Galileo Galilei realizó experimentos en el siglo XVII que refutaron la teoría aristotélica de que los objetos pesados caen más rápido. Demostró que todos los objetos caen a la misma velocidad cuando se elimina la resistencia del aire, estableciendo las bases de la caída libre. La caída libre ocurre cuando un objeto solo está sujeto a la gravedad, cayendo con una aceleración constante de aproximadamente 9,8 m/s2 hacia la Tierra.