Las historias del café… ese lugar preferido, en el que a cualquier hora, puede suceder lo más inesperado y asombroso. No importa si estás en Bruselas, Liverpool o San Francisco, desde la barra somnolienta o de aquella mesa que todo lo observa, pueden surgir aquellos personajes o circunstancias, que nos dejarán maravillados, con la incertidumbre en la piel al no saber si es realidad o ficción lo que acaban de ver nuestros ojos. Eso podemos esperar de esta selección de relatos en la que de nuevo con su pluma, Alberto Fabral, autor de La tragedia del circo, nos deja con el café frío al extasiarnos en sus historias.
3. Extracto gratuito destinado a promoción de la obra
Café Hemingway del autor Alberto Fabral, publicada por la
editorial Enxebrebooks.
Se puede adquirir la obra completa en formato
electrónico o papel en http://www.descubrebooks.com
4. La pesadilla de Rod Serling
Los Ángeles, California
26 de Marzo, año 1959
―¿Lograste dormir? ―preguntó Carol.
El hombre de 35 años, con arrugas prematuras en la frente
y delgadez de anemia, no contestó y continuó organizando
sobre el comedor, los guiones de la serie de televisión, que tan
bondadosamente había aceptado emitir desde esa semana la
productora californiana.
―Al menos desayunarás, ¿no? Mira que llevas tres años
ensimismado en esas historias que solo en tu cabeza habitan.
Ya los del vecindario te miran como si vieran a alguien venido
de otro mundo. Los Charmichael no regresaron más, desde
que te oyeran en la biblioteca, escenificar esos personajes
salidos no se sabe qué mente retorcida.
Los utileros comentan en voz baja que los guiones no son
tuyos, que los has tomado y sin autorización de Beaumont y
Matheson.Además no olvides que los patrocinadores te tienen
en la mira por el tema de la censura; comentan que se abrirá
una investigación oficial por la historia esa que inventaste
de los robots que gobiernan sin limitaciones. En los medios
televisivos, ya hay algunos que te tildan de comunista ―
terminó de decir la preocupada mujer, al momento de servirle
un plato con huevos revueltos, algo de pan y café sin crema.
Rodman, sin sentarse a la mesa, bebió de un sorbo el café y
besando a su mujer en la frente, salió apresuradamente.
5. En el set de grabaciones…
El trajinar de cables y los de utilería acomodando a última
hora la escenografía en medio de las cámaras que se disponían
a comenzar a filmar, dieron la bienvenida al creador de la
serie, que en evidente nerviosismo al saber que sería el primer
capítulo de sus sueños por realizarse, olvidó que tenía que
pasar por las manos de Helen, la pelirroja maquilladora, quien
expectante, veía el frenesí del equipo de filmación.
―Eh Rod, que así no puedes aparecer ante las cámaras,
ven te pongo guapo ―dijo Helen, llevándose de gancho al
guionista y presentador.
―Cuéntame Rod, ¿cómo haces para albergar en tu cabecita
esas historias tan extrañas? Seguro que no podrás conciliar el
sueño cuando entras en tu cama ―preguntó la mujer de voz
melodiosa, al empolvar el rostro del hombre que empezaba a
sudar.
―Bueno, cinco minutos para la primer toma. Rod ¿estás
preparado? ―terminó de preguntar el director, para luego
acercarse al luminotécnico.
―Cinco, cuatro, tres, dos, uno…
Rodman, vestido para la ocasión y con un cigarrillo en
la mano, imprimió temple a su voz y habló sin saber que
empezaba a hacer historia en la televisión:
―Abramos esta puerta con la llave de la imaginación. Tras
ella encontraremos otra dimensión, una dimensión de sonido,
una dimensión de visión, la dimensión de la mente. Estamos
entrando en un mundo distinto de sueños e ideas. Estamos
6. entrando… en la dimensión desconocida.
Los aplausos se escucharon al terminar de grabar ¿Dónde
están todos? Primer e histórico capítulo de la serie. El director
acercándose a Rodman, lo abrazó y luego de ofrecerle tabaco,
dijo:
―Ya verás Rod, el bombazo de serie que estamos
produciendo… y qué bien lo has hecho.
El hombre nacido en Siracusa, New York, por allá en el año
1924 y acostumbrado a quedarse escribiendo en las escalinatas
de su casa, mientras sus amiguitos de infancia corrían tras la
pelota, sin agregar comentario alguno se alejó con la firme
intención de abrazar a Carol y decirle al oído que estaba ante
un hombre que empezaba a triunfar.
El guionista, lleno de emoción, dejando el coche en la vía,
intentó introducir la llave en la puerta de su casa. Pronto se
percatódehaberladejadoolvidadaenlamañana.Conansiedad
llamó a la puerta. Al abrirse, apareció una mujer de cincuenta
y tantos años, que mirándolo con asombro, preguntó:
―¿Por qué tardaste tanto? Estamos en 1975.
7. El pulgar de Hitler
Berlín asediada
En el interior del búnker
30 de abril, año 1945
El bombardeo es incesante. Dentro, el búnker es zarandeado
con cada explosión. Las lámparas, una a una, han comenzado
a estallar y el nerviosismo es evidente entre los que malviven
bajo tierra. Las explosiones han obstruido los canales de
ventilación y el aire amenaza con volverse irrespirable. Las
noticias que llegan del exterior no son nada halagüeñas. El
último cable habla de que los rusos están a tres kilómetros del
centro de Berlín y describe con detalles, el inicio de rendiciones
individuales.
―¿Qué día es hoy? ―preguntó el führer sosteniendo con su
mano derecha, la otra mano que no dejaba de temblar.
―Es do… ―iba a terminar de decir su taquígrafa cuando la
interrumpió.
―La fecha, la fecha.
―Treinta de abril, mi Führer ―agregó sin atreverse a mirar
al hombre con el que había compartido los últimos dos meses,
las miserias del género humano.
El que fuera hasta el año anterior, un hombre seguro de sí
mismo y claro en sus apreciaciones, caminó por uno de los
pasillos del búnker, y ubicándose en la puerta de la sala de
comunicaciones, dijo con voz casi inaudible a Otto, jefe de su
8. guardia personal:
―Prepara todo, que el ejército rojo no me encontrará con
vida. Y has de llamar a Rudolf, dile que lo espero en la salita
de juntas y que traiga con qué hacer anotaciones.
El jefe científico entró luego de golpear suavemente en la
puerta:
―Mi Führer ―dijo el hombre en el momento de hacer el
saludo obligatorio.
―Qué bien que no has tardado, solo tú y los tres hombres
que tenemos ubicados en Buenos Aires desde el cuarenta
y uno, saben de este proyecto. Como bien podrás haberte
dado cuenta, estamos ante un hecho de unas connotaciones
inconmensurables. De tener éxito trascenderé más allá de la
muerte y conmigo el pueblo germano. Los que comisionamos
en Roma están ansiosos por dar inicio al plan. Sobre las tres
de la tarde será, si es que no lo impide algún mortero. Cuando
esté junto con Eva, en el patio de la cancillería, quiero que sin
tardanza activen el protocolo establecido para este operativo
―terminó de decir el que imaginó llegar a ser el amo del
mundo.
―Mi Führer, permítame morir a su lado ―dijo el médico en
el momento de resquebrajársele la voz.
―¿Acaso has enloquecido? Unos deben morir y otros
continuar con vida para realizar el cometido. No toleraré
ningún tipo de flaqueza. Así que es mejor que no abra más
la boca, no sea que tenga que hacerlo fusilar por debilidad de
carácter.
El médico, haciendo el saludo, giró y se alejó con tembladera
de piernas.
9. Sobre las dos de la tarde…
―Comeré solo verduras ―contestó el führer ante la
pregunta hecha por su asistente personal―. Dile al jefe de
operaciones que dispongan lo necesario, que sobre las tres de
la tarde, estaré en el patio de la cancillería.
El hombre, con evidente deterioro físico y mental, luego
que terminara con la frugal comida, se dirigió a su habitación
donde le esperaba la reciente desposada:
―Adolf, tengo miedo ―dijo Eva Braun al que hace menos
de un año soñara con una Germania universal.
―Será cuestión de un segundo, no te preocupes, que
estamos citados por la historia y no flaquearemos ni un solo
instante. Te prometo mujer que tu cuerpo no será mancillado
por los rojos ―dijo el hombre acomodándose el flequillo de
cabello que caía sobre su frente.
La mujer se dejó desplomar sobre el sillón y comenzó a
llorar. El que soñara con el imperio de los mil años, se acercó
y luego de acariciar la cabeza de su fiel compañera, cruzó la
salita decorada modestamente y entró a su habitación.
Tres de la tarde, patio de la cancillería
Los bidones de gasolina ya estaban preparados. El führer
salió y despidiéndose de su guardia personal, se alejó a un
costado del patio junto con Eva Braun. Sin mediar palabra
disparó en la cabeza a su mujer y luego se suicidó. Los cuerpos
yacían inertes ante el estupor de los soldados que no daban
crédito a lo que sus ojos veían.
10. 33El soldado asignado a asistir los cuerpos, se acercó al führer
y extrayendo una tenaza, cortó el pulgar de la mano derecha.
Con prontitud ingresó escaleras abajo, se dirigió al despacho
médico y entregando la pequeña bolsa al jefe científico, dijo
con voz agitada:
―Ya está hecho.
Centro Internacional de Clonaciones
Calle Almagro, Buenos Aires
26 marzo, año 2056
En el sótano, en una dependencia secreta y oculta a la
mayoría de los que laboran en el Centro, los científicos
alemanes, descendientes directos de los que quedaran a la
custodia del pulgar de Hitler, disponen en frenética labor los
mandos y controles bio-tecnológicos.
La cápsula, llenándose de vapor molecular, a medida que
comenzó a diluirse dejó translucir el cuerpo de un hombre
de mediana edad. El furor se apoderó de los encargados de
regresar a la vida a quien convertiría esta vez, y sin necesidad
de derramar sangre, a los arios en raza suprema. El recién
clonado abrió los ojos, seguido de un temblor generalizado
que recorrió su cuerpo desnudo. La cápsula se abrió, dejando
escapar un líquido viscoso. El hombre, dando unos pasos,
miró a los estupefactos seguidores y dejando escapar una leve
sonrisa, dijo:
―He regresado.
11. Alberto Fabral , seudónimo del escritor Colombo-Español
Alberto Alzate Garcés, nace en Sevilla, Colombia el 20 de marzo de 1964,
hijo de padre militar, veterano de la guerra de Corea, y de madre ama de
casa, cursa sus primeros años y luego el bachillerato en la ciudad de Cali.
Con estudios inconclusos en “Ciencias Sociales”, se casa a los 21 años y se
dedica a trabajar como comercial además de otras actividades. A finales de
los 90, emigra a España.
Su obra está enmarcada en el género Negro-Fantástico, como el mismo
autor lo encasilla. Ha publicado varios cuentos breves en gacetas y revistas
locales, como también en dos libros de antologías de cuentos.
Su novela La tragedia del circo ha sido publicada recientemente en Miami,
por parte de Editorial Pelícano.
En el mismo mes de publicación, la novela fue hallada ganadora del
certamen literario “Caballeros de las letras” en Madrid.
- I Premio Brevedad Tabernaria- Bruselas-Bélgica. El relato titulado “Café
Volga”.
- I Premio “La Pluma en el Tintero”, convocado por La Cofradía de las
Buenas Letras, entre participantes de 16 países.
- Premio “Un Café con Literatos” Madrid, 2012.
- Mención de honor Instituto de cultura brasileño en Colombia IBRACO
2012
- Finalista Concurso Nacional de Cuento RCN-MEN 2010 - Colombia.
- Finalista La Cesta de las Palabras 2011 - Ourense (España).