La lección describe cómo Dios originalmente creó la humanidad para vivir en unidad y armonía, pero cómo el pecado rompió esa unidad. Aunque la humanidad se corrompió aún más después de Adán y Eva, Dios trabajó para restaurar la unidad eligiendo a Abraham y a Israel. La lección concluye que la iglesia cristiana debe reflejar la unidad perfecta entre el Padre y el Hijo.