1. EL AYUNTAMIENTO NAPOLEÓNICO DE ARCOS DE LA
FRONTERA.
MANUEL GARRUCHO JURADO
AÑO 1810.
El paso de José Napoleón por Arcos en febrero de 1810 supuso un cambio en la
composición del Ayuntamiento. Aquel viaje sirvió para el nombramiento de Leonardo Talens de la
Riva, hijo del anterior corregidor como alcalde mayor de la ciudad. Justo antes de la llegada de los
franceses se había constituido el nuevo ayuntamiento para 1810. Estaría compuesto por José
Villegas como alcalde ordinario. Alonso Yuste sería el alcalde del castillo. Manuel Fernández
Mancheño iba a ser el alguacil mayor, que no tenía voto. Igualmente Alonso Yuste, también sin
voto, sería el alférez mayor. José Cremona sería regidor. Manuel González Carbonero a pasaría a
ser síndico procurador general. Y Eduardo Zarzuela, José Meneses y Mateo Gutiérrez pasarían a
ser jurados. Juan Prieto Morón fue elegido alcalde de la santa Hermandad y Diego García de Veas
depositario general. A Miguel Núñez de Prado, elegido alcalde de primer voto se le daba un plazo
de dos meses para su toma de posesión por parte del Consejo Supremo de Castilla. En el mismo
acto, posteriormente se incorporó Ignacio Orellana, elegido jurado con voto1.
Una vez llegados a Arcos, los franceses no alteran, en principio, la composición del Ayuntamiento.
José Cremona y José Villegas seguirían siendo alcaldes ordinarios. Pero el poder que hasta entonces
habían tenido los cargos municipales se vería muy sujeto a las fuerzas francesas.
El primer cabildo se celebró el día siete de febrero, es decir 5 días después de la llegada de las
fuerzas imperiales. La primera sesión del ayuntamiento arcense comienza así: “La ciudad,
atendiendo al presente estado de cosas que cercan al gobierno para el mejor despacho de ellas y
mantener el buen orden en el pueblo, atendiendo también a que los señores jueces no obstante el
celo y prontitud con que están desempeñando su ministerio no son suficientes para el manejo de
tantos ramos como están puestos al cuidado de la Real Jurisdicción que ejerse (sic) para que le
sirvan de ayuda y todos se pongan corrientes con la brevedad que se requiere, acuerdan crear las
siguientes comisiones:”2. El documento nos lleva a pensar en la nueva situación que se crea en
Arcos y cómo los componentes municipales se ven desbordados, o más bien desorientados ante lo
que se les venía encima. En primer lugar habilitan un nuevo juez, José Calero, con las mismas
1 A.M.A.F., A.C., 1-1-1810.
2 A.M.A.F., A.C., 7-2-1810.
2. facultades que tenían los alcaldes ordinarios. Posteriormente, en vista de que la provisión del
ejército francés, en primer lugar, va a ser la primera tarea a desempeñar, deciden dedicar el castillo
a depósito donde se establecerán los almacenes para harina, leña, vino, aceite, vinagre, carne, pan
cebada y paja “haciendo desde luego requisición de estas especies entre los vecinos pudientes y los
fondos públicos según las existencias en que se hallaren con razón de las respectivas partidas de
cada uno”3 El propio ayuntamiento acordaba que se hiciera repartimiento entre los terratenientes de
tierras de Propios para que en proporción a sus rentas y descubiertos se aprontara inmediatamente la
partida correspondiente. En sus determinaciones el escribano manifiesta en las actas capitulares, y
en muchísimas ocasiones, que quien acordaba era la ciudad, identificando ciudad con ayuntamiento.
A estos repartimientos había que añadir también al resto de terratenientes de la ciudad según sus
rentas. Por último en esa misma sesión se prohibía a los subalternos del ayuntamiento su salida de
la ciudad.
A la hora de recibir órdenes estas llegaban del corregidor de Jerez, del comisario de guerra, Nobal,
desde Chiclana que a su vez obedecía otra de Latour Maubourg pidiendo 100 reses vacunas por una
vez y 1000 arrobas de paja y 500 de cebada.4
El día 11 de ese mes de febrero era nombrado nuevo regidor Salvador Barea que no oponía reparos
en el nombramiento. José Calero dejaba el cargo excusándose en su avanzada edad nombrándose a
Antonio Torres con las mismas facultades que los alcaldes ordinarios y Joaquín de Leyva sería
nombrado alguacil mayor.5 Ese mismo día se vio una carta del secretario general del Consejo de
Estado y uno de los firmantes de la Constitución de Bayona, Vicente González Arnao, solicitando al
ayuntamiento que se citara para las 9,30 de la mañana siguiente, a todos sus componentes, clero,
empleados públicos y personas principales del pueblo para prestar ante él juramento de fidelidad y
obediencia al rey, a la Constitución y a las leyes.
Próxima la llegada a la ciudad del rey José, José Aragón y Manca y José Oronoz, representarán al
ayuntamiento en la visita que que aquel girará a la ciudad de Jerez. El 28 se recibiría el R.D. de
nombramiento de Leonardo Talens de la Riva como alcalde mayor de la ciudad,6 otorgamiento que
ya se había hecho en la misma ciudad de Jerez y estaba firmado por José María Cambronero,
Consejero de Estado.7
El 3 de marzo el oficio era del corregidor de Jerez daba a conocer la creación de la Junta de
Provisiones que había ordenado el mariscal Víctor, comisario regio y ordenador del Primer Cuerpo
y la necesidad de nombrar un diputado que representara a la ciudad que reuniera los conocimientos
3 Ibídem.
4 A.M.A.F., A.C., 8-2-1810.
5 A.M.A.F., A.C., 11-2-1810.
6 A.M.A.F., A.C., 28-2-1810.
7 Ibídem. RUIZ TORREJÓN, F. “José Napoleón I en el sur de España. Un viaje regio por Andalucía. (Enero-mayo
1810). p. 167.
3. necesarios para el desempeño del cargo. Siete días después sería nombrado Maeo Francisco de Riva
con la asignación de 100 reales diarios.8
En el mismo mes de marzo, ante la ausencia de Talens de la Riba y enfermo Antonio de Torres,
Bonnemains, gobernador militar de la plaza había ordenado que se procediese al nombramiento de
dos sujetos aptos para alcaldes y otro para alguacil mayor. Fueron elegidos para ello Joaquín Ibarra
y Juan de Veas Moreno y como alguacil mayor Francisco de Paula Domínguez. El documento que
está firmado lateralmente por el propio Bonnemains.9 Pero Ibarra no admite el empleo por su falta
de conocimiento del pueblo y que va a trasladarse a otra ciudad. Ante su negativa, se le exonera del
cargo y es nombrado en su lugar José Oronoz.
El 1 de mayo se lleva a cabildo el problema del consumo de carne como consecuencia de “las
ocurrencias del día y que estas están escaseando a causa de que los contrabandistas se han llevado
varias piaras de ganado por lo que se hace dicha provisión con bueyes de labranza” lo que
redundarían en perjuicio para la ciudad ya que el primer objetivo era asegurar las raciones
extraordinarias al ejército como mandaba el artículo 2º del reglamento establecido por el ordenador
en Jefe del Primer Cuerpo, el general Víctor.10 Se referían las ocurrencias a la entrada de
insurgentes en Arcos al mando del inglés Cauley.
Por ese motivo se ordenó publicar bandos para que todos los ganaderos hicieran, aquel mismo día,
declaración jurada de sus ganados bajo pena de ser decomisados en caso contrario y de para una
multa de 10 ducados. Entre los que sufrieron robos en la batida que el 29 de abril realizaron las
partidas se encontraba Antonio de Torres, uno de los alcaldes ordinarios.
A principios de junio el Comisario regio ordenaba restituir a sus hogares a los insurgentes de la
ciudad, responsabilizando, en caso contrario a los propios padres11
Se preocupaba el ayuntamiento por los problemas que ocasionaba el alojamiento de la tropa
y para solucionarlo nombró una Junta que estaría compuesta por Juan Vidal, presbítero, Juan Prieto
Morón, Fernando Infante y Diego de Veas León. Y para el embargo de yuntas y bueyes se
nombraría a Pedro Pablo Puente.
Las dificultades que encontraba el ayuntamiento eran constantes y en muchas ocasiones se veían
obligados a nombrar estas comisiones o juntas. El 12 de julio esta necesidad les lleva al
nombramiento de varias personas que ayudaran a cumplir con los cargos “que exige el buen orden
y la policía”. Se dividió la ciudad en 8 barrios o cuarteles. Para el 1º se nombró a Fernando de la
Puente. Para el 2º a Francisco de Dios Ruiz. Para el 3º Juan Gutiérrez. Para el 4º José Morales. Para
el 5º Javier Moreno. Para el 6º Manuel del Real. Para el 7º Cristóbal Angulo y para el 8º Alonso
8 A.M.A.F., A.C., 17-3-1810.
9 A.M.A.F.,A.C., sesión 31-3-1810.
10 A.M.A.F.,A.C., sesión 1-5-1811.
11 A.M.A.F., A.C., sesión 8-6-1810.
4. Macías.
En agosto de ese año todos los ayuntamientos de la Prefectura serían obligados a celebrar el día
del emperador Napoleón, “por ser muy justo se celebren en todos los pueblos de la Prefectura con
manifestaciones exteriores los próximos días del Emperador de los franceses, hermano de nuestro
católico monarca por exigirlo así la gratitud”. Exigía Sotelo que una representación del
ayuntamiento, junto con el clero, se reuniera con el comandante militar de la plaza para decidir qué
tipo de celebración había de hacerse, haciendo partícipes también en los demás pueblos del distrito,
es decir, Bornos, Espera y Villamartín.12
El cinco de agosto es grave la advertencia que se hace por parte del gobernador militar sobre la
queja que le llegaba de la poca publicidad que se daba a las órdenes que dictaba el duque de
Dalmacia ya que “no se fijan ni publican exactamente con tan gran mal que los escribanos los
guardan en los cajones de su mesa.” Creía el gobernador que los guardaban para tener en su
negligencia un medio de defensa el día que, según se tornaran los insurgentes, les tomaran cuenta de
su administración. “También he observado-continuaba el gobernador- que las juntas de algunos
pueblos se niegan a dar pasaporte a los que han vuelto a sus hogares para ir a trabajar a otros
(pueblos) con el pretexto de que no se han presentado en Sevilla” de forma que al tener medio de
subsistencia ni confianza en que les dejaran tranquilos se iban a las partidas “que llaman guerrillas
que han hecho muchos en estos últimos días”. Se obligaba así a los alcaldes, regidores, curas a
publicar y fijar cuantos impresos se hubieran remitido desde el 1 de junio último, bajo la pena de
las multas a que hubiera lugar por cualquier omisión o contravención. En caso contrario podría ser
causa de prisión de muchos habitantes de las ciudades, como ocurrió en Arcos.
Cinco días después, Juan Ordóñez Valderas fue desposeído de su cargo de guarda mayor del
campo, por negarse al embargo de 200 bestias que debía aprontar la ciudad para la remesa de
harina a la ciudad de Jerez. Fue sustituido por Andrés Domínguez.13
En noviembre de ese año, José Joaquín Martí, ascendido a mariscal de campo por José I,14 había
ordenado armar con fusiles a los individuos de la Guardia Cívica que pudieran hacer frente a los
insurgentes en caso de que fuese necesario si los “insurgentes” trataban de entrar en la localidad o
“insular al pueblo y aunque esta municipalidad no duda de la conducta de estos vecinos teniendo en
cuenta que su único tiro es el de la labor: que este en pueblo se halla parte de la vanguardia del
ejército imperial y que a veces sale la tropa a hacer sus expediciones militares sin que quede en el
pueblo guarnición bastante para libertarle de los insultos de los bandidos”.15 A pesar de elo la
municipalidad arcense estimaba que no era momento oportuno para ello por temor a que ocurriera
12 A.M.A.F., A.C., sesión 3-8-1810.
13 A.M.A.F., A.C., sesión 9-8-1810.
14 DÍAZ TORREJÓN, F.L., “José Napoleón I en el sur de España. Un viaje regio por Andalucía. (Enero-mayo 1810).
Córdoba. 2008.
15 A.M.A.F., A.C., sesión 7-11-1810.
5. como ya había pasado en la vecina localidad de Bornos con Francisco Martel, administrador de
Bienes Nacionales de aquel pueblo y que había sufrido el ataque de los insurgentes en su propia
hacienda.
Hubo, sin embargo, momentos en que tanto la guarda cívica como la Compañía Franca se empleó
a fondo en alguna situación. Así ocurrió en la finca Los Aguaciles, cercana a Espera como se
desprende del funeral de Francisco Rodríguez, muerto el 31 de octubre de 1811 en dicho cortijo
“por la partida de los francos de la ciudad de Arcos”16 Esta Compañía había sido creada el 29 de
octubre de 1810 “para tranquilidad de los caminos” y se acordó Se forme una fuerza, entrando en
ella Bornos, Villamartín y Espera, compuesta de un teniente, un subteniente y dos sargentos, cuatro
cabos, un trompeta y 46 escopeteros cuyo precio se ha de satisfacer de cuenta de los propietarios de
este y los demás pueblos.17 Pero el 26 de noviembre, Antonio de Peralta, síndico personero del
ayuntamiento de Espera y Mateo Moreno, alcalde ordinario de Villamartín, se presentaban ante el
ayuntamiento arcense oponiéndose a la entrada de cada pueblo en la formación de la Compañía
Franca. El representante de Villamartín alegaba que por “Decreto del duque de Dalmacia la villa se
hallaba exonerada de la formación de todo gobierno de cívicos y condesciende en tener parte de la
la Compañía”. Igual testimonio manifestaba el representante de Espera teniendo en cuenta “el corto
vecindario y la indigencia de los que la componen”. Decía Peralta que si Villamartín no participaba,
era imposible que los vecinos de Espera pudieran contribuir con la cuota de hombres y debido a
los muchos suministros y a la escasez de la cosecha de trigo y vino “único ramo de industria del
pueblo”.
Días después acudía también Bornos al cabildo arcense. Alegaba Bornos, que al igual que Espera,
la mayoría de los predios rústicos eran del duque de Medinaceli o eran propiedad del caudal de
Propios, los conventos o capellanías.18 El día 2 de ese mismo mes, Juan de Armario, comisionado
de Bornos, Antonio de Peralta, de Espera y Mateo Moreno de Villamartín acordaban con la
municipalidad arcense la formación de la compañía franca, repartiendo los hombres según cada
vecindario, documentación que presentaron al día siguiente. Tras la verificación de dichos
documentos procedieron a hacer el reparto de los 51 hombres que debían formarla, rebajados el
teniente, el subteniente y el tambor de la compañía. A Arcos con una población de 2433 vecinos le
correspondían 29 miembros. A Bornos con 1017, le correspondían 12. A Espera con 367 le
pertenecían 5 y a Villamartín con 410 vecinos le cupo otros 5 miembros.19
La administración francesa no paraba en barras a la hora de involucrar a todo el vecindario en la
16 Archivo Diocesano de Jerez de la Frontera. Parroquia Santa María de Gracia. Espera. Libro de defunciones. 1811.
17 A.M.A.F., A.C., sesión 29-10-1810.
18 Ibidem. Sesión 1-12-1810.
19 Ibidem. Sesión 24-12-1810.
6. vida pública. Incluso el clero debía participar en la composición de la Guardia Cívica. En
septiembre de 1810 los curas de Santa María y San Pedro solicitaban su exoneración de los cargos
debido a su falta de conocimientos militares.20 Un mes después Lucas Gómez de la Herranz desistía
de su cargo de alcalde del matadero.
La organización del territorio andaluz tras su conquista se va haciendo de forma paulatina y José I
durante su viaje por Andalucía.
AÑO 1811.
El inicio del año 1811 iba a suponer el cambio de la composición del ayuntamiento según
establecía el Real Decreto de 17-4-181021 y que no se aplicaría en la ciudad hasta el año siguiente.
Este Decreto, en su artículo IV, regulaba el gobierno local y el funcionamiento municipal. Es
innovador en el sentido de que rompía por entero con los ayuntamientos del Antiguo Régimen. Ese
artículo cuarto hacía depender a las municipalidades del prefecto provincial, que a su vez dependían
del ministro del Interior. Se sustentaba en un órgano consultivo, la junta municipal, que se elegía en
cabildo abierto entre los contribuyentes de cada ciudad. Desaparecía así la distinción entre nobles y
pueblo llano que constituían los ayuntamientos borbónicos. A Arcos, como ciudad con más de 2000
y menos de 5000 vecinos, le correspondían 20 miembros.
Las juntas municipales, además de las sesiones preceptivas convocadas por llamamiento del
prefecto y de quien dependían los gobiernos local es, debían reunirse tres veces al año: para
designar candidatos a las juntas generales de prefectura y subprefectura22, que realizaban en
noviembre; la segunda para realizar el repartimiento de las contribuciones directas23 y la tercera
para nombrar directamente o proponer los empleados de gobierno, es decir corregidor y regidores.
El seis de enero de 1811 el cabildo arcense se reunía para dar lectura al Decreto del Consejo de
Estado, que había sido enviado por el prefecto de la provincia, Leonardo de Solís24.
Hasta esa fecha el ayuntamiento arcense estaba compuesto por Leonardo Talens de la Riba, José
Oronoz, Juan de Veas Moreno, Alonso López. Alcalde del castillo era Alonso Yuste, José Calero era
20 A.M.A.F., A.C., sesión3-9-1810.
21 MUÑOZ DE BUSTILLO, A. “Bayona en Andalucía: El Estado Bonapartista en la Prefectura de Xerez”. Madrid.
1991, p. 191 ss.
22 R.D. 17-4-1810. Título IV, art. 2º. Seguimos aquí el trabajo de FRANCISCO LUÍS DÍAZ TORREJÓN: “Osuna
napoleónica (1810-1812. Sevilla. 2001. pp. 147 y ss.
23 R.D. 17-4-1810, Título IV, art 5º.
24 Archivo Municipal de Arcos de la Frontera (AMAF). Sesión 6-1-1811. punto 1.
7. regidor. José Aragón y Félix Armiño, diputados. Mateo Gutiérrez, Eduardo Zarzuela y J. Mª de
Meneses, jurados y Bartolomé Rodríguez, síndico.
Por el citado Decreto se nombraba nuevo Corregidor a D. José Aragón y Manca. Leonardo Talens
de la Riva quedaría como Alcalde mayor que ejercía una función judicial por su carácter de auxiliar
técnico o letrado25. Serían regidores Alonso López, Fernando Cabrera, que estaba ausente, Fernando
Infante, Romualdo Carrera, Francisco de la Rosa, Fernando de Beas, Bartolomé Rodríguez, Alonso
Galván y Félix Arminio, que sería el síndico personero. Todos debían ejercer sus funciones con
arreglo al R.D. mencionado. Pero en ese mismo acto sería exonerado del cargo Fernando de Veas,
siendo nombrado en su lugar Antonio de Torres y Piña. Todos juraron fidelidad a José Napoleón, a
la Constitución (de Bayona) y a las leyes. Sin embargo entre los nombrados ni Romualdo Carrera ni
Antonio Torres, ambos por enfermedad, pudieron jurar. Y Fernando Cabrera por estar ausente, como
decíamos más arriba.
Nueve días después se presentaba a la junta municipal Fernando Cabrera, marqués de Torresoto,
nombrado por el prefecto parea formar parte de la misma.
En muchos casos las ausencias y las solicitudes de exoneración de los cargos se deberían al hecho
de no querer participar en el gobierno del Intruso, siendo diversas las justificaciones y los achaques.
El 6 de enero de ese año la municipalidad arcense estaba compuesta de la siguiente manera según
las elecciones que se habían realizado en diciembre del año antes:
Corregidor sería José Aragón y Manca. Como regidores habían sido nombrados Alonso López,
Fernando Cabrera, marqués de Torresoto, y Fernando Infante, Romualdo Carrera, Francisco de la
Rosa, Fernando de Veas, Alonso Galán y Félix Armiño. Y como síndico personero Bartolomé
Rodríguez. Fueron nombrados todos para” que respectivamente ejerzan sus funciones con arreglo al
R. D. (de 17-4-1810)”, jurando fidelidad a José I, a la constitución y a las leyes. En ese mismo acto
se había exonerado del cargo a Fernando de Veas y nombrado en su lugar a Antonio de Torres y
Piña. En la sesión del día siguiente serían confirmados en sus cargos Romualdo Carrera y Antonio
de Torres que no habían podido asistir el día anterior por estar enfermos y Fernando Cabrera por
hallarse ausente26.
Dos días después decidieron los edificios públicos que iban a destinarse a “cuarteles, hospitales
militares y demás objetos de guerra” por orden del prefecto jerezano. Las autoridades municipales
arcenses eran plenamente conscientes del mínimo poder de decisión que podían tener frente a las
autoridades militares francesas. Las órdenes del prefecto de Jerez eran continuas: Sobre papel
sellado, sobre contribuciones de semillas, contribuciones al ejército de carne, ropa, calzado, vino,
etc. También se producirían varios nuevos nombramientos. Se hallaba vacante el empleo de guarda
25 DÍAZ TORREJÓN, F.L: Op. Cit. p.149. Gazeta de Madrid. Nº 310 de 6-11-1810, pp. 1390 y1391.
26 A,M.A.F., A.C., Sesión 8-1-1811.
8. mayor del campo. Se nombró para el mismo a Andrés Domínguez y Prado, como alguacil mayor a
Juan Vidal Márquez. Se nombró igualmente a Francisco Gago y Pedro Sánchez Gallardo
encargados de la comisión de abastecimiento de paja, bajo el control del regidor Francisco de la
Rosa. Como encargado de la provisión de trigo se nombró a Fernando Gómez Infantes. En ese
mismo cabildo se nombró al regidor Alonso López comisionado para el pago de todos los atrasos
que se adeudaban a varios dependientes municipales para que “valiéndose de los medios que le
dicte su prudencia y aún de los apremios que estime convenientes haga efectiva dicha cobranza27.
Como vemos las autoridades francesas ponían a los pies de los caballos a las españolas que poco
podían hacer ante tantas dificultades. El 14 del mes siguiente Juan Vidal y Pedro Sánchez desistían
de sus empleos siendo sustituidos por Pedro Caballero y Domingo Fernández.
Pero al mismo tiempo que llegaban órdenes de la prefectura, también emanaban del poder militar
y los munícipes de Arcos se las ingeniaban para ser relevados de sus cargos. El 28 de enero de 1811
el marqués de Torresoto solicitaba la exoneración del que ejercía y serían propuestos para el mismo
Francisco Rivas, Juan Prieto de Morón y Manuel de Rivas. Al día siguiente acuden al cabildo
Alonso López , José Zarzuela, Francisco de la Rosa, Antonio de Torres y Juan Félix Arminio
oficiando de el primero de ellos de presidente debido a la ausencia del Corregidor, José Aragón que,
junto al regidor Fernando Infantes se hallaban presos en Jerez. A ello se añadía que Antonio de
Torres se encontraba enfermo y otros miembros exoneraos de sus cargos, lo que hacía imposible el
cumplimiento de las órdenes del prefecto jerezano28. José Téllez de Meneses, contador del ramo de
suministros, se hallaba a su vez gravemente enfermo, hubo de nombrarse interinamente por parte de
la municipalidad a Pedro Pablo Puente, tesorero de rentas provinciales.
Ese mismo día llegaba una oficio del comandante de Dragones, comandante en aquel momento de
la plaza, contestando a la noticia de que al no encontrarse vino para la tropa en la localidad,
ordenaba que “20 bestias mayores o menores” salieran al día siguiente con barriles para Jerez.
La negativa a colaborar con los franceses llegó al extremo de aparentar locura alguno de los
vecinos de Arcos, como ocurrió con Antonio Vega 29que llegó a salir a la calle en cueros, se revolcó
por el lodo demostrando su imposibilidad de desempeñar su empleo en la municipalidad. Los
aluaciles Juan Vidal y Pedro Sánchez desistieron de sus cargos y fueron sustituidos por F. Caballero
27 Ibidem.
28 A.M.A.F., A.C., 29-1-1811. ARAGÓN GÓMEZ, J. “La vida cotidiana durante la Guerra de la Independencia en la
provincia de Cádiz (I)., p. 73.
29 ARAGÓN GÓMEZ, J. “La vida cotidiana...”, p. 73. A.M.A.F., A.C., 14-2-1811.
9. y Domingo Fernández. El 2o era el rgidor Alonso López quien no acudía al cabildo. Ese día se tenía
también la noticia de la sustitución del general Chaudras por Pecheux. En la misma sesión sería
revocado de su cargo Joaquín Guerrero por falta de celo en su cometido municipal.
En marzo de ese año se citaba a cabildo abierto para poder celebrar las elecciones a cargos
municipales. Como ordenaba el R.D. De 17-4-1810.
El 10 de mayo, el coronel del regimiento de dragones, gobernador militar de la plaza, cita por
edictos y pregones para las 8 de la mañana siguiente. El 11 se vio en cabildo”una orden de dicho
señor que expresa que la mala administración ha determinado arrestar al corregidor Leyva y al
regidor Prieto Morón y remitirlos a su señoría el duque donde podrán disculparse de los cargos de
que se le acusan”. Mientras los concejales debían elegir otro corregidor y regidor “entre las
personas más distinguidas por sus bienes y talento”. Fueron elegidos para ello de forma interina
Fernando Cabrera, marqués de Torresoto como corregidor y cmoo regidor primero Francisco
Valdespino.30
El 7 de julio fue nombrado alguacil mayor Juan Rojas y separado de su empleo de guarda mayor
Juan Valderas.
El lenguaje utilizado por los miembros del ayuntamiento deja entrever en muchas ocasiones el
propio miedo de sus componentes. “La municipalidad advierte sus mayores deseos y el mejor
acierto en sus determinaciones con este obejto en los gruesos apuros que presentemente se halla,
convoca al pueblo par que arbitre las medidas más suaves y equitativas... hizo publicar un bando el
20-6-1811 haciendo ver lo que le interesaba y se presentasen gastos por el bien de la patria a que
todo buen ciudadano debe contribuir, habiendo citado a los contribuyentes por acuerdo de la junta el
5 de julio para los fines que se expresan, ha visto con desagrado no haber contribuido ninguno y sin
embargo de sus desvelos, en discurrir arbitrios para no agravar más: hallándose sin numerario para
comprar efectos de suministros a las tropas y demás gastos que originan en sus pedidos y que de
faltar originaría funestas consecuencias, por cuya razón no puede demorarse por momentos, siendo
indispensable algún tiempo para el cobro de los débitos morosos, aunque se les requirió
militarmente... no encuentra esta municipalidad otro arbitrio que el de exigir otras quincenas de
contribución para salir de la urgencia en que se halla de suministrar a las tropas lo necesario y así
acuerdan a últimos de mes de mayo, sin dejar de activar por todos los medios posibles el cobro de
los atrasos, los crecidos suministros que ha hecho y están haciendo esta ciudad sin habérseles
abonado cosa alguna en sus contribuciones por cuya razón se halla a la mayor moratoria y es de
esperar funestas resultas por la escasa cosecha del presente año si la superioridad no le dispensa la
remesa de la cebada y trigo que tiene pedido, ni omite en pago de aquellas el importe de
30 A.M.A.F., A.C., sesión 11-5-1811.
10. suministros. Acuerda se hagan representaciones conducentes...”31” Como vemos la situación es
extrema. Los representantes locales no saben lo que hacer ya que los ciudadanos no contribuyen, en
parte orque no pueden y ellos se ven abocados a seguir pidiendo contribuciones, con las
consecuencias que traería el no conseguirlas. El 15 y el 16 de julio se suspendían los cabildos por
falta de concurrencia. El 28 los militares franceses amenazaban con sacar a la fuerza a los vecinos
los suministros de no tenérselos pronto. El ayuntamiento se ve en la necesidad a los labradores para
la consecución de los mismos.
El 7 de agosto eran citados de nuevo para el siguiente día los contribuyentes a las 9 de la mañana.
Al ser pocos los que concurrieron, se volvió citar de nuevo para el 9 a las 9 de la mañana,
ocurriendo lo mismo. En vista de lo cual el ayuntamiento acordaba pasar en presencia del escribano
por cada domicilio, amenazando de que en caso negativo serían “conducidos militarmente a la casa
de la municipalidad”32. Ese día también fue separado de cargo de alguacil mayor José Cremona.
En algunos de los documentos quedaba reflejada la sumisión de las autoridades españolas a las
militares francesas. El 7 de septiembre de 1811 el general Bonnemains firmaba al margen un
documento que le habían presentado con fecha 2 del mismo mes. Ya había ocurrido en el acta
capitular de 7 de marzo de 1810.
El 15 de septiembre Joaquín de Leyva volvía a estar de nuevo arrestado en el fuerte y Bonnemains
exigía grano para los caballos del 5º regimiento de cazadores a razón de 50 fanegas al día durante
10 lo que hacía un total de 500 fanegas. Debido a su arresto Leyva debía ser sustituido por Alonso
López, uno de los regidores. Leyva saldría de su arresto el 19 de ese mes de septiembre.
El 22 de ese mes sólo quedaba Alonso Yuste como miembro de la Junta de Alojamientos ya que los
demás estaban ausentes y con el continuo trasiego de tropas no se bastaba para desempeñar sus
funciones por lo que se nombró también a Juasn Vidal Vázquez y José de Prado y Yuste para que le
acompañaran en sus funciones.
Muchos de los arcenses habían emigrado ya de la ciudad a mediados de 1811. Así se desprende del
acta de 15 de octubre en la que se hace referencia a los pagos que debía hacer la ciudad a la
compañía Haurie de Jerez con quienes Soult había contratado la entrega de los víveres a las tropas
francesas y la casa Haurie sería la encargada de entregar en los almacenes de Sevilla, Jerez y El
Puerto de Santa María los víveres necesarios para atender a todas las tropas del primer cuerpo.33 Las
contribuciones en especies habían desaparecido sobre el papel a fines de 1810.
El 18 de noviembre se convocó a los vecinos contribuyentes para elegir representantes en la
prefectura y la subprefectura y la mitad de la municipalidad.
31 Ibidem. Sesión7-7-1811.
32 Ibidem., sesión 98-1811.
33 MUÑOZ DE BUSTILLO, C., “Primera experiencia constitucional en Andalucía (1808-1810). Sevilla. 2010.
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11. El 30 de noviembre J. Mª Obregón, cura más antiguo de Santa María y administrador de bienes de
la misma parroquia solicitaba la dispensa en la contribución del cortijo del Toril y para ello exponía
las siguientes razones: “La iglesia se halla dentro del fuerte. La torre es una pequeña batería; la
sacristía alta, el cuarto del campanero y demás habitaciones las ocupan las tropas. Los almacenes,
gradas y casas de los curas se han derribado para dar vista a las troneras y los tornos, cuerdas de
campanas y sitial, sogas, escaleras y demás enseres de albañilería, se han destrozado y perdido. En
varias ocasiones ha suministrado más de 700 fanegas de trigo y más de 1000 ducados. La justicia
tomó en al año 1810 102 fanegas y 2 celemines de trigo y 20 fanegas, 4 celemines y cuartillo de
cebada y en aceite y semillas la cantidad de 802 reales. Todo se sacó de la fábrica..... Ha tenido
crecidísimos gastos y pérdidas en la mudanza de las tropas, monumentos y otras del servicio de la
iglesia... y esta se halla llena de trigo, cebada y otras semillas y como se está ahechando y limpiando
dentro, el órgano, los altares y coro están cubiertos de polvo, que sin reflexionar en las pérdidas que
tendrán en lo esencial, habrá que gastar muchos reales para limpiar y sacudir todo lo ensuciado”.34
En diciembre el ayuntamiento se había trasladado, posiblemente fuera del fuerte, y varios de los
enseres y alhajas del oratorio del mismo habían pasado a manos de algunos empleados, siendo
reclamadas por el cabildo.
Cuando el 16 de diciembre se presentaban las propuestas de los candidatos al nuevo ayuntamiento
para el año siguiente, sólo acuden al cabildo 11 de los 20 miembros. Preguntan al alcalde mayor,
Leonardo Talens, si podían hacer la elección al faltar muchos miembros que responde
afirmativamente.. La votación se realiza con voto secreto siendo elegido para corregidor Antonio
Mª Alex y Alonso Yuste Soria con todos los votos. Como regidor primero José Calderón de la Barca
con 16 votos y Manuel F. Mancheño con 10. Para regidor segundo manuel Morales con 10 y Juan
de Dios Ruiz con 6. Para regidor tercero Antonio Obregón con 12 y Nicolás de Prado con 11. Para
regidor cuarto Antonio Jiménez con 13 votos y F. de Paula Domínguez con 9. El 31 de diciembre se
producía la sucesión en los cargos municipales. Así concluiría el año 1811.
En 1815 el ayuntamiento de Arcos presentaba un memorial de la conducta observada por los hijos
de la ciudad que había solicitado la corona previamente. El documento perdido en el ayuntamiento
fue publicado por M. Mancheño35 y había sido realizado por F. José de Muelas y Pedro J. Zapata.
34 A.M.A.F., A.C., sesión 30-11-1811.
35 MANCHEÑO, M. “op. cit. pp. 12-16.
12. En dicho documento se ofrece un resumen de lo acontecido en la ciudad durante aquellos años.
Entre ellos se cuentan los acontecimientos bélicos ocurridos en las cercanías de la ciudad y en los
que tuvieron que ver tanto los patriotas insurgentes como las tropas francesas de Arcos, al mando de
Bonnemains y otros militares destacados en Arcos. Habla en documento de la acción del 27 de
marzo de 1810, por medio de la cual Arcos estuvo en poder de los insurgentes durante algún día
hasta la llegada de Latour Maubourg. O las de Tempul, Camino de Jerez, Sanlúcar, Arcos, Utrera
y Coripe “en las que unas veces por sí y otras acompañadas de las tropas y demás partidas de su
clase batió en repetidos encuentros al enemigo, e interceptó sus convoyes y correspondencia. En la
acción de Coripe los arcenses ayudaron a romper “el cuadro formado entre Morón y Olvera por los
batallones 1º y 3º de polacos, el día 3 de junio de 1811” y por ello “mereció ver premiado su valor y
conducta en los mismos campos de batalla, dando gracias y un escudo de distinción concedido por
R.O. De 10 de Agosto del expresado año a las personas que más sobresalieron”. Los franceses
molestos con esta situación inventaron molestas batidas de ganado y contribuciones excesivas, con
el fin puramente de castigarlo, “sin querer ajustarse a contrata en esta razón como lo estaban
haciendo con los demás de la provincia”, teniendo que soportar, además todas estas cargas, la de
sostener un regimiento de caballería, mil de infantería y los gastos inmensos del fuerte que
construyeron.36
Trataron los franceses de ganarse la voluntad de los arcenses organizando corridas de toros los días
de fiestas y tres napoleónicas, los días de San José (por el rey), la Anunciación de Nuestra Señora y
el dos de diciembre, con el “doble ánimo de celebrar al mismo tiempo la coronación y cumpleños
de su Emperador y rey, que tuvieron que abandonar por falta de concurrentes. Para la construcción
del fuerte echaron a tierra la fachada principal de la Plaza y las casas de la calle Nueva y el Murete,
“edificios de mucho valor y único apoyo de ciertas familias que quedaron reducidas a la mayor
miseria, por no tener medio de subsistencia , colocando entre el castillo, Torre de Santa María,
Oficio de Cabildo y Plaza Mayor en que lo situaron, varias baterías de cañones de grueso y menor
calibre, cuatro minas en su entrada y un puente de comunicación”.37
Desde el propio fuerte, aún no terminado de construir, fue tiroteado Eusebio Valdés, un soldado
granadino del regimiento de caballería del Príncipe, que formaba parte de la partida patriótica de la
localidad, creemos que la formada por Galván. Murió el 12 de marzo de 1810 en el barranco de San
Miguel “a efectos de un tiro de cañón desde la torre de esta Iglesia y se le dio sepultura a su cadáver
en la cerca inmediata de la Iglesia del Glorioso San Miguel”38. Al día siguiente se enterró Juan
Caso, soldado francés, muerto en el Barranco de Cárdenas como consecuencia de una caída.39 A
36 MANCHEÑO, M., op.cit. p.14.
37 Ibidem. p.15
38 Archivo Diocesano de Jerez de la Frontera. Parroquia de Santa María. Libro de sepulturas. L. 20.-1807-24.
39 Ibidem.P. 90
13. principios de 1812 sería enterrado también Cristóbal Sandoval “pasado por las armas en Las
Canteras y puesto en la cárcel pública, horca de la Plaza de las Nieves y se entregó judicialmente su
cabeza a los señores beneficiados de dicha Iglesia Mayor”40 José Uront, Juan Ceballos y Bartolomé
Parra también murieron en el camino de Jerez, “dejando al primero de ellos pendiente de un árbol
al uso bárbaro y cruel de los gentiles”.41 Calculaba el ayuntamiento que unos 490 arcenses salieron
de la ciudad como dispersos y muchos cayeron en manos del enemigo. Entre ellos Juan Antonio
Sidrón que por hallarlo en servicio activo, pertenecía ala guardia cívica, “después de mutilarlo vivo,
le sacaron los ojos, y fueron partiendo a trozos su cuerpo en las inmediaciones de Algar.”42 Más
conocidos son los casos de Domingo Acosta y Francisco de Lima, ahorcados en la misma torre de
Santa María cuando los franceses emprendían el camino de Sevilla en agosto de 1812.
Una nota en uno de los libros de defunciones de la Iglesia de Santa María43 manifestaba que “el
año 1812, poe los meses de abril y mayo, más o menos, se experimentó una escasez tan grande que
murieron muchísimos ancianos de hambre por las calles. Unos se enterraban por la Hermandad de
la Caridad y otros por la piedad de algunos y otros no se sabía quines eran, pero en los términos que
se pudo, se anotaron unos en el Abecedario y otras en los libros. Fueron 115 los enterrados en
aquellas fechas.
Obviamos la actuación del ayuntamiento en relación a las contribuciones a la tropa y a los cuarteles
generales franceses, estudiados en parte en otro trabajo, pero no queremos dejar de mencionar
algunas de las cantidades ofrecidas por Mancheño. Según sus cuentas el total de distintas partidas
sumaban 65.550.450 reales. Suministro a las tropas francesas: 18.067.535 reales. A las tropas
españolas: 13.162.535. Lo que hacen un total de 96.780.616 reales lo que tuvieron que desembolsar
los arcenses y los pueblos de su distrito desde el inicio de la Guerra de la Independencia.44
Mancheño resume en pocas líneas la situación de la ciudad de Arcos, cuyo ayuntamiento se vio
siempre entre la espada y la pared, diciendo: “Sacrificios voluntarios innumerables hizo la
población mientras la rigieron las autoridades españolas. Mas desde la tarde del 10 de febrero (quiso
decir el 3) llegaron tres regimientos franceses mandados por el barón Bouvier des Clats, hasta el 25
de agosto de 1812 en que definitivamente abandonó el enemigo nuestra ciudad, fueron inauditas las
vejaciones, atropellos, crímenes y exacciones que en ella cometió. Nombrado un ayuntamiento por
los franceses era destituido a los pocos días y perseguidos sus individuos, por el sólo delito de no
poder realizar”.
MARCHA DE LOS FRANCESES.
40 Ibidem. P. 130
41 MANCHEÑO, M. op.cit. p.15.
42 Ibidem.
43 A.D.J.F. Libro de sepulturas. Nº 20. p. 90
44 Ibidem. p.22.
14. En agosto de 1812 las tropas francesas abandonan la Serranía. El 29 de agosto, la Gazeta
Extraordinaria de la Regencia publicaba el artículo de oficio de Juan Cruz Mourgeón, mariscal de
Campo del Ejército español comunicando al Jefe del Estado Mayor General desde Sevilla que las
tropas aliadas de su mando habían forzado a los enemigos a abandonar la ciudad en la cual ya
habían entrado. Comunicaba que tenía en su poder gran cantidad de heridos y prisioneros.
En la misma Gazeta, Ballesteros, Jefe del 4º Ejército comunicaba desde su cuartel general en
Prado del Rey, que el 25 los enemigos evacuaron toda la línea del Guadalete y los puntos de
Olvera, Zahara y Teba, volaron las fortificaciones, clavaron la artillería, inutilizando las municiones.
Rápidamente las tropas de Ballesteros ocuparon Ronda y Villamartín.
Ballesteros había previsto marchar contra las posibles tropas que hubieran dejado los franceses en
el sitio de Cádiz o seguir su retirada en caso contrario. Igualmente el Jefe del Estado Mayor del
cantón de la Isla de León también comunicaba el parte recibido por el gobernador de Medina
diciendo que el día 25 a las 9 de la noche los enemigos evacuaron la ciudad y el castillo de Arcos,
clavando su artillería y habían dejado muchos pertrechos de guerra, 4.000 fanegas de trigo y mucho
tocino y bacalao. Seguidamente evacuaron Bornos donde debía llegar Ballesteros desde Prado del
Rey, según el informe del gobernador de Alcalá.
Muñoz Maldonado narra como Ballesteros el 25 por la noche cubrió con su caballería el camino de
Bornos a Villamartín, de cuyas resultas habían abandonado los franceses los fuertes que allí tenían y
siguiendo su marcha por el camino de Espera encontró fuerzas francesas de 400 caballos y 500
infantes que ocupaban el pueblo y que tuvieron que abandonar el día 26.
Los franceses habían requisado muchos caballos en los pueblos que abandonaban. El 26 ya había
llegado a Las Cabezas el último cuerpo de franceses. Continuaron su retirada por el camino real
hasta Sevilla.
Un documento del A.M.Arcos, mencionado por Miguel Mancheño, narraba la salida de los
franceses de aquella ciudad el 25 de agosto, decía que “por efecto de las circunstancias, volando las
minas y puentes de comunicación, destruyendo las baterías y cañones y quemando todo lo que
podían quemar. Un Comisario español rápidamente llegó para cesar a las autoridades y poniendo
en depósito los granos que dejaron los franceses en el fuerte que previamente habían tomado a los
vecinos “a la bayoneta”.
Lo cierto es que dos días después del último cabildo, los franceses abandonaban la ciudad. El 23
15. de agosto se quejaban las autoridades francesas del retraso en las obras del cerramiento, en el que se
había gastado más tiempo y dinero del previsto y Soult apremiaba para su conclusión. Pero el día 26
de ese mismo mes el Comandante General de la Isla da parte a Ballesteros, por informes del
Gobernador de Medina de que las tropas francesas abandonaban la línea del Guadalete. El Informe
decía así: “Uno de los paysanos que embie para explorar los movimientos de los enemigos, en su
línea del Guadalete, acaba de noticiarme que reunidas las guarniciones de Bornos, Villamartín y
Arcos a la de Espera, emprehendiero su retirada en la mañana de ayer desde este último pueblo con
dirección a Sevilla”45
45 A.H.N. DIVERSOS COLECCIONES.74,N.3