El siglo XVII en España estuvo marcado por crisis económicas, sociales y políticas. La población sufrió una importante reducción debido a las malas cosechas, la peste y las numerosas campañas militares. Los reyes delegaron gran parte del poder en validos que gobernaron en su nombre. Internamente hubo rebeliones contra los intentos de reforma fiscal y a nivel exterior la monarquía española entró en conflicto permanente con otras potencias europeas por el control del continente.