Este documento analiza el indigenismo en el Perú a través de la obra de José Carlos Mariátegui. Explica cómo surgió el movimiento indigenista en América Latina a inicios del siglo XX y cómo Mariátegui se convirtió en uno de sus principales exponentes. Resalta que Mariátegui interpretó el problema del indio desde una perspectiva marxista y buscó supeditar el indigenismo al socialismo. También menciona que aunque el Comintern criticó algunas tesis de Mariátegui, este continuó defendiendo la causa indí
1. JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Y LA POLÉMICA DEL INDIGENISMO
El indigenismo contemporáneo surgió en las ciencias sociales y las artes en México, Guatemala,
Ecuador, Perú y Bolivia a partir de 1910, en circunstancias en que el anticientificismo rechazaba el racismo
y el americanismo se intensificó en las artes. Este movimiento se difundió, estimulado, primero por la
Revolución Mexicana (1910), y luego por la Revolución Rusa (1917). En la literatura, el Indigenismo se
desenvolvió con similar intensidad al nativismo platense (orientado al gaucho) y al negrismo Caribeño
(dirigido a lo africano). En el resto del siglo XX el indigenismo, el indigenismo y el neoindigenismo
revelaron los avatares del proceso histórico latinoamericano. Escritores como Manuel González Prada,
Uriel García y José Carlos Mariátegui , el mexicano José Vasconcelos , el ecuatoriano Jorge Icaza y el
boliviano Fernando Diez de Medina, trataron de definir y ubicar al indio en el contexto de su ideología,
aplicada a la cultura y sociedad hispanoamericanas.
En 1904 Manuel González Prada dejó «Nuestros indios», su mejor ensayo indigenista que se publicó
en 1924. Este defendía que la causa del indio es parte de la problemática socio-económica nacional,
cuya solución sobrepasa la respuesta pedagógica. En 1905 don Manuel publicó anónimamente dos
artículos titulados «La cuestión indígena». En el primero denunció la hipocresía de los periodistas y
políticos y en el segundo inculpó a los explotadores blancos y mestizos protegidos por el poder
ejecutivo como el Congreso y los tribunales. El ensayista advirtió que si los opresores no cambian, se
los debe escarmentar por la fuerza. Su prédica inspiró a Pedro S. Zulen y Dora Mayer . Ambos
fundaron la Asociación Pro-Indígena en 1909, y, tres años más tarde, lanzaron el periódico El Deber
Pro-Indígena para informar sobre las condiciones de vida del país, documentar abusos y publicar
trabajos a favor del amerindio, convirtiéndose en los portaestandartes del indigenismo en el Perú.
LA ECLOSIÓN INDIGENISTA DE ENTREGUERRAS
Aproximadamente en el periodo que se dieron las dos guerras mundiales pasaron varios
acontecimientos que llevaron a José Carlos a pensar más en el indigenista. El 9 de noviembre de 1924,
se inicia como indigenista, ya que vinculaba este movimiento con el del socialismo. Mariategui
consideraba que los peruanos estábamos en busca de la modernización y es por eso que decide
aprobar las conclusiones de Gonzales Prada. Un año después José Carlos, decide ampliar sus
reflexiones y toma en cuenta el artículo “Regionalismo y centralismo” en el cual vinculó el problema de
los indios con el poder que tienen con sus tierras y esto en vez de resolver el problema del país hace
que aumente los gamonales que quieren ocupar el territorio peruano. El Perú estaba experimentando
eclosión nativa la cual fue generada por 5 factores: “La vigencia de la prédica de Gonzales Prada”,
“incorporar al indio a la sociedad en un grupo de intelectuales”, “la teoría de las bases de la literatura
peruana”,”el deseo de algunos pensadores de tocar el cosmopolitismo y el exotismo modernista” y “el
desarrollo de las corrientes literarias” estos factores ayudaron a que se pueda promover el indigenismo
a los largo del Perú.
En 1927 salió la novela novelista La sierra, la cual difundió las opciones que tenían los escritores de las
provincias en relación a sus problemas nacionales. En 1928 se publicó el Boletín Titikaka, en Puno los
difundieron los hermanos Arturos en donde adoptó el seudónimo de Gamaliel, el cual recibió el Premio
Nacional de Cultura. Este boletín se basó en el indigenismo vanguardista y el imperialismo
norteamericano y el colonialismo económico, en donde se revalorizó la herencia que nos dan los
indígenas con una vista nativista, además de ayudar con la influencia de dos vertientes de la
vanguardista la artística y la socio-política, esta entrevista intentó fusionar la cultura indigena con la
mestiza para recuperar el pasado milenario. La mayoría de poetas se expresan con estética y técnicas
vanguardistas la cual tiene como objetivo impresionar a la vista de los lectores. Gran parte de los
poetas eran mestizos y cuyo discurso estaba dirigido a las personas cultas y a los opresores de las
razas.
2.
Trayectoria del indigenismo mariateguista
Para justipreciar la posición ideológica del indigenismo de Mariátegui, se necesita tener en cuenta la
historia del movimiento en el Perú y examinar sus escritos en Mundial, Amauta y Labor. Amauta se
convirtió en el foco intelectual del indigenismo peruano, publicando múltiples expresiones
indigenistas , a tono con su carátula, ejecutada por José Sabogal. Por otra parte, Mariátegui no creyó
en el neoindio de José Uriel García, el que hace un agudo análisis del mestizaje y la aculturación en la
sociedad peruana. El Amauta tampoco simpatizó con la teoría del mexicano José Vasconcelos sobre
la raza cósmica; «producto de la mezcla no de europeo con europeo, sino de europeo con indio, con
negro, con chino, con todas las razas conocidas, la raza mixta total, el primer caso de raza
universal».Concluido el debate de 1927, Mariátegui siguió publicando en Mundial trabajos sobre «El
problema de la tierra», para él inseparable del problema del indio.
En Amauta continuó con su política a favor del indigenismo. En el número 8 de esa revista, insertó
artículos de dirigentes apristas: «Sentido de la lucha antiimperialista», por V. R. Haya de la Torre, la
reseña de Carlos Manuel Cox, del libro La justicia del inca, por Tristán Maroff ; la reseña de Serafín
del Mar del poemario Vientos contrarios, por Vicente Huidobro Y «Americanismo y peruanismo», de
Antenor Orrego . El ensayo de Orrego y la carta de Seoane merecen especial atención, porque
postularon argumentos claves de la tesis aprista sobre el problema del indio. Orrego explicó cómo el
carácter del arte nacional y, sobre todo, de la literatura, está asentado sobre el equívoco del
peruanismo literario que nunca ha existido después de la Conquista. En la segunda etapa, «Segundo
acto» de Amauta,, Mariátegui declaró su propósito de mantener su política a favor de la causa india.
En la segunda fase, su director publicó «El problema de la tierra en el Perú: requisitoria contra el
gamonalismo o feudalidad», y reanudó el «Boletín de Defensa Indígena» desde el número 11.
Observaciones finales sobre el legado indigenista de Mariátegui
Según Mariategui, el indigenismo representa determinados aspectos culturales y socioeconómicos
que tienen como objetivo preparar la revolución social en el país, en simples palabras un movimiento
de reivindicación nacional. Mariátegui supeditó su concepción del indigenismo al ideario socialista;
interpretó el problema del indio con criterio marxista. El indio es parte del Perú multicultural y
multilingüe, dicha pluralidad se explica de mejor manera en su ponencia mariateguina sobre las razas.
Para apreciar mejor la posición ideológica del indigenismo mariateguista, explica su pensamiento más
cabalmente, los escritos en Mundial, Amauta y Labor no recogidos en su obra maestra. Mariátegui
interpreta el problema del indio y lo supedita a su ideología socialista, resolviendo dialécticamente,
eliminando el servilismo impuesto por los patrones criollos, blancos, mestizos o indios. Finalmente
mencionar que dejó características resaltantes para la literatura indigenista siendo la principal el
empleo de nuevas dimensiones ficcionales.
Tesis mariateguista censurada por el Comintern
Para Mariátegui, el indio difiere de los demás peruanos étnica y culturalmente y reclama reivindicación
tanto en la economía como en la literatura nacionales.Con estas convicciones el Amauta redactó la
ponencia «El problema de las razas en la América Latina», Para Mariátegui, el problema de las razas
en la América Latina no es étnico sino económico y sociopolítico, basado en el problema de la tierra, y
3. por tanto la solución radica en la liquidación de la feudalidad (Ideología política: 21). Según el Amauta,
el problema indígena lo genera la explotación feudal de la población nativa en la gran propiedad
agraria (Ideología política: 25) y sufren su condición económico-social:
“Existen provincias donde el tipo indígena acusa un extenso mestizaje. Pero en estos sectores la
sangre blanca ha sido completamente asimilada por el medio indígena y la vida de los «cholos»,
producidos por estos mestizajes no difiere de la vida de los indios propiamente dichos (Ideología
política: 53).” Mariátegui negó que el indio fuera incapaz de luchar por sus reivindicaciones, como lo
prueban las innumerables insurrecciones y asonadas indígenas.
De esas objeciones merece especial atención la del «camarada Peters», delegado del Comintern:
«derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos, hasta el derecho de separación». Según mi
opinión, la confusión de algunos de los camaradas peruanos, sobre el contenido nacional delindígena
en el Perú, los conduce a estar contra esta consigna, que me parece debe ser lanzada por nuestros
Partidos, allí donde existan masas compactas de indígenas ligadas con la cuestión de la tierra, que da
a la lucha de los indígenas el aspecto de lucha nacional. En este sentido, los casos de Bolivia y el Perú
son característicos 24.
Hugo Pesce retornó de Buenos Aires en julio de 1929 y le informó a Mariátegui de las objeciones de la
Internacional Comunista tanto a su tesis indigenista como a las otras dos tesis políticas enviadas por
intermedio de la delegación peruana. La noticia empeoró la salud del Amauta, a tal punto que a los
nueve meses, el 16 de abril de 1930, falleció.
El indigenismo en «El proceso de la literatura»
La cárcel unió nuevamente a José Carlos Mariátegui y a Luis Alberto Sánchez quedando atrás los
sinsabores. Mariátegui elogió a Sánchez por su libro La literatura peruana mencionando la seriedad y
contracción historiográfica e investigadora del autor. Por otro lado, este libro también trataba sobre
«El proceso de la literatura peruana», donde Mariátegui concordó con González Prada en que «toda
actitud literaria consciente o inconscientemente refleja un sentimiento y un interés político» y, por
tanto, depende de las demás categorías de la historia.
En esta etapa la concepción indigenista de Marietegui se amplió, dando una gran crítica a Abelardo
Gamarra por tener una visión inapropiada a los indígenas que estaban reflejadas en las prosas que
escribía. Al conocer las lecturas de Cesar Vallejo se alegra por conocer a otro indigenista escritor, el
cual tenía una modulación propia y técnica y lenguaje nuevos. Mariátegui también sostuvo que que
cuando el sentimiento indigenista vallejiano aflora plenamente en el verso este cambia su
estructura, convierten así que según él varias frases de Vallejo se
Las cruzadas de Labor
José Carlos Mariátegui proyectó el periódico Labor, como manera de complementar a la revista
Amauta. El diario en mención se distinguió de muchos otros en América Latina, siendo que este
implementa cuentos y novelas en ella -en compañía de los problemas políticos, sociales y culturales-,
proyectando a Mariátegui como un político convencido de que el real revolucionario no dejaba de lado
la cultura. Es evidente, la intención de Labor no se relacionaba a la divulgación de la cultura de
manera tradicional, sino, a concientizar a los trabajadores y apoyar en el proceso de sindicalización.
En recordatoria; en su último número publicado, José denunció la acción de despojo de tierras de la
Comunidad de Pancán e incluyó su interpretación -folclórica indígena- en relación con el baile colonial
4. que aún subsistía. Pese a su creativa forma de plasmarse, el periódico Labor sólo logró publicar hasta
su décimo número, debido a problemas económicos con la sociedad encargada de su impresión, así
como por haber sido clausurado a merced del gobierno.
Análisis de los ensayos
Ensayo 1:
Título: Los Ríos Profundos de José María Arguedas y la tradición indigenista
Autora: Danuta Teresa Mozejko
Introducción: En 1950, en su artículo “La novela y el problema de la expresión literaria en el Perú”,1
José María Arguedas diferenciaba sus primeros relatos de los textos indigenistas que se centraban en la
figura del indígena posterior a los procesos de descubrimiento y aculturación europea: [...]
En otro trabajo, titulado “Razón de ser del indigenismo en el Perú”, Arguedas toma distancia del
indigenismo entendido como discurso centrado en el problema del indígena, “en estado de inferioridad y
servidumbre” (196), para privilegiar una visión más amplia en que la narrativa “abarca la descripción e
interpretación del destino de la comunidad total del país” (197).2 Asimismo, el autor peruano señala la
existencia de un nuevo momento del indigenismo, en el que se “continúa reafirmando los valores
humanos excelsos de la población nativa y de la promesa que significan o constituyen para el resultado
final del desencadenamiento de las luchas sociales en que el Perú, y otros países semejantes de
América Latina se encuentran debatiéndose” (197).
A pesar de estas distinciones entre las características de la propia obra y un modo de entender el
indigenismo, considero que Los ríos profundos puede ser leída a la luz de la tradición indigenista, al
subrayar constantes que se mantienen y señalar diferencias significativas. En las páginas que siguen,
me propongo enunciar algunas notas propias del relato indigenista derivadas del modelo que hunde sus
raíces en la obra de Las Casas, apuntando, también, variaciones en la novela arguediana.
Tesis: Los ríos profundos pueden ser leídos a la luz de la tradición indigenista, al subrayar constantes
que se mantienen y señalar diferencias significativas.
Argumentos:
1) Este modo de presentar el conflicto -oposición entre actores que son dueños desde antiguo del
lugar que habitan y aquéllos que provienen de un espacio ajeno- (característica del relato indigenista)
permite hacer referencia a algunos rasgos que lo caracterizan (a Arguedas) de manera constante.
2) La configuración del causante de las privaciones en la novela de Arguedas se inscribe en la
tradición indigenista: son descendientes de europeos que se apoderaron de las tierras; además, son los
personajes quienes se concentran o se asocian con el poder económico, político, militar y religioso,
pues se trata de hacendados vinculados con el clero y el gobierno central que manda al ejército para
sofocar la rebelión de las chicheras.
3) Una variación significativa en la novela de Arguedas radica en uno de los rasgos clave de los
personajes principales: viven la tensión entre las características del blanco y las del indígena, tanto
desde el punto de vista biológico como cultural.
4) En Los ríos profundos, Arguedas retoma el conflicto de los relatos indigenistas en los que, desde
Historia de las Indias de Las Casas, pasando por Aves sin nido (1889) de Matto de Turner, o
Huasipungo (1934) de Jorge Icaza, se construye una tensión tal, que resulta indispensable proponer
salidas urgentes.
Conclusión: La presentación del conflicto en Los ríos profundos aparece en el marco de un recorte de
la historia que define a culpables y víctimas, a la vez que opone la posesión de unos a la carencia de
5. otros, en ambos casos, excesivas. Sin embargo, la modificación de la valencia de los valores
reclamados y las soluciones parciales que se proponen, disminuyen la intensidad asociada a la
inminencia del desastre y la urgencia para contrarrestarlo. Tampoco es el blanco-lector el encargado de
transformarse en agente de cambio en el tiempo inmediato al de la enunciación. El indígena da cuenta
de competencias que pone en juego en acciones puntuales. La urgencia ha disminuido y la intensidad
de los estados emocionales que el relato indigenista, en sus manifestaciones más reconocidas, busca
generar para que se produzcan las transformaciones, también se reduce en el tiempo de la espera. Si
se tiene en cuenta que el relato indigenista apela a un enunciatario blanco, la consigna, en la novela de
Arguedas, no apunta tanto a un hacer transformador, sino a una adhesión afectiva, a un dejar hacer al
indígena, agente de cambio que todavía no ha operado una construcción de poder suficiente ni
duraderamente efectiva, pero que mantiene su latencia y sus posibilidades de recuperación.
Ensayo 2:
Título: Los ríos profundos y el discurso andino
Autor: Mario Mantilla Canchari
Introducción:
En 1958, José María Arguedas publica su obra cumbre Los ríos profundos. La prosa de su libro,
aparentemente simple, sus capítulos descontinuados y la profusión de cantos confunden a un lector
inadvertido. No fue una obra exitosa cuando se publicó. Ángel Rama subraya que le costó veinte años a
la crítica peruana el reconocer su valor y un tanto igual para que la crítica latinoamericana le atribuye un
puesto singular entre nuestros más famosos escritores. Sin embargo, se torna difícil comprender su
significado o entender su sentido trascendente, porque algo sustancial emanaba del texto de la novela.
Como resultado de ello y antes que desentrañar su sentido, la crítica latinoamericana se abocó
principalmente a clasificarla. En ese intento, amén de congraciarse con el lirismo y belleza de su prosa,
la crítica intenta ubicarla en el espectro de la literatura indigenista o neoindigenista, posición que se
haya entrecruzada por los diversos marcos de estudio con que se le aborda, sean estos sociales,
políticos, literarios y, en definitiva, ideológicos. Pero esta clasificación no logra acercarnos a su
trascendente significado. Y es porque en Los ríos profundos, José María Arguedas nos trae una visión
profunda de la cultura andina y nos desvela los principales elementos de su cosmovisión. En Los ríos
profundos está cifrado un discurso que contiene un orden de valores, otra ética, otra moral, otras
normas sociales. Este discurso es distinto al orden del discurso hegemónico, pues es vertido desde otra
cosmovisión del mundo. Aceptar este discurso alterno significa anclar la identidad latinoamericana en su
raíz para que sea expresión de los valores de la cultura indígena.
Tesis: En Los ríos profundos está cifrado un discurso que contiene un orden de valores, otra ética, otra
moral, otras normas sociales. Este discurso es distinto al orden del discurso hegemónico, pues es
vertido desde otra cosmovisión del mundo.
Argumentos:
1. Los ríos profundos (1958) consigue reflejar el alma que se esconde detrás de otra alma en la
majestuosa y torturada existencia de las sierras cusqueñas. No hay parangón para su arte: pudiera
relacionarse con el barroco de Asturias y de Carpentier, pero tal relación se basaría en un parentesco
racional y no lingüístico ni anímico. (261)
2. Arguedas queda absorbido por la cultura indígena, «hace suyas sus componentes intrínsecos y
se transforma por lo tanto en un blanco aculturado por los indios»
3. Arguedas fundamentalmente aboga por denunciar el orden social que constriñe al indígena y
combate el estereotipo de lo andino, propagandizar «por la literatura y la cultura oficiales, es decir
urbanas o europeizadas» (283)
6. 4. Arguedas, un mestizo blanco, que convive con una comunidad indígena, que asume las
costumbres, tradiciones y creencias del pueblo indígena y que por último lo condensa en su creación
literaria.
Conclusión: Los ríos profundos opone un discurso que rebate los intentos de clasificar y de esta
manera abre grietas al marco crítico impuesto por el discurso occidental. Primero, porque la clasificación
que hace la crítica latinoamericana de Los ríos profundos en literatura indigenista, neoindigenista o
neorrealista, significa desde dónde el escritor accede a la cultura andina para producir su obra.
Ateniéndose a la temática, o sea, la idealización, la defensa o expresión cultural del indio, ésta indica
principalmente qué posición adopta el escritor frente al indígena. Ninguno de estos cortes metodológicos
explica satisfactoriamente Los ríos profundos.
El marco literario desde donde se estudia la novela es insuficiente para proseguir las ramificaciones e
implicancias del discurso que alberga Los ríos profundos, pues éstas se extienden más allá de los
linderos del marco literario. Por eso es que se debe estudiar la novela de Arguedas dentro de un marco
discursivo, pues es ahí donde se revela el carácter conflictivo del discurso de Los ríos profundos frente
al discurso occidental. Y es que, como está conformado el discurso occidental, no admite enunciados
que puedan oponerse a la hegemonía de la civilización occidental en su despliegue por el mundo desde
la conquista de América. Para someter a las culturas nativas, impone sistemas de exclusión como la
literatura, y en última instancia, la carta a aceptar expresiones culturales extrañas que destruyen su
identidad, su cultura.
Ensayo A:
Título: El diluido indigenismo de «Aves sin nido»
Autora: Petra-Iraides Cruz Leal
Introducción:
Hace aproximadamente treinta años, la profesora Concha Meléndez publicó uno de los primeros
estudios interesantes sobre literatura de tema indio. Allí asevera que la novela Aves sin nido ponía «el
acento sobre el problema indígena», frente a otras obras preliminares caracterizadas por un tono más
decorativo y poemático (Meléndez 1961: 181).
Con posterioridad a dicha investigación, la crítica ha venido sosteniendo, de forma casi unánime, que
Aves sin nido recoge una enérgica repulsa de avasallamiento sufrido por el indio. Y que su autora, la
peruana Clorinda Matto de Turner, consolida la literatura indigenista con esa creación tajante. Así, para
Jacques Joset, entre otros, el indigenismo alcanza «el derecho de ciudadanía con las Aves sin nido de
Clorinda Matto» (José 1974: 111).
Por tanto, en este trabajo tratamos de ver si Aves sin nido patentiza, en rigor, una crítica social de corte
indigenista. En síntesis, se consignan tres puntos: (1) acercamiento de Clorinda Matto a la reivindicación
indígena; (2) talante o actitud de la autora frente a la literatura (especialmente en el caso de Aves sin
nido); (3) análisis de la obra, basado en el argumento y las citas textuales.
Tesis: Aves sin nido patentiza, en rigor, una crítica social de corte indigenista.
Argumentos:
1) Grimanesa Martina Matto (nombre auténtico de la artista) tiende a centrar sus inquietudes en
torno a la reivindicación indígena.
2) Matto se halla capacitada para comprender el mundo andino.
7. 3) Su propósito es, en concreto, recordar a los lectores «que en el país existen hermanos que
sufren, explotados en la noche de la ignorancia, martirizados en esas tinieblas que piden luz»
4) Desde luego, en medio de las exclamaciones, el nudo argumental ilumina los escarnios
perpetrados a las «desheredadas criaturas» del poblado de Killac.
Conclusión:
En conclusión, parece aconsejable adoptar un sentido mesurado y ecléctico, a la hora de analizar esta
novela. En ella subsiste, ciertamente, el enfoque crítico. Empero, este no puede equipararse al grado
recriminador y sociológico de otras novelas indigenistas más tardías. Por razones obvias, no se verifica
aquí una exhaustiva comparación.
Aún así, vale la pena incidir, de soslayo, en la punzante inspección de la realidad boliviana hecha por
Alcides Arguedas, en su libro Raza de bronce (1919). O en la crudeza documental de una novela como
Huasipungo (1934), del ecuatoriano Jorge Icaza. Es lógico, pues, el veredicto de Milagros Caballero
cuando argumenta que «Aves sin nido no pasa de ser un precedente en el camino indigenista. Para su
culminación habrá que esperar a otras obras» (1987: 222). Así es, si tenemos en cuenta la trayectoria
indigenista posterior. Por nuestra parte, suscribimos dicho aserto interpretativo.
Sin embargo, para evitar confusiones, es importante interponer una salvedad antes de concluir. La
tentativa de esta exégesis no osa desmerecer el valor de Aves sin nido.
Antes bien, sólo se ha querido ratificar que la novela incluye elementos que no encajan en los cánones
indigenistas. Al menos entendiendo el indigenismo como literatura cuya nota exaltada es la crítica social
esencialmente hosca.
Claro que, naturalmente, es necesario recordar que el presente análisis fue publicado en el año 1991.
Por esa razón cabe agregar que la conclusión no es definitiva en absoluto. Es más, en este trabajo que
hemos desarrollado anteriormente quedaría incompleto, o un tanto desfasado, a la hora de hacer una
verdadera actualización del tema.
Para precisar esa actualización habrá que acudir, por ejemplo, al profundo análisis que propone y
aborda la profesora Doña Dora Sales, en la nueva reedición de la novela de Matto, donde se incluye
efectivamente una sólida introducción de la citada profesora (aunque se incorpora también un prólogo
de Sonia Mattalia). Ésta es sin duda una mención inexcusable; un referente bibliográfico que debe
consultarse, entre otros, si se quiere indagar a fondo la plenitud narrativa (y cultural) de Clorinda Matto
de Turner.
Ensayo B:
Título: La novela peruana y la evolución social
Autor: Mario Castro Arenas
Introducción:Tanto como Mercedes Cabello de Carbonera y Clorinda Matto de Turner. representan en el
proceso de la novela peruana no sólo a la modalidad naturalista sino también a una actitud trascendente
en el campo de las reivindicaciones humanas y sociales. Clorinda Matto se nutrió desde su niñez con
las vivencias campesinas que signan su obra narrativa y que llegaron a eclosionar en su célebre novela
Aves sin nido, editada por primera vez en 1899. Intentó seguir a Palma; pero carecía del espíritu festivo
y la malicia del autor de las Tradiciones. Sus Tradiciones Cuzqueñas son una versión insípida y
desleída de la obra palmista. La señora Matto de Turner había nacido en Pullu, Cuzco, separada por
murallas de granito y nieve de la capital de la gracia y la picardía. Había nacido para denunciar en tono
épico la opresión contra los campesinos históricos. Pero no había nacido para pintar cameos históricos
cortesanos a la manera palmista. A partir de la escritora puertorriqueña Concha Meléndez, continuado
con Aída Cometta Manzoni, Luis Alberto Sánchez y José Carlos Mariátegui, la crítica literaria
8. hispanoamericana le concede una posición dominante a Aves sin nido de Clorinda Matto de Turner
como novela precursora del realismo de tipo indigenista y de proyección social en América.
Tesis: Tanto como Mercedes Cabello de Carbonera y Clorinda Matto de Turner, representan en el
proceso de la novela peruana no sólo a la modalidad naturalista sino también a una actitud trascendente
en el campo de las reivindicaciones humanas y sociales.
Argumentos:
1) Mercedes Cabello de Carbonera, influenciada por el nuevo indigenismo en la historia republicana
del Perú de González Prada , publica el artículo "Una fiesta religiosa en un pueblo del Perú", en el cual
deplora la degradación del indio por el blanco.
2) La novela indigenista Aves sin nido de Clorinda Matto de Turner, dedicada a González Prada,
muestra como el indio deja de ser adorno literario para convertirse en protagonista de la literatura
americana.
3) Clorinda Matto de Turner, escribe Aves sin nido, centrándose en la voluntad social, una novela
en la que es tanto la piedad hacia los sufrimientos de los campesinos indígenas como el fracaso
expresivo de un lenguaje mechado de un ingenuo prurito pseudo-poético.
4) En el aspecto social, al igual que Aréstegui, la señora Matto de Turner también describe
minuciosamente las formas de servidumbre económica impuestas al campesino cuzqueño.
Conclusión:Sus posteriores novelas, Herencia e Índole, aunque carecen del impacto social de Aves sin
nido prolongan innegablemente su esfuerzo narrativo. En Herencia permanecen los personajes centrales de
Aves sin nido -Fernando, Lucía, Margarita- pero cambia el escenario físico y social. En Lima, lejos de las
montañas de Killac, Margarita olvida su peripecia sentimental cuasi incestuosa en los brazos de un galán
urbano menos dramático. Y en el ambiente de intrigas y arribismo social, de nocturnas aventuras de alcoba y
de inmigrantes europeos impetuosos, Clorinda Matto de Turner despliega su acerada crítica de costumbres
contra la falsa aristocracia e inestable clase media. Índole, bajo un clima psicológico que recuerda a
Aréstegui, repite la censura implacable contra los curas provincianos que, profanando la confesión, y su
investidura religiosa, asedian a las candorosas matronas serranas. La misma trama de realismo y
romanticismo, de crítica social y de idealización poética, intentan equilibrar a menudo inestablemente en la
obra narrativa de la ejemplar escritora cuzqueña.
Ensayo C:
Título: Aves sin nido ¿Novela Indigenista?
Autor: Tomás G. Escajadillo
Introducción: Las páginas que siguen se interesan, fundamentalmente, en explicar por qué no considero
"indigenista" la novela Aves sin nido. Mi intención es, pues, fundamentalmente unilateral, o por lo menos
parcial. Quiero puntualizar explícitamente estos propósitos, pues mucho me temo que estas páginas resultan
en apariencia exageradamente negativas. La razón de ello está en que en la presente oportunidad me
interesó principalmente en demostrar por qué Aves sin nido no es una novela "indigenista", esto es, en
9. explicar los motivos por los cuales no le concedo tal carácter, tenida en cuenta la definición y el concepto que
para nosotros tiene el término "indigenista" .
Tesis: Considero a esta novela de Aves sin nido el antecedente más importante del indigenismo, no la
primera novela indigenista.
Argumentos:
1) Existen demasiados elementos en esta novela de un romanticismo rezagado como para que ella
pueda ser considerada la primera obra de un movimiento (el indigenismo).
2) Se percibe una frágil y contradictoria estructura ideológica en la novela al revelarnos una
concepción del mundo notoriamente burguesa, una actitud ideológica que debilita enormemente la
importancia de la actitud militante en favor de la clase desposeída, los indios.
3) Es una muestra de la tremenda distancia con los novelistas verdaderamente "indigenistas", el hecho
de que a Clorinda no se le ocurra incluir el gamonal como uno de los ángulos de la "trinidad
embrutecedora".
4) La novela Aves sin nido, a pesar de su violento y repetido indigenismo, tiene una casi nula
caracterización del indio, ya que Clorinda enfoca al explotador y el indio solo aparece en función de él.
Conclusión: Pese a lo sincero de su denuncia, Clorinda Matto no pudo brindarnos ni siquiera “algunos
escorzos del alma del indio”, como dijera Mariátegui a propósito de Cuentos andinos 25, libro que, en mi
concepto –lo reitero una vez más–, inicia el indigenismo narrativo en el Perú.