El documento describe la arquitectura paleocristiana y bizantina. La arquitectura paleocristiana se basaba principalmente en las basílicas longitudinales y plantas centralizadas. La arquitectura bizantina adoptó la planta central, con cúpulas como característica distintiva. Edificios notables incluyen Santa Sofía, que combina estructuras centrales y longitudinales, y San Marcos en Venecia, con cinco cúpulas hemisféricas sostenidas por pilastras.