Las bacterias simbióticas viven dentro de otros organismos y los ayudan de maneras beneficiosas, como permitir a las termitas digerir la celulosa o ayudar a los animales a analizar las fibras en sus sistemas digestivos. También pueden producir vitaminas para sus anfitriones. Un uso reciente ha sido controlar vectores de enfermedades mediante paratransgenesis introduciendo bacterias simbióticas modificadas.