La música afecta al cerebro de varias maneras: mejora las capacidades motoras y de razonamiento al activar ambos hemisferios y crear más conexiones entre ellos, mejora la atención visual en pacientes con accidentes cerebrovasculares, reduce la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la ansiedad en pacientes con enfermedades cardíacas, y ayuda a las personas a ejercitarse más al desviar su atención de la fatiga y el dolor.
1. ARTICULO I
#Música y cerebro, ¿cómo la música afecta a nuestro cerebro? II
La música nos rodea e inunda, nos hace emocionarnos, nos hace viajar en el tiempo, nos da
fuerzas o nos llena en momentos de paz. La música se encuentra en cualquier parte, en cada
sonido, en cada ritmo y en cada voz, pero, ¿qué le ocurre realmente a nuestro cerebro cuando
escuchamos una melodía?
En este nuestro segundo post sobre las principales acciones de la música sobre nuestro
cerebro, te relatamos otras 4 acciones adicionales a las que expusimos en el primer post sobre
#música y cerebro.
Música y cerebro II
1. La música puede mejorar significativamente las capacidades motoras y de razonamiento
Con la música conseguimos activar los dos hemisferios del cerebro y crear más conexiones
entre ellos. El hemisferio izquierdo se encarga de la parte más lógica, el razonamiento, los
números, el lenguaje etc. Por otro lado, el hemisferio derecho gestiona las funciones más
intuitivas, imaginativas y creativas.
¿Qué ocurre cuando escuchamos música? La parte derecha de nuestro cerebro nos hará
imaginar y dejar volar nuestras emociones y la parte izquierda se activará analizando las obras
y haciendo hincapié en la parte más racional, como por ejemplo el sentido de la letra, figuras
musicales, ritmos…
La música induce estados emocionales al facilitar cambios en la distribución de sustancias
químicas que puede inducir estados de ánimo positivos y aumento de la excitación, lo que a su
vez puede ayudar a la rehabilitación.
La musicoterapia, a través de la utilización clínica de la música, busca activar procesos
fisiológicos y emocionales que permiten estimular funciones disminuidas o deterioradas y
realzar tratamientos convencionales. Se han observado importantes resultados en pacientes
con trastornos del movimiento, dificultad en el habla producto de un accidente
cerebrovascular, demencias, trastornos neurológicos y en niños con capacidades especiales,
entre otros.
2. La música clásica puede mejorar la atención visual
Un estudio realizado con pacientes con Ictus mostró mejorías en la atención visual mientras
escuchaban música clásica.
Usaron como variables de control, sonidos neutros y el silencio para comparar los resultados y
al igual que con los jóvenes conductores el silencio resulto ser la peor opción obteniendo los
puntajes más bajos.
3. La música un medicamento eficaz contra las enfermedades del corazón
O al menos puede ayudar a enfrentar el estrés y la ansiedad asociados al estar sometido a un
tratamiento de una enfermedad cardíaca coronaria.
Una revisión de 23 estudios que implican a casi 1500 pacientes encontró que escuchar música
reduce la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la ansiedad en pacientes con enfermedades
cardíacas.
2. 4. La música ayuda a ejercitarnos
Hay registros desde 1911, un investigador estadounidense, Leonard Ayres, encontró que los
ciclistas pedalean más rápido mientras escuchan música que en silencio. La explicación puede
deberse a que mientras escuchamos música nuestro cerebro cambia su foco de atención y lo
aleja de la sensación de fatiga y dolor.
A medida que nuestro cuerpo se da cuenta de que está cansado y quiere parar de realizar
ejercicio, envía señales al cerebro para que descanse, escuchar música compite con estas
señales y ayuda a continuar con la actividad física, aunque esto se da sobre todo cuando el
ejercicio se realiza de forma moderada y no es tan efectivo con el ejercicio de alta
competitividad.
Otro estudio revelo que los ciclistas que escuchaban música requerían un 7% menos de
oxígeno que los que hacían la misma actividad en silencio.
La música es física y anima a la gente a moverse con el ritmo. Cuanto más destacado es el
ritmo, más radical y contundente el movimiento del cuerpo. El ejercicio físico puede ayudar a
mejorar la circulación, a proteger el cerebro y facilitar la función motora. Así que de la misma
manera que el ejercicio nos hace más felices y saludables, no es sorprendente que la música
añada un toque de éxito a todas nuestras actividades.
Por si los beneficios cerebrales fueran pocos, escuchar nuestra canción favorita libera
endorfinas, aumentando las sensaciones positivas y haciéndonos sentir relajados. ¿Necesitas
alguna otra razón para empezar a entrenar tu oído?
Fuentes: actualidadespsocologia.com/ Neuroscience Psychological science/ l Instituto de
Neurociencias Cognitivas (INECO)