Los pinzones de Darwin que habitan en las Islas Galápagos se han adaptado a los distintos ambientes de cada isla y difieren en su estructura de una isla a otra. Charles Darwin observó estas adaptaciones durante su expedición en 1835 y las consideró una prueba importante de su teoría de la evolución. Las 13 especies de pinzones tienen picos en diferentes formas y tamaños adaptados a su dieta particular en cada isla.