Los maestros de primeras letras en México entre 1786 y 1836 sufrían de bajos salarios e ingresos inadecuados, falta de reconocimiento por parte del Estado, y falta de respeto de los niños y padres. Además, tenían dificultades para pagar el alquiler y alimentar a sus familias. A pesar de que los maestros afirmaban que la educación primaria era esencial para la sociedad y la "felicidad o ruina de la República", sufrieron de falta de apoyo y aprecio por parte del gobierno