Los antiguos griegos adoraban a varios dioses inmortales que vivían en el Monte Olimpo y representaban aspectos humanos como la bondad y la venganza. Los doce dioses olímpicos más importantes eran Zeus, Poseidón, Hera, Ares, Hermes, Afrodita, Atenea, Hefesto, Artemisa y Apolo, aunque la lista variaba. Además de estos dioses mayores, también había dioses menores con importancia.