La impresión 3D comenzó en 1976 con la invención de la impresora de inyección de tinta y ha evolucionado desde entonces, con Charles Hull inventando la estereolitografía en los años 80 para crear objetos 3D a partir de datos digitales. Las impresoras 3D ahora convierten archivos digitales 3D en prototipos físicos reales mediante la deposición sucesiva de materiales en capas.