Karla era una niña solitaria en la escuela porque sus padres trabajaban mucho y no podían pasar tiempo con ella. Un día llegó una nueva compañera llamada Matilde, quien se hizo amiga de Karla y le hizo compañía. Aunque Matilde fue buena con ella, Karla seguía sintiéndose triste por la falta de atención de sus padres. Matilde notó esto y habló con los padres de Karla para pedirles que pasaran más tiempo con ella. Los padres escucharon a Matilde y decidieron dedicarle más
1. LA OVEJITA NEGRA
Era una mañana muy fría, Karla como todos los días se había levantado muy
temprano para prepararse su desayuno porque debía ir a la escuela, sus padres
aun dormían, la noche anterior habían llegado muy cansados del trabajo así que
Karla para no molestar a su mamá la ayudaba con el desayuno. Aunque sabía que
debía apresurarse para no llegar tarde, a pesar de que nadie en la escuela se
preocupaba por ella incluso no tenía amigos, todos se burlaban de ella porque
nunca sus padres la iban a dejar a la escuela, aunque a ella no le importara, sabía
que sus padres la querían mucho y que por su trabajo no podían estar con ella.
Durante el receso siempre se sentaba en un rincón para ver a los niños jugar,
muchos se acercaban a ella con la intención de molestarla, ella sabía que era la
ovejita negra del salón, excluida y sola. Cierto día a la escuela llego una
compañera nueva llamada Matilde, la cual se hizo muy amiga de Karla juntas
siempre convivían en el receso platicando y jugando entre ellas mismas. Karla por
su parte ya no se sentía tan sola sabía que había alguien a la que consideraba su
amiga y que se preocupaba por ella.
Pero aun en la vida de Karla faltaba algo, ella lo sabía pero no lo había podido
descubrir. Un día Matilde la encontró llorando y le pregunto qué le sucedía, ella
por su parte le respondió que no era del todo feliz pues la ausencia de sus padres
era más evidente con el paso del tiempo.
Así que Matilde decidió ir a hablar con los padres de Karla para pedirles que le
prestaran un poco más de su tiempo y que descubrieran lo maravillosa que era.
Sus padres al ver el gesto tan bueno y noble de la pequeña decidieron tomarle la
palabra y destinar un poco más de su tiempo a su pequeña hija que tanto lo
necesitaba. Así que desde ese momento Karla ya no se sintió más la ovejita
negra…
Liliana Solano Sanchez 1° A primaria