El poema rinde homenaje a Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, tras su muerte. En la primera parte, Machado anuncia el fallecimiento de Giner y recuerda sus últimas palabras exhortando a continuar trabajando y siendo buenas personas. En la segunda parte, pide que entierren a Giner en la sierra de Guadarrama, lugar donde soñó con el resurgir de España.