El documento describe un caso de maltrato infantil. Sofía maltrataba a sus hijas Rosario y Vanesa, obligándolas a trabajar vendiendo caramelos en los buses mientras ella se divertía. Cuando Vanesa enfermó, Sofía no le prestó atención. La tía Gloria intervino y denunció a Sofía a la defensoría del pueblo por descuidar y explotar a sus hijas. La defensoría advirtió a Sofía que si no cambiaba su comportamiento, se llevarían a las niñas a un albergue para menores