3. ¿ POR QUÉ SE LE LLAMA EL
HISTORIADOR VIAJERO?
Heródoto pone su nombre en la primer línea de su relato, esta firma personal da garantía a la
veracidad de su testimonio y de su narración.
En este inicio se encuentra la palabra que denominará por siempre a este nuevo género de escritura:
historia.
Enseguida nos advierte en que no pretende contar mitos de los dioses y héroes antiguos, sino “los
hechos de los hombres”.
Escribe para salvar del olvido el recuerdo de gestas admirables.
4. Su obra tiene dos objetivos:
1-Referir las grandes gestas de los griegos y los no griegos, a estos segundos les llama
“bárbaros”.
2-Explicar las causas de la tremenda guerra entre unos y otros, y la gran confrontación que
conocemos con el nombre de guerras médicas (492-478 a.C.)
En esta obra la palabra bárbaro no tiene ningún aspecto despectivo, mas bien Heródoto
admira sus hazañas y los grandes monumentos.
5. Halicarnaso fue una ciudad jonia, pasó largo tiempo en Samos y luego se dedicó a viajar. Fue en
Jonia donde surgieron los primeros grandes filósofos, en ciudades como Mileto o Éfeso, urbes
comerciante y abiertas al mar, siempre bajo la amenaza del imperio persa.
Allí forjó Heródoto su carácter y su ánimo para los viajes, curioso y tolerante, y tomó nota de las
noticias frescas que veía y lo que le contaban.
Su larga obra Historia en nueve libros, habla de lógoi, algo así como “tratados”, cada uno con su
propia temática, reunidos en ese conjunto final.
6. ¿POR QUÉ ES EL PRIMER
REPORTERO?
Reúne noticias muy variadas de sus viajes y experiencias. No se basa para ello en textos escritos,
no usa viejos documentos, sino que cuenta lo que ha visto y oído en sus largos viajes. Nos describe y
comenta la guerra que decidió la libertad de Grecia, con especial referencia a la democracia en Atenas.
No solo es el “padre de la Historia”, como lo definió Cicerón, sino también de la geografía, e
incluso de la antropología cultural.
Sus instrumentos utilizados fueron: mirada curiosa (ópsis), escuchar a fondo (akoé) y reflexión
críticas obre los datos recogidos (gnóme).
7. Estuvo en los siguientes lugares:
-Egipto y el valle del Nilo hasta las cataratas de Asuán, donde acababa el Egipto Antiguo, a unos mil
kilómetros del mar.
-Mesopotamia, donde describe la famosa Babilonia.
-Colonias griegas a la orilla del Mar Negro, se internó en las praderas pobladas de escitas por el río
Dniéper hasta llegar cerca del actual Kiev.
-Recorrió el norte de África en la costa de la actual Libia.
-Estuvo algún tiempo en las colonias griegas al sur de Italia.
8. “No llames a nadie feliz hasta
contemplar su último día”
Frase del ateniense Solón al riquísimo rey Creso, que recordará la frase al caer derrotado por el
persa Ciro.
9. PERSÉPOLIS, CAPITAL DEL
IMPERIO
Heródoto dedica buena parte de su obra hablar del Imperio
persa, de sus gobernantes y costumbres, y de las guerras que lo
enfrentaron con los griegos.
La fotografía corresponde a la monumental puerta de Todas
las Naciones, erigida por Jerjes en Persépolis en 475 a.C y
flanqueada por dos toros alados.
10. LA GRAN PIRÁMIDE DE GIZEH
Según cuenta Heródoto, Keops, el
constructor de la Gran Pirámide de
Gizeh, fue un tirano que durante sus
cincuenta años de reinado “sumió a los
habitantes de Egipto en una completa
miseria”.
11. HERÓDOTO Y TUCÍDIDES:
LOS DOS HISTORIADORES QUE
DESCRIBIERON LAS
GUERRAS MÉDICAS Y LA GUERRA DEL
PELOPONESO
El aprecio hacia la obra de Heródoto ha variado notablemente según
autores y épocas. Tucídides, por ejemplo, impuso en su Guerra del
Peloponeso un modo de narrar historia mucho mas crítico y centrado
sólo en los grandes conflictos bélicos y políticos contemporáneos, y
limitado a lo griego, sin relatos pintorescos, sin escenarios lejanos y con
estilo austero.
12. Creó un modelo de historiadores “serios” en contraste con Heródoto, que fue considerado
un ingenioso fabulador poco digno de crédito. Plutarco lo condenó por ser “amigo de los
bárbaros”, y Luciano y Dionisio de Halicarnaso salvaron su texto sólo por ser divertido y de
gracioso estilo.
No fue hasta el Renacimiento cuando se redescubrió a Heródoto, que volvió a leerse con
entusiasmo. Pronto se tradujo al latín y con relatos de la conquista de América resurgió la
historia al estilo de Heródoto. En el siglo XVIII se reafirmó su prestigio, a la vez que se
comprobó la veracidad de mucho de lo que contaba y que parecía fabuloso.
14. ¿POR QUÉ?
-Guerras médicas: 492-478 a.C., conflictos entre persas (medos) y la antigua Grecia. Victoria griega.
-Jonia: se le llama la Grecia asiática, en la actualidad la parte continental pertenece a la península de
Anatolia (Turquía), y la insular a Grecia.
-Jerjes I: hijo de Darío I y padre de Artajerjes I, reyes del imperio aqueménida. En la Biblia aparece
con el nombre de Asuero. Flavio Josefo asegura que la historia de Ester y Vasti es real, Heródoto la
desmiente.
-Persépolis: capital del imperio persa.
-Guerra del Peloponeso: 431-404 a.C., guerra entre Atenas y Esparta. Victoria de Esparta.
21. TUCÍDICES
Natural de Atenas, nació en el seno de una familia aristocrática. Fue
un historiador y militar ateniense, su obra Historia de la Guerra del
Peloponeso recuenta la historia de la guerra entre Esparta y Atenas hasta el
año 411 a. C.
Tucídides ha sido considerado como el padre de la "historiografía científica"
debido a sus estrictos estándares de recopilación de pruebas y de sus análisis en
términos de causa-efecto sin referencia a la intervención de dioses, tal y como él
mismo subraya en su introducción a su obra.
También ha sido considerado el padre de la escuela del realismo político, que
valora las relaciones entre las naciones en función de su poder, y no en razón de
la justicia. Su texto todavía se estudia en academias militares avanzadas de todo
el mundo, y el Diálogo de los melios continúa siendo una importante obra en el
estudio de la teoría de las relaciones internacionales.
23. JENOFONTE
Fue un historiador, militar y filósofo griego, como historiador, Jenofonte fue
un cronista de su tiempo, finales del siglo V e inicios del IV a. C., en obras como las:
Helénicas sobre los últimos años y las consecuencias de la Guerra del
Peloponeso (431-404 a. C.) y la continuación temática de Historia de la Guerra del
Peloponeso de Tucídides. Como miembro de la Expedición de los Diez Mil,
participó de manera crucial en la fallida campaña militar de Ciro el Viejo para
reclamar el trono de Persia a su hermano Artajerjes II y relató la odisea de los
mercenarios griegos en su obra más famosa, la Anábasis.
Al igual que Platón, Jenofonte es una autoridad en su maestro Sócrates, sobre el cual
escribió varios libros de sus diálogos en Recuerdos de Sócrates y la Apología de
Sócrates, que trata de aclarar su juicio en el 399 a. C.