo. No hay cercanía, no es posible
mirarse cara a cara, ni el conocimiento entre unos y otros a través de la
palabra, de los gestos, o los movimientos. Prácticamente, no hay contacto
humano basado en la amabilidad, la empatía, el diálogo ni en la
colaboración. Se alienta a la individualidad, a la competencia e incluso, se
puede experimentar una sensación de hostilidad; es común que se
presente el acoso.
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Alternativamente, es posible configurar el arreglo del espacio con el fin de
posibilitar el que los integrantes del grupo conozcan a las personas con
quienes conviven cotidianamente por medio de encuentros que los hagan
valorar las cualidades de las personas y de sus culturas. Asimismo,
propiciar que empaticen a través de la mirada, de la sonrisa, de las
expresiones gestuales y de las palabras al comunicar pensamientos,
sentimientos y formas de entender la vida. Con todo esto se contribuye al
bienestar.
¿Qué puedes hacer para propiciar la cercanía entre los integrantes del
grupo de tal forma que puedan establecer interacciones que les permita
conocerse, respetarse y aprender uno del otro? Puedes acomodar el
mobiliario (sillas, mesas y estantes) de diversas formas que posibiliten el
encuentro, la cercanía y la comunicación; por ejemplo:
● Herradura. Es útil para llevar a cabo actividades o reuniones con todo
el grupo. Formen un medio círculo o una herradura ya sea parados
o sentados en sillas o en el suelo. La idea es que todos puedan
mirarse y escucharse con atención e interés. Puedes utilizar esta
configuración espacial, por ejemplo, como preámbulo a una
situación de aprendizaje en la que tienes que brindar algunas
precisiones y conocer la opinión de las NNA o para invitarlos a
compartir sus experiencias de aprendizaje al término de algunas
actividades. También la puedes emplear para presenciar
demostraciones públicas o para compartir alguna lectura en voz
alta. Asimismo, puedes organizarla en el exterior para realizar
algunos juegos o actividades lúdicas.
● Islas. Configura el espacio de la comunidad de aprendizaje
formando pequeñas “islas” de mesas y sillas que posibiliten la
conformación de grupos pequeños en los cuales los estudiantes
puedan iniciar y mantener una comunicación cercana, fluida y
multidireccional que les permita libertad de movimiento. Al trabajar
en grupos pequeños, todos pueden estar en la misma o en
diferentes actividades.
● Exterior. Para fomentar ambientes de aprendizaje orientados a la
libertad de que los integrantes decidan dónde se sienten más
cómodos y acogidos para aprender. Esta libertad posibilita que
tanto los espacios interiores como los exteriores (al aire libre) sean
aprovechados por las NNA. Fomenta su participación activa al
organizar el espacio de acuerdo a sus gustos, intereses y
peculiaridades, dejando fluir de forma natural la necesidad de
acercarse, de intercambiar ideas, de tomar silencios para la reflexión
y para el descanso durante el tiempo que dedicarán juntos al
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aprendizaje. Esta opción también puede ser útil cuando se
practique la tutoría; por ejemplo: una bina de estudiantes (tutor-
tutorado), elige emprender el camino del aprendizaje bajo la copa
del árbol que se encuentra en el patio de la escuela, resguardándose
del sol y aprovechando la brisa fresca del viento; otra decide
acomodarse en la esquina de un salón, viéndose de frente desde su
respectiva mesa y silla.
● Rincones o áreas de interés. Son espacios flexibles de juego y
aprendizaje pensados especialmente para los niños más pequeños
de la educación comunitaria para el bienestar; sin embargo, puedes
extender esta estrategia con los de primaria alta y secundaria. Se
organizan ya sea en el interior o exterior para ofrecer diversas
opciones a elegir durante el juego, que satisfagan sus necesidades,
intereses y habilidades. Todo ello cuidando que sean lugares que
permitan la inclusión plena de todos, faciliten el libre movimiento
entre el mobiliario y los materiales, así como las interacciones
sociales espontáneas. Más adelante profundizaremos en el cómo
montar los rincones o áreas de interés para los diferentes tipos de
juego y aclararemos cuáles son sus propósitos.
Comunicación en la comunidad de aprendizaje
Como vimos, el arreglo del espacio dentro de la comunidad de aprendizaje
contribuye a aumentar la interacción entre los integrantes del grupo, lo
que demanda que además de estar atento a sus necesidades, alientes la
comunicación entre ellos, no sólo contigo. La relación tutora sólo se
establece mediante interacciones cara a cara, las cuales requieren de un
ambiente de confianza para que el diálogo fluya. En la medida que las NNA
resuelvan situaciones y problemas usando las palabras, se comprenderán
y conocerán más, brindándose la oportunidad de aprender de los demás.
Como educador comunitario, tienes un papel fundamental en la creación
de un ambiente de convivencia sano, que permita la libre expresión al
reconocer diferentes necesidades, gustos, intereses y formas de
pensamiento. Te va a facilitar tu encomienda, el encontrar en la diversidad
una riqueza porque todos van a aprender de todos.
Es importante crear las condiciones para que las NNA del Conafe se
puedan expresar con libertad y confianza en su propia lengua. Igualmente
valioso es tener la posibilidad de compartir y escuchar cualquier idea,
emoción, necesidad e interés, sabiendo que son escuchados y que se
validan sus aportaciones al grupo o tutoría. La comunidad de aprendizaje
podrá demostrar que el lenguaje es una herramienta valiosa de
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comprensión y construcción de nuevas realidades desde las diferentes
perspectivas que existan en el grupo.
En la relación tutora, se busca que el diálogo sea horizontal, atento,
respetuoso y multidireccional. En los momentos de demostraciones
públicas, puedes favorecer que las NNA expresen, a su manera, sus ideas
y quienes los escuchan, tengan la libertad para afirmarlo, preguntarle
sobre la validez de alguna o pedirle razones o argumentos para que
precise y de más explicaciones. También pueden quedarse callados y
escuchar. Lo más importante es que sea una comunicación abierta y
auténtica.
¿Qué puedes hacer para promover y mantener relaciones de diálogo cada
vez más genuinas y constructivas con las NNA? Escúchalos e invítalos a
que respondan sobre lo que piensan ellos, no sobre lo que piensas tú u
otros adultos. Interesarte de verdad en eso los hace sentirse confiados para
expresarse a su manera. Es así que te invitamos a que asumas una actitud
de disposición y receptividad para escuchar lo que te dicen e identifiques
los significados que guardan sus frases o palabras. Algunas podrían
parecer raras o extrañas, pero en ellas se refleja su sentir y pensar. Deja que
sean libres de expresarse en su nivel y con sus afirmaciones, dudas,
intereses e inquietudes, ve tejiendo el diálogo.
Además de lo anterior, con naturalidad y espontaneidad, dialoga con ellos
a partir de lo que hacen y dicen, de las propias experiencias y todo cuanto
los rodea. Por ejemplo, si visitaron el vivero hace una semana, puedes
propiciar que hablen acerca de lo que hicieron, vieron y escucharon para
crear un puente hacia el estudio del tema de las plantas (y seres vivos en
general). Es más significativo partir de un suceso o evento real y conocido,
en vez de que sea impuesto por ti u otros adultos, lo que repercutiría en
que se torne carente de significado, puesto que es ajeno a la vida real
donde se desarrollan.
Promueve que ejerciten la paciencia tomando turnos al hablar. Es común
que frente a una situación interesante o que mueve muchas emociones,
todos quieran opinar y compartir lo que piensan al mismo tiempo. La
comunicación multidireccional no tiene por qué ser caótica; por ello,
asume o designa a alguno el papel de moderador para organizar las
intervenciones e invita a todos a estar atentos y ser respetuosos de los
pensamientos y sentimientos de los demás.
Prácticas educativas diversas
Las NNA de la educación comunitaria necesitan sentirse activos,
satisfechos y alegres de trabajar con un educador como tú; quien valora el
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proceso de su trabajo más que los resultados, porque los consideras
personas inteligentes, fuertes y con grandes deseos de enfrentarse a
situaciones de aprendizaje diversas, desafiantes y novedosas. Para
impulsar ese espíritu lleno de energía, deberás variar las prácticas que
ofrezcas en los espacios educativos con la intención de que propicies en
cada experiencia: exploración, creatividad, desafío intelectual, fortaleza
emocional, autorregulación, autonomía y disfrute.
A las personas nos gusta aprender y cuando se hace evidente que lo
hemos hecho, hay un sentimiento de satisfacción. Si tienes la intención de
impulsar el aprendizaje en todas las prácticas educativas que promuevas
se generará un ambiente cordial y de entusiasmo. En este sentido, procura
que el trabajo de un día educativo sea equilibrado; es decir, que las NNA
sepan que habrá diversas oportunidades para enfrentar desafíos,
colaborar entre varios para realizar algo, tomar decisiones, convivir,
establecer acuerdos, compartir ideas, tutorarse, salir al exterior, jugar,
etcétera.
Puedes, en un mismo día, promover diversas formas de organizar el grupo
para trabajar: en binas, tríos, grupos pequeños, con todo el grupo o de
forma individual; con una niña, niño o adolescente ofreciendo tutoría y los
demás, simultáneamente, en un trabajo autónomo consultando material,
investigando su tema o jugando en los rincones.
Elige todo lo que favorezca su desarrollo y construye, junto con ellos, un
ambiente de trabajo alegre, de confianza, que invite a que la comunidad
aprenda a aprender y a convivir.
La estética del espacio
El espacio de la comunidad de aprendizaje debe ser un lugar práctico y
agradable; es decir, con calidad estética. Si logramos la participación de las
NNA, mamás, papás y demás personas de la comunidad en su arreglo,
limpieza y decoración, será un espacio acogedor, limpio, ordenado y, por
tanto, bello. Evita colocar adornos comerciales, fuera del contexto
comunitario, tales como personajes de Walt Disney o de otras películas.
Procura que sean las propias NNA quienes decoren y ambienten su lugar.
Es importante que se lo apropien. Una manera de lograrlo es que sean
ellos quienes coloquen sus dibujos, pinturas, textos y nombres. Procura
que haya tableros para colocar a los encargados de las comisiones, el
registro de asistencia, el calendario, entre otras cosas. Sobre todo, uno para
la exhibición de sus trabajos. Cuando ven sus trabajos, se sienten
reconocidos y motivados a seguir produciendo más.
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Condiciones ambientales de la comunidad de aprendizaje
Para que un aula sea un lugar cómodo que nos invite a permanecer a
gusto, hay condiciones indispensables a tener en cuenta:
● El tamaño
● La iluminación
● La ventilación
● El ruido
● La temperatura
Asegúrate de que estos aspectos estén en las mejores condiciones; de no
ser así, solicita apoyo por parte del programa La escuela es nuestra o al
municipio. Las madres y padres que integran la APEC, pueden apoyarte
con la gestión de estos recursos.
El orden y limpieza son aspectos a tener en cuenta todos los días.
Establece un momento del día para revisar, junto con las NNA, cómo está
el espacio educativo: cuidar que no haya papeles tirados y limpiarlo (barrer,
sacudir y, si es el caso, trapear). Si la limpieza se realiza diariamente,
organizados en comisiones con roles, no se hace pesado y se mantiene en
mejores condiciones el mobiliario y material.
Condiciones emocionales
En el espacio donde vas a convivir con NNA de diferentes edades y
temperamentos, es necesario que cada uno se sienta seguro, confiado y
aceptado. Estas son necesidades psicológicas que todas las personas
tenemos. Como educador comunitario, es importante que estés atento a
que cada uno se la pase bien, para que quiera regresar con gusto al día
siguiente.
Si se presentara un caso de violencia o acoso escolar, será necesario
atenderlo y dedicarle tiempo desde que se detecta.
Hay una metodología denominada Los seis pasos para la solución de
conflictos (Weikart y Hohmann, 2010, p. 371), que consiste en que el adulto
a cargo del grupo tome el papel de mediador entre las partes (personas)
que tienen algún conflicto. Con tu ayuda, pasará a ser un problema en
busca de solución. Aprovecha Los seis pasos y uno a la vez, acompaña a los
involucrados:
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a) Acercarse con calma y detener cualquier acción que pueda
lastimar.
b) Reconocer las emociones de cada una de las partes involucradas.
c) Obtener información de cada uno.
d) Replantear el problema.
e) Pedir ideas y sugerencias de solución a los involucrados.
f) Ofrecer seguimiento y apoyo a los involucrados.
Seguridad
Hay otra condición que favorece al ambiente en el que crecen y se
desarrollan las NNA, está ligada al espacio físico y los objetos, y desde lo
que tú haces, puede trascender al hogar y la comunidad. Por ejemplo, si
comienzas a reconocer situaciones que pongan en riesgo sus vidas o les
puedan causar un accidente y retiras del espacio educativo aquello que
les origina, invitando incluso a las familias a colaborar en la creación de un
entorno seguro, añades otro referente para el cuidado de las NNA.
Las personas somos quienes principalmente configuramos el ambiente
en el que crecen, por ello, es fundamental revisar cómo convivimos con los
demás y qué hacemos para estar en un entorno seguro que no limite su
exploración y aprendizaje.
Un ambiente seguro es donde todos se sienten protegidos. No nada más
cuidando la integridad física de cada uno, también la emocional y
psicológica. El acoso escolar, los castigos corporales, las agresiones, el
abuso verbal y sexual, y otros tipos de amenazas merman el bienestar no
sólo de las NNA, también de las familias y de la comunidad. En ese sentido,
es importante que seas un promotor de la no violencia tanto en el espacio
educativo como en el familiar y comunitario. Invita a mamás, papás,
cuidadores y las propias NNA a tomar medidas para que haya ambientes
seguros donde todos puedan sentirse a salvo.
Dialoga con los integrantes de la comunidad de aprendizaje sobre cómo
podrían prevenir abusos o cualquier tipo de violencia con el objetivo de
que se viva el respeto y la inclusión de todos. Apoya al grupo para que
desarrolle sus propias ideas dirigidas a la propuesta de medidas de
seguridad y convivencia sana, dejando florecer la creatividad. Conviene
que se instauren algunas reglas y normas construidas entre todos con la
idea de que se comprometan a respetarlas. Puedes preguntarles, por
ejemplo: ¿Qué podemos hacer para que todos se sientan seguros a la hora
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de expresar sus opiniones o ideas?, ¿qué podemos hacer para que todos
tengan la oportunidad de expresarse?, ¿cómo podemos resolver un
conflicto sin agresiones físicas o verbales?
En cuanto a mantener seguro el espacio, el mobiliario y los materiales del
aula, la APEC te brindará su apoyo. Necesitan cerrar las ventanas y puertas.
Asegurarse de que el mobiliario se encuentre en buen estado para evitar
accidentes con alguna parte punzocortante o alguna astilla de los
muebles. También procuren mantener con pintura e impermeabilizante
el espacio educativo, así como asegurar artículos de limpieza para tenerlo
limpio cada día.
Materiales
Los materiales que se ponen a disposición de las NNA tienen que invitarlos
a la exploración, al movimiento y a la experimentación; su creatividad debe
dictarles qué hacer con ellos. Evita definir su uso o imponer el tipo de
producto que a ti te interesa que realicen.
Acondiciona el ambiente con materiales diversos, puedes variarlos cada
cierto periodo para favorecer y enriquecer diferentes tipos de interacción;
dando siempre cabida a la libertad de utilizarlos de acuerdo a la forma
personal de interpretar y representar las ideas que tienen sobre el mundo.
Incorpora los materiales propios de la región o la comunidad donde
prestas tu servicio; por ejemplo, si en esta las mujeres se dedican a bordar,
pueden proveerles de hilos y telas. Si hay quienes se dedican a oficios
como carpintería, artesanía, albañilería o tengan tienda de abarrotes,
granjas, cafetales, entre otras actividades, puedes gestionar con ellos la
donación de materiales que despierten el interés de las NNA y así
brindarles otro tipo de experiencias.
Como ves, no siempre es necesario que se compren los materiales,
también puedes conseguir diversidad de ellos de sus propias casas con
apoyo de la familia. Pueden ser objetos que se ocupen, por ejemplo, en la
cocina o en el campo. Pide a los miembros de la comunidad que
recuperen y guarden los envases, cajas de cartón y otros materiales que se
puedan reciclar.
Todo lo que las mismas NNA puedan reunir: piedras, palitos, arena, hojas,
flores, etcétera, te puede servir. Ellos tienen una gran imaginación y sabrán
qué hacer con estos materiales. Si tienes varias opciones que mostrarles y
los pones a su disposición, podrán llevar a cabo sus propias iniciativas y
comprometerse con su trabajo.
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La mejor manera de conservar los materiales completos y en buen estado,
es que se asigne un lugar para guardarlos desde el inicio del ciclo escolar.
Si se le pone una etiqueta con el nombre del material a la caja o
contenedor donde se almacena, será fácil ubicarlo para volver a ponerlo
en su lugar una vez que lo terminen de utilizar.
IV. Jugar es cosa de todos
La voz dulce de Toñito, un niño de cinco años, cautivó a Colibrí, quien eligió
la rama que mejor vista le ofreció para ver el espectáculo que acontecía en
ese momento: ver jugar al niño debajo del árbol.
Con gran emoción, Toñito hacía marchar algunos de los soldaditos de
piedra que recogió del jardín, hacia los caballos que hizo con ramas para
montarlos e ir al rescate de los toros y vacas que quedaron atrapadas en la
cueva –una lata de aluminio– tras el deslave del cerro. Al hacer llegar sus
soldados al lugar del siniestro, grita: “Psheeeeeeeeew”, mientras deja caer
bruscamente tierra sobre ellos, quienes ahora se encuentran atascados.
Regresa por refuerzos para completar la misión; los sube a un avión
imaginario que vuela por los cielos, listos para salvar a sus compañeros y a
los animales que están ocultos bajo la tierra. Con gran emoción grita:
“¡Llegaron los soldados!”, “¡cuidado abajo!”
¿Qué opinas del juego de Toñito?, ¿crees que está entregado
completamente a él?, ¿por qué?
Sin duda alguna, podemos decir que Toñito está atado a su propio proceso
creador, representa el mundo en ese momento. Su corazón y mente se
encuentran conectados. Se mira gozoso, satisfecho, feliz… nada más le
parece importar.
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Te invitamos a realizar un viaje en el tiempo para recordar:
● ¿A qué jugabas cuando eras pequeño?
● ¿Qué juegos te hacían perder la noción del tiempo porque los
gozabas con plenitud?
● ¿Eran juegos en grupo o en solitario?
● ¿Intervenían los adultos?
Y ahora, ¿a qué juegas?, ¿qué actividades te generan placer y dicha?
Todos, bebés, niñas, niños, jóvenes y adultos jugamos, concretamente, al
realizar actividades de gran disfrute a las que explícitamente no les
llamamos juego. Cuando llevamos a cabo nuestras propias ideas de
transformar el espacio y resignificar los objetos o materiales disponibles,
somos capaces de crear y transformar nuestro mundo porque somos
quienes le damos sentido y además ¡nos divertimos al hacerlo!
Cuando somos pequeños, nos atrevemos más a explorar el entorno con
curiosidad, encontrando frecuentemente formas nuevas de mirar las
cosas. A través de lo que vemos, escuchamos, tocamos, probamos, olemos
y sentimos, conectamos con el mundo y nos parece fascinante. Por eso, de
pequeños nos gusta, por ejemplo, averiguar a qué huele, cómo se siente e
incluso a qué sabe el lodo, cómo se transforman las hojas y flores al
cortarlas y machacarlas para preparar “la comidita”, entre otras cosas.
Al observar a las niñas y a los niños pequeños jugar en libertad, podemos
identificar que el juego nace de su interior. Su conducta es espontánea, sin
guiones, objetivos ni resultados anticipados. Con singular creatividad, y a
partir de la imaginación, piensan y hacen cosas que van más allá de lo que
puede parecer cotidiano. Se permiten probar nuevas formas de darle
significado a los objetos y a las situaciones, por eso es común observar que
hacen que una cosa represente a otra. Por ejemplo, una silla cubierta con
una cobija puede ser la cueva perfecta donde vivan sus osos de peluche.
Durante el juego, las niñas y los niños dan todo de sí: su disposición, su
atención, concentración y, en general, toda su energía con una carga
emocional positiva. Es así que el vínculo que construyen con este es serio
y se comprometen intelectual, afectiva y físicamente con él hasta el final
porque les genera bienestar.
El juego tiene un poder extraordinario en el desarrollo mental y afectivo
de las niñas y los niños; satisface sus necesidades de comprender cómo es
el mundo, cómo son los demás, cómo son ellos mismos y cómo funcionan
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las cosas (Consejo Coordinador de la Educación en la Primera Infancia
[CCEPI], 2014, p. 55).
Cuanto más receptivo y dispuesto al juego sea el ambiente, se crean más
oportunidades para que tengan experiencias creadoras en las que su
pensamiento y acción son autónomos y de profundo sentido. ¿A quién no
le gusta ser capaz de hacer elecciones, negociar con los otros,
experimentar e investigar con objetos e ideas?
María Emilia López, especialista en educación temprana, dice que la
creatividad tiene mucho que ver con el estado de ánimo con el que se mira
el mundo (López, 2021, 36:17). Y es cierto; si observas con detenimiento la
actitud de los pequeños durante los juegos podrás constatar que con
alegría, entusiasmo y curiosidad, se relacionan con las cosas más simples
de su entorno porque hay un deseo intrínseco de exploración y expresión
de lo que fantasean e imaginan para representar, recrear o construir
realidades con significado.
“Impedir a las niñas y a los niños el juego es impedirles la experiencia más
importante de la vida” (Loja, 2021, párr. 1). Por ello, hay que favorecer el
juego en los espacios educativos, en el hogar y en la comunidad, porque
gracias a esta experiencia se despliegan una serie de habilidades
importantes para la vida, entre ellas, la de crear.
Hasta aquí hemos hablado sobre la importancia del juego principalmente
en niños pequeños; sin embargo, este es una práctica fundamental en los
seres humanos de todas las edades para desarrollarse, conocer, aprender
y convivir.
Lamentablemente, hemos crecido y nos hemos desarrollado en un medio
cada vez más estructurado en relación a la idea de éxito según los
estándares laborales. Los maestros en las escuelas convencionales
imponen, incluso desde el preescolar, actividades académicas orientadas
a logros que no consideran las condiciones reales de cada persona, pues
están atados a metodologías que se basan más en la instrucción que en el
aprendizaje, más en expectativas externas que en considerar las
motivaciones internas de las NNA. Así, se alinean a lo que las autoridades
educativas creen que es lo verdadero, bello y significativo, en lugar de
permitir que lo descubran por sí mismos a partir de situaciones que tomen
en cuenta su contexto y cultura.
Ante este panorama desfavorable, se desvanecen todos los elementos que
caracterizan al juego: espontaneidad, creatividad, curiosidad, autonomía,
placer y sentido de conexión entre mente y corazón, para implementar
situaciones de enseñanza basadas en el control y sometimiento, las cuales,
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lo único que hacen es dañar seriamente el aprendizaje genuino y el
desarrollo mental y afectivo de las NNA.
La práctica educativa cotidiana del Conafe, fundamentada en la relación
tutora, es ante todo, respetuosa de la diversidad. Promueve el gusto y la
capacidad que todos tienen de aprender y enseñar sin importar la edad,
género y condición. Con ella se alienta a recuperar la seguridad y confianza
con la que exploramos y jugamos en la infancia. “La tutoría abre el espacio
para que podamos jugar al aprender y explorar como lo hacen los chicos”
(Cámara, 2022, 5:10). Se nos otorga tiempo y espacio para expresarnos con
libertad, dando oportunidad para que con vitalidad, espontaneidad y
fluidez, interactuemos con las personas, los libros, las situaciones, los
objetos y con el entorno en general, siempre con gozo.
Los elementos que caracterizan al juego y que ya mencionamos
anteriormente: espontaneidad, creatividad, curiosidad, autonomía, placer
y sentido de conexión entre mente y corazón, tienen punto de origen en
las necesidades, deseos, intereses e intenciones de las personas. Tu tarea
como educador comunitario y tutor, es procurar que estos elementos
estén presentes en tu práctica educativa. Alcanzarán su máximo potencial
si la persona que invitaste a tener una experiencia lúdica es acompaña de
tu observación y escucha atenta, de tu actitud amable y empática; de tu
apoyo para que encuentre soluciones utilizando el diálogo como
herramienta fundamental.
V. La relación tutora, su ciclo y la creación
de redes
¿Cómo te hubiera gustado que fuera tu paso por la
escuela?
Seguramente, como todo lo nuevo y diferente, al conocer el ABCD
encontrarás que es distinto con respecto a la forma en que recibiste tu
educación básica, media superior o incluso, superior. Es natural el
desconcierto, pues pone en duda aspectos elementales del modelo
tradicional que la mayoría hemos practicado desde pequeños: sentados
en filas, en un orden estricto frente a un pizarrón, recibiendo una clase de
un profesor o profesora. Recordarás que quien enseña impone lo que sabe
para que el grupo aprenda como él lo cree correcto y suficiente.
Generalmente, también le indica al grupo qué hacer y cómo. Da la lección
para todos de forma homogénea y todos esperan sus instrucciones.
Aunque seguramente, tuviste excelentes maestros que te guiaron a
aprender y adquirir habilidades valiosas en tu vida escolar y extraescolar,
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es válido cuestionar ese tipo de enseñanza, pues tiende a reproducir
modelos donde es escaso el diálogo entre quien enseña y quien aprende
y, generalmente, no parte del interés del alumno por lo que desea
aprender, ni respeta su ritmo y capacidad.
Ahora te invitamos a ahondar en ese recuerdo de tu vida escolar, a situarte
en una clase de la primaria o secundaria. Probablemente te hallarás en
una lección grupal, que no permite la atención individualizada, pues busca
que cada alumno se adapte al estándar y cumpla una serie de expectativas
y metas establecidas para cada grado o nivel educativo. Tal vez también
recuerdes que muchas veces se premiaba o castigaba como parte de la
dinámica de la clase.
Haz el ejercicio y recuerda lo que te pedían aprender. Podrás darte cuenta
de que, en mucho, se trataba de memorizar datos, fechas, nombres,
hechos, fórmulas y reglas de escritura. Recuerda cuántos dictados y
subrayados hacías, el número de “planas” que tenías que hacer de tarea;
los resúmenes de lecturas. Ahora, piensa cuánto de todo eso comprendías
y le encontrabas un sentido para tu vida, cuánto de ello te interesaba y
deseabas profundizar. Es más, ahora mismo, cuánto de ello recuerdas y
comprendes a pesar de que lo viste una y otra vez en diversos niveles
escolares.
Recuerda, además, esos momentos en que tú o algunos de tus
compañeros se sintieron desmotivados o tristes por no poder cumplir con
alguna actividad o por no obtener la calificación deseada. En general,
mucho se trataba de competir con los otros, de ser el mejor, el más o la
más inteligente, de destacar por encima de ellos como medida del éxito
escolar. Quizá por ello no todos lograron cumplir el año escolar o, peor aún,
dejaron la escuela.
Es más, quizá, sin que te lo cuestiones, puede ser que tu aversión por las
matemáticas, por la lectura, por la ciencia o por cualquier área del
conocimiento, se deba a que la manera en que tuviste que adentrarte en
ellas causó una experiencia de rechazo y desinterés, cuando en realidad
pueden ser hasta divertidas; todo depende de la manera en que las
estudies. Por ejemplo, es un hecho que en un sistema educativo que se
sustenta en la competencia, la disciplina, el control, la obediencia, así como
en la memorización de contenidos, se favorezca que ciertos alumnos
sobresalgan, pero no por ello consigan un aprendizaje profundo: alumnos
de diez que no logran aprender a aprender y reflexionan poco; que son
condicionados y conducidos sin tener un verdadero interés e iniciativa por
el conocer y por el autoestudio, sino que buscan satisfacer a sus padres y
a las autoridades educativas. Esta situación también representa una
deficiencia educativa que tendrá repercusiones en el futuro del
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estudiante. Así lo atestigua el siguiente testimonio de Santiago Rincón-
Gallardo (2019, 9-11), quien nos comparte su experiencia escolar:
Desde la primaria hasta la preparatoria fui un alumno “de diez”. Gracias a
becas por mi buen desempeño, tuve el privilegio de asistir a una escuela
de muy alta reputación en la Ciudad de México. Cada mes llevaba a casa,
con orgullo, un cuadro de honor por el mejor nivel de aprovechamiento en
mi grupo. Representé a mi escuela en múltiples competencias
académicas. En las ceremonias escolares, con frecuencia cargaba la
bandera nacional en la escolta de mi generación, lo que era considerado
como uno de los mayores honores para un estudiante. Según mis
maestras, yo era un estudiante ideal, un ejemplo a seguir para mis
compañeros de grupo.
Sin embargo, salí de la preparatoria sin saber verdaderamente leer y
escribir. Podía desde luego, pronunciar con claridad las palabras escritas
en un texto y “terminar” libros completos, recitar secciones enteras de los
libros de texto y vaciarlas en los exámenes. Pero no habría sido capaz de
explicar el argumento central de una historia que acababa de leer. No
habría sabido qué decir si me hubieran preguntado sobre las estrategias
del autor para establecer o defender su perspectiva, mucho menos
articular mi opinión personal sobre sus ideas.
Sabía cómo juntar palabras y frases con ortografía perfecta, gramática
impecable y bonita letra. Pero hubiera sido incapaz de acceder a mi propia
voz y expresarla por escrito. Tomé clases diarias de japonés durante 12 años
consecutivos, con excelentes calificaciones. No obstante, hasta la fecha no
soy capaz de mantener una conversación decente con un hablante de este
idioma por más de 20 segundos. Quizá más trágicamente, me gradué de
la preparatoria con las mejores calificaciones sin tener idea de cómo
aprender por mi cuenta.
¿Cómo es que tuve “éxito” en la escuela? Tenía muy buena memoria de
corto plazo. Podía memorizar pasajes enteros de los libros de texto el día
antes de un examen y escribir en él versiones prácticamente textuales. Me
especialicé en entender y satisfacer las expectativas de mis maestros. Me
volví especialmente bueno en identificar qué había que hacer para
obtener la mejor calificación posible, y en hacerlo. Con frecuencia me
pregunto cómo toleré hacer esto a lo largo de toda mi niñez y
adolescencia.
Quizá tuvo que ver el que la muerte de mi padre, cuando yo tenía cuatro
años y mi hermana menor dos, me llevara a sentir la responsabilidad de
ayudar a mi madre, quien siempre enfatizó la importancia de salir bien en
la escuela. En mi mundo de niño, salir bien en la escuela era el trabajo más
importante; hacerlo mantendría contenta a mi mamá y pondría una
preocupación menos sobre sus hombros. En parte también pudo deberse
al sentido de satisfacción que produce la aprobación de los adultos y la
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  • 1. La relación tutora y la construcción de ambientes para el desarrollo y el aprendizaje D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 2. 2 Delfina Gómez Álvarez Secretaria de Educación Pública Gabriel Cámara y Cervera Director General del Consejo Nacional de Fomento Educativo Juan Martín Martínez Becerra Director de Operación Territorial María del Pilar Farrés González Saravia Directora de Educación Comunitaria e Inclusión Social Manuel Ricardo Bravo Valladolid Coordinador de Educación Inicial Yazmín Lizbeth Vargas González Directora de Asuntos Jurídicos Héctor Virgilio Robles Vásquez Director de Planeación y Evaluación Pedro Antonio López Salas Director de Cultura y Difusión Luis Carvajal Pérez Titular de la Unidad de Administración y Finanzas Albina Francisca Morales Rojas Titular del Órgano Interno de Control D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 3. 3 La relación tutora y la construcción de ambientes para el desarrollo y el aprendizaje Edición Consejo Nacional deFomento Educativo Texto Corrección de estilo Oliver Claudio de la Vega Lozano Hilda Isela Medrano Castañeda Diseño de portada e interiores Rosa María Díaz Álvarez Ilustración de Portada José Alberto Morales Fernández Diagramación Joyce Darisabel Contreras Ríos Primera edición: 2022 D.R. © Consejo Nacional de Fomento Educativo Av. Universidad 1200, col. Xoco, alc. Benito Juárez, C. P. 03330. Ciudad de México www.gob.mx/conafe Impreso en México D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 5. 5 Elementos básicos para la práctica educativa en el modelo de Educación Comunitaria para el Bienestar Después de medio siglo de existencia, el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), congruente con el momento histórico de transformación que vive nuestro país, incorpora las perspectivas actuales de atención educativa. La Educación Comunitaria para el Bienestar es una perspectiva amplia que trasciende la modalidad escolarizada a una más incluyente, flexible y popular, en la que toda la comunidad tiene la posibilidad de aprender y enseñar. Es producto de la evolución del Conafe mediante la relación tutora en los últimos años. Comprende los niveles de educación inicial, preescolar, primaria y secundaria que el organismo otorga, considerando las necesidades y características de la población en condiciones de vulnerabilidad sin acceso a la escuela convencional. A través de su historia, se han diversificado las situaciones educativas que atiende el Conafe, por lo que ha desarrollado propuestas, estrategias y materiales educativos innovadores que constituyen un gran acervo de recursos para la atención de los contextos rurales, indígenas y migrantes, cuya riqueza y diversidad es vasta. Disminuir las barreras para el aprendizaje entre la población del Consejo implica reconocer y atender su diversidad interculturalmente, promoviendo la equidad de género y la inclusión de niñas, niños y adolescentes (NNA) con o sin discapacidad, a través de propuestas educativas pertinentes, de calidad y relevancia. En este sentido, el Modelo Aprendizaje Basado en la Colaboración y el Diálogo (ABCD) tiene como fin último, brindar una educación comunitaria que ayude a todos a apropiarse de las herramientas necesarias para aprender a aprender durante toda la vida. La presente colección tiene el objetivo de ofrecerte una serie de recomendaciones y pautas no prescriptivas según los elementos vitales del modelo ABCD, para acompañar tu labor en relación tutora como educadora o educador comunitario. Tienes en tus manos parte de una colección viva que se transforma y crece paulatinamente como el ABCD mismo. Incorpora las experiencias y hallazgos de todos los que colaboramos en el Conafe, ya que éste es por excelencia, un modelo en el que aprendemos de su práctica. Pretendemos D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 6. 6 que hagas uso de este material con la flexibilidad y las adaptaciones que demanden tus necesidades, las de tus estudiantes y de tu comunidad. Seguramente, durante tu servicio, a estas orientaciones sumarás muchas otras experiencias y prácticas que nacerán de la relación entrañable y singular que establezcas con los integrantes de la comunidad. Ese cúmulo de vivencias enriquecerán el esfuerzo colectivo en pro de una educación comunitaria basada en la colaboración y el diálogo. Gracias a tu valiosa participación, iniciamos en el Conafe una nueva etapa en la educación comunitaria para el bienestar de los pueblos de México. Consideraciones iniciales El presente tomo responde a uno de los aspectos centrales para la implementación del Modelo ABCD. El corazón de la práctica educativa es la relación tutora que se favorece y enriquece con la construcción de ambientes propicios para el desarrollo y el aprendizaje desde la crianza misma en el seno del hogar, así como en los espacios educativos. La práctica del modelo de Educación Comunitaria para el Bienestar demanda, además, una participación activa y su articulación comunal para conformar una comunidad de aprendizaje que trascienda las aulas y, entrando a los hogares, esté presente en la vida de cada persona y espacio local. Dado lo anterior, consideramos fundamental que, en este momento, en el cual estás a punto de conocer a la comunidad donde prestarás tu servicio educativo –aunque ya te encuentres en la localidad–, te integres armoniosamente a ella. Con estas páginas, deseamos acompañarte tanto en este proceso, como durante toda tu práctica educativa comunitaria, para que la lleves a cabo de una manera plena y fructífera. En esta aventura nos acompañará Colibrí, a quien seguramente conoces; él siempre ha estado presente a través de los libros del Conafe. Su vuelo incansable lo ha llevado, durante décadas, por todo el país entregando a miles de niñas y niños los tesoros de la palabra escrita: poemas, canciones y cuentos. En sus andares, Colibrí ha recogido un sinfín de experiencias que, gracias al esfuerzo de educadoras y educadores como tú, enriquecen el trabajo de la institución. Prestemos oído atento a nuestro amigo, el aliado que nos trae las voces de muchos educadores comunitarios que están inmersos en el ABCD. Él estará sobrevolando este libro aportando valiosos ejemplos que ilustran los pormenores de la práctica educativa, ofreciendo de este modo, una D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 7. 7 serie de orientaciones y experiencias. Asimismo, sumaremos testimonios de figuras educativas e integrantes del Consejo que revolucionan la práctica del ABCD día con día por medio de sus propias habilidades y forma de acometer los retos que conlleva la misión educativa de esta gran institución. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 8. 8 Índice Introducción I. La importancia de la organización comunitaria para el bienestar • ¿Por qué existe relación entre la comunidad, la educación y el bienestar? • ¿Quién es y qué hace la Asociación Promotora de Educación Comunitaria (APEC)? • La importancia de las asambleas II. Las niñas, los niños y los adolescentes del Conafe • ¿Cómo vemos a las niñas, los niños y los adolescentes en el Conafe? • ¿Cómo entendemos el desarrollo? III. Construir ambientes para favorecer el desarrollo y el aprendizaje • Características deseables de un ambiente propicio para el desarrollo y el aprendizaje IV. Jugar es cosa de todos V. La relación tutora, su ciclo y la creación de redes • ¿Cómo te hubiera gustado que fuera tu paso por la escuela? • ¿Qué necesitas para propiciar la relación tutora en tu grupo? • ¿Cómo puedes tejer una Red de Tutoría? D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 9. 9 VI. La tutoría con los más pequeños y la creación de rincones o áreas de interés • El respeto al interés de las niñas y los niños • El respeto a su ritmo de aprendizaje • El respeto a cómo construyen su conocimiento • La práctica de diversos lenguajes para manifestar su pensamiento y compartir lo que saben con otros • El diálogo para lograr la comprensión • Estrategias para organizar el acompañamiento personalizado o tutoría con los más pequeños • Los rincones o áreas de interés para los más pequeños VII. Nuestro ambiente para favorecer el desarrollo y el aprendizaje requiere tiempo pedagógico • Bienvenida • Desayuno / Refrigerio / Almuerzo y hábitos de higiene • Registro de asistencia • Tiempo de trabajo • Aseo del espacio escolar • Reflexión sobre lo aprendido • Despedida Bibliografía D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 11. 11 I. La importancia de la organización comunitaria para el bienestar La importancia de la organización comunitaria A diferencia de otros contextos, el Modelo de Educación Comunitaria para el Bienestar se caracteriza porque su práctica no es tradicional. Con tradicional nos referimos a la que acontece exclusivamente dentro de un espacio destinado para albergar una escuela, donde las madres, padres y cuidadores llevan a sus hijos para que el Estado se haga cargo de ellos durante su formación y así, brindarles una educación que les permita progresar individualmente. En ese esquema, la comunidad juega un papel de participación limitada, a veces únicamente vigilante. En cambio, en la educación comunitaria se espera que no solo las madres y padres de familia se involucren, sino toda la comunidad –que ya lo hace desde el momento mismo en que solicita un servicio al Conafe–. La organización comunitaria se practica desde que se acoge a las y los educadores para brindarles alojamiento y alimentación, trascendiendo así los muros de las aulas para extenderse a los hogares de los integrantes de cada localidad. La educación comunitaria del Conafe es posible porque la comunidad sostiene su permanencia no solo con recursos, sino con su participación activa. La misma con la que administran los bienes comunales para la organización de las fiestas y celebraciones, para departir en beneficio del bienestar colectivo y determinar la cooperación y trabajo que demanda un camino u otra obra pública. La organización comunitaria existe para mediar toda relación entre sus habitantes, siempre pensando en el beneficio mutuo. Es por ello que también la responsabilidad es compartida: se reparte como un bien y se asume como una encomienda, generalmente no remunerada, que aporta prestigio social y relevancia moral. Es un liderazgo basado en el trabajo y la honestidad para el beneficio de todos. Lo comunitario, según se ha descrito, se contrapone en muchos sentidos al interés meramente individual. Esto no quiere decir que este no exista, sino que se subordina al bienestar de los demás y no puede ser el fin último de una acción emprendida por algún miembro. Es por ello que no puede existir comunidad sin pensamiento colectivo, dado que su fin último es compartir. De la misma manera, no puede haber educación comunitaria sin práctica en común. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 12. 12 Ahora bien, existen diferentes espacios en los que se practica la colectividad. Uno es la tierra, principal valor comunitario. El habitar un suelo común genera sentido de compartencia1 y de identidad, un reconocimiento individual y colectivo desde el que se entiende que todos pertenecen a esa tierra y no a la inversa. ¿Por qué existe relación entre la comunidad, la educación y el bienestar? Es por lo anterior que, cuando llegas a un servicio del Conafe, ya existe en la comunidad una organización comunitaria que regula muchos aspectos de la vida en colectivo, incluida la escuela. Conoces muchas de esas prácticas de control porque también eres originario de una comunidad – tal vez de la misma donde prestas tu servicio educativo–. Es por ello que la educación comunitaria en el ABCD no es independiente ni ajena a esa organización de la comunidad, participa de lleno en esa vida colectiva para su realización. Por lo tanto, la existencia de la educación comunitaria responde a una necesidad, a una solicitud, no a una imposición del gobierno. Se debe a la realización de un anhelo de que los hijos de la comunidad consigan adquirir una serie de habilidades y conocimientos que les permitan un crecimiento humano y material en beneficio propio, de sus familias y del pueblo en su conjunto, para alcanzar un mayor bienestar colectivo. Para conseguir lo anterior, Conafe pone a su disposición los recursos humanos y materiales, como parte de su tarea con los ciudadanos, por mandato constitucional. Sin embargo, no pretende imponer, suplantar o conducir la vida en la comunidad, sino acompañarla y proveer de lo mejor que nuestra nación puede brindar: una identidad y el ejercicio pleno de una ciudadanía libre, un conocimiento amplio y universal, técnico y humanístico; en definitiva, ofrece un puente al mundo que permite compartir lo mejor de cada cultura para alcanzar un bienestar colectivo, donde se privilegie el respeto a la diversidad, a los derechos humanos fundamentales de las personas, a su lengua y cultura y al cuidado por el medio ambiente. Es así que la organización comunitaria es pieza clave para tu labor, es el motor de tu tarea y, sin ella, la misión educativa, en el contexto en el que te desempeñas, sería harto complicada; se volvería una labor en solitario 1 Jaime Martínez Luna acuña este término en su libro titulado Eso que llaman Comunalidad, en relación a su antónimo: “Somos Comunalidad, lo opuesto a la individualidad, somos territorio comunal, no propiedad privada; somos compartencia, no competencia [...]” (2010, p. 17). D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 13. 13 que no conseguiría sus fines, pues esta empresa educativa existe por y para la comunidad. Finalmente, vale la pena decir que es cierto que probablemente te enfrentarás dentro del aula con retos, lo mismo que fuera de ella, pero requieres de la suma de voluntades para transformarlos en inercias a tu favor. Uno de ellos tiene que ver con las concepciones que existen de lo que es una escuela, un servicio educativo. Son concepciones que todos tenemos, pues ha sido el sistema imperante desde hace muchas décadas. Durante casi un siglo, el gobierno de nuestro país impulsó una gran campaña para llevar escuelas y maestros a los rincones más alejados del país para abatir, principalmente, el analfabetismo y la “ignorancia”, entendida como la falta de conocimiento de los saberes básicos, de las disciplinas del conocimiento occidental. Esa supuesta ignorancia se entendía como la causa primordial de los problemas económicos, sociales, de salud y de falta de desarrollo de los pueblos y de la nación en su conjunto. Es por ello que, durante décadas, se emprendió una cruzada para “civilizar” a la población del campo, principalmente. El Estado determinó, sin consultar a las comunidades, qué era lo que debían aprender y cuál era el camino del progreso para sus hijos, cuál era su destino y expectativa para salir del atraso en el que vivían sus antepasados. La consecuencia fue una migración imparable y un desarraigo permanente de la tierra, de su lengua y cultura para perseguir el progreso individual, centrado en el anhelo de adquirir riqueza material, lo que se traduce como “ser alguien en la vida”. Es por ello que la escuela se constituyó en un espacio cerrado, en una isla ajena a la comunidad, donde mandaba el maestro, emisario del Estado: especie de sabio y censor, de autoridad representante del poder. De esa autoridad deviene su no cuestionabilidad y la pretensión de poseer una sabiduría civilizadora. Es por ello que su autoridad es total dentro del espacio cedido a la escuela por la comunidad. Ahora bien, en mayor o menor medida este pensamiento existe todavía, tanto en las figuras educativas, como en las personas que así fuimos educadas. No había otra manera de concebir esa relación porque no se había practicado de otra forma. Es por ello que es posible que te enfrentes a la poca o nula participación, a la exigencia de que el Estado, o sea la escuela, se haga cargo de los hijos, a que tú determines la manera de hacer las cosas. Es así que la dicotomía casa-escuela será un elemento difícil de derribar, de unificar en un solo espacio. Lograr que la escuela sea un espacio público y comunitario será una de las grandes tareas para ti y lo será, también, para la comunidad, pero es enteramente posible que la escuela sea tan comunitaria como la cancha, la iglesia o la plaza. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 14. 14 Sin lugar a dudas, es necesario que este proceso de participación comunitaria sea paulatino y el ABCD lo posibilita y lo requiere, para conseguir una comunidad de aprendizaje en el sentido más amplio. Pero es importante reiterarte que, sin participación de todos, no es posible una educación comunitaria. ¿Quién es y qué hace la Asociación Promotora de Educación Comunitaria (APEC)? El Conafe considera que la educación comunitaria efectiva es aquella que toma en cuenta las particularidades culturales, saberes y experiencias, así como desafíos e intereses de la comunidad. Es por ello que promovemos la organización y la participación social en la educación a través de una organización colegiada que apoya la toma decisiones. En algunos casos esta instancia está muy desarrollada y funciona de manera autónoma. En ella se involucra la comunidad de padres, madres y tutores, y se denomina Asociación Promotora de Educación Comunitaria (APEC). La APEC tiene como fin el atender las necesidades del servicio educativo y proponer aspirantes a educadores comunitarios ante los miembros de la comunidad. Por otra parte, tanto los integrantes de la APEC como los habitantes de la comunidad en general, participan de manera directa en la práctica educativa al integrar la comunidad de aprendizaje. Así, participan en los momentos en los que se realizan las demostraciones públicas de los estudiantes y colaboran en las actividades que involucran el aprendizaje de sus hijos desde el hogar y en los proyectos de desarrollo comunitario y cultural. En definitiva, la tarea de la APEC es fundamental para el sostenimiento y funcionamiento de los servicios del Conafe. Existen para ello dos documentos que se formalizan por cada comunidad (su acta constitutiva y su convenio con el Conafe). En ellos se asientan las obligaciones, responsabilidades y atribuciones de tal organización comunitaria. Lo fundamental para ti, es que, al llegar a tu comunidad, identifiques a la APEC y te acerques a ella para integrarte, colaborar e impulsarla hacia los fines de su quehacer educativo. No es recomendable pretender generar o modificar una organización sin conocer previamente cómo funcionan los lazos comunitarios ya establecidos. Recuerda que cada comunidad es un mundo, un territorio desarrollado que se autorregula para su sostenimiento. Concretamente, tu papel con la APEC reside en dialogar de manera permanente con sus miembros sobre los asuntos y proyectos de la comunidad de aprendizaje. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 15. 15 La importancia de las asambleas Una de tus primeras actividades al incorporarte como nuevo integrante del servicio en tu comunidad, es llevar a cabo la asamblea con sus integrantes, ya sea para conformar la APEC o bien para retomar en ella la labor de quien te precedió. Generalmente, en esa primera reunión se mencionan las responsabilidades de los padres de familia con el servicio educativo comunitario. Ese es el momento justo que podrás aprovechar para sensibilizar a las familias sobre los beneficios que tienen las NNA, la familia y la comunidad, cuando las madres, padres o cuidadores participan, junto contigo, en las actividades educativas de sus hijos. Es, también, donde surge la organización colectiva y puedes definir las estrategias que propones para involucrar a los distintos actores de la comunidad. Considera que para que las madres, padres o cuidadores se sientan motivados por participar, las propuestas o proyectos que se planteen tienen que partir de sus propios intereses y necesidades, realidad y entorno. En este sentido, los temas que se sometan a la asamblea serán todos aquellos que involucren las preocupaciones e intereses de la comunidad relacionados con la educación para el bienestar de la propia comunidad, como la gestión de recursos, el mantenimiento y cuidado del mobiliario y materiales del aula e, incluso, la organización del tiempo pedagógico y el ambiente de aprendizaje. Para poder conocer y asomarnos a uno de esos momentos donde se lleva a cabo una asamblea con la APEC, leamos la siguiente narración en donde Colibrí, quieto y atento desde el lomo de su libro en un rincón de lectura en la Sierra Gorda de Querétaro, tuvo la oportunidad de observar una, donde una decena de madres de familia escuchaban con atención a Daniela, académica de acompañamiento (AA): —Hace como dos semanas estuve con las mamás de secundaria y en esa visita se hicieron notar algunas inconformidades. Por eso decidimos convocar a esta asamblea, para que esos puntos queden claros al cien por ciento y se lleven a cabo. Le voy a pedir a doña Celia, nuestra presidenta, que esté conmigo. En ese momento, Doña Celia se paró junto a Daniela y esta continuó: —Con doña Celia podemos tomar algunos acuerdos, platicarlos con todas las madres de la APEC y ver si están de acuerdo o no. En eso consiste la asamblea. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 16. 16 Para Daniela, uno de los propósitos de la asamblea era que las madres recordaran que ellas eligieron una presidenta de la APEC, por lo que necesitaban darle su lugar. Así que invitó a doña Celia a tomar la palabra. Con voz tímida, la señora se dirigió a las demás madres de familia: —Bueno, este… De lo de la alimentación… queremos ponernos de acuerdo en qué día nos va a tocar apoyar a los educadores con alimentos y qué días nos va a tocar el aseo en las tres aulas. No sé ustedes cómo vean, ¿si nos quedamos como estábamos o hacemos cambio?… Daniela agregó que el rol de alimentación es una responsabilidad que ellas, madres de familia, tienen hacia los educadores; a lo que dos reaccionaron diciendo que, cuando a ellas les tocaba la alimentación, mandaban para los tres educadores (de preescolar, primaria y secundaria). —La maestra de secundaria se ha de dar bien cuenta de quién sí le manda y quién no, —sentenció otra madre de familia—. Porque no tiene caso que algunos sí cumplamos y otros no… En ese momento, Daniela percibió que la tensión iba en aumento y respondió con voz conciliadora: —No sé si se haya dado el caso de que alguna vez los educadores se quedaran sin comida… es por eso que con doña Celia vamos a realizar bien el rol, para que ustedes sepan bien qué día les toca dar de comer a los tres. Colibrí sabía que en la comunidad ya existía un rol de alimentación para los educadores, de acuerdo con el cual dos madres de familia apoyaban cada día: una con el desayuno y la otra con la comida. Daniela escribió este rol en el pintarrón y propuso actualizarlo juntas, de manera que todas las madres quedaran satisfechas. En él se podía observar que Doña Domitila, por ejemplo, brindaba dos comidas a la semana, mientras que otras ni siquiera una. Por otra parte, un padre de familia proveniente de una comunidad aledaña, acababa de recibir permiso de traer a sus hijos a la secundaria de la comunidad y aún no figuraba en el rol. Daniela, atinadamente, puso estos puntos sobre la mesa y las madres propusieron diversas soluciones. Todas se involucraron en un diálogo para consensuar las mejores propuestas. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 17. 17 Poco a poco, con la dirección de Daniela y de doña Celia, se conformó el nuevo rol de alimentación. Al final, Daniela lo transcribió en una hoja de papel. Una por una, las madres de familia pasaron a firmarlo. Como podrás notar en este fragmento, la asamblea permitió que las madres de familia recordaran la importancia de apoyar en la alimentación de los educadores. También les dio claridad sobre cuándo le toca a cada una brindar el desayuno o la comida. Los acuerdos fueron flexibles: cuando alguna madre no pueda cumplir con una responsabilidad de alimentación o limpieza, basta que le pida a otra que la realice en su lugar. Daniela les recordó a las madres su derecho a reunirse autónomamente, aunque ella no se encuentre: –Por ejemplo, si doña Celia tiene una idea que sea buena para la escuela, pueden reunirse para que se las cuente y someterla a votación para ver si se hace o no. Así podemos ir mejorando poco a poco la escuela. Finalmente, nos cuenta Colibrí que Doña Celia, quien permaneció junto a Daniela toda la reunión, aprovechó ese momento para proponer una de sus ideas: dar cinco pesos cada ocho días para mejorar los baños. El punto no se resolvió en ese momento, pero algunas madres expresaron su apoyo. Como podrás advertir, la asamblea presenciada por Colibrí sirvió para otorgarle más seguridad a doña Celia como presidenta de la APEC. Ahora bien, tal como lo refirió Daniela, en la asamblea se puede deliberar y resolver cualquier asunto de interés colectivo que tenga relación con la educación comunitaria y puede convocarse en cualquier momento que consideren propicio. El caso relativo a la manutención de los educadores comunitarios es uno de tantos que podemos ejemplificar. Si ya estás prestando tu servicio educativo, seguramente tienes un sinnúmero de experiencias acerca del trabajo con tu APEC. Debemos advertir que la APEC, junto con los educadores comunitarios, son los dos pilares que sostienen la operación de los servicios del Conafe. Sin olvidar el destacado papel que en este ejemplo jugó Daniela, en su carácter de académica de acompañamiento. Ella no solo brindó formación a los educadores, sino que facilitó la organización de la APEC y la colaboración con los educadores. Por Colibrí sabemos además que Daniela es la formadora directa de los educadores de su microrregión y la representante del Conafe ante las D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 18. 18 madres de familia de cada comunidad. A Daniela se dirigen para plantear las inquietudes, quejas y problemas que surgen o se acrecientan en los salones de clases. En ella recae la responsabilidad de facilitar la colaboración entre educadores y madres de familia. Por otra parte, para realizar su labor, Daniela necesita navegar la compleja red social comunitaria y traducir a acciones concretas un elevado imperativo: que la comunidad se una en pos del mejoramiento de la escuela. Finalmente, Colibrí pudo escuchar a Daniela valorar su visita a la comunidad; dijo que había intentado mejorar la unión de la comunidad para el progreso de la escuela de dos formas: promoviendo acuerdos democráticos sobre la alimentación de los educadores y la limpieza de las aulas, e integrando activamente a una presidenta de la APEC que se sentía “pintada”. Esto último se tradujo en que la presidenta se dirigiera a las demás madres de una forma que no lo había hecho hasta ese día. Con base en este ejemplo de asamblea, enunciaremos a continuación algunas recomendaciones que te serán de utilidad para conformar, mejorar o recuperar la unidad en tu APEC y promover su participación activa e integrada. ● Identifica las formas de organización comunitarias. Estas pueden ser permanentes, electivas, tradicionales, intermitentes o para ciertos asuntos. Analiza por qué se organizan y de qué manera, cuáles son las necesidades que conducen a la comunidad a reunirse, sus intereses y preocupaciones. ● Identifica liderazgos legítimos y que trabajan en beneficio de la colectividad. Recuerda que en la organización comunitaria, el trabajo no remunerado por los demás es altamente estimado. Piensa que en general, el liderazgo es motivado por mérito y prestigio en la comunidad y se manifiesta de muchas maneras. Si eres capaz de identificarlo, podrás aprovecharlo para fomentar la participación de la comunidad en tu quehacer educativo. ● Identifica los temas de interés o preocupación de la comunidad y suma el tuyo y tu trabajo como educador comunitario. Involucra a la escuela en esos temas y hazlos materia de tu práctica. ● No determines el camino a seguir para tomar decisiones con respecto a los temas del servicio educativo o de la comunidad, sino ofrece acompañamiento, planeación, espacio y un punto de encuentro comunitario. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 19. 19 ● Permite que la comunidad encuentre y practique sus formas de plantear y resolver retos y problemáticas. No asumas un papel directivo o de autoridad aunque exista la costumbre de delegarlo en ti, cual figura magisterial. ● Practica el diálogo y la conciliación en todo momento. Recuerda permitir que las formas de resolución, mediación, sanción y reconocimiento emerjan de la propia comunidad. ● Procura que la APEC sea una organización donde participen no solo las madres y padres de familia, sino cualquier miembro de la comunidad que desee hacerlo; siempre de común acuerdo con el resto del grupo. Que no sea un organismo desvinculado de la organización comunitaria, sino que derive de ella y sea parte de la misma. Es importante evitar que sea únicamente un mismo grupo de mamás participativas y preocupadas, donde los hombres no figuran. Procura, asimismo, que no se sesione únicamente para atender problemas, sino también para aprender, ver el resultado del trabajo, integrarse al esfuerzo de sus hijos o para conocer y vivir los beneficios de la relación tutora que puede practicarse en la misma asamblea. ● Que los padres y miembros de la APEC sientan que la escuela les pertenece; que no es un espacio aparte, que es tan suya como la plaza, la iglesia o el campo, por tanto, es una responsabilidad que requiere la misma atención y participación. ● Pide apoyo a tus figuras de acompañamiento académico. Este aspecto es muy importante, pues tu labor no es ni debe ser en solitario. El acompañamiento en el Conafe, como en el ejemplo que nos trajo Colibrí, es una muestra de la capacidad de mediación, conciliación y de trabajo en equipo que caracteriza a los AA y demás figuras educativas. II. Las niñas, los niños y los adolescentes del Conafe Un día, durante su recorrido por varias comunidades tlaxcaltecas, Colibrí hizo un alto en un durazno en flor. Bajo ese árbol, Manuel, un AA y Silvia, una educadora comunitaria, conversaban mientras las NNA jugaban en el patio. Manuel aprovechó su visita y dialogó con Silvia para compartirle su experiencia como educador. Pensó que le sería muy útil, pues recientemente ella había llegado a la comunidad para hacerse cargo del grupo, además le había expresado su preocupación porque no sabía cómo D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 20. 20 hacerle para que los niños se portaran “bien” y estuvieran atentos a lo que ella debía enseñarles. Estas fueron las palabras de Manuel: Antes de ser educador comunitario yo era un joven con una visión muy corta de las cosas. Pensaba que a los niños, desde muy pequeñitos, había que enseñarles a pensar como lo hacemos los adultos para adaptarse mejor al mundo “real”. Recuerdo que, en mi propio recorrido por la escuela aprendí a callar y a escuchar lo que el maestro tenía que enseñarme; creía que como era un niño, no podía pensar por mí mismo y era necesario que alguien más tomara las decisiones por mí. Con esta idea llegué a la comunidad. Mi objetivo era llenar con información “útil” las mentes de mis estudiantes para que pudieran terminar su educación básica y ser adultos competentes para el trabajo. Cuando pisé la escuela comunitaria por primera vez, lo primero que vi fue la energía de las NNA. Eran muy curiosos, me hacían preguntas a las cuales ellos mismos daban respuestas creativas la mayoría de las veces. Ellos me enseñaron mucho; por ejemplo, la capacidad de asombro por aquellas cosas que parecen ser insignificantes o cotidianas. Al convivir con ellos, al observarlos y escucharlos con interés, se modificó la forma en cómo veía a las NNA. Ahora tengo la firme convicción de que son grandes maestros. Tienen una inteligencia extraordinaria e increíbles capacidades para contribuir al grupo donde se encuentran. ¿Te identificas con el testimonio de Manuel?, ¿qué imagen tienes tú acerca de las NNA? Antes de compartirte sobre cómo los vemos en el Conafe, queremos hablarte un poco acerca del órgano más impresionante que tiene el ser humano: el cerebro. Sabías que… ● Desde la gestación hasta la vejez, el cerebro humano tiene la capacidad extraordinaria de aprender. ● El cerebro se desarrolla más de un 80% antes de los tres años (Unicef). ● En los primeros años se forman más de un millón de conexiones neuronales cada segundo, un ritmo que nunca más se repite (Unicef) ● Es falso que utilizamos únicamente el 10% de nuestro cerebro. Usamos todas las neuronas que contiene, no solo una pequeña fracción (Terrazas, 2019). D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 21. 21 ● Mujeres y hombres tenemos el mismo número de neuronas y la misma estructura cerebral, todos poseemos inteligencia (Terrazas, 2019). ● La corteza prefrontal, es decir, la parte del cerebro que nos hace sociales, empáticos y gentiles a los seres humanos, no se desarrolla automáticamente, sino gracias a la interacción sana y positiva que establecen los adultos con los niños desde que son bebés (Gerhardt, 2009, p.3). Existen muchos más datos interesantes sobre el cerebro gracias a la investigación realizada por los científicos en las últimas décadas. Lo que queremos destacar, es que el cerebro es nuestro puente con el mundo porque gracias a él podemos pensar, sentir, aprender, emocionarnos, movernos y reaccionar frente a las diferentes situaciones que nos presenta la vida. Lo que te acabamos de compartir tiene la intención de recordarte que la práctica educativa no se realiza con objetos que reciben lo que enseñas. Tú trabajas con personas pequeñas, jóvenes o adultas quienes, sin importar su edad, género o condición, piensan por sí mismas y están en permanente proceso de crecimiento, cambio y búsqueda para explicarse el mundo en el que participan. Todas ellas son capaces de aprender y de enseñar. Con tu guía y atención enriquecerán lo que hoy son y serán mañana. ¿Cómo vemos a las niñas, niños y adolescentes en el Conafe? En especial, los bebés tienen mecanismos poderosos para aprender a una gran velocidad. De hecho, algunos científicos se han referido a ellos diciendo que “eso que vemos en la cuna es la mente más grande que jamás haya existido, la más poderosa máquina de aprendizaje en el universo” (Ostroff, 2018, p. 15). Aprenden, por ejemplo, a comunicar sus necesidades e intereses con sonidos, movimientos, gestos, posturas y palabras. Es necesario observarlos y escucharlos con atención para entenderlos. También aprenden que son capaces de decidir por sí mismos, ¿lo has notado? Imagina la siguiente escena: un bebé hace “trompetillas” con la boca cada vez más fuertes llevando sus manos a la cara una y otra vez. Su madre podría pensar que tiene hambre porque ya han pasado algunas horas desde que comió la última vez, por lo que necesita darle leche de su pecho. Sin embargo, el bebé lo rechaza y empieza a gritar y a frotarse D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 22. 22 la cara. Entonces, ¿qué quiere el bebé? Probablemente esté hambriento, pero tiene más sueño y desea dormir. Decidió no comer y tomar la siesta. Ante estas señales, la madre lo arropa y lo sostiene entre sus brazos para arrullarlo… En un par de minutos el bebé recupera la calma y se deja llevar hacia el sueño reparador. Asimismo, vemos a bebés, niñas y niños pequeñitos decidir sus cosas, como con qué jugar, cuánto tiempo, si quieren hacerlo solos o en compañía de otros. Además vemos que, con asombrosa autonomía, las niñas y los niños pequeños construyen preguntas profundas y elaboran tentativas de explicación para comprender el funcionamiento de las cosas. Colibrí, nos comparte una anécdota que ilustra muy bien lo que te decimos: Cuando visité una escuelita de una comunidad yucateca, vi a Vale, una pequeña de tres años que jugaba a la casita. De pronto, dijo que su casa no tenía techo porque le gustaba ver el azul del cielo. Enseguida volteó a ver a Martha, la educadora comunitaria que la miraba y le preguntó: —¿Por qué el cielo es azul? Martha le respondió con otra pregunta: —¿Por qué crees tú? —Mmmmmm…. ¡porque el cielo es un espejo en el que se mira el mar… el mar es azul! —Y luego continuó expresando otra suposición—: Porque al cielo le gusta más el color azul del arcoíris y por eso se viste de azul. Martha, después de validar y pedir más argumentos sobre sus suposiciones tan creativas, le propuso hacer un experimento para descubrirlo. Con admirable creatividad, las NNA construyen metáforas apoyadas por la imaginación para darle significado a las experiencias de su vida y comprenderla. Adoptando el planteamiento de Boullosa (2017), podemos afirmar que sin imaginación y fantasía no hay metáforas. Sin ellas, nuestra actividad mental sería pobre, mecánica, carente de emoción. El arte de las metáforas consiste en otorgar un nombre a una cosa que pertenece a otra. Colibrí nos regala un ejemplo de cuando escuchó a Juan, un educador comunitario, expresar con emoción una anécdota igual de valiosa que las de sus compañeros de reunión: Recuerdo que mis pequeños construían una entrevista para recabar información sobre cómo era la comunidad años atrás. Cuando les pregunté sobre a quiénes podían entrevistar, Gaby, una de las más pequeñas de mi grupo, dijo con singular alegría: D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 23. 23 —¡Pues a mi abuelo! Entonces le pregunté: —¿Por qué a tu abuelo, Gaby? —Porque mi abuelo es un pozo, como el pozo que hay cerca de mi casa. Y volví a preguntar: —¿Y por qué es un pozo, Gaby? —Porque a los pozos les cabe mucho, me asomo y no veo el piso. Mi abuelo es así, un pozo, un pozo que sabe mucho. También el siguiente es un ejemplo que recogió Colibrí en una sede de formación zacatecana. Este refleja el ingenio con el que las NNA utilizan además de las metáforas, las analogías para comprender fenómenos de la naturaleza. Así dijo Fátima, una educadora comunitaria: Uno de los pequeños de mi grupo de primaria se interesó por saber de dónde viene la lluvia. Tras varios momentos de diálogo y experimentación, Saúl utilizó palabras familiares con una dosis de imaginación, para explicarlo. En su lenguaje pude notar que comprendió el ciclo del agua: “El agua es muy inquieta, no se está. Anda siempre viajando. Al agua le da mucho calor cuando el sol quema, entonces se hace chiquitita para volar al cielo donde está más fresco. Es como cuando mi mamá calienta el agua en la olla para bañarme, el agua siente mucho calor del fogón y decide irse pa´arriba. Después, a los chiquititos de agua les da mucho frío en el cielo, se abrazan para sentirse mejor y se tapan con una cobija de algodón. ¡Esas son las nubes!, chiquititos de agua durmiendo. Y cuando escuchan los truenos en el cielo se espantan y empiezan a llorar, entonces se agarran de las manos para echarse un brinco. La lluvia son esos chiquititos de agua que regresan al río”. Como estos, hay muchos más ejemplos que ilustran la gran inteligencia que tienen las NNA, pero sobre todo reflejan que tienen mentes abiertas y dispuestas a la creatividad, a la innovación, a la imaginación y al aprendizaje. Todas las NNA son personas autónomas, con derecho a participar en los contextos donde se mueven: en los espacios educativos, en la casa, en el campo, en la ciudad y muchos otros. ¿Cómo participan? Al explorar, al observar con atención, interés y detenimiento las cosas, para después darles un nuevo significado de acuerdo con su cultura, al compartir sus pensamientos y sentimientos, y contribuir con sus opiniones y formas de D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 24. 24 solución; al contagiar su alegría y sentido del humor, y cuando expresan su afecto con palabras, gestos y con el contacto físico. Como adultos, cuando observamos a conciencia las experiencias de las NNA, ya sea solos o acompañados, es inevitable no sentirnos cautivados; incluso deseamos recuperar la misma alegría, asombro y creatividad. Debemos comprometernos en no aplastar estas cualidades. ¿Has observado algún momento o forma en que a las niñas y a los niños se les obligue a comportarse como pequeños adultos?, ¿qué consecuencias imaginas que esto pueda tener? En esos casos los volvemos tan serios y sombríos, que sus cualidades se encogen en vez de expandirse. Las NNA necesitan que los adultos tengamos con ellos encuentros cargados de amabilidad, ternura, respeto y admiración. Imagínate la siguiente escena: Sara juega con bloques de colores. De pronto, su maestra se acerca a ella y sin detenerse a observar qué hace y cómo lo hace, le empieza a decir que los bloques están mal acomodados y solo le da la instrucción de agruparlos por colores y con el mismo número de piezas. Si la maestra se hubiera dado la oportunidad de contemplar las acciones de Sara, se habría dado cuenta lo inteligente y creativa que es, porque aprovechando la gama de colores que tenía creó un barco utilizando patrones y, además, inventó una linda historia sobre su vehículo. ¿Qué hubiera pasado en cambio, si la maestra le hubiera reconocido su descubrimiento y en consecuencia, hubiera decidido iniciar un diálogo cálido y respetuoso para entender sus habilidades y seguir explorando sus talentos? Solo si somos capaces de ver la inteligencia de las niñas y los niños, sabremos darles el gran valor que merecen sus preguntas, sus dudas, inquietudes, peticiones y necesidades de exploración. Si los adultos tenemos la convicción de que la inteligencia de los niños necesita un “cielo abierto” para crecer, expandirse y fluir, estaremos alegremente dispuestos a crear entornos en los que se les permita ser ellos mismos, donde puedan entregar y compartir la energía y creatividad particular con la que cuentan. El cerebro tiene la asombrosa capacidad para adaptarse y crecer bajo cualquier condición, ya sea favorable o desfavorable. Sin embargo, aquí nos importa contribuir al desarrollo de NNA sanos y felices. Por ello, pensamos en crear experiencias en los ámbitos escolar, familiar y comunitario que favorezcan la autonomía del estudiante para explorar, descubrir, interrogarse, comunicarse para pedir y expresarse desde la propia forma de ser, porque se sabe único e incomparable. En los grupos de la Educación Comunitaria para el Bienestar se reúnen NNA con diferentes colores y matices. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 25. 25 Más importante es aún, que a estas NNA los acompañen adultos dispuestos a enterrar su ego, esa espesa capa de oscuridad que los vuelve impenetrables y creídos de tener la razón y la solución de todo, que les hace verlos como seres indefensos, vulnerables, pasivos y poco inteligentes. Necesitamos adultos sensibles y abiertos a la comunicación, que protegen y respetan las diversas formas ellos se expresan. Adultos que miran a los ojos de los pequeños ávidos de aprender de ellos, que se entregan por completo a observar y escuchar la genialidad y originalidad de sus formas de ser sin poses, sin tratar de quedar “bien” con alguien; sin pretender ser como otro. Adultos que, en la convivencia con los NNA, reconocen que habían arrumbado en el cuarto de tiliches, su capacidad de enamorarse de los pequeños detalles de la vida. Como podrás darte cuenta, en los párrafos anteriores hay muchos elementos que describen cómo vemos a las NNA. Queremos terminar esta primera parte diciéndote que para el Conafe, ellos son como nuestro amigo Colibrí: pequeños seres que llevan tatuada en la piel y en el alma el arcoíris, de vuelo incansable, que suben y bajan como relámpagos. Esto nada tiene que ver con la prisa, sino con la curiosidad, con el ferviente deseo de explorar cada flor del jardín. Son maravillas vivas de gran vigor en su aletear y canto. Entran y salen con valiosos mensajes de bondad, ternura, autonomía y paz. Son quienes nos cuentan sobre las nubes, el sol, el mar, la luna y más. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 26. 26 ¿Cómo entendemos el desarrollo? Nuestro amigo Colibrí salió una tarde a recorrer el paisaje del valle de Tulancingo buscando el néctar que generosamente le ofrecen las flores de los árboles de tejocote, pera, membrillo y manzano. En su vuelo, cruzó las casas de varias familias echando de vez en cuando un vistazo al interior de ellas a través de ventanas y puertas. Primero observó a un bebé de pocos meses en su cuna, contemplando atento y curioso sus manos. Parecía incrédulo de que estas herramientas fueran suyas, que fueran una extensión de sí mismo. Casas más adelante, vio a unos pequeños gemelos que en el patio trasero se divertían jugando a lanzar piedras y correr tras de ellas. En su paso por la última casa, le llamó la atención una joven quien, con gran efusividad, hablaba con una amiga sobre su interés por Pedro; probablemente, buscando en ella comprensión sobre los cambios emocionales que experimentaba. Todas estas acciones nos parecen tan naturales, simples y cotidianas que se nos olvida o nos es difícil reconocer el gran esfuerzo que día a día realiza el ser humano para crearse y construirse, independientemente de la situación que viva. Siempre estamos interactuando con el mundo que nos rodea. En este sentido queremos señalarte con énfasis, que cada persona, sea bebé, niña, niño, joven o adulto, participa de forma activa en su propio desarrollo. ¿Esto qué significa?, ¿qué entendemos por desarrollo? Esbozaremos el siguiente escenario para explicarlo: Trae a tu mente la imagen de un papalote. ¿Cómo es? Recapitulemos su proceso de diseño y construcción: Formar una cruz con varillas de madera, atar con firmeza la unión de las varillas utilizando hilo y después cada extremo de ellas formando un rombo. “Vestir” el esqueleto del papalote con papel china haciendo un pegado cauteloso. Añadir una cola larga y firme. Finalmente, atar una cuerda al centro del papalote, de tal forma que al sostenerlo en el aire, se mantenga horizontal. Ahora, imagínate que el papalote cobra vida. Este “ser” posee características y dispositivos de origen para volar, pues su forma plana, firme y ligera favorece que el viento lo eleve si es que hay viento. La influencia de este, como una condición ambiental, lo llevará por determinado camino. Con suerte, desplegará ciertas capacidades para planear y andar por diferentes rutas, distintas a la dirección del propio viento. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 27. 27 Aunque esté expuesto a muchas influencias del ambiente, este papalote tiene la capacidad de elegir y dirigir su propio rumbo; no sin ciertas limitaciones si solo vive experiencias en solitario, sin la compañía de otros y un medio social y cultural que lo cobije. En este sentido, la intervención de un tutor experimentado en volar papalotes e interesado en este ser peculiar, será determinante para apoyarlo a desarrollar otras capacidades. Si el tutor crea condiciones favorables, seguramente el papalote desarrollará todo su potencial; incluso, puede ser una influencia determinante en lo que este llegue a ser. Así, con paciencia y atenta observación, el tutor reconocerá lo que es capaz de hacer en el punto de partida y podrá ofrecerle los apoyos que necesita para aprender habilidades más complejas. A este tipo de ayuda se les conoce como “andamiaje”2 . El apoyo y acompañamiento del tutor posibilitará que el papalote aprenda o descubra por sí mismo, por ejemplo, cómo ganar más estabilidad con la fuerza y dirección del viento, cómo realizar una elevación inicial sin tantos vuelcos, de qué forma variar la inclinación para suspenderse en el aire e incluso, las formas más audaces y creativas para seguir volando a pesar de las inclemencias del tiempo. El papalote experimentará evoluciones en su vuelo conforme transcurra el tiempo. Habrá momentos donde se enfrente solo a situaciones que le causen desequilibrio. Entonces recurrirá a lo aprendido, a los medios de que dispone y que ya ha utilizado antes para superarlos. Si la situación que se le presenta es diferente, lo impulsará a buscar nuevas soluciones por sí mismo o bien, nuevamente, bajo el cobijo de un tutor que le procure un ambiente de confianza, el desarrollo de otras capacidades; reconociendo los esfuerzos que realiza por transformarse y crecer, lo cual en sí mismo constituye un progreso significativo. Los esfuerzos y procesos que hagamos para aprender, madurar y crecer no se relacionan con edades o grados escolares. Más bien, existe interrelación entre la disposición biológica que tenemos y el contexto cultural, social e histórico (resultados de la convivencia con otros), la cual nutrirá y activará nuestro cuerpo, cerebro en particular, para aprender y desarrollarse. Comprender lo anterior ofrece oportunidades para el encuentro entre ti mismo, las familias y las NNA. Míralos como personas que tienen derechos 2 El concepto de andamiaje fue acuñado por Jerome Bruner a partir del concepto de “zona de desarrollo próximo” de Lev Vygotsky. Así como una obra en construcción necesita un conjunto de estructuras constituidas por tablas y tubos que se levantan provisionalmente para ir escalando a lugares más altos y de este modo poder trabajar (llamadas andamios); en la educación también se necesita crear andamiajes para apoyar a que los estudiantes alcancen niveles de comprensión cada vez más complejos, ajustando esta ayuda a sus condiciones y necesidades particulares. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 28. 28 y una forma particular de ser y estar en el mundo, la cual es producto de las relaciones que han establecido con las personas que los rodean, todas ellas, cargadas de cultura y de historia, con valores que han acompañado su crianza y sus propias vivencias, únicas e irrepetibles. Respeta a cada uno de ellos y sus procesos, intereses, características y potencialidades. Cada uno de estos elementos, le da un sentido amplio y flexible a lo que entendemos por desarrollo. III. Construir ambientes para favorecer el desarrollo y el aprendizaje A inicios de octubre, Colibrí decidió dejar las tierras de la Sierra Madre Occidental, en las que suele hacer muchísimo frío, para buscar un hogar más cálido. En su viaje por las alturas, atravesó un valle de tonos marrones que lo hicieron sentir melancólico, razón por la cual tuvo la necesidad de encontrar pronto un lugar agradable donde descansar. De pronto, divisó a lo lejos, en medio de la espesura de pastos y arbustos secos, un inmenso árbol de hojas verdes, de ramas frondosas y de tronco robusto y fuerte. Lo primero que se preguntó fue: ¿por qué es tan diferente este árbol comparado con los restantes?, ¿por qué es tan especial? A este Colibrí tan curioso y preguntón, podemos contestarle lo siguiente: De la pequeña semilla que terminó convirtiéndose en tan imponente árbol, germinó primero una raíz que creció lo suficientemente sólida para aferrarse al suelo, transformándose en una base de gran fuerza que sostiene al árbol a pesar de las condiciones extremas del tiempo. La importancia de la raíz no solo reside en el soporte que le brinda, sino que ella absorbe del suelo los nutrientes que le dan vigor y luminosidad. Con esta analogía, queremos decirte que la práctica que realizas como educador comunitario más la disponibilidad e interés de mamás, papás y cuidadores en seguir las iniciativas y acciones de las NNA, son muy parecidas a las condiciones que determinan el crecimiento de un bello y sano árbol. La disposición a encontrarse con ellos en colaboración y diálogo echará raíces firmes que alimentarán su aprendizaje con sentido. Las palabras, atenciones y cuidados que tú y el resto de los adultos ofrecen a las NNA; la manera en la que se dirigen a ellos, cómo los miran, qué les dicen, cómo los consuelan, cómo conviven; así como las características del entorno físico que comparten, como el lugar y los objetos, forman parte del ambiente educativo y del hogar. Durante los primeros años de vida, el principal entorno de las niñas y los niños es el hogar, donde están en contacto con su familia. Ahí, desde muy D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 29. 29 pequeños, comienzan a conformar una idea sobre cómo relacionarse con quien los cuida y con las demás personas. Esto sucede en la interacción cotidiana, en el día a día, en las diferentes actividades que realizan los adultos con ellos e, incluso, en aquellas actividades en las que no participan directamente. Existe una gran diversidad de familias determinada no sólo por el número de personas que las conforman, sino por la manera en que conviven; también por sus costumbres y tradiciones, por lo que desean para las NNA, por la forma en la que se organizan para asegurar su supervivencia o por lo que hacen para resolver los conflictos, pues todos esos elementos constituyen a las familias. Además, del contacto con otras personas, de los medios de comunicación y de los espacios escolares y/o laborales surge información que influye en la dinámica familiar, reformulando la crianza de las niñas y niños. Esto significa que las acciones que se realizan con y para ellos, ya sea en el hogar, la comunidad o la casa de salud, componen el ambiente en el que crecen y se desarrollan, donde la familia se constituye y recrea. Lo que hacen las familias para cuidar, educar y socializar a las niñas y los niños desde bebés; es decir, para criarlos, influye significativamente en sus vidas. Se trata de bases o recursos que ellos aprenderán y utilizarán en diversos lugares, como la comunidad, el espacio educativo y, más tarde, en el trabajo; por mencionar algunos. Como educadora o educador comunitario, tu provienes de una familia con características específicas dado que fuiste criado con ciertas intenciones e ideología; quizá compartes algunas costumbres y tradiciones con las familias de la comunidad donde realizas tu labor educativa; pero probablemente, también haya opiniones, formas de hacer y solucionar las cosas que difieren de las tuyas. Incluso, habrá situaciones que te resulten ajenas porque cada familia es diferente, singular. En ese sentido, es fundamental mantener una comunicación cercana y sensible con las madres, padres, cuidadores y demás miembros de la comunidad. Todo ello con la intención de conocerlos y sumar esfuerzos para enriquecer el ambiente en el que se desarrollan las niñas y los niños: familia, comunidad y espacios educativos. Te preguntarás, ¿cómo puedo conocer a las familias? y ¿qué hago para enriquecer el ambiente familiar, el comunitario y el de los espacios educativos? En realidad, no todo depende de ti, se logra en conjunto. Comienza contigo, desde la labor educativa donde propicias condiciones que enriquecen ese ambiente; por ejemplo, con la manera en la que te comunicas con niñas y niños, con sus madres, padres, cuidadores y demás miembros de la comunidad; y con el interés que pones por conocer sus D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 30. 30 opiniones e inquietudes: cuando los escuchas, los ayudas a desarrollar sus ideas, los animas a participar, les haces saber que colaborando se encuentran más respuestas y soluciones, o les muestras una manera de comunicarse guiada por el trato amable y respetuoso tanto entre ellos como con los adultos. Asimismo, muestras que la diferencia es una oportunidad para aprender cuando sin emitir juicios y reconociendo la realidad que cada familia afronta, te interesas por conocer lo que hacen para criar a las niñas y los niños, quiénes participan en ello y qué dificultades enfrentan. Por otro lado, cuando observas con interés y detenimiento los juegos de las niñas y niños, escuchas con atención sus conversaciones y puntos de vista, y compartes su asombro sobre lo que descubren y conocen, les haces saber que te importan. Además, si compartes con sus familias algunas de tus observaciones, les ayudas a reconocer en ellos su capacidad para aprender y resolver diversas situaciones, agregas otro matiz a tu labor de disponibilidad y apoyo. Con cada experiencia de aprendizaje en la que se practique la colaboración y el diálogo, las NNA fortalecen su autoestima, adquieren mayor confianza en sí mismos y se motivan para aprender con alegría. Todo esto lo reflejan al socializar y construir relaciones sanas con otros. La forma de entender y practicar la colaboración y el diálogo en el Conafe está abierta a múltiples posibilidades para aprender: en parejas, en grupos pequeños, con todo el grupo o de forma autónoma. En este sentido, queremos decirte que, si bien el valor de la tutoría personalizada reside en que el interesado en acompañar a otro a aprender muestre empatía para apoyarlo con diversas estrategias en el tema que le interese aprender, se suman otras prácticas educativas que también favorecen el aprendizaje. Las NNA necesitan experimentar diferentes actividades para aprender a ser y convivir en sociedad; por ejemplo: jugar, cuidar de un huerto, realizar visitas a sitios o personas de la comunidad, participar en algún comité o asamblea, formar parte del montaje de una obra teatral o incluirse en la lectura colectiva de un cuento, etcétera. Para dar oportunidad a la práctica de la colaboración y el diálogo de diferentes maneras, es indispensable construir ambientes que respeten la diversidad de personas que integran al grupo, donde todos tengan las mismas oportunidades de desarrollarse de forma integral y de expresar libremente lo que piensan y sienten. Con ello se muestra mayor respeto por su potencial para participar activamente y tomar decisiones relacionadas con su propia vida. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 31. 31 Te invitamos a identificar las características que definen un ambiente propicio para el desarrollo y el aprendizaje con atención y respeto a la diversidad. Dichas características no son estáticas; más bien son flexibles, puesto que los ambientes cambian de acuerdo al espacio, los recursos tangibles y principalmente, los intereses y necesidades de las personas que participan en ellos. Características deseables de un ambiente propicio para el desarrollo y el aprendizaje ¡Echemos a volar nuevamente la imaginación para adentrarnos en la comprensión de lo que son los ambientes para el desarrollo y el aprendizaje! Imagina que ya han pasado algunos años desde que dejaste de ser educador comunitario. Tu tránsito por el Conafe te llenó de satisfacción y experiencias enriquecedoras al convivir, tanto con tus estudiantes, como con tus compañeros educadores. Un buen día recibes un correo electrónico de quien en algún momento fue tu Académico de Acompañamiento. En dicho correo te invita a reunirte con otras exfiguras del Conafe para pasar un fin de semana inolvidable en algún lugar cercano. Al llegar al sitio donde se lleva a cabo la reunión, este te parece sumamente atractivo, puesto que es un terreno con espacios interiores bien iluminados y con lugares al aire libre forrados de pasto verde y con mucha vegetación alrededor; incluso, notas que en la parte trasera del terreno hay una alberca y una cancha deportiva. El salón, ubicado al interior, cuenta con sillones confortables, sillas y mesas bien distribuidas, de modo que existe suficiente espacio para que no choquen entre sí. Observas que, sobre un tablón, hay suficiente comida para todos y de la más variada. Hay juegos de mesa de todo tipo en un estante. En una de las paredes del salón está pegada una cartulina con el plan de actividades; entre ellas se encuentran: un mini torneo en pequeños equipos, el cual consiste en superar un conjunto de retos de juegos y deportes; una velada con todo el grupo a la luz de la fogata para compartir experiencias, contar historias y comer bombones asados; caminatas al aire libre para explorar el entorno natural; tiempo libre para disfrutar, por ejemplo, la alberca; tardes de juegos de mesa, entre otras cosas. Puedes tener acceso en cualquier momento a los materiales dispuestos para ti y tus compañeros. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 32. 32 Los organizadores del evento son amigables, responden a tus preguntas y te invitan a hacer sugerencias sobre otras actividades o a mejorar las propuestas. Tus compañeros y amigos se muestran motivados para participar en las actividades y ofrecer su apoyo para que todos se sientan confortables. ¿Te gustaría pasar tu fin de semana en este lugar?, ¿por qué? Seguramente, sin pensarlo, tu respuesta sería ¡sí!, puesto que te llena de emoción y sabes que disfrutarás la experiencia, ya que el ambiente te resulta agradable, cómodo, interesante y bien organizado. Además, las actividades propuestas te parecen sumamente divertidas y variadas. Podrías asegurar que los organizadores crearon ese ambiente pensando en ti y en tus compañeros: en sus gustos e intereses, y en promover su participación activa. Tomaron en cuenta lo que sienten, piensan y opinan, notándose la disposición en favorecer una interacción social positiva entre ustedes como integrantes de un grupo. El ejercicio imaginativo que acabamos de realizar nos tiende un puente hacia lo que entendemos por ambientes para favorecer el desarrollo y el aprendizaje, y cómo dotarlos de sentido y fuerza para encender la alegría de los corazones de los integrantes de un grupo; con el fin de lograr su disposición para aprender a aprender y a convivir. Sin la participación de los integrantes del grupo, los ambientes para el desarrollo y el aprendizaje no existirían, puesto que se construyen para satisfacer las necesidades e intereses de todos. En ellos pueden poner en práctica las capacidades y habilidades aprendidas, al tiempo que al interactuar con los objetos, las situaciones y otras personas, existen oportunidades para aprender otras nuevas. Asimismo, en los ambientes para el desarrollo y el aprendizaje se establecen acuerdos para garantizar espacios con una estética atractiva, segura, organizada y cómoda, puesto que el arreglo del espacio influye en lo que hacemos y en cómo nos sentimos. ¿Cómo te afectaría un ambiente sucio, oscuro, encerrado, desordenado y aburrido?, ¿un lugar donde nada de lo que está puesto llama tu interés? Es muy probable que, de manera inevitable, te sientas estresado, ansioso, cansado y malhumorado. Los ambientes para el desarrollo y el aprendizaje deben estar al servicio del bienestar de las personas que integran un grupo. Cuando las NNA se encuentran en un estado de bienestar, tienen pensamientos y sentimientos positivos. Pueden pensar y expresar frases como: “Siento que soy una parte importante de mi grupo”, “me siento valorado y respetado”, “mis compañeros me escuchan atentamente cuando tengo algo que decir”, “con amabilidad, las personas me ayudan a aprender”, “me gusta D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 33. 33 mi aula y mi escuela porque está limpia y ordenada”, “nunca me aburro porque hacemos diferentes actividades que son muy interesantes” o “me encanta ir a la escuela porque puedo jugar con mi maestro a lo que a mí me gusta”. En concreto, definimos los ambientes para el desarrollo y el aprendizaje como aquellos lugares dentro y fuera del espacio educativo, incluso el hogar, que tienen la intención de motivar a todos a aprender. En ellos hay oportunidades para explorar el entorno, reflexionar sobre lo que se hace y crear por cuenta propia o colectivamente. Son ambientes que abrazan la diversidad de ideas y formas de entender el mundo como una ventaja para seguir aprendiendo. Existe en ellos una riqueza de temas de estudio, rincones o áreas de interés, materiales y objetos. Todos, NNA y adultos, participan en la construcción de los ambientes para el desarrollo y el aprendizaje aportando con sus ideas, decorando el espacio, manteniéndolo organizado y limpio, y creando y respetando las normas de seguridad. En general, sumándose de forma activa en diversas acciones que estén a favor del aprendizaje. Las niñas y niños más pequeños de la educación comunitaria para el bienestar, tienen una gran capacidad para proponer ambientes vivos y auténticos. El papel protagónico en el diseño de los espacios, dentro y fuera del espacio educativo, incluyendo al hogar, lo deben tener las niñas y los niños para que expresen sus ideas sobre la forma en que podrían contribuir y participar. Ahora bien, hablaremos sobre algunos elementos que caracterizan a los ambientes para el desarrollo y el aprendizaje3 que atienden la diversidad; te daremos algunas sugerencias que te pueden orientar en su construcción. Es importante que recuerdes que los espacios físicos interiores y exteriores deben promover el aprendizaje, el bienestar y el sano desarrollo de todos los integrantes del grupo. Todo esto, consecuencia de construir lugares agradables, cómodos, seguros, interesantes, bien organizados y que, sobre todo, toman en cuenta la importancia de establecer relaciones horizontales basadas en la confianza, la autonomía, el diálogo y la colaboración. 3 Se toma como base los apuntes sobre Ambientes de aprendizaje, coordinado por el Mtro. Manuel Bravo (2020) con su grupo de estudiantes de pedagogía en 2020 a lo largo de la clase de “Ambientes Innovadores de Aprendizaje” y se realizan algunas adaptaciones de acuerdo al modelo ABCD. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 34. 34 Acomodo del espacio En los espacios educativos convencionales o tradicionales, se acomodan las mesas y sillas en línea, una tras otra. Se procura dejar espacio entre los estudiantes con la intención de minimizar la interacción entre ellos para favorecer su atención continua sobre lo que el maestro dice y pide. Con ello se espera que las NNA respondan las expectativas permaneciendo callados, escuchando y obedeciendo todo el tiempo. Es evidente que se ejerce un mecanismo de control por parte del maestro sobre los estudiantes: él representa el único foco de atención, es siempre el protagonista. Esta forma de estructurar el espacio impide que haya relaciones recíprocas entre los integrantes del grupo. No hay cercanía, no es posible mirarse cara a cara, ni el conocimiento entre unos y otros a través de la palabra, de los gestos, o los movimientos. Prácticamente, no hay contacto humano basado en la amabilidad, la empatía, el diálogo ni en la colaboración. Se alienta a la individualidad, a la competencia e incluso, se puede experimentar una sensación de hostilidad; es común que se presente el acoso. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 35. 35 Alternativamente, es posible configurar el arreglo del espacio con el fin de posibilitar el que los integrantes del grupo conozcan a las personas con quienes conviven cotidianamente por medio de encuentros que los hagan valorar las cualidades de las personas y de sus culturas. Asimismo, propiciar que empaticen a través de la mirada, de la sonrisa, de las expresiones gestuales y de las palabras al comunicar pensamientos, sentimientos y formas de entender la vida. Con todo esto se contribuye al bienestar. ¿Qué puedes hacer para propiciar la cercanía entre los integrantes del grupo de tal forma que puedan establecer interacciones que les permita conocerse, respetarse y aprender uno del otro? Puedes acomodar el mobiliario (sillas, mesas y estantes) de diversas formas que posibiliten el encuentro, la cercanía y la comunicación; por ejemplo: ● Herradura. Es útil para llevar a cabo actividades o reuniones con todo el grupo. Formen un medio círculo o una herradura ya sea parados o sentados en sillas o en el suelo. La idea es que todos puedan mirarse y escucharse con atención e interés. Puedes utilizar esta configuración espacial, por ejemplo, como preámbulo a una situación de aprendizaje en la que tienes que brindar algunas precisiones y conocer la opinión de las NNA o para invitarlos a compartir sus experiencias de aprendizaje al término de algunas actividades. También la puedes emplear para presenciar demostraciones públicas o para compartir alguna lectura en voz alta. Asimismo, puedes organizarla en el exterior para realizar algunos juegos o actividades lúdicas. ● Islas. Configura el espacio de la comunidad de aprendizaje formando pequeñas “islas” de mesas y sillas que posibiliten la conformación de grupos pequeños en los cuales los estudiantes puedan iniciar y mantener una comunicación cercana, fluida y multidireccional que les permita libertad de movimiento. Al trabajar en grupos pequeños, todos pueden estar en la misma o en diferentes actividades. ● Exterior. Para fomentar ambientes de aprendizaje orientados a la libertad de que los integrantes decidan dónde se sienten más cómodos y acogidos para aprender. Esta libertad posibilita que tanto los espacios interiores como los exteriores (al aire libre) sean aprovechados por las NNA. Fomenta su participación activa al organizar el espacio de acuerdo a sus gustos, intereses y peculiaridades, dejando fluir de forma natural la necesidad de acercarse, de intercambiar ideas, de tomar silencios para la reflexión y para el descanso durante el tiempo que dedicarán juntos al D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 36. 36 aprendizaje. Esta opción también puede ser útil cuando se practique la tutoría; por ejemplo: una bina de estudiantes (tutor- tutorado), elige emprender el camino del aprendizaje bajo la copa del árbol que se encuentra en el patio de la escuela, resguardándose del sol y aprovechando la brisa fresca del viento; otra decide acomodarse en la esquina de un salón, viéndose de frente desde su respectiva mesa y silla. ● Rincones o áreas de interés. Son espacios flexibles de juego y aprendizaje pensados especialmente para los niños más pequeños de la educación comunitaria para el bienestar; sin embargo, puedes extender esta estrategia con los de primaria alta y secundaria. Se organizan ya sea en el interior o exterior para ofrecer diversas opciones a elegir durante el juego, que satisfagan sus necesidades, intereses y habilidades. Todo ello cuidando que sean lugares que permitan la inclusión plena de todos, faciliten el libre movimiento entre el mobiliario y los materiales, así como las interacciones sociales espontáneas. Más adelante profundizaremos en el cómo montar los rincones o áreas de interés para los diferentes tipos de juego y aclararemos cuáles son sus propósitos. Comunicación en la comunidad de aprendizaje Como vimos, el arreglo del espacio dentro de la comunidad de aprendizaje contribuye a aumentar la interacción entre los integrantes del grupo, lo que demanda que además de estar atento a sus necesidades, alientes la comunicación entre ellos, no sólo contigo. La relación tutora sólo se establece mediante interacciones cara a cara, las cuales requieren de un ambiente de confianza para que el diálogo fluya. En la medida que las NNA resuelvan situaciones y problemas usando las palabras, se comprenderán y conocerán más, brindándose la oportunidad de aprender de los demás. Como educador comunitario, tienes un papel fundamental en la creación de un ambiente de convivencia sano, que permita la libre expresión al reconocer diferentes necesidades, gustos, intereses y formas de pensamiento. Te va a facilitar tu encomienda, el encontrar en la diversidad una riqueza porque todos van a aprender de todos. Es importante crear las condiciones para que las NNA del Conafe se puedan expresar con libertad y confianza en su propia lengua. Igualmente valioso es tener la posibilidad de compartir y escuchar cualquier idea, emoción, necesidad e interés, sabiendo que son escuchados y que se validan sus aportaciones al grupo o tutoría. La comunidad de aprendizaje podrá demostrar que el lenguaje es una herramienta valiosa de D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 37. 37 comprensión y construcción de nuevas realidades desde las diferentes perspectivas que existan en el grupo. En la relación tutora, se busca que el diálogo sea horizontal, atento, respetuoso y multidireccional. En los momentos de demostraciones públicas, puedes favorecer que las NNA expresen, a su manera, sus ideas y quienes los escuchan, tengan la libertad para afirmarlo, preguntarle sobre la validez de alguna o pedirle razones o argumentos para que precise y de más explicaciones. También pueden quedarse callados y escuchar. Lo más importante es que sea una comunicación abierta y auténtica. ¿Qué puedes hacer para promover y mantener relaciones de diálogo cada vez más genuinas y constructivas con las NNA? Escúchalos e invítalos a que respondan sobre lo que piensan ellos, no sobre lo que piensas tú u otros adultos. Interesarte de verdad en eso los hace sentirse confiados para expresarse a su manera. Es así que te invitamos a que asumas una actitud de disposición y receptividad para escuchar lo que te dicen e identifiques los significados que guardan sus frases o palabras. Algunas podrían parecer raras o extrañas, pero en ellas se refleja su sentir y pensar. Deja que sean libres de expresarse en su nivel y con sus afirmaciones, dudas, intereses e inquietudes, ve tejiendo el diálogo. Además de lo anterior, con naturalidad y espontaneidad, dialoga con ellos a partir de lo que hacen y dicen, de las propias experiencias y todo cuanto los rodea. Por ejemplo, si visitaron el vivero hace una semana, puedes propiciar que hablen acerca de lo que hicieron, vieron y escucharon para crear un puente hacia el estudio del tema de las plantas (y seres vivos en general). Es más significativo partir de un suceso o evento real y conocido, en vez de que sea impuesto por ti u otros adultos, lo que repercutiría en que se torne carente de significado, puesto que es ajeno a la vida real donde se desarrollan. Promueve que ejerciten la paciencia tomando turnos al hablar. Es común que frente a una situación interesante o que mueve muchas emociones, todos quieran opinar y compartir lo que piensan al mismo tiempo. La comunicación multidireccional no tiene por qué ser caótica; por ello, asume o designa a alguno el papel de moderador para organizar las intervenciones e invita a todos a estar atentos y ser respetuosos de los pensamientos y sentimientos de los demás. Prácticas educativas diversas Las NNA de la educación comunitaria necesitan sentirse activos, satisfechos y alegres de trabajar con un educador como tú; quien valora el D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 38. 38 proceso de su trabajo más que los resultados, porque los consideras personas inteligentes, fuertes y con grandes deseos de enfrentarse a situaciones de aprendizaje diversas, desafiantes y novedosas. Para impulsar ese espíritu lleno de energía, deberás variar las prácticas que ofrezcas en los espacios educativos con la intención de que propicies en cada experiencia: exploración, creatividad, desafío intelectual, fortaleza emocional, autorregulación, autonomía y disfrute. A las personas nos gusta aprender y cuando se hace evidente que lo hemos hecho, hay un sentimiento de satisfacción. Si tienes la intención de impulsar el aprendizaje en todas las prácticas educativas que promuevas se generará un ambiente cordial y de entusiasmo. En este sentido, procura que el trabajo de un día educativo sea equilibrado; es decir, que las NNA sepan que habrá diversas oportunidades para enfrentar desafíos, colaborar entre varios para realizar algo, tomar decisiones, convivir, establecer acuerdos, compartir ideas, tutorarse, salir al exterior, jugar, etcétera. Puedes, en un mismo día, promover diversas formas de organizar el grupo para trabajar: en binas, tríos, grupos pequeños, con todo el grupo o de forma individual; con una niña, niño o adolescente ofreciendo tutoría y los demás, simultáneamente, en un trabajo autónomo consultando material, investigando su tema o jugando en los rincones. Elige todo lo que favorezca su desarrollo y construye, junto con ellos, un ambiente de trabajo alegre, de confianza, que invite a que la comunidad aprenda a aprender y a convivir. La estética del espacio El espacio de la comunidad de aprendizaje debe ser un lugar práctico y agradable; es decir, con calidad estética. Si logramos la participación de las NNA, mamás, papás y demás personas de la comunidad en su arreglo, limpieza y decoración, será un espacio acogedor, limpio, ordenado y, por tanto, bello. Evita colocar adornos comerciales, fuera del contexto comunitario, tales como personajes de Walt Disney o de otras películas. Procura que sean las propias NNA quienes decoren y ambienten su lugar. Es importante que se lo apropien. Una manera de lograrlo es que sean ellos quienes coloquen sus dibujos, pinturas, textos y nombres. Procura que haya tableros para colocar a los encargados de las comisiones, el registro de asistencia, el calendario, entre otras cosas. Sobre todo, uno para la exhibición de sus trabajos. Cuando ven sus trabajos, se sienten reconocidos y motivados a seguir produciendo más. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 39. 39 Condiciones ambientales de la comunidad de aprendizaje Para que un aula sea un lugar cómodo que nos invite a permanecer a gusto, hay condiciones indispensables a tener en cuenta: ● El tamaño ● La iluminación ● La ventilación ● El ruido ● La temperatura Asegúrate de que estos aspectos estén en las mejores condiciones; de no ser así, solicita apoyo por parte del programa La escuela es nuestra o al municipio. Las madres y padres que integran la APEC, pueden apoyarte con la gestión de estos recursos. El orden y limpieza son aspectos a tener en cuenta todos los días. Establece un momento del día para revisar, junto con las NNA, cómo está el espacio educativo: cuidar que no haya papeles tirados y limpiarlo (barrer, sacudir y, si es el caso, trapear). Si la limpieza se realiza diariamente, organizados en comisiones con roles, no se hace pesado y se mantiene en mejores condiciones el mobiliario y material. Condiciones emocionales En el espacio donde vas a convivir con NNA de diferentes edades y temperamentos, es necesario que cada uno se sienta seguro, confiado y aceptado. Estas son necesidades psicológicas que todas las personas tenemos. Como educador comunitario, es importante que estés atento a que cada uno se la pase bien, para que quiera regresar con gusto al día siguiente. Si se presentara un caso de violencia o acoso escolar, será necesario atenderlo y dedicarle tiempo desde que se detecta. Hay una metodología denominada Los seis pasos para la solución de conflictos (Weikart y Hohmann, 2010, p. 371), que consiste en que el adulto a cargo del grupo tome el papel de mediador entre las partes (personas) que tienen algún conflicto. Con tu ayuda, pasará a ser un problema en busca de solución. Aprovecha Los seis pasos y uno a la vez, acompaña a los involucrados: D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 40. 40 a) Acercarse con calma y detener cualquier acción que pueda lastimar. b) Reconocer las emociones de cada una de las partes involucradas. c) Obtener información de cada uno. d) Replantear el problema. e) Pedir ideas y sugerencias de solución a los involucrados. f) Ofrecer seguimiento y apoyo a los involucrados. Seguridad Hay otra condición que favorece al ambiente en el que crecen y se desarrollan las NNA, está ligada al espacio físico y los objetos, y desde lo que tú haces, puede trascender al hogar y la comunidad. Por ejemplo, si comienzas a reconocer situaciones que pongan en riesgo sus vidas o les puedan causar un accidente y retiras del espacio educativo aquello que les origina, invitando incluso a las familias a colaborar en la creación de un entorno seguro, añades otro referente para el cuidado de las NNA. Las personas somos quienes principalmente configuramos el ambiente en el que crecen, por ello, es fundamental revisar cómo convivimos con los demás y qué hacemos para estar en un entorno seguro que no limite su exploración y aprendizaje. Un ambiente seguro es donde todos se sienten protegidos. No nada más cuidando la integridad física de cada uno, también la emocional y psicológica. El acoso escolar, los castigos corporales, las agresiones, el abuso verbal y sexual, y otros tipos de amenazas merman el bienestar no sólo de las NNA, también de las familias y de la comunidad. En ese sentido, es importante que seas un promotor de la no violencia tanto en el espacio educativo como en el familiar y comunitario. Invita a mamás, papás, cuidadores y las propias NNA a tomar medidas para que haya ambientes seguros donde todos puedan sentirse a salvo. Dialoga con los integrantes de la comunidad de aprendizaje sobre cómo podrían prevenir abusos o cualquier tipo de violencia con el objetivo de que se viva el respeto y la inclusión de todos. Apoya al grupo para que desarrolle sus propias ideas dirigidas a la propuesta de medidas de seguridad y convivencia sana, dejando florecer la creatividad. Conviene que se instauren algunas reglas y normas construidas entre todos con la idea de que se comprometan a respetarlas. Puedes preguntarles, por ejemplo: ¿Qué podemos hacer para que todos se sientan seguros a la hora D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 41. 41 de expresar sus opiniones o ideas?, ¿qué podemos hacer para que todos tengan la oportunidad de expresarse?, ¿cómo podemos resolver un conflicto sin agresiones físicas o verbales? En cuanto a mantener seguro el espacio, el mobiliario y los materiales del aula, la APEC te brindará su apoyo. Necesitan cerrar las ventanas y puertas. Asegurarse de que el mobiliario se encuentre en buen estado para evitar accidentes con alguna parte punzocortante o alguna astilla de los muebles. También procuren mantener con pintura e impermeabilizante el espacio educativo, así como asegurar artículos de limpieza para tenerlo limpio cada día. Materiales Los materiales que se ponen a disposición de las NNA tienen que invitarlos a la exploración, al movimiento y a la experimentación; su creatividad debe dictarles qué hacer con ellos. Evita definir su uso o imponer el tipo de producto que a ti te interesa que realicen. Acondiciona el ambiente con materiales diversos, puedes variarlos cada cierto periodo para favorecer y enriquecer diferentes tipos de interacción; dando siempre cabida a la libertad de utilizarlos de acuerdo a la forma personal de interpretar y representar las ideas que tienen sobre el mundo. Incorpora los materiales propios de la región o la comunidad donde prestas tu servicio; por ejemplo, si en esta las mujeres se dedican a bordar, pueden proveerles de hilos y telas. Si hay quienes se dedican a oficios como carpintería, artesanía, albañilería o tengan tienda de abarrotes, granjas, cafetales, entre otras actividades, puedes gestionar con ellos la donación de materiales que despierten el interés de las NNA y así brindarles otro tipo de experiencias. Como ves, no siempre es necesario que se compren los materiales, también puedes conseguir diversidad de ellos de sus propias casas con apoyo de la familia. Pueden ser objetos que se ocupen, por ejemplo, en la cocina o en el campo. Pide a los miembros de la comunidad que recuperen y guarden los envases, cajas de cartón y otros materiales que se puedan reciclar. Todo lo que las mismas NNA puedan reunir: piedras, palitos, arena, hojas, flores, etcétera, te puede servir. Ellos tienen una gran imaginación y sabrán qué hacer con estos materiales. Si tienes varias opciones que mostrarles y los pones a su disposición, podrán llevar a cabo sus propias iniciativas y comprometerse con su trabajo. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 42. 42 La mejor manera de conservar los materiales completos y en buen estado, es que se asigne un lugar para guardarlos desde el inicio del ciclo escolar. Si se le pone una etiqueta con el nombre del material a la caja o contenedor donde se almacena, será fácil ubicarlo para volver a ponerlo en su lugar una vez que lo terminen de utilizar. IV. Jugar es cosa de todos La voz dulce de Toñito, un niño de cinco años, cautivó a Colibrí, quien eligió la rama que mejor vista le ofreció para ver el espectáculo que acontecía en ese momento: ver jugar al niño debajo del árbol. Con gran emoción, Toñito hacía marchar algunos de los soldaditos de piedra que recogió del jardín, hacia los caballos que hizo con ramas para montarlos e ir al rescate de los toros y vacas que quedaron atrapadas en la cueva –una lata de aluminio– tras el deslave del cerro. Al hacer llegar sus soldados al lugar del siniestro, grita: “Psheeeeeeeeew”, mientras deja caer bruscamente tierra sobre ellos, quienes ahora se encuentran atascados. Regresa por refuerzos para completar la misión; los sube a un avión imaginario que vuela por los cielos, listos para salvar a sus compañeros y a los animales que están ocultos bajo la tierra. Con gran emoción grita: “¡Llegaron los soldados!”, “¡cuidado abajo!” ¿Qué opinas del juego de Toñito?, ¿crees que está entregado completamente a él?, ¿por qué? Sin duda alguna, podemos decir que Toñito está atado a su propio proceso creador, representa el mundo en ese momento. Su corazón y mente se encuentran conectados. Se mira gozoso, satisfecho, feliz… nada más le parece importar. D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 43. 43 Te invitamos a realizar un viaje en el tiempo para recordar: ● ¿A qué jugabas cuando eras pequeño? ● ¿Qué juegos te hacían perder la noción del tiempo porque los gozabas con plenitud? ● ¿Eran juegos en grupo o en solitario? ● ¿Intervenían los adultos? Y ahora, ¿a qué juegas?, ¿qué actividades te generan placer y dicha? Todos, bebés, niñas, niños, jóvenes y adultos jugamos, concretamente, al realizar actividades de gran disfrute a las que explícitamente no les llamamos juego. Cuando llevamos a cabo nuestras propias ideas de transformar el espacio y resignificar los objetos o materiales disponibles, somos capaces de crear y transformar nuestro mundo porque somos quienes le damos sentido y además ¡nos divertimos al hacerlo! Cuando somos pequeños, nos atrevemos más a explorar el entorno con curiosidad, encontrando frecuentemente formas nuevas de mirar las cosas. A través de lo que vemos, escuchamos, tocamos, probamos, olemos y sentimos, conectamos con el mundo y nos parece fascinante. Por eso, de pequeños nos gusta, por ejemplo, averiguar a qué huele, cómo se siente e incluso a qué sabe el lodo, cómo se transforman las hojas y flores al cortarlas y machacarlas para preparar “la comidita”, entre otras cosas. Al observar a las niñas y a los niños pequeños jugar en libertad, podemos identificar que el juego nace de su interior. Su conducta es espontánea, sin guiones, objetivos ni resultados anticipados. Con singular creatividad, y a partir de la imaginación, piensan y hacen cosas que van más allá de lo que puede parecer cotidiano. Se permiten probar nuevas formas de darle significado a los objetos y a las situaciones, por eso es común observar que hacen que una cosa represente a otra. Por ejemplo, una silla cubierta con una cobija puede ser la cueva perfecta donde vivan sus osos de peluche. Durante el juego, las niñas y los niños dan todo de sí: su disposición, su atención, concentración y, en general, toda su energía con una carga emocional positiva. Es así que el vínculo que construyen con este es serio y se comprometen intelectual, afectiva y físicamente con él hasta el final porque les genera bienestar. El juego tiene un poder extraordinario en el desarrollo mental y afectivo de las niñas y los niños; satisface sus necesidades de comprender cómo es el mundo, cómo son los demás, cómo son ellos mismos y cómo funcionan D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 44. 44 las cosas (Consejo Coordinador de la Educación en la Primera Infancia [CCEPI], 2014, p. 55). Cuanto más receptivo y dispuesto al juego sea el ambiente, se crean más oportunidades para que tengan experiencias creadoras en las que su pensamiento y acción son autónomos y de profundo sentido. ¿A quién no le gusta ser capaz de hacer elecciones, negociar con los otros, experimentar e investigar con objetos e ideas? María Emilia López, especialista en educación temprana, dice que la creatividad tiene mucho que ver con el estado de ánimo con el que se mira el mundo (López, 2021, 36:17). Y es cierto; si observas con detenimiento la actitud de los pequeños durante los juegos podrás constatar que con alegría, entusiasmo y curiosidad, se relacionan con las cosas más simples de su entorno porque hay un deseo intrínseco de exploración y expresión de lo que fantasean e imaginan para representar, recrear o construir realidades con significado. “Impedir a las niñas y a los niños el juego es impedirles la experiencia más importante de la vida” (Loja, 2021, párr. 1). Por ello, hay que favorecer el juego en los espacios educativos, en el hogar y en la comunidad, porque gracias a esta experiencia se despliegan una serie de habilidades importantes para la vida, entre ellas, la de crear. Hasta aquí hemos hablado sobre la importancia del juego principalmente en niños pequeños; sin embargo, este es una práctica fundamental en los seres humanos de todas las edades para desarrollarse, conocer, aprender y convivir. Lamentablemente, hemos crecido y nos hemos desarrollado en un medio cada vez más estructurado en relación a la idea de éxito según los estándares laborales. Los maestros en las escuelas convencionales imponen, incluso desde el preescolar, actividades académicas orientadas a logros que no consideran las condiciones reales de cada persona, pues están atados a metodologías que se basan más en la instrucción que en el aprendizaje, más en expectativas externas que en considerar las motivaciones internas de las NNA. Así, se alinean a lo que las autoridades educativas creen que es lo verdadero, bello y significativo, en lugar de permitir que lo descubran por sí mismos a partir de situaciones que tomen en cuenta su contexto y cultura. Ante este panorama desfavorable, se desvanecen todos los elementos que caracterizan al juego: espontaneidad, creatividad, curiosidad, autonomía, placer y sentido de conexión entre mente y corazón, para implementar situaciones de enseñanza basadas en el control y sometimiento, las cuales, D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 45. 45 lo único que hacen es dañar seriamente el aprendizaje genuino y el desarrollo mental y afectivo de las NNA. La práctica educativa cotidiana del Conafe, fundamentada en la relación tutora, es ante todo, respetuosa de la diversidad. Promueve el gusto y la capacidad que todos tienen de aprender y enseñar sin importar la edad, género y condición. Con ella se alienta a recuperar la seguridad y confianza con la que exploramos y jugamos en la infancia. “La tutoría abre el espacio para que podamos jugar al aprender y explorar como lo hacen los chicos” (Cámara, 2022, 5:10). Se nos otorga tiempo y espacio para expresarnos con libertad, dando oportunidad para que con vitalidad, espontaneidad y fluidez, interactuemos con las personas, los libros, las situaciones, los objetos y con el entorno en general, siempre con gozo. Los elementos que caracterizan al juego y que ya mencionamos anteriormente: espontaneidad, creatividad, curiosidad, autonomía, placer y sentido de conexión entre mente y corazón, tienen punto de origen en las necesidades, deseos, intereses e intenciones de las personas. Tu tarea como educador comunitario y tutor, es procurar que estos elementos estén presentes en tu práctica educativa. Alcanzarán su máximo potencial si la persona que invitaste a tener una experiencia lúdica es acompaña de tu observación y escucha atenta, de tu actitud amable y empática; de tu apoyo para que encuentre soluciones utilizando el diálogo como herramienta fundamental. V. La relación tutora, su ciclo y la creación de redes ¿Cómo te hubiera gustado que fuera tu paso por la escuela? Seguramente, como todo lo nuevo y diferente, al conocer el ABCD encontrarás que es distinto con respecto a la forma en que recibiste tu educación básica, media superior o incluso, superior. Es natural el desconcierto, pues pone en duda aspectos elementales del modelo tradicional que la mayoría hemos practicado desde pequeños: sentados en filas, en un orden estricto frente a un pizarrón, recibiendo una clase de un profesor o profesora. Recordarás que quien enseña impone lo que sabe para que el grupo aprenda como él lo cree correcto y suficiente. Generalmente, también le indica al grupo qué hacer y cómo. Da la lección para todos de forma homogénea y todos esperan sus instrucciones. Aunque seguramente, tuviste excelentes maestros que te guiaron a aprender y adquirir habilidades valiosas en tu vida escolar y extraescolar, D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 46. 46 es válido cuestionar ese tipo de enseñanza, pues tiende a reproducir modelos donde es escaso el diálogo entre quien enseña y quien aprende y, generalmente, no parte del interés del alumno por lo que desea aprender, ni respeta su ritmo y capacidad. Ahora te invitamos a ahondar en ese recuerdo de tu vida escolar, a situarte en una clase de la primaria o secundaria. Probablemente te hallarás en una lección grupal, que no permite la atención individualizada, pues busca que cada alumno se adapte al estándar y cumpla una serie de expectativas y metas establecidas para cada grado o nivel educativo. Tal vez también recuerdes que muchas veces se premiaba o castigaba como parte de la dinámica de la clase. Haz el ejercicio y recuerda lo que te pedían aprender. Podrás darte cuenta de que, en mucho, se trataba de memorizar datos, fechas, nombres, hechos, fórmulas y reglas de escritura. Recuerda cuántos dictados y subrayados hacías, el número de “planas” que tenías que hacer de tarea; los resúmenes de lecturas. Ahora, piensa cuánto de todo eso comprendías y le encontrabas un sentido para tu vida, cuánto de ello te interesaba y deseabas profundizar. Es más, ahora mismo, cuánto de ello recuerdas y comprendes a pesar de que lo viste una y otra vez en diversos niveles escolares. Recuerda, además, esos momentos en que tú o algunos de tus compañeros se sintieron desmotivados o tristes por no poder cumplir con alguna actividad o por no obtener la calificación deseada. En general, mucho se trataba de competir con los otros, de ser el mejor, el más o la más inteligente, de destacar por encima de ellos como medida del éxito escolar. Quizá por ello no todos lograron cumplir el año escolar o, peor aún, dejaron la escuela. Es más, quizá, sin que te lo cuestiones, puede ser que tu aversión por las matemáticas, por la lectura, por la ciencia o por cualquier área del conocimiento, se deba a que la manera en que tuviste que adentrarte en ellas causó una experiencia de rechazo y desinterés, cuando en realidad pueden ser hasta divertidas; todo depende de la manera en que las estudies. Por ejemplo, es un hecho que en un sistema educativo que se sustenta en la competencia, la disciplina, el control, la obediencia, así como en la memorización de contenidos, se favorezca que ciertos alumnos sobresalgan, pero no por ello consigan un aprendizaje profundo: alumnos de diez que no logran aprender a aprender y reflexionan poco; que son condicionados y conducidos sin tener un verdadero interés e iniciativa por el conocer y por el autoestudio, sino que buscan satisfacer a sus padres y a las autoridades educativas. Esta situación también representa una deficiencia educativa que tendrá repercusiones en el futuro del D O C U M E N T O D E T R A B A J O
  • 47. 47 estudiante. Así lo atestigua el siguiente testimonio de Santiago Rincón- Gallardo (2019, 9-11), quien nos comparte su experiencia escolar: Desde la primaria hasta la preparatoria fui un alumno “de diez”. Gracias a becas por mi buen desempeño, tuve el privilegio de asistir a una escuela de muy alta reputación en la Ciudad de México. Cada mes llevaba a casa, con orgullo, un cuadro de honor por el mejor nivel de aprovechamiento en mi grupo. Representé a mi escuela en múltiples competencias académicas. En las ceremonias escolares, con frecuencia cargaba la bandera nacional en la escolta de mi generación, lo que era considerado como uno de los mayores honores para un estudiante. Según mis maestras, yo era un estudiante ideal, un ejemplo a seguir para mis compañeros de grupo. Sin embargo, salí de la preparatoria sin saber verdaderamente leer y escribir. Podía desde luego, pronunciar con claridad las palabras escritas en un texto y “terminar” libros completos, recitar secciones enteras de los libros de texto y vaciarlas en los exámenes. Pero no habría sido capaz de explicar el argumento central de una historia que acababa de leer. No habría sabido qué decir si me hubieran preguntado sobre las estrategias del autor para establecer o defender su perspectiva, mucho menos articular mi opinión personal sobre sus ideas. Sabía cómo juntar palabras y frases con ortografía perfecta, gramática impecable y bonita letra. Pero hubiera sido incapaz de acceder a mi propia voz y expresarla por escrito. Tomé clases diarias de japonés durante 12 años consecutivos, con excelentes calificaciones. No obstante, hasta la fecha no soy capaz de mantener una conversación decente con un hablante de este idioma por más de 20 segundos. Quizá más trágicamente, me gradué de la preparatoria con las mejores calificaciones sin tener idea de cómo aprender por mi cuenta. ¿Cómo es que tuve “éxito” en la escuela? Tenía muy buena memoria de corto plazo. Podía memorizar pasajes enteros de los libros de texto el día antes de un examen y escribir en él versiones prácticamente textuales. Me especialicé en entender y satisfacer las expectativas de mis maestros. Me volví especialmente bueno en identificar qué había que hacer para obtener la mejor calificación posible, y en hacerlo. Con frecuencia me pregunto cómo toleré hacer esto a lo largo de toda mi niñez y adolescencia. Quizá tuvo que ver el que la muerte de mi padre, cuando yo tenía cuatro años y mi hermana menor dos, me llevara a sentir la responsabilidad de ayudar a mi madre, quien siempre enfatizó la importancia de salir bien en la escuela. En mi mundo de niño, salir bien en la escuela era el trabajo más importante; hacerlo mantendría contenta a mi mamá y pondría una preocupación menos sobre sus hombros. En parte también pudo deberse al sentido de satisfacción que produce la aprobación de los adultos y la D O C U M E N T O D E T R A B A J O