4. LA DOBLE
NATURALEZA
DE JESÚS
El Hijo del
hombre
Completamente
humano
Reveló su
misión
mesiánica
El Hijo de Dios
Completamente
divino
Reveló su
divinidad
5. DESPUÉS DE MÁS DE DOS
AÑOS DE MINISTERIO
PÚBLICO, Jesús preguntó a
sus discípulos: “¿Quién dicen
los hombres que es el Hijo del
Hombre?” (Mat. 16:13). Fue
fácil para ellos informarle lo
que habían escuchado que
decía la gente acerca de él.
Pero, más difícil fue responder
la siguiente pregunta: “Y
vosotros, ¿quién decís que
soy yo?” (Mat. 16:15). Ahora
era una pregunta personal.
Jesús no les pidió sus
opiniones acerca de su
apariencia exterior ni de su
carácter. En lugar de eso, su
pregunta apuntó a la esencia
del ser de Jesús. Tenían que
expresar su convicción y su fe
personales.
6. Todo ser humano, tarde o
temprano, deberá responder la
misma pregunta. Tenemos que
decidir, individualmente,
quién es Jesús para
nosotros. No sirve repetir lo
que otros han dicho o creído. La
respuesta debe ser nuestra
propia creencia personal. Y de
esa respuesta depende el
destino de cada ser humano.
En esta leccion trataremos de
encontrar la respuesta
basándonos en lo que Jesús
mismo dijo e hizo. Nuestro
objetivo es llegar, por fe, a la
misma respuesta que Pedro:
“Tú eres el Cristo, el Hijo del
Dios viviente” (vers. 16).
7. “Porque el Hijo del Hombre
ha venido para salvar lo que
se había perdido” (Mateo 18:11)
“Hijo del hombre” es el apodo que
Jesús usó para referirse a sí mismo.
En el Antiguo Testamento, este
término se usa siempre para hablar de
personas humanas.
Es así como Dios se dirige tanto a
Ezequiel como a Daniel.
En el libro de Daniel, encontramos esa
misma expresión para hablar de Jesús
mismo (Daniel 7:13; 10:16).
Al usar este término, Jesús quería
resaltar que era completamente
humano. Dios se había integrado, por
nacimiento, en la familia humana.
8. “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí
con las nubes del cielo venía uno como un hijo
de hombre, que vino hasta el Anciano de días,
y le hicieron acercarse delante de él” (Daniel 7:13)
Aunque nunca se autodenominó “Mesías”, Jesús usó la expresión “hijo
del hombre” de tal manera que se pudiese relacionar claramente con su
papel mesiánico, tal como se muestra en Daniel 7:13.
“Entonces aparecerá la
señal del Hijo del Hombre
en el cielo; y entonces
lamentarán todas las tribus
de la tierra, y verán al
Hijo del Hombre viniendo
sobre las nubes del cielo,
con poder y gran gloria”
(Mateo 24:30)
“Cuando el Hijo del
Hombre venga en su
gloria, y todos los
santos ángeles con él,
entonces se sentará en
su trono de gloria”
(Mateo 25:31)
“Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde
ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del
poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo” (Mateo 26:64)
9. EL HIJO DEL HOMBRE
Este título, “el Hijo del Hom-
bre”, era el nombre favorito
que Jesús se daba a sí mis-
mo. Según los evangelios, él
se refirió a sí mismo como el
Hijo del Hombre más de
ochenta veces. Las demás
personas nunca se dirigieron
a él usando este título.
Jesús, sin duda, eligió este
nombre especial con un
propósito en mente.
Esta expresión idiomática era común en el Antiguo Testamento.
Con una sola excepción: siempre fue usada en referencia a un ser
humano. La Biblia presenta a Jesús como un verdadero ser huma-
no. Nació como un bebé, creció como un niño que se desarrolló “en
sabiduría y en estatura” (Luc. 2:40, 52), y tuvo hermanas y herma-
nos (Mat. 13:55, 56). Comió (Mat. 9:11), durmió (Luc. 8:23), se cansó
(Juan 4:6), y tuvo hambre y sed (Mat. 4:2; Juan 19:28). También
sufrió de tristeza y angustia (Mat. 26:37).
10. Para el observador casual,
Jesús parecía ser un hombre
común que caminaba entre la
gente como uno más en la
multitud. Muchos de sus con-
temporáneos no reconocieron
en él nada más que un hombre
(Juan 7:46). La gente lo trató
como a uno de ellos; se rieron
de él (Luc. 8:53), lo criticaron
(Mat. 11:19), se burlaron de él
y lo ridiculi-zaron (Luc. 22:63).
Para ellos, era simplemente
otro ser humano.
Lamentablemente, no se dieron cuenta de que hay algo más en el título
“Hijo del Hombre”. Según Daniel 7:13 y 14, “uno como un hijo de
hombre” fue con las nubes del cielo “hasta el Anciano de días”, y
recibió dominio, gloria y reino eternos. Los judíos identificaban a este Hijo
del Hombre con el Mesías. De modo que, cuando Jesús usó este título,
estaba revelando, de una manera semivelada, que él era el Mesías
prometido, el Cristo encarnado.
11. Jesús vino a restaurar lo que el hombre había perdido en Edén.
EL HOMBRE
Perdió su relación con Dios
Perdió su santidad
Perdió su hogar
Perdió la vida eterna
JESÚS
Restableció nuestra relación con
el Padre (Juan 1:51)
Perdona nuestros pecados y nos
enseña cómo vivir (Mateo 26:28;
1ª de Pedro 2:21)
Nos está preparando un hogar
(Juan 14:1-3)
Nos da vida eterna (Juan 3:16)
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”
(Lucas 19:10)
12. LA MISIÓN DE CRISTO
Después de considerar quién era Jesús, estamos en mejores condiciones
para comprender qué vino a hacer por nosotros. Satanás hizo acusaciones
contra Dios. A fin de hacer frente a esas acusaciones, Jesús vino para
representar el carácter del Padre y corregir el concepto falso que muchos
se habían formado acerca de la Deidad. Él quería que conociéramos a Dios,
porque conocerlo es indispensable para tener vida eterna (Juan 17:3).
13. Sin embargo,
necesitamos más
que conocimiento
para ser salvos.
Necesitamos que
Dios nos provea un
Salvador. Y ese es,
precisamente, el
significado del
nombre Jesús:
Yahweh es sal-
vación (Mat. 1:21).
Jesús describió su misión en términos muy claros: “el Hijo del Hombre vino
a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Luc. 19:10). En el Edén, el
hombre perdió su relación con Dios, perdió su santidad, perdió su hogar y
perdió la vida eterna. Jesús vino para restaurar todo eso: restableció nuestra
relación con el Padre (Juan 1:51), perdona nuestros pecados (Mat. 26:28),
nos dio un ejemplo de cómo vivir (1 Ped. 2:21), nos está preparando un
hogar (Juan 14:1-3) y nos da vida eterna (Juan 3:16).
14. “La gran condescendencia de Dios
es un misterio que está más allá de
nuestro alcance.
La grandeza del plan no puede ser comprendida
plenamente, ni puede la sabiduría
infinita idear un plan que lo sobrepuje.
Pudo tener éxito únicamente... porque Cristo, llegó
a ser hombre, y sufrió la ira que el pecado ha
producido debido a la transgresión de la ley de
Dios. Por medio de este plan, el Dios grande y
terrible puede ser justo, y al mismo tiempo
justificador de todos los que creen en Jesús, y que
lo reciben como Salvador personal.
Esta es la ciencia celestial de la redención, de
salvar al hombre de la ruina eterna”
E.G.W. (La maravillosa gracia de Dios, 2 de junio)
15. Reflexión:
Observa el mundo y el destino que nos
espera a todos.
Si todo terminara en la tumba, ¿qué
esperanza tendríamos?
Ninguna, si no fuera por el plan de salvación.
¿De qué modo podemos mostrar nuestra
gratitud a Dios por lo que él ha hecho por
nosotros en Cristo?
16. “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el
Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:31)
Tanto los ángeles como los hombres aseveraron que Jesús es el Hijo de Dios.
Gabriel. Lucas 1:35.
Juan el bautista. Juan 1:34.
Natanael. Juan 1:49.
Los discípulos. Mateo 14:33.
Marta. Juan 11:27.
Los judíos entendieron que, al usar este título, Jesús
blasfemaba, haciéndose Dios: “¿…vosotros decís: Tú
blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?”
(Juan 10:36; ver Juan 10:33)
La unidad completa de Jesús y el Padre incluye un perfecto conocimiento
mutuo; una unidad de voluntad, propósito y objetivos. Es más, incluye una
unidad de naturaleza. El Hijo y el Padre son dos personas, pero de la misma
naturaleza (“Yo y el Padre uno somos”. Juan 10:30)
17. “Le respondieron los judíos, diciendo:
Por buena obra no te apedreamos, sino
por la blasfemia; porque tú, siendo
hombre, te haces Dios” (Juan 10:33)
Durante su ministerio, Jesús fue desvelando gradualmente su divinidad,
de una forma indirecta.
Se atribuyó
el poder de
perdonar los
pecados
“Al ver él la
fe de ellos,
le dijo:
Hombre, tus
pecados te
son
perdonados”
(Lucas 5:20)
Tenía el poder
de resucitar a
los muertos
“Porque como
el Padre
levanta a los
muertos, y les
da vida, así
también el
Hijo a los que
quiere da
vida” (Juan 5:21)
Se atribuyó
el título
divino “YO
SOY”
“Jesús les
dijo: De
cierto, de
cierto os
digo: Antes
que
Abraham
fuese, yo
soy”
(Juan 8:58)
Declaró haber
existido con
Dios desde
antes de la
fundación del
mundo
“Ahora pues,
Padre,
glorifícame tú
al lado tuyo,
con aquella
gloria que tuve
contigo antes
que el mundo
fuese”
(Juan 17:5)
Aceptó la
adoración
“Y él dijo:
Creo, Señor;
y le adoró”
(Juan 9:38)
18. “En ocasión del bautismo del Salvador,
Satanás se hallaba entre los testigos.
Vio la gloria del Padre que descansaba
sobre su Hijo. Oyó la voz de Jehová
atestiguar la divinidad de Jesús.
Desde el pecado de Adán, la especie
humana había estado privada de la
comunión directa con Dios; el trato
entre el cielo y la tierra se había
realizado por medio de Cristo; pero ahora que Jesús
había venido “en semejanza de carne de pecado,” el
Padre mismo habló. Antes se había comunicado con
la humanidad por medio de Cristo; ahora se
comunicaba con la humanidad en Cristo”
E.G.W. (El Deseado de todas las gentes, cp. 12, pg. 90)
19. Las enseñanzas
Jesúsde
Te invito a
bajar y
estudiar cada
una de las 13
lecciones que
tratan sobre el
tema:
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