2. ÍNDICE
1) DESCRIPCIÓN DEL ACCIDENTE
2) VIDEO ACCIDENTE URQUIOLA
3) ¿SE PODRÍA HABER EVITADO?
4) CONSECUENCIAS: ECONÓMICAS Y AMBIENTALES
5) ¿SE HA JUZGADO A LOS RESPONSABLES ?
3. DESCRIPCIÓN DEL ACCIDENTE
El 12 de mayo de 1976 el buque petrolero español Urquiola , procedente del Golfo Pérsico, protagoniza
en las costas gallegas una de las peores catástrofes ecológicas jamás acaecidas en la Península.
El petrolero había atracado por vez primera en A Coruña dos años antes, el 21 de febrero de 1974. Pero
en esta ocasión, quedó embarrancado a la entrada del puerto coruñense. De acuerdo con las
afirmaciones de Benigno Sánchez Lebón, práctico del puerto en aquellas fechas, una mala señalización
de una aguja rocosa hizo que este gran buque, portador de una carga de la empresa Petrolíber, sufriera
el accidente.
El Urquiola no sufrió muchos daños en un primer momento y su capitán pidió que fuera llevado a puerto.
Los organismos competentes tomaron la decisión de que el petrolero abandonase el canal y se alejara
200 millas de las costas españolas. En estas maniobras el Urquiola sufrió más daños. En el quinto intento
de rescate, explotó provocando un incendio acompañado de una gran humareda negra. El capitán
del barco falleció intoxicado por monóxido de carbono al permanecer en el barco hasta el último
momento. En la catástrofe se derramaron 100.000 toneladas de crudo. La destructora marea negra
alcanzó las rías de Betanzos, El Ferrol y Ares.
5. ¿SE PODRÍA HABER EVITADO?
Se podía haber evitado dicha catástrofe, si
hubiesen movido el barco hasta el puerto, o
dejándolo atracado en el mismo sitio donde se
produjo la colisión, dejando vacío sus tanques con
la ayuda de barcos especiales del puerto.
6. CONSECUENCIAS:
ECONÓMICAS Y AMBIENTALES
AMBIENTALES
Las tareas de limpieza de este desastre
ecológico se centraron en instalar un dique que
frena el avance del petróleo, a la vez que
pequeños equipos de trabajo intentaban
recoger el crudo. También se utilizan
detergentes para disolverlo.
Dieciséis años después de la catástrofe, el 14 de
mayo 1982, el pleno del Parlamento aprobó
una iniciativa para que la Xunta solicitó al
Gobierno Central el pago de indemnizaciones a
los pescadores y cofradías afectados por el
hundimiento.
ECONÓMICAS
En 1985, una Sentencia del Tribunal Supremo
dictaminó que la catástrofe del superpetrolero
costaría al Estado más de 7.000 millones de
pesetas.
Hasta 1989, los pescadores no empezaron a
recibir las primeras cantidades de los mil
millones asignados. El 17 de noviembre de
1992 el Ministerio de Agricultura autorizó un
gasto superior a los 423 millones de pesetas
para abonarlas a las últimas indemnizaciones
derivadas aún de los daños causados por el
Urquiola.
7. ¿SE HAN JUZGADO A LOS RESPONSABLES?
Desde el primer momento, las autoridades marítimas, amparadas por el sistema político y jurídico entonces existente, se dedicaron a desviar
y confundir a la opinión pública.
Para justificar la decisión de alejar el buque, que fue la verdadera causa de la catástrofe, se manipuló a una opinión pública inexperta
repitiendo una y otra vez que, de otra forma, el buque podría haber explotado en la refinería de A Coruña causando decenas de muertos.
Como el Código de Justicia Militar aplicable entonces permitía juzgar a un muerto, se abrió consejo de guerra para determinar las
responsabilidades del caso. El informe realizado por el juez instructor de la Armada, el capitán de navío Isidro Fontenla Roji, recomendó
someter al capitán y oficiales del buque al antedicho consejo de guerra por negligencia profesional, aunque finalmente se decidió
sobreseer el caso en aplicación del indulto general promulgado con motivo del acceso al trono de Juan Carlos I.
Unos meses después del accidente, el Instituto Hidrográfico de la Marina reconoció oficialmente la existencia en el canal, no de una sino de
nueve agujas como la que rajó el casco del Urquiola. Conociendo ese dato, el instructor incluyó en su informe una serie de comentarios
delirantes acerca del concepto de canal y enfilación y sobre el valor de las cartas náuticas.
Tras el indulto, el recurso de la viuda del capitán ante el Tribunal Supremo, solicitando una declaración expresa de que su marido había
actuado con total profesionalidad, permitió que el Alto Tribunal sentenciara que “los hechos que se dejan probados acreditan que el
fallecimiento del Capitán del Urquiola se produjo a consecuencia de una sucesión temporal de acontecimientos que se inició con el primer
choque de la quilla de dicho barco ocasionada por el anormal funcionamiento del servicio público de cartografía marina y de información
sobre el mar y litoral y culminó con dicho fallecimiento, que pudo haber sido evitado con el funcionamiento normal del servicio público de
ordenación, seguridad y salvamento marítimos, sin que en esa serie encadenada de acontecimientos interviniera culpa o negligencia del
citado Capitán” (TST de 18 de julio de 1983). La misma sentencia califica duramente la decisión de la autoridad de marina de alejar el buque
después de su primera tocada de fondos, una orden “apresurada, incompetente, irrazonable y absurda”.
Ello llevó a que, finalmente, el Estado español fuera condenado a indemnizar tanto al armador del buque por la pérdida de éste, como a los
propietarios del crudo derramado.