Dijo San Agustín: «La fe es creer, a base de la palabra de Dios, en lo que no podemos ver, y su recompensa es ver y disfrutar de lo que hemos creído». ¡Cuán cierto fue esto en la vida de Abraham! Para nosotros, sus hijos en la fe, este mensaje nos ayudará a ver tanto la parte de Dios (el que hace la oferta) como la parte de Abraham (el que actúa confiadamente). El mensaje tiene la intención de ayudarnos también a ser desafiados en ser personas que vivamos por la fe. Luchemos por nuestros sueños y no perdamos la fe.

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Pastor Rodolfo Martinez
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Mensaje: Abraham: Su lucha con las estrellas
Lectura Bíblica: Génesis 15:1-6, Romanos 4:1-5
INTRODUCCIÓN
-He estado hablando del amor de Dios, la fe para creer en su misericordia, gracia sobre
gracia que nos alimentan la esperanza. He estado aplicando la serie de enseñanzas a
nuestras vidas con el personaje Bíblico de Noé o Abraham. Y deseo compartir hoy una
historia más de un episodio en la vida de Abraham.
Dijo San Agustín: «La fe es creer, a base de la palabra de Dios, en lo que no podemos
ver, y su recompensa es ver y disfrutar de lo que hemos creído». ¡Cuán cierto fue esto
en la vida de Abraham! Para nosotros, sus hijos en la fe, este mensaje nos ayudará a ver
tanto la parte de Dios (el que hace la oferta) como la parte de Abraham (el que actúa
confiadamente). El mensaje tiene la intención de ayudarnos también a ser desafiados en
ser personas que vivamos por la fe. Luchemos por nuestros sueños y no perdamos la fe.
Vivimos por fe porque Dios decreto una Palabra en el Cielo eterna.
1. ESCUCHEMOS HOY LA PALABRA SEGURA DEL DIOS DE LOS CIELOS
Gn 15:1 Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión,
diciendo: No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y tu galardón será muy grande.
a. La ocasión en que vino la palabra.
«Después de estas cosas…» Dios es consecuente; no obra en un vacío,
tiene un plan eterno (Ef. 4-14).

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Aparece en visión a Abraham después que liberta a Lot (cap. 14), da sus
diezmos (14:17-20), Y renuncia a la riqueza humana (14.21-22).
b. La manera en que apareció esa palabra.
«Vino la palabra de Jehová a Abram en visión…» En aquel entonces, no
había Biblia. Dios aparece en tal gloria que Abraham sabe quién es. Hoy
nos habla a través de la Biblia: esa es Su Palabra eterna. Voces o aun
visiones pueden engañarnos (ya que pueden venir de distintas fuentes),
quitando nuestra vista de la Palabra eterna.
Hoy luchamos con tantas otras voces. Tenemos un mar de opciones,
proyectos, presiones, materiales, redes, noticias, proyectos y
preocupaciones. Un universo de estrellas para ordenar o contar y poner
nombre. ¿Con que luchas tu para mantener la Palabra de Dios en tu vida
fresca, activa y direccionándote en buenos pasos entre todo lo que haces?
No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y tu galardón será muy grande.
c. Dios orienta dándole una consolación contenida en esa palabra
i. Le llama por nombre: «Abram»> (Dios sabe quiénes somos).
ii. Le ahuyenta el temor: «no temas»
iii. Le asegura de su presencia y protección: «soy tu escudo».
iv. Le ratifica que es su proveedor: «tu galardón será muy grande».
(Testimonio. Provisión para vivir en Miami, Oreste y Olga. Nos traían
un pantry semanal de donaciones)
Vivimos por el Plan de Dios desde su Perspectiva de bendecirnos.
2. EVITA LIMITAR TUS HORIZONTES, COMO LA RESPUESTA DUDOSA DE
ABRAHAM.
Abram respondió: —Oh Señor Jehová, ¿qué me has de dar? Pues continúo sin
hijos, y el heredero de mi casa será Eliezel; de Damasco. —Añadió Abram—: A
mi no me has dado descendencia, y he aquí me heredará un criado nacido en mi
casa.
a. Reconoce su Señorío: «Oh Señor Jehová». Nunca debemos
quejarnos de Dios, aunque sí podemos quejarnos ante Dios. Dios
es Padre y los hijos puede pedirle explicaciones. Vemos en Abraham
perplejidad ante el hecho que no tiene hijo.
b. Reflexiona su oferta: «tu galardón será muy grande».
Cuando Abraham pregunta «¿qué me has de dar?» tiene en cuenta su gran
promesa, pero le perpleja el incumplimiento de «haré de ti una nación
grande» (Gn 12:2). ¿De qué le valía tanta bendición sin un hijo?
c. Registra su preocupación: el heredero de mi casa será Eliezer.
¡Qué impacientes somos! Esto es lo que hace que la fe sea una lucha, pues
queremos todo ahora; nos es difícil esperar el momento divino. «Cuando

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las promesas divinas demoran en su cumplimiento, nuestra incredulidad e
impaciencia concluyen que han sido negadas» —Matthew Henry.
(Dios prometió educación para mis hijas, Dios nos prometió heredar la
tierra, Dios nos prometió reinsertarnos en el ministerio aquí en EU, Dios
nos ha prometido multiplicar Casa Vida… )
Vivimos por la Promesa de lograr grandes propósitos y amplias oportunidades.
3. LA PROMESA RATIFICADA POR DIOS. La palabra de Jehová vino a él diciendo:
a. Dios le da una promesa específica: No será éste [Eliezer] el que te
herede, sino que alguien que salga de tus entrañas será el que te herede.
b. Dios le da una muestra detallada: Mira, por favor, al cielo y cuenta las
estrellas, si acaso las puedes contar. —y añadió: Así será tu descendencia.
(El ánimo de la Esposa de Nathaniel, Sofia para que escribiera: La Letra
Escarlata)
Vivimos por fe y confiamos en su recompensa de justicia.
4. LA PALABRA CREÍDA POR ABRAHAM. El creyó a Jehová, y le fue contado por
justicia.
a. Los pasos seguros de la fe (véase Juan 8:56)
56 Abrahán, el padre de ustedes, se alegró al saber que vería mi día. Y lo
vio, y se alegró.»
b. San Pablo explica magníficamente lo que es la fe bíblica (Ro 4:19-21):
c. 19 Además, su fe no flaqueó al considerar su cuerpo, que estaba ya como
muerto (pues ya tenía casi cien años), o la esterilidad de la matriz de
Sara. 20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que
se fortaleció en la fe y dio gloria a Dios, 21 plenamente convencido de que
Dios era también poderoso para hacer todo lo que había prometido.
 No poner la vista en las circunstancias, por negativas que parezcan.
 No dudar de la promesa de Dios.
 Ser fortalecido en la fe (confiar deliberadamente en el glorioso Dios
que tenemos).
 Estar plenamente convencido de que Dios es poderoso para hacer
lo que promete (He 11:11).
d. La gran recompensa de la fe: justificación.
«¿Qué dice la Escritura? Y creyó Abraham a Dios, y le fue contado por
justicia» (Ro 4:3; Gal 3:6). Fue lo mismo que descubrió Lutero: «El justo
por la fe vivirá» (Ro 1:17). ¿Quién nos salva? ¿Cómo nos salva? ¿Qué
creemos? Véase Ti 3:5-6; Ro 8:8-11. Ponemos nuestra fe en Jesucristo, la
obra de regeneración la hace el Espíritu Santo.
e. Cuando vivir la aventura de la fe es recompensada con una vida
abundante, plena de crecimiento y hasta la vejez robustos y con gozo.
f. (La historia de Walt Jones, con 110 años disfrutando su vejez, y cuando me
retire?)

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g. Lo que realmente importa es si vas a vivir la aventura de la fe sirviendo a
otros confiando deliberadamente en la promesa y dando la gloria a Dios.
MENSAJE.
Este es un llamado a confiar (poner fe en la promesa) para ver a Dios obrar en respuesta
a lo prometido. A su vez, Santiago advierte: «Pedís y no recibís, porque pedís mal, para
gastar en vuestros deleites». Nuestro deber al predicarles, pues, es enseñar a no contar
mal sus estrellas y no diseñar con esperanza su tablero de visión, no quiero qué pidas
mal o dudes de tu futuro.
Pero cómo se pide bien (véase 2 Timoteo 4:2-4). Son lecciones como estas en la Biblia
las que ayudan al descubrir esa clase de lucha de fe y aprender el sentido bíblico de lo
que es la fe a la que Dios responde.
.¿QUÉ NOS DICE DIOS CUANDO NOS HABLA?
Recordemos que nuestra relación con Dios es la de Padre a hijo. Su palabra a nosotros
es de consuelo; nos afirma su amor, constancia, fidelidad, y provisión. Lo demás es
secundario.
 UNA FE DEBIL. Cansado de esperar, Abraham falló en su lucha de fe (igual que
fallamos nosotros). En lugar de esperar en Dios, buscaron su propia solución,
escuchando a la sugerencia de Sara cuando ella le ofrece a Agar (cap. 16).
Cuidado con esa idea que pone a la fe a un lado, diciendo: «Dios no hace lo que
nosotros podemos hacer por nosotros mismos».
 UNA FE FORTALECIDA. «Dios conoce nuestra condición; se acuerda de que
somos polvo» (Sal 103:14). Como conoce nuestras flaquezas, Dios sabe cómo
fortalecernos para que confiemos en Él de corazón.
 TODO A BASE DE LA FE. Lo que Dios pide de un mortal pecaminoso es fe:
confianza, creencia en lo que Él es y ha prometido. Nunca ha aceptado las obras
de una persona como camino a la justicia (Ro 3:19-20). La justicia y el perdón de
Dios vienen únicamente «por medio de la fe en Jesucristo» (Ro 3:22).
CONCLUSIÓN
1. Cristo Jesús nos explica esta fe como ejemplo: «Abraham, vuestro padre, se regocijó
de ver mi día. Él lo vio y se gozó» (Juan 8:56).
2. Lo que indica Jesús es, que Abraham entendió que de su descendencia llegaría el
Salvador del mundo, y en ese Salvador gozosamente depositó su fe.
3. La fe de Abraham —como la nuestra— estaba basada en la obra del Salvador que
vendría al mundo. Nosotros miramos atrás, al que fue crucificado en nuestro lugar;
Abraham miró adelante, a la promesa de ese crucificado que vendría.
4. ¿En qué y en quién está depositada tu fe?

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LECCION: GÉNESIS 17: 3-7, ABRAM Y LA PROMESA
3 Abram cayó rostro en tierra. Dios le dijo: 4 “Este es mi pacto contigo. Serás padre
de muchas naciones. 5 Ya no te llamarás Abram. Tu nombre será Abraham,
porque te he hecho padre de muchas naciones. 6 Aumentaré mucho el número de
tus hijos después de ti. De ti vendrán naciones y reyes. 7
Haré que mi pacto
contigo dure para siempre. Será entre usted y yo y su familia después de usted
por todo el tiempo por venir. Yo seré tu Dios. Y seré el Dios de toda tu familia
después de ti.
Símbolo: emoji amarillo sonriente con halo alrededor de su cabeza.

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MENSAJE A LOS NIÑOS
¿Cómo se llama? (Deje que respondan un par de niños).
¿Cuál es su nombre completo? (Deje que algunos niños respondan).
La semana pasada, hablamos sobre las promesas. Dios le hizo una
promesa a Noé con un arco iris. ¡Esta semana, nuestra historia bíblica nos
dice que Dios también le hizo una promesa a Abram!
Abram y Sarai. (Asegúrese de enunciar, para que los niños no escuchen a
Abraham y Sara). Abram y Sarai tendrían un hijo, que llamarían Isaac. Ellos,
y toda la familia de Isaac después de él, serían el pueblo de Dios. Dios los
bendeciría. Conocerían y amarían a Dios y debían vivir a la manera de
Dios. Para recordarles esta promesa (o pacto), Dios les dio a Abram y Sarai
nuevos nombres. Dios los llamó Abraham y Sara. ¿Qué pensarías si Dios
cambiara tu nombre? (Deje que los niños respondan).
¡Dios también bendijo al hijo de Abraham, Ismael! Recuerde, Dios dijo que
la promesa sería entre Dios y toda la familia de Abraham. Y duraría para
siempre.
Hoy en día, personas de muchas naciones se llaman a sí mismos "hijos de
Abraham". Los judíos son sus hijos porque Isaac y Abraham eran su
familia. Los musulmanes son sus hijos porque Ismael y Abraham eran su
familia. Los cristianos son hijos de Abraham porque comparten la confianza
en Dios, y Dios los adopta en la familia. ¿Y tú? ¿También eres hijo de
Abraham? ( Deje que los niños respondan). ¿Saben qué? Todos
compartimos un nombre: somos hijos o hijas de Dios. ¡Tú, yo, todos!
El símbolo emoji de hoy es la cara con un halo para recordarnos a cada uno
de nosotros, y a todos nosotros, que somos un hijo bendecido de Dios para
que podamos ser una bendición para los demás.
Oración: Dios amoroso y prometedor, has bendecido a tantos
niños. ¡Bendíceme también para que pueda ser como un niño y bendecir a
otros! Ayúdame a ser parte de tus hijos e hijas. Ayúdame a vivir una vida de
la forma en que quieres que viva. Amén.

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ORACIÓN PASTORAL
(basado en Génesis 17: 1-7, 15-16; Marcos 8: 31-38; Romanos 4: 13-25)
Aunque la gente nos dé la espalda,
Tú no nos escondes tu rostro.
Aunque otros pueden intentar quitarnos la esperanza,
nos asegura el futuro que nos espera.
Dices tu nombre,
Creador inescrutable, y es suficiente.
Cuando tratamos de imponerte nuestros miedos,
nos invita a seguirte en la abnegación y el servicio.
Mientras luchamos por adaptar nuestro estilo de vida al tuyo,
nos llevas contigo dondequiera que vayamos.
Habla tus buenas nuevas,
Maestro de corazones abiertos, y es suficiente.
Aunque no hemos hecho nada para ganarlos,
derramas los dones de gracia y misericordia sobre nosotros.
Cuando tropezamos con nuestra falta de confianza,
nos pones de nuevo en pie para seguirte al reino.
Hablas tu paz, Aliento de Santidad, y es suficiente.
Dios en comunidad, Santo en Uno,
basta que nos escuches mientras oramos como se nos enseña,
Padre Nuestro que estas en el cielo
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

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Oración del ofertorio
Dios de todos, nos amas y nos has reclamado. Al bendecir a Sara y Abraham, nos has
invitado a la bendición de la conexión dentro de la familia de la humanidad a la que
continúas bendiciendo. Damos nuestros diezmos y ofrendas en celebración de la
profundidad de nuestra bendición y oramos para que fortalezcan la iglesia en todo el
mundo para bendecir a todos sus hijos. En el santo nombre de Cristo, nuestro Salvador y
Redentor, oramos con gratitud. Amén.