El documento habla sobre la arquitectura barroca y dos de sus principales exponentes. El primero fue Gian Lorenzo Bernini, quien entre 1556 y 1629 encarnó los ideales barrocos y diseñó la fachada de San Pedro en Roma y la iglesia de Santa Susana. El segundo fue Filippo Juvarra, quien trabajó en Turín entre 1678 y 1736 admirando a Bernini y difundiendo sus estructuras clásicas por el norte de Italia, diseñando obras como la Basílica de la Superga y el Palacio