Roberto era un niño que le gustaba leer libros y observar las nubes. Una tarde se quedó dormido en el bosque y al despertar vio a un extraño hombre esculpiendo una nube con una escalera. Era el escultor de nubes, que daba forma a las nubes por la noche. Roberto ayudó al escultor a pintar una nube de rojo, su color favorito. A la mañana siguiente, Roberto y su padre vieron la nube con forma de árbol pintada de rojo en el cielo.