Arturo Pérez-Reverte es un escritor español nacido en 1951 en Cartagena, España. Tras trabajar como reportero durante 21 años cubriendo conflictos internacionales, ahora se dedica exclusivamente a la literatura. Es autor de la popular saga de novelas históricas Las aventuras del capitán Alatriste, así como otras obras como La reina del sur y El pintor de batallas. Fue elegido para la Real Academia Española en 2003.
El romanticismo frances y los tres mosqueteros.Amarilis_25
El presente trabajo esta basado en un estudio del romanticismo frances, en el cual destaca a uno de sus representantes Alejandro Dumas(padre) y su obra "Los tres mosqueteros"
2. Vida
• Se dedica en exclusiva a la literatura, tras vivir 21 años
(1973-1994) como reportero de prensa, radio y
televisión, cubriendo informativamente los conflictos
internacionales en ese periodo.
• Antiguo corresponsal de RTVE y reportero destacado en
diversos conflictos armados y guerras, es el autor de la
saga Las aventuras del capitán Alatriste.
• Respecto a sus reconocimientos como literato destacan su
ingreso en la Real Academia Española el 12 de
junio de2003, para ocupar el sillón T (vacante desde el
fallecimiento del filólogo Manuel Alvar en 2001) o su
nombramiento como doctor honoris causa por
la Universidad Politécnica de Cartagena, el primero
otorgado por esta universidad, el18 de febrero de 2004.
4. El Asedio
El asedio narra el pulso asombroso de
un mundo que pudo ser y no fue. El
fin de una época y unos personajes
condenados por la
Historia, sentenciados a un vida
que, como la ciudad que los alberga
—una Cádiz
equívoca, enigmática, sólo en
apariencia luminosa y blanca—
, nunca volverá a ser la misma.
5. La Reina del Sur
Nacida en Culiacán, Sinaloa (Méjico).
Hija de padre español y madre
mejicana. Convivió con Raimundo
Dávila Parra, alias El Güero Dávila,
piloto de aviación relacionado con el
cártel de Juárez. Viaja a España.
Melilla. Relacionada con Driss Larbi,
propietario de clubs nocturnos.
Algeciras. Gibraltar. Relacionada con
Santiago López Fisterra, piloto de
planeadores. Tráfico de tabaco y
estupefacientes. Detenida por el
Servicio de Vigilancia Aduanera.
Prisión de El Puerto de Santa María.
6. El capitán Alatriste
"No era el hombre más honesto ni el más
piadoso, pero era un hombre valiente"...
Con estas palabras empieza El capitán
Alatriste, la historia de un soldado
veterano de los tercios de Flandes que
malvive en el Madrid del siglo XVII. Sus
aventuras nos sumergen en las intrigas
de la Corte de una España corrupta y en
decadencia, las emboscadas en callejones
oscuros entre el brillo de dos aceros, las
tabernas donde Francisco de Quevedo
compone sonetos entre pendencias y
botellas de vino, o los corrales de
comedias donde las representaciones de
Lope de Vega terminan a cuchilladas.
7. El pintor de batallas
En una torre junto al
Mediterráneo, en busca de la foto
que nunca pudo hacer, un antiguo
fotógrafo pinta un gran fresco
circular en la pared: el paisaje
intemporal de una batalla. Lo
acompañan en la tarea un rostro
que regresa del pasado para cobrar
una deuda mortal, y la sombra de
una mujer desaparecida diez años
atrás. En torno a esos tres
personajes, Arturo Pérez-Reverte
ha escrito la más intensa y
turbadora historia de su larga
carrera de novelista.
8. El capitán Alatriste, cap.1
No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre
valiente. Se llamaba Diego Alatriste y Tenorio, y había luchado como
soldado de los tercios viejos en las guerras de Flandes. Cuando lo conocí
malvivía en Madrid, alquilándose por cuatro maravedíes en trabajos de
poco lustre, a menudo en calidad de espadachín por cuenta de otros que no
tenían la destreza o los arrestos para solventar sus propias querellas. Ya
saben: un marido cornudo por aquí, un pleito o una herencia dudosa por
allá, deudas de juego pagadas a medias y algunos etcéteras más. Ahora es
fácil criticar eso; pero en aquellos tiempos la capital de las Españas era un
lugar donde la vida había que buscársela a salto de mata, en una
esquina, entre el brillo de dos aceros. En todo esto Diego Alatriste se
desempeñaba con holgura. Tenía mucha destreza a la hora de tirar de
espada, y manejaba mejor, con el disimulo de la zurda, esa daga estrecha y
larga llamada por algunos vizcaína, con que los reñidores profesionales se
ayudaban a menudo. Una de cal y otra de vizcaína, solía decirse. El
adversario estaba ocupado largando y parando estocadas con fina
esgrima, y de pronto le venía por abajo, a las tripas, una cuchillada corta
como un relámpago que no daba tiempo ni a pedir confesión. Sí. Ya he
dicho a vuestras mercedes que eran años duros.