Este documento discute el uso de psicofármacos en niños y adolescentes. Señala que es importante ser creativos y trabajar en equipo interdisciplinario. También destaca la necesidad de explicar claramente los objetivos, dosis y efectos de los medicamentos a los pacientes y sus familias para mejorar el cumplimiento del tratamiento a largo plazo. Finalmente, propone estrategias no farmacológicas como generar un vínculo de confianza con los pacientes y trabajar en el manejo de límites sin violencia con sus familias.