Redi realizó experimentos colocando carne en frascos abiertos y cerrados, encontrando larvas solo en los abiertos, lo que demostró que los insectos nacen de otros y no de forma espontánea en la materia. A pesar de esto, la idea de generación espontánea persistió hasta que Pasteur demostró mediante experimentos de hervido que los microorganismos no aparecen de forma espontánea sino por contagio de otros, refutando definitivamente la generación espontánea.