Ana de Rama era una mujer estéril que sufría humillación y rechazo social. Ella le pidió a Dios un hijo a cambio de dedicarlo a su servicio. Dios le concedió un hijo, Samuel, y Ana compuso un canto de acción de gracias por la gracia de Dios hacia los pobres y marginados como ella. Su canto estableció una nueva imagen de Dios que toma partido por los débiles y que sería transmitida por los profetas.