Clara recibió un peluche para su cumpleaños que no le gustó y lo guardó en un cajón. Una noche, el peluche se movía en la cama y le dijo a Clara que estaba vivo, pero le pidió que no se lo contara a nadie o volvería a ser un peluche. Desde entonces, el peluche y Clara fueron inseparables y ella lo consideró como su hermano.