El documento contrasta el halago con el elogio. El halago busca manipular y beneficiar al halagador a costa del halagado, mientras que el elogio busca sinceramente hacer sentir bien al elogiado sin esperar nada a cambio. Los halagos psicológicos equivalen a timos que ofrecen algo sin valor real, mientras que los elogios valoran lo que el otro ya posee de forma honesta. Cuando alguien busque la complicidad para dar algo a cambio de lo que realmente se valora, probablemente eso mismo será lo que cueste.