2. 2 Timoteo 1:7-8 (NVI)
7 Pues Dios no nos ha dado un espíritu de
timidez, sino de poder, de amor y de dominio
propio.
8 Así que no te avergüences de dar testimonio de
nuestro Señor… Al contrario, tú también, con el
poder de Dios, debes soportar sufrimientos por el
*evangelio.
3. Efesios 3:14-16 (NVI)
14 Por esta razón me arrodillo delante del
Padre, 15 de quien recibe nombre toda familia en
el cielo y en la tierra. 16 Le pido que, por medio del
Espíritu y con el poder que procede de sus
gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo
íntimo de su ser,
4. Hechos 1:8 (NVI)
8 Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre
ustedes, recibirán poder y serán mis testigos
tanto en Jerusalén como en toda Judea y
Samaria, y hasta los confines de la tierra.
5. Mateo 9:6-8 (NVI)
6 Pues para que sepan que el Hijo del hombre
tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados
—se dirigió entonces al paralítico—:
Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
7 Y el hombre se levantó y se fue a su casa. 8 Al
ver esto, la multitud se llenó de temor, y glorificó a
Dios por haber dado tal autoridad a los *mortales.
6. Lo delegó otros:
Los doce (Lucas 9:1)
Los setenta y dos (Lucas 10:9)
Todos sus discípulos (Juan 14:12-14)
7. Hechos 4:19-20 (NVI)
19 Pero Pedro y Juan replicaron:
—¿Es justo delante de Dios obedecerlos a
ustedes en vez de obedecerlo a él? ¡Júzguenlo
ustedes mismos! 20 Nosotros no podemos dejar
de hablar de lo que hemos visto y oído.
9. Pablo:
Conversión milagrosa
Huye a los desiertos de arabia
Huye a Tarso (aproximadamente 10 años)
A 13 años de su conversión se incorpora a la
iglesia de Antioquía
10. Tabita: buenas obras y limosnas; túnicas y
vesrtidos para las viudas (Hch. 9:36-42)
Bernabé: compartió su riqueza con los pobres;
brindó su amistad a Saulo; se ocupó de Juan
Marcos después que Pablo lo tildó de no
confiable (Hch. 4:36-37; 9:27; 15:36-41)
11. Lucas 3:10-16 (NVI)
10 —¿Entonces qué debemos hacer? —le
preguntaba la gente.
11 —El que tiene dos camisas debe compartir
con el que no tiene ninguna —les contestó
Juan—, y el que tiene comida debe hacer lo
mismo.
12. Lucas 3:10-16 (NVI)
12 Llegaron también unos *recaudadores de
impuestos para que los bautizara.
—Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros? —
le preguntaron.
13 —No cobren más de lo debido —les
respondió.
13. Lucas 3:10-16 (NVI)
14 —Y nosotros, ¿qué debemos hacer? —le
preguntaron unos soldados.
—No extorsionen a nadie ni hagan denuncias
falsas; más bien confórmense con lo que les
pagan.
14. Lucas 3:10-16 (NVI)
15 La gente estaba a la expectativa, y todos se
preguntaban si acaso Juan sería el *Cristo.
16 —Yo los bautizo a ustedes con agua —les
respondió Juan a todos—. Pero está por llegar uno
más poderoso que yo, a quien ni siquiera merezco
desatarle la correa de sus sandalias. Él los
bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.
15. Primero. La batalla personal con el diablo en el
desierto.
Lucas 4:1-2 (NVI)
1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán
y fue llevado por el Espíritu al desierto. 2 Allí
estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo.
No comió nada durante esos días, pasados los
cuales tuvo hambre.
16. Primero. La batalla personal con el diablo en el
desierto.
¿Cómo respondemos a las necesidades
básicas? (Lucas 4:3-4)
¿Cómo respondemos a la notoriedad y las
riquezas? (Lucas 4:5-8)
¿Cómo respondemos a la relevancia
espiritual? (Lucas 4:9-13)
17. Segundo. Tomar orden y autoridad sobre
nuestro cuerpo.
1 Corintios 6:19-20 (NVI)
19 ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del
Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han
recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus
propios dueños; 20 fueron comprados por un
precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios.
18. Segundo. Tomar orden y autoridad sobre
nuestro cuerpo.
Las pasiones desordenadas son como niños
malcriado que necesitan disciplina y no mimos.
Los anhelos sexuales fuera de la voluntad de Dios
deben ser controlados por el poder del Espíritu.
La comida debe ser un siervo del cuerpo no un
señor.
19. Segundo. Tomar orden y autoridad sobre
nuestro cuerpo.
Tanto la pereza como el excesivo celo por el
trabajo debemos ponerles freno con delicadeza
pero firmemente.
En el poder de Dios nos negamos resueltamente
a retrasar el acostarnos por la noche, bajo el
alegato de que somos invencibles.
20. Hebreos 12:1 (NVI)
Por tanto, también nosotros, que estamos
rodeados de una multitud tan grande de
testigos, despojémonos del lastre que nos
estorba, en especial del pecado que nos
asedia, y corramos con perseverancia la
carrera que tenemos por delante.