Un anciano estaba sentado llorando frente a su casa. Un hombre lo vio pero siguió su camino sin hablar con él. Esa noche no pudo dormir por remordimiento. Al día siguiente regresó para hablar con el anciano, pero descubrió que había muerto. El hijo del anciano le mostró el diario donde decía que la sonrisa del hombre lo había hecho feliz ese día.